Bette Davis (1908 – 1989) fue la primera presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas; Premio de la Academia como Mejor Actriz en dos ocasiones, y obtuvo diez nominaciones a los Óscar así como el premio a la Trayectoria del American Film Institute. Sus últimos años estuvieron caracterizados por un largo período de mala salud, pero continuó actuando hasta poco antes de su muerte por cáncer de mama, con más de 100 películas, ciclos televisivos y obras teatrales en su haber. En 1999, Davis fue seleccionada como la segunda mejor actriz de todos los tiempos en la lista del American Film Institute, solamente precedida por Katharine Hepburn. Una mujer irrumpe en el Hollywood Reporter para poner un anuncio: «Madre de tres hijos. Divorciada. Treinta años de experiencia como actriz de cine. Todavía con movilidad y más amable de lo que dicen los rumores. Busca empleo estable en Hollywood”. Quien la recibe no da crédito a sus ojos hasta que ella misma lo confirma: “Sí, soy yo, Bette Davis”.
Bette Davis fue una de esas míticas actrices de Hollywood, de la que pensábamos que tenía toda su vida resuelta, por eso nos sorprendió cuando alguna gacetilla y más tarde los cinéfilos airearon el anuncio que la propia Bette Davis envió al Hollywood Reporter: «Madre de tres hijos. Divorciada. Treinta años de experiencia como actriz de cine. Todavía con movilidad y más amable de lo que dicen los rumores. Busca empleo estable en Hollywood”. Tal grito de socorro desvelaba la otra cara del glamuroso Hollywood y la tragedia de una carrera en declive por motivos de la edad. La propia Bette Davis es consciente de todo su periplo como actriz que alcanzó la fama y su lucha por no desfallecer: “Cometí errores, pero tampoco me lo pusieron fácil. Amé a los hombres, aunque ellos nunca me amaron. No de verdad. Mi padre fue el primero en romperme el corazón. Después vinieron muchos más. De unos, recibí regalos. De otros… palizas. Algunos intentaron chantajearme, echarme de Hollywood, arruinarme. Pero yo nunca tiré la toalla. No. Seguí adelante, gané la partida… y me gané el respeto del público. Al final… fui más lista que todos ellos. Por algo me llaman… LOBA” Curiosamente este apelativo, Loba, con el que bautizaron a Bette Davis, es también el título de una de sus películas La Loba (1941), en castellano, de William Wyler, aunque el título en inglés es The little Foxes, a partir de la obra teatral homónima de Lilliam Hellman. Otra película mítica fue Eva al desnudo (1950), de Joseph L. Mankiewicz, quien, comentó que Bette Davis estaba «perfecta» y fue «el sueño del director: la actriz dispuesta» Juan Mairena, autor y director de La Loba se siente muy satisfecho por poder presentar este texto en un espacio como la Sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez, porque nosotros siempre hemos dicho que esta obra era para este Teatro. JUAN MAIRENA, director y autor
Juan Mairena es Premio Francisco Nieva 2018 por su obra Arrabal versus Cervantes. Autor y director de Cerda, con cuatro candidaturas a los Premios Max, incluyendo mejor espectáculo y autoría revelación, se estrenó en Madrid (2013) y Buenos Aires (2014). Su obra Loba obtuvo en 2023 el Premio Godoff de teatro. Se ha publicado recientemente en Estados Unidos. El resto de su obra está editada por Ediciones Antígona, Ediciones Invasoras, la Colección de Textos del Teatro Español y la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Juan Mairena es el autor y director de La Loba, texto que nació en su mente en 1989 cuando Bette Davis vino a España para recibir el Premio Donostia en el Festival de cine de San Sebastián. En palabras del propio Juan: Era su última aparición en público, su última actuación. Y ella, que estaba gravemente enferma, lo sabía. Por esa razón, planificó hasta el último detalle cada una de sus apariciones. La imagen de Bette Davis pronunciando el discurso de agradecimiento, sin apenas sostenerse, me llegó al alma. Al día siguiente me puse a escribir la historia de uno de los más grandes mitos del siglo XX. Para Juan la vida y personalidad de Bette Davis se concreta en una palabra: Actriz Ella quería ser actriz, no quería ser nada más ni nada menos, una buena actriz. Y lo fue desde el momento en que pisó un escenario en Broadway hasta su última actuación en el Teatro Victoria Eugenia. Murió en París unos días después, pero su espíritu sigue vivo en nuestros corazones. Esta obra es un homenaje a todas esas actrices que, llegadas a cierta edad, y después de toda una vida luchando, son relegadas a papeles secundarios y, muchas veces, al olvido. Contrariamente, tanto en teatro como en cine, hay muchos papeles de personajes mayores que se adjudican a actrices más jóvenes. La obra abarca desde el nacimiento de Bette Davis, 1908, hasta el día de hoy. Juan aclara que la razón de ese período es porque yo quería que Lukas Heller, el periodista que cuenta la historia, la contase hasta hoy, que es cuando se cumple el 35 aniversario de cuando Bette Davis recogió el premio Donosti en el Festival de cine de San Sebastián en 1989. Prácticamente se narra toda su vida, pero también lo que pasó después de su muerte. La obra fundamentalmente bascula sobre el personaje de Bette Davis, aunque existe otro personaje como es Lukas Heller interpretado por Carlos Troya en alternancia con Jorge Varandela. Se trata de un joven periodista que sueña con escribir guiones, y a través de su ídolo, Bette Davis, consigue conocer todos los entresijos de lo que es una estrella, y las luces y las sombras del personaje. MÉLIDA MOLINA, actriz Quien encarna a Bette Davis, es Mélida Molina, la cual era conocedora de este proyecto hace
muchísimos años. Juan me vio en una lectura, y me dijo que pensaba que yo era la actriz para esta función. La verdad es que Bette Davis siempre fue una de mis actrices preferidas, pero mi reacción era afrontar un reto o salir corriendo. No se trataba de imitara a Bette Davis, sino poder absorber ese aroma, pero lo que más me ha gustado del texto de Juan ha sido el que no solamente vamos a ver a la actriz de Hollywood, que todos, más o menos, podemos conocer, por información de sus películas, sino a ella como mujer y actriz que se enfrentó a una industria tremenda donde tenía a los actores y a las actrices como una propiedad, sobre todo las mujeres. Las actrices estaban sometidas, lo cual ella intentó romper y por ello luchar por ser una verdadera actriz. Ser una actriz significaba meterse en la piel de los personajes y crear su propios personajes así como ofertar caracterizaciones. Eso molestaba, porque molestaba a los señores de Hollywood que la mujer tuviese iniciativa, que manifestase sus propias ideas. Muchas ideas se las rechazaron, pero los señores de Hollywod las cogieron ellos como si fuesen porpias. De este montaje de La Loba, Mélida resalta algo que le ha impactado mucho en cuanto que Bette Davis se ha sacrificado mucho por el oficio, y esto le ha llevado a la soledad, lo cual le ha llevado a muchas dificultades como mujer. También ha sido una mujer que la han maltratado. Todo esto está lleno de fisuras que influyen en la falta de amor, pero sobretodo ella luchó ante todo y con todas sus fuerzas y toda su energía por respetar esta profesión. Mélida Molina (Alicante) es una actriz de teatro, cine y televisión, con un amplio curriculum en cada uno de estos medios. De Alicante vino a Madrid para estudiar en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático). Ha trabajado con directores como Miguel Narros, Mario Gas, Fernando Sansegundo entre otros. El mundo de la interpretación le ha llevado al diseño de tocados, creando su propia firma, Vanvara, y a la fotografía.
FUNCIÓN Encuentro con El Público PRECIO Otros Reservas de grupos y Amigos TFG. Si tienes entre 16 y 26 años
Título: LOBA (Bette Davis, una historia real) Intérpretes:
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La Loba. Mairena. Melida. B.Davis_TFG
