El 2 de diciembre de 2013 se estrenaba en el Teatro Real de Madrid una coproducción del Teatro Real con el El Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia. Lo insólito de aquella producción era la traslación de lugar y época. En el original nos encontramos en una pequeña aldea del País Vasco (la edición inglesa la trasladará a una pequeña localidad italiana) a finales del s. XVIII. La versión que nos ofrece el director de escena Damiano Michieletto, la acción se desarrolla en el siglo XXI y en una playa del Mediterráneo.
Ahora se recupera la misma producción dirigida musicalmente por Gianluca Capuano, que debuta en el Teatro Real. En los papeles protagonistas se alternan Brenda Rae / Sabina Puértolas (Adina), Rame Lahaj / Juan Francisco Gatell (Nemorino), Alessandro Luongo / Borja Quiza (Belcore), Erwin Schrott / Adrian Sampetrean (Dulcamara), y Adriana González (Gianetta) El 9 de noviembre el tenorJavier Camarenainterpretará a Nemorino, antes de la Gala del Teatro Real el 13 de noviembre y del inicio de los ensayos de Il pirata de Vincenzo Bellini que se estrenará el 30 de noviembre de 2019. Nemorino es un joven campesino, ingenuo y taciturno. Está enamorado de la hermosa Adina, hija de terrateniente, pasa olímpicamente de Nemorino. Adina lee a sus trabajadores la historia de Tristán e Isolda, donde una bebida mágica redime las fechorías de Tristán. Nemorino se persuade que con una poción mágica podrá conseguir a Adina y separarla del petulante sargento Belcore, que propone matrimonio a Adina delante de todos. Llega el doctor Dulcamara, charlatán de profesión, que vende una sanadora poción. Nemorino relaciona rápidamente la poción de Dulcamara con la de Isolda y hará todo lo posible por conseguirla…. DAMIANO MICHIELETTO En la versión de Damiano Michieletto, el lugar es una playa con su torre para el socorrista y el chiringuito de Adina. Nemorino es un empleado de la playa para poner las sombrillas y las tumbonas. Belcore es un sargento de la marina y Dulcamara un espectacular promotor, como pide la sociedad de consumo, de un nuevo refresco. El resto del personal es el propio de una playa vistiendo bañadores y pareos, que juega sobre la arena, toma el sol y bebe.
Con esta versión, según Damiano Michieletto, lo que ha querido es mostrar la humanidad de los personajes, y para ello teníamos que encontrar un lugar que pusiera en contacto a estos personajes. Terminamos por inventar la posibilidad de ubicar la historia en una playa. Así pues, toda la historia transcurre en un día, una noche y el día siguiente en una playa, en la cual se da la posibilidad de que las relaciones entre estos personaje sean naturales y de una gran potencial. Mi historia de L’elisir d’amore es una historia de amor de verano en una playa. En esta playa hay un joven humilde, Nemorino, que es el encargado de llevar la sombrillas, limpiar los baños… Trabaja ahí. En la playa también hay una chica, Adina, que tiene un bar, un chiringuito. Y hay una historia de amor entre estos dos personajes. Hay otro personaje, Belcore, que es un militar, un marinero, que está de permiso y tiene poco tiempo para disfrutar de la playa y de las chicas. Así que inmediatamente busca una chica y se enamora de Adina. La historia continúa con la llegada de Dulcamara que llega a la playa vendiendo y anunciando productos para el cuerpo. Hay un momento en que Adina finge estar enamorada de Belcore, aunque lo hace para poner celoso a Nemorino, y Nemorino cree que está cambiando porque ha bebido el producto que anuncia Dulcamara. El cambio no es real, es una sugestión. Al final Adina se da cuenta de lo mal que ha tratado a Nemorino, y se da cuenta de cuan profundo es el amor que Nemorino siente por ella. La historia termina con este amor entre ellos. Si el amor continuará al día siguiente o no, no sabemos. Este es el recorrido de la historia. DULCAMARA VIENE DE
Esta adaptación no es pura invención por parte de Damiano ya que el personaje de Dulcamara viene de una experiencia personal en la playa, en verano. Un tipo y un grupo de chicas llegaron en un coche vendiendo productos para el cuerpo. Iba simplemente por la arena con el coche. Me di cuenta de dos cosas: él iba anunciando y tenía éxito porque vendía bebidas, crema solar…en un momento en que todo el mundo iba casi desnudo y quería lucirse. Para todo el mundo era importante el aspecto físico. En segundo lugar, tenía éxito porque toda esa gente en la playa, incluido yo, no teníamos nada que hacer, así que alguien que llega haciendo un poco de ruido, todo el mundo se acerca porque no tiene nada qué hacer. Así que lo tomé como inspiración para el personaje de Dulcamara, que hace del lugar que ocupa en la playa un gran anuncio publicitario. Damiano Michieletto (Venecia, 1975) se graduó en producción teatral y ópera en la escuela Paolo Grassi de Milán y en literatura moderna en la Universidad de Venecia. Ha dirigido La gazza ladra en el Festival Rossini de Pésaro, Il corsaro, Luisa Miller y Poliuto en la Opernhaus de Zúrich, la trilogía Mozart/Da Ponte y Die Zauberflöte en el Teatro La Fenice de Venecia, Die Entführung aus dem Serail en el Teatro San Carlo de Nápoles, La scala di seta, Un ballo in maschera y Falstaff en el Teatro alla Scala de Milán, Il barbiere di Siviglia en el Grand Théâtre de Ginebra, Il trittico, Idomeneo y A Midsummer Night’s Dream en el Theater an der Wien y The Rake’s Progress en la Ópera de Leipzig. También ha dirigido La bohème, La cenerentola y Alcina en el Festival de Salzburgo, Guillaume Tell, Cavalleria rusticana y Pagliacci en la Royal Opera House de Londres. Recientemente ha dirigido Il viaggio a Reims en el Teatro Bolshói de Moscú y en la Opera House de Sídney y Don Pasquale en Londres. En el Teatro Real ha dirigido L’elisir d’amore (CLIKEAR) (2013). L’ELISIR D’AMOR e IL PIRATA, L’elisir d’amore se considera una ópera de transición en el mundo de Donizetti como lo es Il Pirata de Bellini, ambas programadas para la temporada 2019/20. ambas con el mismo libretista, Felice Romani, el cual encarna de lo que es la transición, desde Metastasio y Carlo Goldoni a lo que será el romanticismo en la ópera. A Romani se le ha definidoo como escritor clasicista convertido en romántico. Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real recuerda que
L’elisir d’amore es una ópera bufa de estructura muy convencional, pero en el que el autor inserta ya personajes que entran muy directamente en lo que va a ser el mundo del romanticismo. En el caso de Il Pirata de Bellini, lo que hace el compositor es ajustar muy drásticamente del código de lo que era la ópera seria de la época, inspirada en el mundo rossiniano y lo adapta a lo que va a ser unos tiempos que desembocarán en un estilo completamente diferente. ÓPERA BUFA Y ROMANTICISMO EN
En 2013 Marc Piollet y Vicente Alberola se encargaban de la dirección musical (CLIKEAR). En esta ocasión es Gianluca Capuano (Milán). Graduado en filosofía por la Universidad de Milán, estudió órgano, composición y dirección de orquesta en el conservatorio de Milán, especializándose en música antigua en la Scuola Civica. En 2005 funda el conjunto vocal e instrumental Il Canto di Orfeo especializado en música barroca, con el que actuó en el Teatro alla Scala de Milán con Die Soldaten. Se le conoció internacionalmente dirigiendo Norma (Festival de Edimburgo) junto a Cecilia Bartoli. Ha dirigido Artaserse de Vinci y Leucippo de Hasse (Ópera de Colonia). Ha colaborado con los cantantes Michael Chance, Emma Kirkby, Max Emanuel Cenčić, Philippe Jaroussky, Diego Fasolis y Lorenzo y Vittorio Ghielmi. Desde febrero de 2019 es director principal de Les Musiciens du Prince y debutó con ellos en el Festival de Salzburgo con Ariodante, y volvió con La donna del lago. Recientemente ha dirigido Guillaume Tell (Choregies d’Orange), La morte d’Abel y Alcina (Salzburgo) e Il barbiere di Siviglia en el Teatro Massimo de Palermo. Es una época de transición, seguramentey L’elisir d’amore se estrenó en Milán en 1832 en el Teatro de la Canobbiana. Milán es mi ciudad y conozco bien la historia de ese período. Era un período de transición en el que acaecían cosas muy interesantes en Italia: pocos meses antes del estreno de L’elisir d’amore, Bellini había estrenado Norma en Milán. Hay que imaginar a los espectadores de aquella época poder escuchar dos obras maestras de dos autores del «bel canto italiano «. En el caso de L’elisir d’amore, Gianluca destaca características diversas.
La definición del libretista es «Melodramma giocoso«, que viene a ser una contradicción, porque, en realidad, es la inauguración de un nuevo género, que tiene precedentes. Basta pensar en el Don Giovanni de Mozart, que da Ponte, su libretista de Mozart, lo define como «Dramma giocoso«, por su relación con la ópera de finales del s. XVIII. Este mezclar géneros es muy evidente en L’elisir d’amore y en particular en las escenas nostálgicas, cuando Nemorino, en el segundo Acto después de muchas peripecias entre los personajes, todos se detiene y Nemorino canta el aria que vendrá a ser celebérrima: Una furtiva lacrima, la cual Donizetti la tenía ya escrita y la rescató para utilizarla en esta obra, probablemente porque el primer un tenor quería un aria importante. En realidad era una romanza porque no tiene la forma típica de aria con cavaletta, pero ha sido famosísima. En ella Donizetti muestra no solamente su capacidad de orquestador, pues hay muchos colores particulares como es un arpa que hace el contracanto a Nemorino, Otro aspecto a destacar es el uso por primera vez en la historia de la ópera de una tonalidad muy compleja, en si bemol menor. Tiene tantos bemoles que es algo bastante inédito, lo cual se ve que quiere experimentar nuevos colores. Hay que recordar que a cada tonalidad asocia un tipo de sonido diverso por parte de la orquesta. No todas las tonalidades suena iguales, por así decirlo. Existen también otras transposiciones y parece ser que pretendía experimentar el mezclar el género bufo con el género melancólico, que pocos años antes había estado utilizado por Rossini. En 1828/29 Rossini escribe en París su última gran ópera Le Comte Ory y Guillermo Tell, y después termina de escribir. Ya no tiene inspiración, pero no sabemos por qué. Es como si él pasase el testigo a los jóvenes que llegaban, y en particular a Bellini y Donizetti, que continuaron este elemento fuertemente romántico que explota en Guillermo Tell. Este elemento romántico que procede de Alemania, entra en la ópera italiana a través de algunas figuras como es
un compositor que, por desgracia, hoy no sube al escenario como es Alessandro Rolla, que fue un gran virtuoso de la viola, del violín. Tocaba siempre con Pagannini, el cual siempre quería tocar en concierto con él. Alesandro fue el primer director de orquesta en el estreno de L’elisir d’amore, en Milán. No podemos pensar en aquellos directores de orquesta como la figura moderna como lo que yo hago moviendo las manos. Entonces el director de orquesta dirigía tocando el violín. Era el primer violín y coordinaba las diversas partes. Alessandro Rolla fue el primero que trajo la música de Beethoven a Italia. Era el primer violín en el Teatro alla Scala en el primer decenio de 1800, y fue el primero en dirigir alguna sinfonías de Beethoven en Milán. Era una gran novedad par a los espectadores milaneses, y fue pocos años después de la muerte de Beethoven en el 1827 y aquí estamos en el 1832. Por lo tanto este elemento romántico que viene asumido por la ópera italiana lleva a cambiar el lenguaje, de alguna manera. El lenguaje de la ópera italiana de aquella época provenía de Mozart, del clasicismo vienés y Rossini lo lleva por otra dirección, y Donizetti y Bellini siguen este modo de escribir haciendo un género en sí mismo. A nivel musical Gianluca apunta que en L’elisir d’amore hay citas de Mozart, Rossini, alusiones al romanticismo. Hay continuas citas.
Yo he dirigido siempre la música antigua, y sólo desde hace 5 o 6 años dirijo ópera y por eso posiblemente me divierte tanto hasta ahora. Para mí es importante aproximarse a ella sin prejuicios de la así dicha tradición. Hay que encontrar la vitalidad que tiene la obra. En una puesta en escena como ésta es algo nuevo. inspira y a mí un tiempo más rápido, del cual los cantantes se lamentan. Es un modo de hacer teatro en la ópera. Espero que el público sepa captar este aspecto de recreación que habla a la gente de hoy. Esta versión sorprende por el movimiento continuo de todos los actores con una serie de juegos de playa, lo cual puede crear dificultad en los cantantes. Esta es una vieja polémica y de, hecho, algunos cantantes censuran el movimiento excesivo en escena. A este respecto Gianluca recuerda que En la historia del melodramma la parte actoral del cantante siempre ha sido fundamental. Los grandes cantantes del pasado eran grandes actores. Bellini tiene un bella definición cuando habla del propio canto, habla de un cando «declamado» y este «canto declamado» alude a la capacidad dramática de los cantantes, es decir la capacidad actoral. Eran grandes actores. Los grandes dramas pueden ser ajenos a la puesta en escena. La ópera surge sobre la escena con todas las dificultades que puedan existir. Ahí se ve qué cantante es un buen actor y quien solo debe cantar en concierto. DONIZETTI DE SU TRAGEDIA PERSONAL La vida de Donizetti (zona suburbana de Bérgamo) no fue un camino de rosas a nivel familiar personal: procede de una familia muy pobre y la tragedia se ceba con la muerte de sus hijos, de sus padres y su mujer. Poco años antes de morir, fue preso de la locura. Sus óperas cultivan el género dramático, pero no obstante no resistió la tentación de la ópera bufa. El género bufo había alcanzado un gran éxito – recuerda Gianluca Capuano. La ópera bufa nace en Napóles y se exporta a Venecia. Todos los grandes compositores si querían presentar unas buenas credenciales escribían ópera bufa, porque al público le gustaba. Es un género para el que escriben con gusto y en Italia en modo particular. A medida que avanza el tiempo, el gusto cambia y la ópera bufa se transforma. L’elisir d’amore es un testimonio de esta transformación hacia el paso a Verdi quien no escribe una verdadera ópera bufa. Por ejemplo Un giorno di regno con libreto de Felice Romani tiene elementos bufos, pero, seguramente, va en otra dirección. Obviamente la relación con la vida privada de Donizetti podemos sólo especular. A mi parecer era una cuestión de mercado. Para estar en el mercado había que escribir ópera bufa. Se puede ver en Rossini que empieza con farsas simples en un Acto en Venecia al inicio, pero después escribe cosas más complejas y aborda la ópera seria que conocemos. Es curioso como el estreno de L’elisir d’amor se estrena en Milán en el Teatro de la Canobbiana y no alla Scala. La Canobbiana era un teatro más popular mientras que alla Scala iba la nobleza. L’elisir d’amore tenía un «target» popular y fue muy popular en vida de Donizetti y repuesta muchas veces. Donizetti fue un compositor que componía a gran velocidad y resultaban obras maestras, apunta Joan Matabosch. Murió a los 50 años y compuso 75 óperas. Emilia Blanca, la viuda de Felice Romani escribió una biografía de su marido y aparecen compositores de su entorno. En el momento en que trabajaban Donizetti y Romani en L’elisir d’amore y tenían que hacerlo en15 días, Emilia cuenta por boca de Donizetti: «Me detuve un momento para ver si me entregaba algo (Felice Romani). De hecho mi buen amigo me entregó un dúo completo. Mientras yo leía los versos, me sentí tan inspirado, que, sin darme cuenta, empecé a leerlos ya puesto en música. Quise tomar nota y esta noche antes de acostarme quiero orquestarlo y entregarlos mañana al copista». Joan Matabosch recuerda que Flaubert decía de Donizetti que era un compositor «con un talento increíble y un fecundidad, todavía más increíble, sólo superada por los conejos».
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Título: L’elisir d’amore (Melodramma giocoso en dos actos) EDICIÓN MUSICAL : Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
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