De algún tiempo a esta parte.Entrevista


DE ALGÚN TIEMPO A ESTA PARTE
USURPACIÓN DE LA IDENTIDAD

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FOTO: www.madridteatro.net 

No quiero que me consuele nadie, son las palabras de Emma para no olvidar sus pérdidas con motivo de la guerra. Esa guerra, para Max Aub, el autor De algún tiempo a esta parte, se denomina «guerras en plural», porque cuando escribe esta obra es en 1939, la encrucijada entre la Guerra Civil Española y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, y entre esos dos totalitarismos sitúa a su protagonista Emma.

Este texto viene a engrosar las representaciones de Max Aub que comenzó con el San Juan, cuando Juan Carlos Pérez de la Fuente fue director del Centro Dramático Nacional. En su etapa del Teatro Español no introdujo de nuevo a Max Aub con una especie de Antología de textos suyos, la temporada pasada:Tengo tantas personalidades. Ahora viene con este nuevo texto producido por el Teatro Español.

ES UN SUEÑO PENSAR
QUE UNO HACE LO QUE QUIERE

  aub
  MAX AUB 
FOTO: ARCHIVO

La ausencia de un autor como él y tantos otros viene motivada de antiguo por aquella carta que escribe Margarita Xirgu:

Chile, 6 de abril de 1948. Señor Don Max Aub: Méjico, D.F.

Mi querido amigo: Muchas cosas han pasado desde la última vez que nos vimos y sabe Dios, si volveremos a encontrarnos. Alejandro Casona me escribió desde Punta del Este, Uruguay, anunciándome  el envío de su obra que hasta la fecha no he recibido. Veremos lo que puede hacerse, porque es un sueño pensar que uno hace lo que quiere. Mucho me complacerá conocer obras suyas. Un cariñoso saludo de su buena amiga Margarita Xirgu.  

  • A la ahora Sala Margarita Xirgu estuvimos a punto de llamarla Max Aub, hasta que una noche decidí Sala Margarita Xirgu al estar en el Teatro Español. Ahora se juntan Xirgu y Aub, Está esa carta que encontré por casualidad. «¿Qué quiere un autor? Estrenar».  «¿Qué le pedía? Mira a ver si me puedes estrenar» – declara Juan Carlos Pérez de la Fuente, director artístico del Teatro Español.       

En ese no puede hacerse lo que quiere de Margarita, Juan Carlos corrige;

  • Hasta ahora yo he hecho lo que he querido en este país, y en este hacer lo que he querido está poner a Max Aub en esta sala Margarita Xirgu y el año pasado ese Pórtico que hicimos. Viendo el ensayo de esta obra uno se ¿por qué no se ha hecho antes este monólogo? Mi respuesta es: España es un país olvidadizo. De repente un autor no forma parte del repertorio.  Recuerdo cantidad de palabras que tuve que utilizar cuando se puso San Juan – obra de Max Aub –, porque se había dicho que era irrepresentable. ¡Qué país! ¡Cuánto perdemos en hablar y qué poco perdemos en hacer! Pues hoy se hace realidad un sueño: Max Aub está aquí con Margarita (Xirgu) y están haciendo un trabajo de los de verdad. Cuando uno se hace viejo, hace lo que quiere , y lo que quiero es hacer teatro español.  Hubo una generación de gentes que no les daba vergüenza pronunciar la palabra España. Les dolía España. España era un país muy comprometido, y esas gentes que fueron muy importantes en la República se murieron, la mayoría de ellos, fuera de España.  Pero que después de 40 años de democracia sigamos teniendo que decir «reivindicamos, no la memoria histórica, sino la realidad del teatro, que existe cuando se va al teatro que es cuando la palabra se desprende de lo impreso y se hace carne, o se hace emoción o distanciamiento.

Para encarnar a Emma se ha buscado a Carmen Conesa y para dirigirla a Ignacio García.

HICE EL EQUIPO QUE QUERÍA

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IGNACIO GARCÍA
FOTO: www.madridteatro.net
 

En la teoría de Juan Carlos de hacer lo que uno quiere, Ignacio añade un factor como es el

  • de hacerlo con el que uno quiere, el dónde y el cuándo. En este caso he podido sumar las tres. hago lo que quiero, porque, para mí, el teatro del exilio es una cosa que va más allá de lo estético. Es algo filosófico y vital. Ahora vivo entre América (Méjico) y aquí, y me es muy doloroso ver que la huella de los exiliado, no sólo en Méjico, sino en toda la América Española, no tiene ninguna relevancia, ninguna significación, aquí, lo cual forma parte de mi camino personal, después de hacer Bergamín, León Felipe y espero que, como parte de un camino, el tender puentes entre la España de aquí y la España peregrina. Valle decía:»La verdadera España está en Méjico». Había llegado a esa conclusión por un proceso de selección. Los españoles que se habían ido en ese prime exilio, iban con la maleta cargada con lo justo y se quitaban folklorismos. También decía Lorca en una de las conferencias en Nueva York:»Para saber de verdad lo que es España, hay que mirarla desde América». En ese camino estamos.

El hacer un proyecto con «quien quiere», comenzó cuando entre Juan Carlos e Ignacio decidieron embarcarse en este proyecto.

  • Hice el equipo que quería y tengo que agradecer que ese equipo se sumase. Lo de Carmen Conesa me deja sin palabras ha sido de un compromiso filosófico, estético, profesional y humano impresionante. Me quedo atónito cada día del esfuerzo que ella está haciendo en todos los aspectos, y no es posible encontrar una Emma mejor en el universo. Esa cosa  dura, fría de lo que está hablando Aub, lo vemos en sus ojos, en su piel y en su aliento durante la hora que dura el espectáculo. También alrededor hemos tenido un equipo magnífico.

ESA GENERACIÓN DE MAX AUB 
TIENE UN CIERTO VALOR ALLÍ
Y AQUÍ LOS DESPRECIAMOS

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  CARMEN CONESA
FOTO: JAVIER NAVAL

Ignacio resalta que se siente feliz de estar aquí porque

  • estoy más tiempo en Méjico que en España. Siento que esa generación tiene un cierto valor allí y aquí los despreciamos. El Ateneo Republicano está en Méjico y ha estado al borde de la desaparición y el gobierno español miró para otro lado. Una vez más como en el 1939 con el gobierno de Lázaro Cárdenas, el gobierno mejicano ha decidido salvarlo, y el Ateneo Republicano español sigue existiendo en la ciudad de Méjico gracias a la acogida de aquella tierra maravillosa que acogió a tantos y tantos, no sólo intelectuales, sino obreros , sindicalistas, profesores etc, etc.

USURPACIÓN DE LA IDENTIDAD

De algún tiempo a esta parte, según Ignacio, habla

  • sobre la identidad, lo cual es curioso en el momento en que vivimos, y sobre la usurpación de la identidad. Habla de cómo una mujer, que dice «eso era en la otra vida», porque le han quitado su vida: su marido, su hijo, su casa, su vecindario, su rutina y lo han cambiado por un totalitarismo. Esa identidad personal va en paralelo con una usurpación colectiva del pueblo austríaco que mediante los nazis con ese fascismo lingüístico, Anschluss, la anexión era una ocupación en toda regla con tropas nazis, con uniformes nazis que aniquilaron la identidad austríaca y los sometieron a convertirse en una región que aportara cosas al Tercer Reich. Este es el tema central que cuenta magistralmente Carmen Conesa. Es lo que queremos poner aquí en un momento en que el tema de la identidad está muy raro. Yo quizá como no estoy en España, me siento muy español, pero está muy extraña la cosa. Además uno mira en la obra muchos espejos de cosas extrañas. La obra la escribe Aub en 1939, y habla del totalitarismo, de todos. Incluso Aub se encontró con problemas, siendo un socialista militante, porque no habla de buenos y malos. Dice que a su marido lo han matado de una mane a tremenda los nazis que han llegado a Austria, pero que a su hijo, que trabaja en el Consulado de España de Austria en Barcelona, lo han matado los rojos durante los altercados de la guerra civil, también de una manera bárbara. Habla contra el totalitarismo de unos y de otros. Habla contra el imperio de la barbarie que aniquila cualquier convivencia cívica posible.  Habla de cosas que recuerdan lo que pasa ahora. Habla de fascistas que, desde la embajada de Barcelona, mandan muchos dineros y remesas de dinero a otros países. Ahora se manda a Suiza en vez de al Tercer Reich, pero más o menos el totalitarismo fascista de la derecha sigue siendo parecido. Habla de una tierra destrozada, fragmentaria, caótica que no sabe a dónde ir y hace todas esas cosas terribles, y habla de valores magníficos en medio de eso de las Brigadas Internacionales. De la solidaridad de un austríaco que ayuda a Ema subir al último piso. Es una función formidable. Creo que es una aberración que este monólogo no sea pare constantemente de nuestro repertorio  en todos los millones de parlohablantes que hay en el mundo. No hay mejor momento para empezar este camino, que espero sea muy largo,  que empezar en el tracto español de la mano de Carmen, que hace viva cada palabra, y va a golpear y conmover a los públicos. Como anécdota vino Antoñita que es una institución en este teatro. Tiene más de 90 años y ha hecho toda la historia del Teatro Español. Al acabar el ensayo me dijo:»Nacho es que esto lo he vivido yo en la guerra de aquí». Carmen consigue hacer realidad una versión monologada de Terror y Miseria del Tercer Reich (Bertold Brecht. Obra estrenada en 1938). Es una especie de ampliación de la mujer judía de Terror y Miseria del Tercer Reich en el que ella sola cuenta todos los demás personajes. el público va a ver un trabajo prodigioso con un texto magnífico.                 

LA TRAGEDIA PERSONAL DEL PUEBLO JUDÍO

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CARMEN CONESA
FOTO: www.madridteatro.net
 

Carmen Conesa califica el texto de «joya del teatro testimonial y compromiso» y «tengo la suerte de interpretarlo«. Confiesa que a Ignacio García no lo conocía, pues nunca había trabajado con él ni con Amparo Pascual. Este texto le ha venido de la mano de Juan Carlos Pérez de la Fuente al que recuerda como alguien que siempre que está en derredor mía hay cosas importantes que me propone.

  • Llevamos toda una vida trabajando juntos, y los trabajos han sido siempre tan importantes para mi vida y creo que para él, porque empezamos juntos en el teatro en Madrid.

Este texto le supone un reto

  • emocionalmente difícil y técnicamente también, pero con la suerte de ser un trío estupendo que hemos sido Nacho, Amparo y yo. Cuando me dijeron  «un monólogo», no lo había leído, dije «¡Socorro!» , pues los monólogos no me gustan. Me gusta trabajar con actores, tener diálogo…,pero, de repente, me he dado cuenta que en los monólogos los otros personajes son el director y el ayudante. Entonces no me he sentido sola, y siento que estoy acompañada de ellos. Es un viaje excepcional y la gran suerte de hacer carnal un personaje que es el testimonio de la tragedia personal de esta mujer judía, pero, también, la del pueblo judío. Es cierto que hay opiniones varias en la calle:»¡Otra vez una historia de los nazis! Pero ¿no acabamos nunca? documentales  y…» Pues sí. ¿Es miedo o estar harto? Me da igual. Lo tenemos todavía muy cerca. Hasta que no pasen tres siglos no se podrá llegar a sentir como una cosa que ya no nos afecta. Mi hija, que es pequeña,  me dice «¿quién es este señor del bigote que sale en los documentales?». Entonces sus hijas va a ser más difícil que lo recuerden. Lo estudiarán en la historia, pero nosotros lo tenemos muy cerca. Todavía hay que hablar, porque hay coletazos de esa guerra. Creo que todavía no ha terminado, y la persecución judía y venganzas del pueblo palestino – Israel todavía siguen. El mundo está contaminadísimo de esa segunda guerra mundial, con lo cual está totalmente vigente lo que le pasa a Emma. Ahí está el pueblo sirio, el gran exilio que ocurre ahora.

Carmen advierte que no es una comedia en la que nos vamos a reír,

  • pero la gente saldrá emocionada, sabiendo que quieren ser mejores personas. Es una persona que te hace sentir y pensar que quiero ser mejor persona.           

LA CAPACIDAD VISIONARIA DE MAX

Emma es una judía conversa. Sus padres se han convertido al catolicismo, como Max Aub que era de ascendencia judía convertido al catolicismo.

La obra se escribe en 1939, cuando todavía no se han cometido las atrocidades contra los judíos.  No obstante Max Aub profetiza, de alguna manera la tragedia judía. Ignacio ve en ello

  • la capacidad visionaria de Max. Hoy en el 2015 es muy fácil, al saber lo que pasó, tener una visión global del Holocausto. Cuando en 1939 escribe, las tropas alemanas no han invadido ningún país. No se ha declarado la guerra, porque la anexión de Austria se ha hecho con la connivencia del partido austríaco-nazi. Las tropas no han entrado en Polonia que será el 1 de septiembre de 1939. Que hay un grito tan desgarrador gritando en palabras de León Felipe «¡Cuidado, que viene el lobo!», es asombros y admirable. Eso que decía Aristóteles de la superioridad del teatro con respecto a la historia: «La historia habla de lo que pasó una vez, y el teatro habla de lo que pasa siempre». Esta mañana he encendido el televisor y he visto una noticia de una constructora británica que ha pintado de rojo las casas de los refugiados, éstas han sufrido agresiones: piedras contra los cristales, huevos y basura. Quiere decir que Aub toma el tema judío de una manera simbólica, porque en esa fecha, todos los judíos, en Alemania y Austria, ya se han tenido que ir. Bertold Brecht se ha ido en el 1938 cuando sucede el Anschluss y vive fuera de Alemania, y está escribiendo Terror y Miseria del Tercer Reich, un monólogo de la mujer judía. Los judíos se están convirtiendo en un símbolo de la persecución judía y de una manera dura de hacer la guerra, igual que el Guernica inaugura, lamentablemente, el primer bombardeo de la historia contra la población civil y ahora ya lo hacen todos. Es terrible. La guerra mundial y el holocausto serán el símbolo del exterminio total de un pueblo, por eso lo toma Max Aub, pero sin ser maniqueo. Emma dice:» A mi hijo lo han matado los antifascistas en España y a mi marido  los fascistas en Alemania. Yo ¿dónde me pongo?»
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CARMEN CONESA
FOTO: JAVIER NAVAL

RECORDAR A TRAVÉS DEL ODIO

La vida de Emma era de tipo convencional: burguesa, bien casada, un hijo estupendo al que le pudieron pagar estudios. Carmen Conesa subraya que

  • intenta vivir de los recuerdos, porque como dice Emma » si no hiera recuerdos para qué se viviría». Quiere recordar para que la humanidad no olvide, porque cuando olvidamos decimos que volvemos a repetir los errores, y sin olvidar también los volvemos a repetir. Lo hace a través de un medio que no había conocido nunca: el odio, el cual le caliente el alma para mantenerse viva y seguir investigando si su hijo era o no era nazi. Max Aub hace que el espectador pueda tener un testimonio real de todo un pueblo. 

Ese odio que le hace vivir es directamente a los nazis, pero también al ser humano.

  • Curiosamente – subraya Carmen  coloca el término fascista o nazis, muy pocas veces. Siempre dice ellos y los otros. Con esta ambigüedad tan inteligente hace que no haya buenos ni malos, sino un «maremagnum de lo que es la injusticia y la impiedad», como dice Emma. Se odia a sí misma por no estar muerta como ellos. Es un odio, pero, finalmente, se da cuenta de que, como es muy católica, no es tan malo el odio. A Nacho le gusta mucho eso de que la gente pueda sentir ¡»Yo odio!», y me lo ha transmitido. Eso ha sido muy revelador para nosotros. Se puede odiar, porque sí. Porque me han hecho mucho daño. Hay gente que dice «qué cansado es odiar, mejor que no. Yo perdono». Bueno pues Emma no perdona. «Yo odio y así me mantengo». Dicen que la gente que odia más, vive más años.

NO LES PEDIMOS A LOS DE AUSCHWITZ
QUE SEAN SIMPÁTICOS


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      CARMEN CONESA
    FOTO: www.madridteatro.net

    Quiero explicar lo del odio, porque  si no va a resultar un poco raro – ataja Ignacio. Tiene razón Carmen. Detesto una sociedad buenista en la que no hay ninguna diferencia entre quien obra bien y quien obra mal. parce que tenemos que ser lánguidos y medio buenos con todo el mundo. Me parece detestable y una estupidez eso de la sociedad contemporánea en que el que todo es bueno y malo. No da igual. Emma es una víctima por varios lados, y como víctima tiene legitimidad para obrar de la manera que quiera. Eso es lo que yo digo. Ha sufrido el asesinato de su marido de una manera totalmente injusta, saltándose toda legalidad en un territorio de barbarie, y ha visto la muerte de su hijo de la misma manera. Aunque cree en una religión que le dice que el «perdón» es la clave, va descubriendo que esa religión tiene resquicios para el odio, la rabia y la violencia, y ahí encuentra una manera de seguir viva. Eso es lo que se le pide a un superviviente.  Es lo que le decía a Carmen: cuando vemos a los rusos liberando Auschwitz, no les pedimos a los de Auschwitz que sean simpáticos, que sean amables, que sean agradables. Les pedimos que hayan sobrevivido y que sean testigos delo que ha pasado. Ese es su cometido en la sociedad para no volver a repetirlo. Cómo lo asuman es su problema. Tienen derecho como víctimas a decirlo. Parece un territorio extraño cívica y moralmente, al ser católica. Es confuso, pero esa es la pregunta y la incomodidad que queremos exponer ante el público, porque Emma dice: «Y entonces cuando vi en la noche de los cristales rotos que el pueblo enfervorizado pateaba a un inocente y un señor le metía un bastón en un ojo y se lo arrancaba, y lo arrastraban por las calles y la gente lo jaleaba, cuando vi eso me di cuenta de lo que era mi vida y me puse a barrer las calles alegremente con odio.» Mira al público y dice desafiando:»Yo lo he visto», para ver si alguien tiene una palabra de acusación de que no tiene derecho a tomar esa postura. Esa es la pregunta que hacemos y la que hace Aub, el cual es víctima y se tiene que ir de Francia por la Primera Guerra mundial y se viene a España, y se tiene que ir de España por la guerra civil. Es una víctima hablando sobre otra víctima y poniendo encima del tapete preguntas incómodas a una sociedad que quiere que todo sea Arcoiris, luz y color. Pues no, y si no nos damos cuenta de que hay más cosas que la armonía de todo eso, llegaremos a situaciones terribles, y volveremos a permitir sonriendo que quien no acata la ley, que es la manera con la que convivimos cívicamente, y dejamos sobrepasar todos esos límites acabaremos llegando a las mismas situaciones que está contando Emma.  Eso para explicar que no es que me guste el odio en general.        

En esa doble línea de marido  e hijo asesinados por dos ideologías opuestas, recuerda Juan Carlos Pérez de la Fuente que se repiten en el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, el cual es condenado a muerte por la derecha y su padre matado por la izquierda.

  • A Max Aub le pasó algo así. Ha sido incómodo para todos, porque ha denunciado aquello que creía tener que denunciar. Fue un socialista de carnet. Se le retira el carnet y se le vuelve a dar después de muerto, y lo de vuelve la hija diciendo que no quiere saber nada. A mí me gustan esos españoles, que por encima y debajo de siglas digan la verdad con un par de huevos, y que en el siglo XXI todavía siga siendo incómodo, porque alguien me ha hecho saber que nos metemos con él, y no es de la derecha.   

AUB NO PIENSA QUE LA HUMANIDAD
ES UNA MIERDA

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CARMEN CONESA
FOTO: JAVIER NAVAL
 

En esa experiencia doble de la muerte de marido e hijo de Emma por dos ideologías distintas, puede parecer que a través de Emma, Max Aub muestra cierto escepticismo acerca del ser humano. Ignacio García cree que

  • No. Habla del miedo y de los sentimientos terribles que produce esa situación y toda Alemania vive en el miedo, dice, en algún momento, Emma. Hay un momento  en el que se le ilumina mucho la mirada hablando de las Brigadas Internacionales. Ahí hay un homenaje por parte de Aub,  aparte de los héroes de la guerra civil, que sí, y que hubo muchos ingleses, franceses, australianos, canadienses que se pagaron ellos un barco, un avión  y vinieron con un petate y se pusieron a pelear y les movía como dice Emma «la esperanza y la fe» en una humanidad mejor. Creían que había que combatir el fascismo y que lo importante era lo que estaban haciendo. Es que Aub es un gran intelectual español que bebe toda la herencia. Ahí se ve que uno de los males, que ha empeorado con el tiempo, es la vanidad. Hablando de eso dice:»A ellos no les importaba que se supieran sus nombres», pero no como en la legión que ocultan sus nombres para hacer barbaridades, sino porque les importaba la misión que estaban cumpliendo. La pobre Emma que tiene un hijo enterrado en España  y no sabe dónde, cómo lo han enterrado, quién lo ha matado, y por qué. Dice «envidio a esas 20.000 madres de los brigadistas internacionales, que aunque no saben dónde están enterrados sus hijos, pues no hay ni una lápida porque sus nombres eran muy difíciles de pronunciar, saben por qué fueron allá», y no viven en la luna como ella con respecto a su hijo. Sí hay un resquicio para la fe. Aquí yo tiro de mi experiencia personal. En Méjico se reinstaura el gobierno de la República y Méjico no reconoce el gobierno en España, por eso se rompen las relaciones. Méjico reconoce ese gobierno de la República porque hay una solidaridad. Aub llega a Méjico como tantos otros, porque Lázaro Cárdenas dio una ley por la cual «todo español perseguido políticamente y que quiera refugio en Méjico va a ser acogido. Son cientos de miles los que llega. De modo que Aub no piensa que la humanidad es una mierda, sino que una parte muy importante de los seres humanos son basura, pero, como dirá Italo Calvino, hay que saber qué y quién, dentro del infierno no es infierno, y  los brigadistas internacionales, ese austríaco que no tiene miedo que le vean con una mujer judía y le ayuda a subir las escaleras. Es decir en la situaciones límites de exigencia histórica, se revela dónde está cada uno y no en esa litación «ligth» del bienestar. 
  • Max Aub en la tragedia, sabe que es esperanzadora siempre – añade Juan Carlos Pérez de la Fuente -, cree en el hombre por encima de los vómitos. Al final cuando ves De algún tiempo a esta parte merece la pena intentarlo. La última vez que viaja a España es en la Dictadura, y ahí están sus Memorias. Dijo lo que dijo y a quien lo dijo con nombres y apellidos. Estando yo dirigiendo el Centro Dramático Nacional, se publicaba por vez primera sus Memorias. Estábamos haciendo un encuentro. Le dije a Pepe Mauleón– una institución en el mundo del teatro –, «acaban de llegar las Memorias. No habla bien de ti». Max Aub asistió la noche del estreno de Yerma, en el Teatro de la Comedia. Era un hombre de izquierda, pero no se casaba, y a  otras izquierdas les llamó «mamarrachos» y les dijo de todo. Eso es muy incómodo. Lo dio hasta el último día de su vida. Sus últimas palabras fueron «España», él que no era español, pues había nacido en Francia. Decía aquella frase tan famosa:» Uno es de donde hizo el bachillerato», que había sido en Valencia.

ES LA VEZ QUE MÁS ACOMPAÑADA
ME HE SENTIDO POR TODO EL EQUIPO

  • Quiero agradecer a todo el equipo y de manera muy especial a Amparo Pascual que ha sido más que un ayudante de dirección. Ha sido nuestra conciencia durante todo el tiempo de una manera espectacular. Yo fui mucho tiempo ayudante de Juan Carlos y sé lo duro y difícil que es ese trabajo en la sombra ,quiero agradecerlo. Cuando se tiene un buen ayudante de dirección no sólo está más feliz y más tranquilo, sino que el trabajo crece a diario.
  • Quiero señalar – añade Carmen que en los casos como este de un monólogo  en el que un actor o una actriz se encuentra solo, entre comillas, en el escenario, creo que es la vez que más acompañada me he sentido por todo el equipo. Es muy importante, por ejemplo en la emoción que el público pueda sentir la luz que hay, es decir cómo iluminan a Emma. Para mí el iluminador Juanjo Llorens  ha sido imprescindible. Le tengo presente todo el rato, porque sé que, de alguna manera, él ayuda a las palabras de Max Aub. Está con Max Aub y conmigo para contar esta historia. Está Nico con toda su escenografía, el equipo de Mary que hace los efectos. Para mí todo el equipo técnico a un monólogo le da la fuerza y energía para que yo pueda proyectar eso y se escuchen las palabras de Max Aub
 


José Ramón Díaz Sande
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