El bateo cumple 124 años y La revoltosa cumple 128 años. Ambos se han puesto de acuerdo para subir juntos al escenario en lo que se ha llamado programa doble cuando el Teatro por Horas, dejó existir. Ambos títulos pertenecen al género chico encargado de musicar zarzuelísticamente los sainetes madrileños. El reunir estos dos títulos del género chico es elección de Isamay Benavente, directora artística del Teatro de la Zarzuela, porque El género chico tiene que tener una presencia en el escenario grande del Teatro de la Zarzuela. Elegir estas dos obras es porque las adoro, y las he programado también para mí. El Bateo me parece una joyita, y La Revoltosa es una obra maestra. GORGONIA, SOLEDAD y ENCARNA
Esta producción trae lo que denomina Isamay, “un notición”: la recuperación de un terceto inédito en La revoltosa, que según los investigadores Enrique Mejías y Juan de Udaeta, formaba parte del libreto original, pero estando Chapí fuera de Madrid lo envió a los empresarios del Teatro Apolo, y el servicio de Correos lo extravió. Chapí guardaba los borradores, pero el estreno se echaba encima y hubo que olvidarlo, hasta el punto de que nunca se incluyó en el repertorio de las compañías posteriores. Enrique Mejías y Juan de Udaeta proponen, ahora, una orquestación del terceto de Gorgonia, Soledad y Encarna siguiendo los rasgos estilísticos del Chapí sainetero de la década de 1890. Este terceto se encontró en una carpeta en la Biblioteca Nacional, identificado bajo el nombre La revoltosa, selección. El terceto me parece estupendo, aunque dificultoso para las cantantes. Es una joyita musical. Había que buscar quién dirigiera escénicamente El bateo y La revoltosa, partiendo de dos premisas: mantener la esencia del género chico y que nos hablara hoy. No pude elegir mejor, porque Juan Echanove, por experiencia teatral, su bagaje y su mirada era la persona idónea para abordar estos títulos hoy día. Ha resultado una producción no solo espectacular, sino que nos trae toda esa problemática y esas historias al día de hoy, al barrio de Lavapiés de hoy nos habla a los espectadores de hoy – garantiza Isamay Benavente. JUAN ECHANOVE, actor y director.
Juan Echanove con su equipo personal se ha encargado de la dirección escénica. Tras agradecer a todas las Instituciones oficiales implicadas en este proyecto, Juan vuelve a formular algo que ya manifestó con su primera incursión en el Teatro de la Zarzuela con Pan y Toros (CLICK). Busco la excelencia. Soy exigente conmigo mismo para que esa excelencia aflore en el escenario. Por otro lado, es por lo que nos llaman, para que realmente demos lo mejor de cada uno y el resultado sea excelente. Para Juan el género chico es uno de los pilares no solamente del lírico español, sino de la literatura española a través del sainete. El sainete tiene muchas derivaciones, una es Carlos Arniches, que es fundamental, pero si uno toma distintas derivaciones, a través del sainete uno se encuentra Valle Inclán, Rafael Azcona, el mundo berlanguiano, el mundo neorrealista italiano de postguerra, Fellini…, hay muchas cosas que tienen que ver con esa cultura mediterránea que, de alguna manera, manejamos todos. Juan prefiere que le propongan títulos. Ya en Pan y Toros (CLICK), Daniel Bianco le propuso “tienes que hacer Pan y toros” Dio muy buen resultado. Ahora Isamay me dijo “tienes que hacer El bateo y La revoltosa”. Adoro esas dos piezas. Además, son muy complementarias. En unos repartos tan grandes y situaciones tan diversas, hablar de protagonista es un poco pretencioso, pero finalmente a donde miramos es hacia un barrio, a donde miramos es a una calle. A donde miramos es a una manera de vivir. UNA CORRALA ENMASCARADA
El espectador, sobre todo en La revoltosaespera ver la corrala tradicional. A primera vista no existe como tal, pero Juan desvela que Hay una corrala, hay espacios donde el espectador ve a los vecinos, y hay espacios centrales que son ocupados por todos, y es donde se generan los conflictos, como es el conflicto de la puesta en duda de la paternidad del individuo en El bateo quese produce en un patio. Yo nací en 1961. Vivía en un bloque de pisos, pero el tendedero era lo que te ponía en relación con el de enfrente, con el de abajo…Finalmente es esa vida colectiva, y ahí es donde surgen las historias de amor, desamor, desencuentro… sobre todo, porque es imposible tener intimidad. Hoy en día esa intimidad ha sido invadida todavía más. Hoy en día también es imposible compartir intimidad si has que compartir un piso de 60 metros cuadrados entre cuatro personas, dividiendo los estantes del frigorífico arriba, abajo, “no te comas mis tallarines, deja en paz mi leche de avena o soja…” Es así. Vamos camino de formar nuevas corralas o nuevos espacios colectivos de convivencia. Eso también pasa en la creatividad y en el arte, pero eso viene de largo en Europa con las grandes comunidades, comunas de creatividad donde todos los artistas convivían juntos e intercambiaban sus progresos artísticos. Por eso es importante el barrio. Es que, sin barrio, el género chico no suena. Es decir, si se empieza con la obertura musical de El bateo, va hacia arriba musicalmente, es vertical. Lo que más me gusta de las dos piezas es que tiran para arriba, levantan el decorado. Entonces yo tengo que hacer un montaje vertical claramente, y en la verticalidad está la corrala, está encerrado. Hay corrala, a lo mejor no es del agrado de algunos, pero hay corrala. A lo mejor hace diez años lo que teníamos todos en la cabeza era que de las unidades familiares se desprendía los hijos. Se iban a vivir cada uno por su cuenta, abandonaban el barrio, pero, hoy en día, el problema de los barrios es la gentrificación, el problema de los barrios es la visita y, sobre todo, que cada vez tiene que vivir más gente en cubículos pequeños. Es me llamó la atención desde el principio. EL BATEO (El bautizo) Primer título a representar en esta producción doble Es la historia de un bautizo, de celos y pasiones, en la que se pone en duda la paternidad de un individuo.
Para El bateo hemos hecho un barrio en construcción en Lavapiés, un barrio en conflicto, un barrio en el que hay una huelga de organilleros, algo tan cotidiano hoy en día, como cualquier problema que puede tener cualquier barrio, especialmente en Lavapiés, o en cualquier barrio de Madrid, problemas con la municipalidad, con la autonomía, con lo vecinal, con los pisos turísticos, con cantidad de cosas que, ya, de alguna manera, están apuntadas desde esa manera de escribir de finales del siglo XIX y principios del XX, como es en El Bateo. Juan confiesa tener un respeto sagrado para con los textos, por aquello de que están escritos para algo, pero sí puedo dar una vuelta de tuerca para conseguir que las nuevas generaciones tengan el mismo amor por el género lírico español, por la zarzuela, el mismo amor que ya tienen las generaciones senior, entre las cuales me cuento. Si lo consigo habré hecho algo en favor de la zarzuela, y yo quiero siempre hacer algo en favor de algo. No me gusta trabajar solo por el hecho de trabajar. No me gusta solo contentarme con lo que se espera de uno. Persigo la excelencia y estoy dispuesto a todo por ella. LA REVOLTOSA La revoltosa es una historia de amor, de seducción y de pasiones vecinales de verano entre un grupo de personas dentro de una misma comunidad. Pero todo acaba bien, con una gran celebración en la Pradera de San Isidro.
Dos protagonistas, Mari Pepa y Felipe, en ese barrio, en esa comunidad de vecinos que han montado un bar en un patio, esa cosa tan importante que en los telediarios nos dicen que cuando se cierra un bar el pueblo se hunde, se muere. En La revoltosa lo que montan es un bar en el patio, y en ese bar se dicen de todo. Se producen las pasiones, las traiciones, la pillería. En esa comunidad Mari Pepa y Felipe son el centro de las habladurías. Están irremediablemente condenados el uno al otro, pero no saben cómo gestionar su pasión. El barrio no les ayuda, porque el barrio, precisamente, a esa mala gestión de su amor y de su pasión, lo que hace es echar leña al fuego, meter el dedo en el ojo, porque, en el fondo, todo el mundo busca un sueño de amor imposible, de algo que tuvo y que ya perdió o de algo que ni siquiera tuvo nunca. NEORREALISMO ITALIANO Juan imagina toda esta historia de barriada en el calor del verano y un tanto estilizado, pero le lleva al neorrealismo italiano. Tanto Italia como España son países muy similares. Sufrieron la guerra mundial y la guerra española. Después de la guerra mundial vino el Plan Marshal y la liberación americana. Eso fue lo que generó el neorrealismo italiano. Nosotros, dentro del resultado de la guerra civil, nos fuimos directamente mucho más hacia el costumbrismo, hacia las tradiciones. No tengo nada en contra de las tradiciones, pero si uno piensa en las situaciones que se producen en un barrio de Madrid o en lo que se puede producir en una ciudad, en el Trastevere romano, Nápoles o en las ciudades más hacia el sur de Italia, evidentemente hay muchas connotaciones. Ese es el espíritu que en el espacio, el vestuario, la luz, las filmaciones y, de alguna manera, la dirección del elenco, hemos pretendido en todo momento. OLIVER DÍAZ, director musical
Oliver Díaz manifiesta su emoción por volver al Teatro de la Zarzuela. Como Juan lo estoy disfrutando. Los dos lo estamos viviendo con una gran intensidad y una gran ilusión, como si fuera nuestra primera vez aquí, una vez más. De las obras poco hay que decir porque son muy conocidas, y están en el imaginario popular de todo el mundo. Hay que destacar la capacidad de Chueca en El bateo, por mostrar el Madrid de la época y sus problemas. Habla del anarquismo, de las huelgas, de lo que sucede día a día donde el coro, es el gran protagonista y en todos los números está presente. De La revoltosa no se puede decir mejor de lo que dijo el compositor Camille Sain-Saëns, cuando estuvo en el estreno: “¡Anda! Y a esto le llaman el género chico”. Lo dice todo. Se había quedado impresionado con la obra y no es para menos. Es una obra en que el foco se pone en las pasiones de Mari Pepa y Felipe, pero también tiene mucha música escénica que es maravillosa y aquí me gustaría destacar lo que decía Isamay: el terceto que ha aparecido. EL BATEO Y LA REVOLTOSA A Oliver Díaz no se le oculta que musicalmente son dos obras muy diferentes como es el uso de las melodías. Son muy diferentes porque son situaciones muy diferentes, pero a la vez hay una unión muy cercana entre ellas. El bateo describe el Madrid genérico, tanto a nivel escénico como musical, con melodías que se podían escuchar en el momento, como se hizo siempre con los Nacionalismos, no utilizando melodías ya existentes, sino generando nuevas melodías con los recursos para que suenen como si fueran ya existentes. Es lo que hace Chueca, que era un hombre de la calle, que describe el Madrid de la época, pero luego después de ese Madrid de la época, concentramos la visión en uno de los barrios de Madrid. Musicalmente sucede un poco lo mismo con La revoltosa, porque la música de Revoltosa, más allá de ese preludio de gran calado sinfónico y personalidad, igual que el dúo, pertenece al género chico, pero puede pertenecer a la ópera española, a la zarzuela grande, o la ópera en general, salvo que tiene ingredientes nuestros. Las melodías son nuestras. Es como si viésemos un Madrid en un plano general y, de repente, la cámara se va acercando y nos cuenta la historia que sucede en un grupo más pequeño, la corrala. Y ahí la música de Chapí, salvo esos dos números, se vuelve en conseguir esa intimidad, ese cuchicheo, esa cosa pequeña de urdir la trama, algo que yo he insistido tanto para el escenario como para la orquesta. UN TERCETO PARA El terceto encontrado Oliver lo califica de
cosa muy curiosa. No se puede comparar con ningún otro de los números musicales de La revoltosa, la cual tiene o bien grandes números musicales de gran calado sinfónico y gran lirismo, como el dúo de Felipe y Mari Pepa, o la obertura, o números de un exquisito tratado escénico, como son todos los números en que están persiguiendo a Mari Pepa o el número final donde la orquestación es sumamente sutil y lo describe perfectamente. El terceto no está en ningún sitio. Se puede entrever el número de las comadres en Falstaff, y también en Rossini, pasado por la visión española. Tiene una primera parte, una especie de introducción un poco larga, una transición donde las tres están criticando a Mari Pepa, y después una “stretta” –pasaje musical a ritmo más rápido, y que suele aparecer al final de una aria o movimiento –, si estuviéramos hablando de ópera, pero en versión española. Es un zapateado. El terceto es un número muy corto, una absoluta delicia que me parece un orgullo tener esta ocasión para hacerlo, y de que se escuche por primera vez, ya que ni en la época se escuchó. Gracias a Juan de Udaeta y a Enrique Mejías también, por el trabajo. REENCUENTRO FELIZ CON Oliver Díaz rememora la estupenda relación que tuvo con los miembros de la Orquesta cuando estuvo en el Teatro de la Zarzuela como compositor y arreglista. Les encuentro en un momento excepcional, tanto musical como personal de tranquilidad y trabajo. Está siendo un gran disfrute viéndome con ellos. Ocurre lo miso con el Coro, un colectivo al que le tengo muchísimo cariño, que es el protagonista como he dicho. Está en un momento excepcional. También es un lujo trabajar con Juan Echanove. Es la primera vez, y espero que sea la primera de muchas. Oliver se siente ilusionado con todo el equipo y aludiendo a la gastronomía Espero que lo cocine bien y no meta la pata con el punto de sal. En ese sentido soy muy feliz. Quiero agradecer a Lara Diloy su colaboración. Son muchos años trabajando juntos en muchas producciones, y en esta ocasión, además del trabajo de asistencia también ella va a dirigir musicalmente dos funciones. LARA DILOY, directora musical
Lara Diloy, bautizada por la prensa como “la batuta de los nuevos tiempos”, ha trabajado como asistente en numerosas producciones líricas, junto a maestros renombrados. En la actualidad se ha con solidado como una directora de referencia en su generación. Con un amplio conocimiento del repertorio sinfónico y lírico, es invitada por muchas orquestas. En el Teatro de la Zarzuela ha dirigido Don Gil de Alcalá (CLICK), de Penella, y El año pasado por agua (CLICK) (Proyecto Zarza), de Chueca y Valverde, Por su parte Lara Diloy agradece al Teatro de la Zarzuela esta apuesta para que los directores más jóvenes podamos compartir… ¿Qué quieres decir con más jóvenes? (risas) – irrumpe Oliver –, somos de la misma generación (risas) aunque no lo parezca …más noveles podamos compartir con gente más experimentada… Porque empecé muy joven(risas)… …para mí es un lujo poderlo hacer con Oliver, la persona que me ha descubierto en profundidad el género y me ha transmitido su amor y su pasión por la zarzuela y por hacer las cosas con gran detalle y con una mirada maravillosa. Muchísimas gracias. Dar las gracias a la Orquesta, al Coro y a nuestros pianistas, Liliam y Ramón, porque el trabajo con ellos es maravilloso. También quién le iba a decir la niña que yo era con 10 años tocando estos preludios en la banda que años después podría tener la oportunidad de compartirlo con este pedazo de elenco y evidentemente con el maestro Oliver Díaz, con Juan Echanove y con todo el equipo.
FUNCIÓN PRECIO
Título: El Bateo (Sainete lírico en un Acto y Cuatro Cuadros) Edición crítica: María Encina Cortizo y Ramón Sobrino (Ediciones Iberautor, Promociones Culturales SRL / Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 1993) Título: La Revoltosa (Sainete lírico en un acto y tres cuadros) Escenografía y vestuario: Ana Garay Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro de la Zarzuela) Título: El bateo Título: La revoltosa Bailarines-figurantes: Rocío Agost, Alberto Aymar, Julia Cano, Ada Continente, Pablo Gutiérrez, Raúl Melcón, Úrsula Mercado, Julia Nicolau, Esther Ruiz, Gonzalo Simón, Fernando Trujillo, David Villanueva Director del Coro: Antonio Fauró
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El bateo-La revoltosa.Oliver.Echanove. 2025.TZ
