La verbena de la Paloma. Breton. Nieves.TEDGV

– La Compañía Nieves Fernández de Sevilla vuelve un año más con “La verbena de la Paloma” al Teatro EDP Gran Vía. Son ya 16 años consecutivos, por los que han idos pasando grandes profesionales de la lírica. 
– Todos los años han sido record de taquilla. Como en otros años a la estructura original de la obra, se añaden números del género chico y otros de nueva composición.
Lorenzo Moncloa dirige la puesta en escena, y César Belda la dirección musical con una orquesta en directo de 20 músicos.

FOTO: COMPAÑÍA NIEVES FERNÁNDEZ SEVILLA

“La verbena de la Paloma”, subtitulada como “El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos”, es un sainete lírico que anidó en el Teatro por horas y terminó siendo representante del género chico. Con libreto de Ricardo de la Vega y música de Tomás Bretón, se estrenó el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid. Su título hace referencia a las fiestas madrileñas en torno al 15 de agosto, cuando se celebra la fiesta de la Virgen de la Paloma.

El argumento parte de un hecho real. Ricardo de la Vega, su libretista, colaboraba con La Gran Vía, una revista de la época. Aunque la primera máquina de escribir con éxito para ser utilizada comercialmente fue en 1872, en 1893, Ricardo de la Vega no dominaba el invento y seguía enviando sus artículos a mano, con una letra endemoniada. El cajista de imprenta, frecuentemente, tenía que acudir a su casa para que le descifrara tal o cual palabra. Estas periódicas visitas crearon cierta amistad y confidencias entre cajista y escritor, hasta el punto de que un 14 de agosto el cajista no pudo disimular su rostro preocupado. A la pregunta de Ricardo “¿Qué te pasa muchacho?”, el cajista dio rienda suelta a su dolor: “He reñido con mi novia; la he visto junto con su hermana paseando en coche de caballos y dejándose halagar por un viejo verde. Mañana si nos encontramos en la verbena de la Paloma prometo armar un escándalo”
Tal información quedo almacenada en la mente de Ricardo y poco después surgió el libreto de “La verbena…”. Aquellas palabras reales del cajista, Ricardo las puso en boca de Julián, su protagonista:  

En ese fragmento de texto de Julián, así como en las palabras reales del cajista amigo de Ricardo, se resumía la historia y el conflicto de la obra.

FOTO: COMPAÑÍA NIEVES FERNÁNDEZ DE SEVILLA

El 16 de agosto de 1893, el Heraldo de Madrid informaba que “La verbena de la Paloma” con música de Ruperto Chapí (click) se incluía en la programación de la temporada 1893/94. El estreno sería el 4 de enero de 1894. Seis días después La Correspondencia de España informaba de un altercado entre Chapí y los empresarios del Teatro Apolo. En los mentideros se rumoreaba que a la posible música de Chapí le faltaría un poco más de chulería. Según algunos investigadores la razón fundamental del rechazo del libreto por parte de Chapí, se debía a que el compositor estaba ocupado por la creación de la Sociedad de Autores y por una obsesión de buscar para la zarzuela una música más clásica. El 10 de febrero, El Imparcial publicaba que “La verbena de la Paloma” estaría musicada por Tomás Bretón.  
Tomás Bretón, como Ruperto Chapí y otros compositores españoles, estaban obsesionados por crear una ópera nacional. Ese gusto y conocimiento operístico, Bretón, los traslada a esta zarzuela del género chico.  Uno de los síntomas es inundar casi todo el libreto de música e incluso algunos diálogos son arropados por la melodía de la orquesta. La obra consta de un acto con tres cuadros. El primer cuadro y el segundo cuadro tienen como protagonista la música, de ahí que se parezca a la ópera cómica.   

FOTO: COMPAÑÍA NIEVES FERNÁNDEZ DE SEVILLA

La partitura alterna una serie de números cantados polifónicos con otros de la ópera bufa, como son las coplas de Don Hilarión. Otros estilos son las músicas en boga: las seguidillas del primer y tercer cuadro, los bailes de salón como la mazurca del organillo y la soleá de la cantaora. Las voces siguen las líneas de del género chico, de modo que no tengan gran dificultad, hasta el punto que, a veces, se habla de actores-cantantes. Las tesituras con las que juega son soprano, para la protagonista Susana; mezzosoprano para la cantaora y la señá Rita; barítono para Julián el protagonista; tenor para los personajes cómicos, al que se le pide una voz un tanto cascada, como también sucede con Don Hilarión. Esos criterios a lo largo de los años han ido cambiando, sobre todo a raíz de las grabaciones discográficas por cantantes de ópera.
En el caso de Don Hilarión, las tesituras posibles son actor-cantante, tenor cómico o bajo. Por todas ellas han ido pasando todas las versiones, según se plantease la edad – no precisada en el libreto -, algunos lo ven como un viejo baboso basándose en la información del cajista de imprenta real – “dejándose halagar por un viejo verde” -, y otros como un hombre maduro pero vigoroso. En cuanto a la tesitura ha ido cambiando según el cantante que lo interpretase. Uno de los intérpretes que más ha perfilado la figura de Don Hilarión ha sido Miguel Ligero, tanto por su intervención en las películas de 1935 (dtor. Benito Perojo) y 1963 (José Luis Sáenz de Heredia) como en la grabación discográfica de Ataulfo Argenta (1958) con las voces de Ana María Iriarte, Inés Rivadeneira, Manuel Ausensi y Miguel Ligero.

DISCO 1958 / TOMÁS BRETÓN
FOTOS: ARCHIVO

La compañía de Nieves Fernández de Sevilla acude todos los agostos madrileños con “La verbena de la Paloma”. Son ya 16 años. A lo largo de todos estos años han ido incorporándose diversos cantantes, como invitados, a la plantilla de la Compañía. Dirige escénicamente la obra Lorenzo Moncloa y musicalmente César Belda.  Lorenzo Moncloa describe la obra.

Aunque se trata del género chico, “La verbena” tiene el empaque de una ópera o zarzuela grande en lo que se refiere al espacio escénico, lo cual será un caballo de batalla para el futuro, cuando olvide los telones pintados y se comprometa con los decorados de volumen. Es un acto único con tres cuadros, y cada uno de ellos con un decorado distinto. A lo largo de estos 16 años la Compañía de Nieves Fernández de Sevilla ha ido pasando por distintos espacios escénicos de volumen, así como una evolución en el vestuario.

FOTO: COMPAÑÍA NIEVES FERNÁQNDEZ DE SEVILLA

Lorenzo Moncloa subraya que como en otras ocasiones se añaden algunos pasajes musicales nuevos, manteniendo la esencia de la música de Bretón.

FOTO: COMPAÑÍA NIEVES FERNÁNDEZ DE SEVILLA

PERSONAJES PRINCIPALES
Julián, cajista de imprenta y doliente enamorado de Susana (tenor o barítono)
Susana, novia de Julián, al que le trae a retortero (soprano)
Señá Rita, mujer del tabernero, madrina y protectora de Julián(mezzosoprano o contralto)
Don Hilarión, boticario y viejo verde, conquistador de Casta y Susana (actor cantante; tenor cómico o bajo)
Don Sebastián, amigo de don Hilarión (actor cantante)
Casta, hermana de Susana (soprano)
Tía Antonia, tía de Casta y Susana y alcahueta (contralto)
Tabernero, marido de la Señá Rita y hombre tranquilo (barítono)
Cantaora, cantante flamenca del café (mezzosoprano)

José Ramón Díaz Sande
copyright diaz sande

Teatro EDP Gran Vía
C/ Gran Vía, 66, Centro
28013 – Madrid
Tf. 915 41 55 69
Metro: L 5 Callao y L 1 y 2 Plaza De España
Bus: 133, 146, 147, 148, 39
Parking: Callao, Plaza del Carmen – Gran Vía, y APK2 Gran Vía – Isabel la Católica, Plaza Mostenses, Jardines 16