Cuatro mujeres – Nati, Patri, Ángeles y Marga – sometidas a tutela por los servicios públicos de bienestar comparten piso. Son cuatro personas no normales, es decir, con grandes dificultades para adaptarse a las normas, marcadas por distintos diagnósticos de discapacidad asociados a trastornos mentales. Una jueza abre un proceso para decidir si se ha de proceder a la esterilización forzosa de Marga. Marga escapa y ocupa una casa abandonada. La policía inicia su búsqueda. Una historia intensamente cómica y trágica donde el cuerpo es el centro de todo, el lugar de la opresión y el único lugar desde el que es posible emanciparse. Una bomba diseñada para reventar el concepto de discapacidad y reivindicar el derecho de todo lo vivo a gobernarse a sí mismo.
ALBERTO SAN JUAN, actor, dramaturgo y director La novela de Cristina Morales ha tenido un gran impacto hasta alcanzar múltiples ediciones y el Premio Nacional de Narrativa. Alberto San Juan pensó por qué no versionar teatralmente la novela. Alfredo Sanzol, director artístico del Centro Dramático Nacional, acababa de leer la novela y le pareció una idea muy buena. Ahí nació la coproducción del CDN con Bitó Producciones. Por parte de Alberto San Juan la decisión de adaptarla es porque vio que la novela estaba llena de posible acción teatral en cuanto a los personajes y diálogos. A ello se añadía un interés personal por el tema que no es tanto la llamada «discapacidad y diversidad funcional» sino la incapacitación general que padecemos en conjunto la población a la hora de participar en los asuntos comunes que determinan nuestra vida cotidiana. En mi opinión es un relato que habla del poder, y cómo una sociedad organizada a partir del poder como dominio de uno sobre otro, pues es una sociedad que interfiere entre los seres vivos y la posibilidad de vivir la vida con plenitud.
Otro aspecto que Alberto destaca es que es una obra sobre el deseo de vivir y la dificultad para hacerlo basado en una estructura de poder como voluntad de dominio. En este caso los personajes que la autora de la novela escoge y la adaptación son cuatro mujeres con diagnóstico de diversidad funcional que viven en un piso tutelado de la Comunidad de Madrid. La novela original ocurre en Barcelona y lo hemos trasladado a Madrid, por el simple hecho de Yo ser de Madrid y conocerlo mejor que Barcelona. Ese piso tutelado se puede tomar como metáfora de la sociedad en su conjunto. Es un universo específico para hablar de algo más grande. Cada una de esas cuatro mujeres se define por la posición que ocupa respecto a ese poder que les gobierna. Desde quien intenta adaptarse hasta quien lo analiza críticamente, pero no actúa; hasta quien no analiza, pero actúa y se va, hasta quien genera otra realidad en su cabeza para desconectar. LA ADAPTACIÓN En un primer momento Alberto propuso a Cristina Morales que hiciera la adaptación, pero no pudo por una serie de compromisos que tenía. Al decidirse él por la adaptación le fue enviando las mil y una versiones que básicamente era ir cortando un poco más y seleccionar. Era difícil porque me gustaba mucho todo y quería meterlo todo. Doscientas y pico páginas las reduje a un libreto de 50 páginas. La dificultad, para mí, era decidir qué es lo esencial para contar la historia de la forma más clara y entretenida posible. He añadido algo nuevo, porque Cristina había decidido que solamente tuvieran voz propia los personajes principales y el resto fueran instrumentales y no tuvieran discurso propio. Aquí hay tres personajes interpretados por Desirèe, por Marcos y Pablo Sánchez, que son una Jueza y dos personas que acuden a terapia con las protagonistas, que tienen su momento de contar algo personal o que les interesa. Esto surgió, en parte, porque yo tenía curiosidad qué pensaba, por ejemplo la Jueza o los dos personajes, y luego por el lujo de tenerles y disfrutarlos. De hecho el monólogo de Marcos se escribió durante el proceso de conocer a Marcos. También el de Desi y Pablo. En el de Desi y Marcos hay un componente personal contado por ellos. Tanto en el montaje como en algunos momentos de la escritura muchas cosas nacen de los intérpretes. CUANDO LA AUTORA ENTREGA ESA HISTORIA,
La versión resultante fue conocida periódicamente por Cristina Morales Siempre ha sido respetuosa y me he corregido pocas cosas puntuales, que me han parecido muy certeras. Aunque Cristina ha participado en el proceso porque colabora en la coreografía en el colectivo de danza teatro, del cual ella forma parte en Iniciativa Sexual Femenina, que son tres personas. Lo que no sé es cuál es su opinión sobre la versión. Su opinión, como compañera, me importante, pero cuando la autora de una historia entrega o vende esa historia para que otra persona lo adapte, quien lo adapte lo hará a su manera. La persona que escribió el original tiene derecho a tener una opinión, pero creo que no tiene gran importancia cuál sea su opinión. Es famoso el caso de Juan Marsé que vendía los derechos de adaptación al cine una tras otra sus novelas, y ponía parir las adaptaciones, pero seguía vendiendo los derechos. No tiene mayor importancia la opinión del autor original. Son obras independientes, aunque desde luego las adaptaciones no existirán sin el original. Existe una serie televisiva y el discurso de Alberto sobre la adaptación también es válido para ella. LA EXPERIENCIA DE ESTE PROCESO HA SIDO Trabajar con discapacitados era la primera vez para Alberto y por lo tanto no tenía ninguna experiencia, lo cual cabe apuntar a un asesoramiento. La asesoría ha sido la propia experiencia, la convivencia. Ha sido un proceso de aprendizaje: primero leí la novela que habla de una realidad donde existen voces dominantes y voces subordinadas o iniciadas que, a veces, es una realidad ayudada, que se entiende cómo actuar por el otro, silenciarlo, no escuchar. Primero pensé que esta historia tenían que hacerla actrices profesionales, con experiencia y «normales«, que en un lenguaje más correcto se llaman «normativos«. En un lenguaje más avanzado, todos y cada uno de nosotros, «diversos«. Te das cuenta que las formas de comunicarse son muy amplias. Finalmente hay un reparto que «a priori», antes de empezar los ensayos, hay tres actrices «normativas» y cuatro intérpretes con diversidad funcional, pero a día de hoy es un reparto de 7 personas, que como todos cada uno es de su padre y de su madre, son diferentes. Es verdad que vivir la experiencia del diagnóstico de la incapacidad, ir en una silla de ruedas etc… son experiencias comunes. Tanto Marcos como Desi tienen parálisis cerebral, pero son completamente distintos, pero como el orden social nos divide en categorías, genera una población subordinada: identidad tuya es marica, identidad tuya discapacidad, tú pobre, tú negro… Todas esas cosas son ficciones, que para que se produzca un encuentro entre dos seres humanos, conviene disolver. La experiencia de este proceso ha sido disolver estas ficciones que nos separan en identidades diferenciadas, por las cuales unos tienen que ayudar y otros tienen que ser ayudados. Unos tienen que tutelar y otros tienen que ser tutelados. Unos gobernar y otros ser gobernados. NO EXISTE NINGÚN SER VIVO QUE NO TENGA Los actores «normativos» fingen una discapacidad que no se especifica. Lo importante es que no encajan en la norma. Son personas inadaptadas, y, de alguna manera, está en la intención de este relato como es reventar el concepto de discapacidad y el de capacidad, para reivindicar el concepto de seres humanos, seres vivos. No existe ningún ser vivo que no tenga necesidad de ser ayudado en algo y capacidad de ayudar en alguna otra cosa. De los cuatro personajes del piso, sobre todo la tres actrices normativas, sus personajes están en situación límite, y quien haya padecido un estado de ansiedad o un estado depresivo, sabe qué es estar fuera de quicio, en estado enajenado. El propio estrés de la vida te puede llevar a ello. Las tres están en un estado donde tienen que encajar a la fuerza en una horma que les resulta incómoda y artificial. Ese es el conflicto. No han hecho un trabajo de diagnóstico y de los síntomas del personaje. No nos interesó.
FUNCIÓN PRECIO
Título: Lectura Fácil Equipo Bitò Intérpretes (por orden alfabético): Desirée Cascales Xalma (Jueza, Desi y Mamen), Laura Galán (en sustitución de Carlota Gaviño los días 28, 29 y 30 de diciembre y 1, 3, 4, 6, 7 y 8 de enero) Carlota Gaviño (Marga y psicóloga), Pilar Gómez (Patri y profesora de baile), Anna Marchessi (Ángeles), Marcos Mayo (Ibrahim), Pablo Sánchez (Antonio y Tío Joaquín), Estefanía de los Santos (Nati), Nacho Marraco (Voz Yifi)
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