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HISTORIA NATURAL ORIGINALIDAD Y MADUREZ
El propio título anticipa la estampa entrañable y socarrona que el veterano grupo gallego propone como imagen metateatral de sí mismo, y también como espejo, que divierte y desasosiega a un tiempo, en el que puede mirarse el espectador. La fiesta campestre, la comida – popular y abundante -, la música de viento y percusión, el baile, son los componentes inmediatos de este espectáculo de corte aparentemente popular, pero de referentes intelectuales y dramáticos ambiciosos. La deconstrucción, la
apelación inmediata al espectador, la reflexión continuada sobre un sempiternamente diferido proceso del espectáculo aproximan Historia natural (Eloxio del entusiasmo) a los Insultos al público, de Handke, de quien se toma prestado algún texto. Y los tics y manías de los personajes, la imposición – ingenua y cruel, a la vez – de los discursos y de los caprichos a los otros, las reiteraciones expresivas de cada uno de ellos, que ninguno de los otros parece capaz de detener o de rectificar, y otras actitudes similares podrían leerse como una versión humorística, tierna e irónica, de aquella invisibilidad de los personajes característica del teatro de Pinter. El término, un tanto gastado y tópico, de incomunicación no es el más adecuado para expresar esta situación, caracterizada precisamente por un exceso de verborrea y sobreactuación que revela un comprensible, pero mezquino, deseo de atención y una preocupante impermeabilidad respecto al otro, manifestados por medio de esta curiosa y prolongada y a veces insulsa fiesta campestre.
Todo ello se vierte en un complejo y vertebrado lenguaje dramático que parece ocultarse pudorosamente bajo la apariencia de la broma, de la desestructuración y del guiño cómplice, como si no fuese posible construir una trama al uso o como si los ejecutantes fuesen incapaces de llevar a cabo su proyecto. No hay tal. El gusto por el constante empleo de recursos metateatrales, de rectificaciones o de explicaciones y anticipos pertenece al terreno de una investigación dramática abordada con rigor, pero con levedad, sin asomo alguno de pedantería o de pretenciosidad.
El espectáculo resulta así gozoso y agudo, atractivo e intenso. Contribuye a ello la abundancia de las imágenes felices, plásticas sonoras o conceptuales, humorísticas o líricas, y también una integración de actores, músicos y bailarines, quienes a la hora de ejecutar sus trabajos han aceptado la posibilidad de traspasar los límites estrictos de las tareas asignadas y han abandonado también toda suerte de virtuosismo al servicio de un proyecto común, que se nos muestra pleno de originalidad y madurez. Matarile es, con toda seguridad, uno de los colectivos que ofrece una línea de investigación teatral más interesante, más definida y más consolidada del panorama teatral español. Más información
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