
UN TRANVÍA LLAMADO DESEO
Texto: TENNESSEE WILLIAMS
Adaptación: DAVID SERRANO
Música: LUIS MIGUEL COBO
Dirección: DAVID SERRANO
Intérpretes
NATHALIE POZA / PABLO DERQUI / MARÍA VÁZQUEZ /
JORGE USÓN / CARMEN BARRANTES / RÓMULO ASSERETO /
MARIO ALONSO / CARLOS CARRACEDO /
en el
TEATRO ESPAÑOL
(SALA PRINCIPAL)
de
MADRID
Del 12 de Junio al 27 de Julio de 2025
– En 1947 se estrenaba “Un tranvía llamado deseo” de Tenesse Williams en Broadway (EEUU). España fue la última en estrenarla, 1961. Ahora vuelve al Teatro Español de la mano de David Serrano.
– La acción se desarrolla en un caluroso apartamento de Nueva Orleans, donde las tensiones se disparan. Nathalie Poza, Pablo Derqui y María Vázquez son los protagonistas, secundados por Jorge Usón, Carmen Barrantes, Rómulo Assereto, Mario Alonso y Carlos Carracedo.
– “Un tranvía llamado deseo”,premio Pulitzer 1948 es obra fundamental de la dramaturgia norteamericana que retrata el choque entre deseo, memoria y realidad a través de las hermanas DuBois.
“Un tranvía llamado Deseo” transcurre en Nueva Orleans a donde llega Blanche Dubois, una mujer de clase acomodada que deja su ciudad natal tras perder hogar y fortuna. Se refugia en la casa de su hermana Stella, casada con Stantley Kowalski, un obrero de origen polaco, rudo, bebedor y jugador. La llegada de Blanche interfiere en la convivencia del matrimonio, y la relación entre cuñados cada vez es más tensa, al tiempo que entre ellos surge una atracción que desembocará en una tragedia.

FOTO: ELENA C. GRAIÑO
“Un tranvía llamado deseo” se estrenó en el Teatro Ethel Barrymore de Broadway – después de tener que aquilatar aquí y allá por la censura – el 3 de diciembre de 1947, dirigida por Elia Kazan. Permaneció en cartel hasta el 17 de diciembre de 1949. La protagonizaron Marlon Brando (Stantley Kowalski), Jessica Tandy (Blanche Dubois) (luego reemplazada por Uta Hagen), Kim Hunter (Stella Dubois) y Karl Malden (Harold Mitchell). En 1948 la obra ganaba el Premio Pulitzer en la categoría de drama, y Jessica Tandy ganaba el Premio Tony como mejor Actriz en 1948.
En 1951 el mismo Elia Kazan dirigió la versión cinematográfica con guión de Tenesse Williams, Oscar Saul y el propio Elia Kazan. Marlon Brando, Kim Hunter y Karl Malden repetían personajes, y Blanche Dubois transitó por Bette Davis, Olivia de Havilland, quienes lo rechazaron. Vivien Leigh lo había interpretado en la producción londinense dirigida por Laurence Olivier y fue la elegida. En el imaginario de “Un tranvía llamado deseo”, Vivien Leigh será para siempre Blanche Dubois.
EL TRANVÍA DESEO EN ESPAÑA
España fue la última de las naciones europeas e Hispano americanas que estrenó «Un tranvía llamado deseo«. Se estrenó en 1961 en el Teatro Reina Victoria de Madrid, con Asunción Sancho (Blanche), Julieta Serrano, Wolf Ruvinskis, Antonio Amorós ,Olga Peiró, Mary Paz Ballesteros, Francisco Valladares y Ana del Arco.
Volvió en 1994, dirigida por José Tamayo Rivas (click) y protagonizada por Ana Marzoa (Blanche), Natalia Dicenta, Pedro Mari Sánchez, Alberto Jiménez, Jacobo Dicenta y Natalia Duarte.
En 2010, Mario Gas dirigió una nueva versión en el Teatro Español (click), con Vicky Peña (Blanche), Ariadna Gil, Roberto Álamo y Alberto Iglesias.
Tangencialmente la trama de “Un tranvía llamado deseo” aparece en la película “Todo sobre mi madre” (1999) de Pedro Almodóvar, en la que Marisa Paredes encarna a la actriz Huma Rojo que interpreta Blanche Dubois, y Cecilia Roth, en el papel de Manuela, sustituye a una actriz que interpreta a Stella Dubois. Los diálogos se basan en la película de 1951 y no en la obra de teatro de 1947.
El rastro de “Un tranvía llamado deseo” llega hasta el mundo musical. En 1952 se estrenaba una versión de ballet en el Teatro Her Majesty de Montreal, con música de Alex North, quien también compuso la música de la película. En 1995 André Previn componía una ópera con guion de Philip Littell, estrenada en la ópera de San Francisco.

FOTO: ELENA C. GRAIÑO
LIDIAR CON LA CENSURA
“Un tranvía llamado deseo” desde su estreno ha tenido que lidiar con la censura, la cual invadió también la versión cinematográfica hasta el punto de que las referencias a la homosexualidad del esposo de Blanche se suprimieron en la película y se explicó el suicidio de él por su debilidad. Los mismo otros temas como la mención de la bisexualidad, y una forma más precoz al tratar el tema sexual. Entusiasmo y rechazo fueron las dos reacciones del público de la época. No se soportaba especialmente la escena de la violación. Detrás de estas quejas estaba el Código Hays y La legión de la Decencia. Tennessee hizo ajustes, pero se negó a eliminar dicha escena. Se encontró una solución intermedia. Los personajes que cometían actos inmorales debían ser castigados.
Ahora, después de 78 años de la publicación de “Un Tranvía llamado deseo” (1947) vuelve una nueva versión al Teatro Español dirigida por David Serrano e interpretada por Nathalie Poza (Blanche Dubois), Pablo Derqui (Stanley Kowalski), María Vázquez (Stella Kowalski), Jorge Usón (Harold Mitchell), Carmen Barrantes (Eunice Hubbel), Rómulo Assereto (Pablo), Mario Alonso (Steve), Carlos Carracedo (Joven).
DAVID SERRANO, director y guionista cine y teatro.
UN TEXTO REDONDO, INCUESTIONABLE
David Serrano director teatral y cinematográfico todo terreno, en estos últimos años nos ha ofrecido una serie de versiones musicales: “Hoy no me puedo levantar”, “Billy Eliot”, “Mamma Mía”, “Matilda”, “Grease”, “Teh Book of Mormon”, “El otro lado de la cama” (cine)… Para David, “Un tranvía llamado deseo” es una de las cumbres de la dramaturgia norteamericana,
un texto redondo e incuestionable sin el que es imposible entender el teatro del siglo XX. El Tranvía resulta hoy tan rica y poderosa como cuando se estrenó hace 78 años, y es que muy pocas obras han aguantado tan bien el paso del tiempo y aún menos obras están tan presentes, obviamente debido en gran parte a su adaptación cinematográfica, en la memoria de los espectadores de todo el mundo. La obra habla de la soledad, una obra que está llena de dolor. Esta versión teatral se centra en los claroscuros del alma.

FOTOS: ELENA C. GRAIÑO
Ante un autor siempre está la pregunta obligada de qué es lo que hay de autobiográfico en sus obras. David piensa que
Tennessee Williams quizá es el más autobiográfico de los dramaturgos estadounidenses. Afirmaba que cada una de sus funciones daba cuenta “del estado de mi mundo interior en el momento en la que fue escrita”. Esto es especialmente claro en el Tranvía, donde plasmó, con una tremenda honestidad, su compleja relación con el amor y el deseo. El amor, la pasión y el deseo, los prejuicios, la diferencia de clases sociales, la violencia, la realidad que contrasta con la vida soñada están presentes en esta historia de trágico final.
MI PRIORIDAD COMO DIRECTOR
PONERME AL SERVICIO
DE LA HISTORIA Y DE LOS ACTORES
En general los personajes de sus obras, según Tennessee
reflejan, además, muchos aspectos de su fascinante personalidad y la de la gente que lo rodeaba. “Habría que dejar siempre en un personaje dramático un campo que no se comprenda. Siempre tendría que haber en los personajes humanos una región misteriosa”, decía Williams, y desde luego en el Tranvía lo consiguió. Mi prioridad como director siempre ha sido ponerme al servicio de la historia y de los actores, y teniendo en las manos una obra maestra como el tranvía aún lo será más.
A nivel mundial la versión cinematográfica, probablemente, ha sido más vista que la versión teatral, y es la que está en el imaginario de una generación. Fijó la construcción, sobre todo, de personajes como Stanley Kowalski, que fue muy modelado por el propio Marlon Brando, así como su sudorosa camiseta de tirantes, impregnada de sensualidad. De esta abducción del personaje escrito por parte del actor es consciente el propio Marlon Brando. Algo parecido sucede con la etérea Vivien Leigh al interpretar a Blanche Dubois. Consciente de estos imaginarios, David Serrano advirtió desde un principio
He dicho a los actores que afrontáramos esta obra como si no se hubiera hecho antes y que trabajásemos el texto olvidándonos de las otras versiones que se hayan podido hacer. Incluyéndola interpretación de aquellos actores.

FOTO: ELENA G. GRIAÑO
Como sucede habitualmente en el tránsito del papel a la escena, el actor suele apoderarse del personaje y llevarlo a su terreno.
El mismo Brando decía que no era el adecuado para el personaje de Stanley Kowalski. Hizo su propia versión, que es muy apabullante, pero, analizando el texto, tampoco es la más cercana al espíritu de Williams. En esta ocasión basta comparar el físico de Pablo Derqui con el de Marlon Brando. Nada que ver. Tampoco su personalidad. Imitar a Brando sería ridículo.
Para Pablo Derqui, Stanley no es lo que aparenta
Además de ser un tío rudo capaz de pegar a su mujer, tiene claroscuros y un complejo de inferioridad muy grande porque es una persona sin estudios, hecha a sí misma. Sus padres son inmigrantes polacos que llegaron a Estados Unidos. Se confronta con Blanche Dubois, cuyo pasado está lleno de profesores de literatura.

FOTO: ELENA G. GRAIÑO
HE PUESTO EL FOCO EN LA FRAGILIDAD EMOCIONAL
DE LOS PERSONAJES Y EN LA VIOLENCIA LATENTE
La propuesta de David Serrano se apoya más en su dimensión teatral, y huyendo de imitaciones pone de relieve
La verdad de los actores y el poder del texto teatral. He puesto el foco en la fragilidad emocional de los personajes y en la violencia latente de cada escena. Los tres personajes protagonistas, Stanley, Blanche y Stella, aparecen marcados por deseos, frustraciones y diferencias irreconciliables, que lleva a la tragedia. La fuerza de la pieza radica en la tensión constante entre lo que se dice y lo que se oculta, entre la realidad brutal y las ensoñaciones con las que Blanche intenta sobrevivir. El amor, la pasión y el deseo, los prejuicios, la diferencia de clases sociales, la violencia, la realidad que contrasta con la vida soñada están presentes en una historia de trágico final. Se trata de una gran obra que aborda el choque entre la ilusión y el realismo y define el teatro de los años 40 norteamericanos, convirtiéndose en un clásico para las generaciones siguientes. Un viaje por Nueva Orleans a través de un tranvía con dos paradas – Pasión y Muerte – entre las que los protagonistas deben decidir; dos estaciones que definen el trágico e inevitable destino al que se dirigen.
UN TRANVÍA LLAMADO DESEO
Tras la noche del estreno de “Un tranvía llamado deseo” en el New Haven, la compañía fue invitada a la casa de Thorton Wilder. No habían salido las críticas y la incertidumbre campeaba sobre los actores. Wilder sentenció, según el propio Williams, “La pieza está basada en una premisa fatalmente errónea: ninguna mujer que hubiera sido una señora, como Stella aceptaría en forma alguna casarse con un ser tan plebeyo como Stanley”. Con el estreno de Boston, la pieza comenzó a recopilar críticas positivas y fue en Filadelfia cuando el éxito pareció estar asegurado. El estreno en Nueva York, ratificó esa sospecha. Truman Capote, en la muerte de Tennesse Williams, recordaba ese éxito neoyorquino.
“En la escena final, mientras se atenuaban las luces y Blanche Dubois, tendiendo la mano hacia las tinieblas de la escalera para recibir la ayuda de una enfermera y un médico “Quienes quiera que sean ustedes, siempre he dependido de la cortesía de los desconocidos”, un gélido silencio paralizó al público (…) El silencio se prolongó por un largo rato, aún después de que cayera el telón. Luego estalló una catarata de aplausos (…) Jessica Tandy y Marlon Brando tuvieron que salir dieciséis veces a saludar antes de que el autor accediese presentarse (…) Alzó dos manos de campesino y logró atemperar el éxtasis lo suficiente para decir: “Gracias, muchas gracias” (…) Tennessee era un hombre triste (…) y para mí Blanche y su creador (Tennessee) eran intercambiables: compartían la misma sensibilidad, la misma inseguridad y la misma sabia lujuria”.
Cuando en 1949 Luchino Visconti montó la obra en Roma, estando presente Tennessee Williams, al dirigirse a Tennessee le llamaba Blanche.

FOTO: ELENA G. CRIAÑO
FUNCIÓN
19:00h
Domingo 27 de julio: 18:00h.
PRECIO
De 22 € a 6 €
Descuento general del 25%
Días del espectador: martes y miércoles. No aplicable para funciones con cinco representaciones o menos ni para ciclos especiales. Menores de 14 años, Grupos a partir de 20 personas, Centros escolares.
Descuento del 20%
Jubilados y mayores de 65 años, Carnet joven, desempleo, discapacidad, en silla de ruedas y acompañante, Familias numerosas, carnet de Bibliotecas Municipales.
RESERVAS PERSONAS EN SILLA DE RUEDAS
Comunicarlos al adquirir sus localidades. Estas entradas se reservan únicamente en taquilla, tanto de forma presencial como por teléfono.
Entrada gratuita para usuarios JOBO (Solo en las sesiones de martes a viernes, si hay aforo disponible.)
Título: Un tranvía llamado deseo
Texto: Tennessee Williams
Adaptación: David Serrano
Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Vestuario: Ana Llena
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Composición musical: Luis Miguel Cobo
Movimiento escénico: Carla Diego Luque
Ayudante de dirección: Montse Tixé
Ayudante de vestuario: Tania Tajadura
Fotografía: Elena C. Graiño
Producción Ejecutiva: Lola Graíño
Una producción de Producciones Abu, Milonga Producciones, La Casa Roja Producciones, Teatro Picadero y Gosua
“A streetcar named desire” se presenta por acuerdo especial con The University of the South, Sewanee, Tennessee
Agradecimientos: Teatro Palacio Valdés (Ayuntamiento de Avilés), Lúa Dupla, Julio Jiménez (Taicher)
Intérpretes: Nathalie Poza (Blanche Dubois), Pablo Derqui (Stanley Kowalski), María Vázquez (Stella Kowalski), Jorge Usón (Harold Mitchell), Carmen Barrantes (Eunice Hubbel), Rómulo Assereto (Pablo), Mario Alonso (Steve), Carlos Carracedo (Joven)
Dirección: David Serrano
Duración: 180 minutos (con descanso)
Estreno en Madrid: Teatro Español (Sala Principal), 12 – VI – 2025

TEATRO ESPAÑOL
(SALA PRINCIPAL)
Plaza de Santa Ana, C. del Príncipe, 25
28014 – Madrid
Tf. 914 52 04 72
Metro: Sol (L1, L2 y L3) Sevilla (L2) Antón Martín (L1).
Autobuses: Sol, Sevilla, Antón Martín.
Parking: Garaje Centro (Calle Relatores, 11) Sevilla (Calle de Alcalá, 17 – B)
Benavente (Plaza de Jacinto Benavente) Santa Ana (Plaza de Santa Ana