Una familia se reúne para Navidad, incluido Árbol. Los padres anuncian a sus hijos que están vendiendo la casa familiar para divertirse en Marruecos y esto desata tensión y estupor de los herederos, que regresan a sus infancias. El hijo menor vuelve a ser bebé, con un pañal bien lleno que cambia su madre, directamente en el escenario, sensación olfativa incluida. Una de las niñas será literalmente tragada por el inodoro, donde desaparecerá, afligida por unos feroces gases intestinales.
Jean-Christophe Meurisse es el autor y responsable de la puesta en escena de este espectáculo, cuyo centro es la familia. Para Jean este espectáculo parece que va más allá de una historia distante. Según él El 91% de los franceses afirma que la presencia diaria de su círculo familiar parece ser esencial. A menudo, siento que formo parte de ese 9% que anda perdido. Personalmente, nunca he creído realmente en el concepto de familia, ya que mi pasado en ese aspecto no está lejos de ser un desastre estructural y emocional. Y resulta paradójico que el proyecto, la idea misma, me moleste, ya que yo mismo he creado una familia. Podría haber ejercido mi poder, muy humano, de decir no a la concepción, pero dije que sí. Tal decisión de formar una familia le hace preguntarse: ¿Para perpetuar qué? ¿Las cenas de Navidad? ¿Las otitis? ¿El amor? Este cúmulo de experiencias personales y su contradicción posterior le ha llevado a plantearse una indagación sobre lo que denomina «una sociedad íntima, extraña y violenta». No se le oculta cierta dificultad: Como siempre es peligroso, debido a nuestra práctica de la escritura escénica y la improvisación, nombrar la intención de hacer un espectáculo con un año de antelación, les proponemos una primera lista de títulos de espectáculos que se perdieron, en estrecha relación con lo que estamos probando ahora mismo en el escenario:
Los niños prefieren los videojuegos a las lentejas – Los niños prefieren los videojuegos las lentejas – Mamá, haznos de Medea – Artes domésticas – Del «¿falta mucho?» y otras fábulas y leyendas – Llora, así mearás menos – Triturafamilias – Pediatría X – Los padres alimentaban a sus hijos con Coca-Cola – No podemos ser todos huérfanos – I will survive. Es un espectáculo al que la crítica no se ha mostrado indiferente. Leyendo algunos titulares podemos hacernos una idea sobre Tout le monde ne peut pas être orphelin «Siempre la misma receta: mezcla de inteligencia y basura, con un toque de poesía” (Le Figaro) JEAN-CHRISTOPHE MEURISSE, actor, director de teatro y cine
Jean-Christophe Meurisse es fundador de la Compañía Chiens de Navarre. Comenzó siendo actor. Al fundar la Compañía en 2005 se dedicó de lleno a la dirección teatral: Une raclette (2008), Nous avons les machines (2011) , Les danseurs ont apprécié la qualité du parquet (2012), Quand je pense qu’on va vieillir ensemble (2013), Les armoires Normandes (2015), Jusque dans vos bras (2017), Tout le monde ne peut pas être orphelin (2019) y La Peste c’est Camus mais la grippe est-ce Pagnol ? (2020). Su obas han recorrido gran parte de Francia y del extranjero. Con posteridad se introdujo en el mundo cinematográfico. En 2013 dirige su primer mediometraje Il est des nôtres, que obtuvo diversos premios: Premio del Público y el Premio a la Mejor Interpretación para todos los actores en el Festival Silhouette de París (septiembre de 2013); Premio de la Unión Nacional de Críticos de Cine y Televisión en la categoría de “mejor” cortometraje ”(febrero de 2014); Premio del Jurado Juvenil de Corrèze y Ciné + Grand Prix en el Festival Brive (abril de 2014). En 2015, Apnée, su primer largometraje, seleccionado para la Semana de la Crítica en el Festival de Cine de Cannes de 2016. Ganó el Premio del Jurado (mejor producción) en el Festival Internacional de Cine de Trouville-sur-mer en 2016. Fue estrenada en cines en Francia y en el extranjero en octubre de 2016. La película fue nominada en la categoría de mejor ópera prima en la Ilustración de la prensa extranjera en enero de 2017. LIBRETO + IMPROVIACIONES + LUZ En Tout le monde ne peut pas être orphelin las situaciones se crearon durante los ensayos, estilo propio de la Compañía. Los actores se mantienen en el escenario durante la representación y tienen bastante margen de improvisación, la cual va marcada solamente por una señal lumínica simplemente «por cuestión de ritmo». El humor que provoca la risa inunda el espectáculo, pero se trata de una risa a medias entre la diversión y el llanto. Otro elemento propio de la Compañía es la sensación de que Meurise no pone límites. Él mismo lo matiza: Lo que van a ver en el pañal del actor que regresa a su más tierna infancia es solo crema de cacao. A mí no me gusta dictar al público lo que debe sentir cuando se coloca en la butaca, pero sí que queremos que se quede hasta el final.
El dislate que parece ser esta comedia y el interrogante de ¿Por qué una comedia así? ¿Pretende hundir la familia y deshacerla como cédula de la sociedad? Parece que no, a juzgar por cómo la denomina:
(Información Departamento de Prensa de T. Canal) FUNCIÓN PRECIO
Título: Tout le monde ne peut pas être orphelin (No todo el mundo puede ser huérfano)
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