Actualmente en la cartelera de Madrid coexisten dos Tío Vania de Anton Chéjov. Uno en el Teatro Fernán Gómez (Sala Jardiel Poncela) bajo el título de Vania, y el otro en el Teatro Valle Inclán (Sala Francisco Nieva) bajo el título Espía a una mujer que se mata. Ambas tienen en común que basándose en el texto de Chéjov, olvidan la ambientación de la época y buscan el acercarse lo más posible a la estética de nuestros tiempos.
La información que nos ocupa ahora es la de Espía a una mujer que se mata, cuya versión y dirección es del argentino, consolidado en España, Daniel Veronese, quien deja claro la poética teatral elegida
ESPÍA A UNA MUJER QUE SE MATA Una marca escenográfica de Veronese es su concepción minimalista que campea por muchas de sus producciones, nacidas en Buenos Aires y representadas en Salas Alternativas. Lo ha dicho en más de una ocasión. Sólo necesita una pared y una puerta. Tal concepción la hemos podido constatar en la cita Mujeres soñaron caballos (CLIKEAR) y en Los hijos se han dormido (CLIKEAR), inspirada en La Gaviota de Chéjov. En esta ocasión la recuperación es literal: utiliza la misma escenografía de Mujeres soñaron caballos, y su misma ambientación sofocante.
Espía a una mujer que se mata se estrenó en El Camarín de las musas de Buenos Aires en 2006, por la compañía argentina Proyecto Chéjov. La función estaba concebida para ser representada inmediatamente después de Mujeres soñaron caballos. Terminados los aplausos los mismos actores comenzaban la nueva función. De ahí que valiera la misma escenografía. Espía a una mujer que se mata empieza donde acaba Mujeres soñaron caballos. Pocas veces se ha representado de esta manera. En 2007 se estrenaba en España Espía a una mujer que se mata, en la Sala Cuarta Pared. (CLIKEAR) En 2017 vuelve, pero al Teatro Valle-Inclán. Veronese indaga en el universo de Chéjov e incluye textos de Las criadas (CLIKEAR) de Jean Genet. (CLIKEAR). Cuatro hombres y tres mujeres se reúnen en la casa familiar. Entre ellos aflorarán una serie de problemas con la idea que atraviesa toda labora: una vida desperdiciada. Todo ello narrado a través de un ritmo vertiginoso. La historia de Chéjov le sirve, también, para platear temas como «el trabajo del actor, el lugar del público y de la crítica, el uso del espacio o la verdad del teatro actual»
En Mujeres soñaron caballos, Ginés García Millán y Susi Sánchez eran algunos de los intérpretes. En Espía a una mujer que se mata también intervienen junto a Jorge Bosch, Pedro García de las Heras, Malena Gutiérrez, Marina Salas, y Natalia Verbeke. Natalia Verbeke debuta en Madrid. La temporada anterior había estrenado en Bilbao Invencible, dirigida por Daniel Veronese. Al llegar a Madrid a los Teatros del Canal, un problema de salud obligo a que fuera sustituida por Pilar Castro . DANIEL VERONESE, Actualmente Daniel Veronese es nombre de sobras conocido en España. En 2002 en la sala Ensayo 100 – actualmente desaparecida – estrenó en Madrid Muerte de Marguerite Duras de Eduardo Pavlovski. Será en 2006 cuando la crítica le presta atención, así como el público, tras su dirección de El túnel de Ernesto Sábato que interpretaba Héctor Alterio. A partir de entonces ha sido un director de reconocida solvencia con una docena de montajes en España. Comenzó su carrera teatral como actor y mimo en 1985, y fundó la compañía Periférico de Objetos a partir del teatro de objetos.
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Título: Espía a una mujer que se mata (A partir de Tío Vania de Anton Chéjov)
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