Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (1935) de Federico García Lorca es una de las obras significativas en el panorama teatral de Lorca. Sus montajes han sido varios. Rosita es una mujer provinciana que se promete con su primo, que tiene que emigrar a Argentina. Antes de separarse se prometen amor eterno. El tiempo pasa y Rosita espera ilusionada porque sigue recibiendo las cartas de amor de su primo. Un día una de esas cartas propone matrimonio a través de poderes. Tal proposición nunca llega, pero siguen llegando las cartas. Muerto el tío de Rosita, ésta confiesa a su Ama que sabía le habían dicho que su primo se había casado en Tucumán, pero ella seguía esperando, ilusionada, las cartas de amor que su primo le enviaba. Ella le espera, sin más
Ahora llega Doña Rosita la soltera en una versión libre de Pablo Remón, con un título nuevo: Doña Rosita, anotada. Remón y Lorca se encuentra, a través de Doña Rosita, en sus infancias respectivas. Lorca se traslada a la España de finales del siglo XIX, que vivió en su niñez. En la obra se otea un aire provinciano, y es el que conecta con la infancia de Remón. Ese costumbrismo llevado al extremo, esa especie de comedia dramática, puede parecer tan chejoviana como pinteriana, reflejo de que Lorca es un puente perfecto entre el autor de Tío Vania y Pinter. Esta será la primera vez que Pablo Remón (Los Mariachis, El tratamiento, 40 años de paz) dirija un texto no escrito por él. NADA OCURRE, SALVO EL TIEMPO Pablo Remón alude a la observación del crítico Vivian Mercier con respecto a Esperando a Godot para definir a Doña Rosita
Mercier dijo: «es una obra en la que nada ocurre, dos veces». Igualmente, Rosita es una obra en la que (aparentemente) nada ocurre, salvo el tiempo. Tragedia minúscula, donde nada trágico sucede, a la vez que comedia irónica sobre cierta sociedad española de provincias, Doña Rosita es la más chejoviana de las obras de Lorca, y una de las más queridas por él. Para mí, la otra cara de sus tragedias más famosas: una especie de «Cara B» de Bodas de sangre o La casa de Bernarda Alba, donde no hay muertes, venganzas ni crímenes, sino solo el poder corrosivo del tiempo, que arrasa con todo. Un tiempo que, para ocultar el silencio, se llena con palabras, porque lo importante ya fue, o será. Lo importante está en el pasado o en el futuro, nunca en el presente, que solo es «el dilatado presente del deseo». Nuestra Rosita será una relectura contemporánea sobre esta obra: una comedia trágica, o una tragedia cómica, sobre el paso del tiempo, las decisiones tomadas, y cómo pasado y presente se influyen mutuamente. Esta versión no supone, según Pablo Remón, conocer el original y su intención ha sido escribir una obra que «pueda gustarle a quien no le guste el original». Quien conozca el original, puede juzgar como se ha enfrentado al texto y en qué partes ha insistido. Entre lo olvidado han sido la partes líricas, y es consciente de que algunos lo considerarán un «sacrilegio». Con todo destaca el respeto con el qeuse acercó al texto original y prefiere hablar de reescritura. Construí frase a frase y palabra a palabra, buscando que el texto final, fuera o no el original de Lorca, tuviera para mí un sonido y un sentido que luego pudiera llevar a escena. Remón la califica de versión muy libre pero que conserva la esencia de la obra de Lorca. También es una lectura de la obra original, mi lectura. Cuenta la obra y al mismo tiempo cuenta mi relación con la obra. Es la obra de Lorca, pero leída, comentada y editada por mí.
PABLO REMÓN, dramaturgo y director de teatro y cine
Ha escrito y dirigido las obras La abducción de Luis Guzmán y 40 Años de Paz, estrenada en los Teatros del Canal. Otras obras son Los mariachis (CLIKEAR), El tratamiento (CLIKEAR) Ha coescrito cinco largometrajes, entre ellos Casual Day y 5 Metros Cuadrados, y ha dirigido y escrito dos cortometrajes: Circus y Todo un Futuro Juntos. Ha ganado el Premio Lope de Vega de Teatro, el premio al mejor guion en el Festival de Málaga, la medalla al mejor guion del Círculo de Escritores Cinematográficos y el premio Julio Alejandro de Guion Íberoamericano SGAE, además de recibir una nominación al Premio Goya como Mejor Corto de Ficción por Intemperie, escrito junto con Benito Zambrano y Daniel Remón. COMPAÑÍA LA_ABDUCCIÓN LA_ABDUCCIÓN pretende crear un teatro moderno, basado en el texto, partiendo del trabajo conjunto con los actores, y entendiendo la escritura y el montaje como un proceso permanente de búsqueda y descubrimiento. La compañía nace en 2012 siguiendo la estela de autores argentinos como Claudio Tolcachir, Daniel Veronese o Pablo Messiez. Su primera obra, fruto de un largo proceso de improvisaciones, fue La abducción de Luis Guzmán. Se estrena en 2013 en el Festival Frinje de Madrid y se convierte poco a poco en lo que muchos consideran una obra de culto. En ella ya están muchos de los elementos por los que apostamos: una escritura fuertemente inspirada en el teatro anglosajón, a la vez que se alude a temas muy españoles. Algo así como una mezcla imposible entre Harold Pinter y Luis Buñuel. O entre Martin Crimp y Rafael Azcona. FUNCIÓN PRECIO
Título: Doña Rosita, anotada
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