Katurian, una escritora de relatos cortos en los que se describen malos tratos hacia menores, es arrestada por la policía de un estado totalitario. Su crimen no es la subversión política como sospechamos al principio, sino porque sus historias se parecen sospechosamente a una serie de crímenes que se han sucedido en los últimos tiempos. Aunque Katurian jura que es inocente, se entera de que su hermano Michael, que es discapacitado mental, ha cometido los crímenes. En la obra se entremezcla la historia de Katurian con la recreación de algunos de sus relatos, destacando El escritor y el hermano del escritor, en la que se relata cómo el protagonista adquirió su retorcida imaginación escuchando los lamentos de su hermano cuando, siendo niño, era torturado por sus padres. El problema al que se enfrenta Katurian es si debe sacrificar su propia vida y la de su hermano para garantizar la conservación de sus obras.
COSAS NO FÁCILES DE ESCUCHAR Y
Este es sucintamente el argumento de El hombre almohada, un texto del irlandés Martin McDonagh, estrenado en el 2003 en Londres y a España llega en el XXIX Festival de Teatro y Danza de Badajoz el 4 de noviembre de 2006 por el Teatro del Noctámbulo, dirigido por Denis Rafter (CLICK). El 20 de marzo de 2008 se recuperaba esta misma versión en la Sala Pequeña (hoy Sala Margarita Xirgu) del Teatro Español de Madrid. Ahora vuelve en una nueva versión adaptada y dirigida por David Serrano, quien precisa Como en muchas de sus extraordinarias funciones, el dramaturgo inglés Martin McDonagh nos habla en El hombre almohada, la que quizá sea su obra maestra, de cosas que no son fáciles de escuchar y nos muestra situaciones que no son fáciles de contemplar. El mundo para McDonagh es un lugar hostil en el que pocas cosas nos ayudan a escapar del horror. Una de ellas es, sin duda, el arte y, más concretamente, la literatura. Lo es para Martin McDonagh y lo es para Katurian, la escritora de cuentos, protagonista de esta maravillosa función, quien se encontrará frente a un dilema con el que muchos artistas se enfrentan hoy en día: ¿hasta qué punto es un creador responsable de la percepción que tienen los espectadores de sus obras?
Martin McDonagh apareció en el mundo del escenario con La reina de belleza de Leenane, estrenada el 1 de febrero de 1996 en el Towntlall Thetre de Galway. Un mes más tarde pasó al Royal Court Theatre Upstairs de Londres, especializado en autores contemporáneos. Con anterioridad McDonagh había escrito guiones para cine y televisión, cuya identidad era una manifiesta violencia y brutalidad, por ello fueron rechazados. Esta tónica será ya su firma como dramaturgo y puede explicarse por su propia biografía. EL EXTREMO DEL TEATRO DE LA CRUELDAD
Martin McDonagh nació en Elephant and Castle, South London, el 26 de marzo de 1970, de padres irlandeses. Como sucede con los emigrantes que viven en una tierra que no es la suya de origen, sus padres insistieron en educarlo en las tradiciones irlandesas, las cuales rechazó, y a los 16 años, junto a su hermano, huyeron de casa y vivieron del Estado y de trabajos temporales. Durante toda esa época se nutrió de infinidad de imágenes de televisión y cine, lo cual puede constatarse en La Reina de la belleza de Leenane, donde una anciana se empapa de culebrones y series televisivas. David Lynch, Quentin Tarantino y Martín Scorsese fueron los que más han influido en su teatro, según propia confesión. La violencia, tanto programada fríamente como espontánea, fruto de ese alimento audiovisual ha sido calificado por los críticos como el extremo del teatro de la crueldad, que tiene su ancestro en el sangriento género de Grand Giñol. El efecto que produce en los espectadores es un golpe en su sensibilidad, de ahí que a su teatro se le haya denominado Teatro In your face (Teatro que golpea el rostro). De este modo entra en el círculo de los autores ingleses como Sarah Kane, Mari Ravenhill, que producían indignación y desasosiego en el público. La diferencia con ellos, según los estudiosos, es que Martin McDonagh sigue el estilo dramático tradicional irlandés. Aparte de las mencionadas motivaciones, también hay un rechazo a nombres de autores como Anton Chéjov e incluso Shakespeare. Consideraba que el teatro londinense era aburrido y trasnochado. Por contrario sus autores admirados eran Harold Pinter y sobre todo David Mamet con El Búfalo Americano (CLICK), que llegó a ser su obra fetiche. LA REINA DE LA BELLEZA DE LEENANE El éxito La Reina de la belleza de Leenane hizo que le programaran simultáneamente otros títulos: La Trilogía de Connemara: La Reina de la Belleza de Leenane (1996), El Solitario Oeste (1997), Una calavera en Connemara (1997), y El lisisado de Inishmaan (CLICK) en el Nacional Theatre, premio Olivier a la Mejor Obra de Teatro, junto a El lugarteniente de lnishmore, Las amonestaciones de Inisheer que formarán La Trilogía de la Isla de Aran. En El lisisado de Inishmaan(CLICK) un terrorista expulsado del IRA por su brutalidad, vuelve a su pueblo para escarmentar a quienes han matado a su gato. Su dureza y violencia puso dudas para estrenarla, pero lo consiguió. Tenía sólo 27 años y se le adjetivó como “un genio” de la escena contemporánea. En el 2003 estrenaba El hombre almohada, que hasta el momento es su obra más famosa. En ella la crueldad y violencia suben de nivel. Premio Olivier a la Mejor Obra de Teatro, New York Drama Critics’ Cirele Award a la Mejor Obra Extranjera de la temporada 2004-05, Ocho Nominaciones a los Premios Tony y Dos Premios Tony LA OBRA DE McDONAGH En palabras del director David Serrano: Katurian escribe cuentos, cuentos macabros, pequeñas piezas que nos hablan de infancias destruidas por la violencia, de un mundo que una vez fue un lugar casi perfecto, pero en el que, en un momento determinado, todo se torció. Sus cuentos son brutales, terribles, pero, al mismo tiempo, están llenos de poesía, incluso de una extraña y particular belleza, tal y como defiende Katurian, y seguramente también McDonagh, que es el mundo en el que vivimos. “No hay finales felices en la vida real”, dice McDonagh en boca de su protagonista. La vida de Katurian es como la de los personajes de sus relatos: una infancia feliz destruida por unos adultos macabros. Y su obra es un reflejo de esa infancia. Pero, ¿no lo son acaso las obras de todos los artistas del mundo? Aunque nadie parece valorar sus cuentos, ella está convencida de que pasarán a la posteridad. Y eso es lo único que le importa de verdad. Katurian es capaz de sacrificar su propia vida porque entiende que su existencia únicamente habrá tenido sentido si deja algo detrás de ella, aunque sólo sea esas breves historias habitadas por personajes que han sufrido abusos, maltratos y castigos injustos y crueles. Con todas estas historias macabras David Serrano piensa que McDonagh parece que nos quiere decir, apoyándose siempre en su particularísimo humor negro, que la vida de un artista sólo tiene sentido si su obra perdura. Bueno, está claro que después de haber escrito está función absolutamente genial, para mí uno de los mejores textos de este siglo, Martin McDonagh puede estar muy tranquilo: su obra nunca va a ser olvidada.
FUNCIÓN PRECIO
Título: El hombre almohada
|