Durante la boda de Peribáñez y Casilda, el Comendador de Ocaña sufre un accidente en un lance de la fiesta de los toros. Al recobrar el sentido se encuentra con la labradora y queda enamorado de inmediato. Su pasión se vuelve obsesiva y decide conquistarla a cualquier precio. Comienza tratando de engañar al labrador otorgándole honras, entregándole obsequios y finalmente enviándolo lejos del pueblo para poder aprovechar sus ausencias e intentar ganarse la confianza de Casilda, pero la recién casada no atiende a sus demandas. En una de estas ausencias, Peribáñez, que sospecha la traición y teme por su honor, regresa y se encuentra al Comendador dentro de su casa… Noviembre Compañía Teatro, dirigida por Eduardo Vasco, presenta en el Teatro Fernán Gómez este clásico en versión de Yolanda Pallín, y con reparto de 9 actores: Rafael Ortiz, Elena Rayos, Alberto Gómez Taboada, Mar Calvo, Julio Hidalgo, Francisco Rojas, Jesús Calvo, Manuel Pico y Daniel Santos, bajo la dirección del propio Eduardo Vasco. SI EL ORDEN DE LAS COSAS NO ES JUSTO Entre las razones de haber elegido este título es por aparecer como un texto muy moderno, según Eduardo:
defiende algo que pertenece al ser humano como un valor universal: la dignidad personal. El villano Peribáñez se enfrenta al poderoso Comendador de Ocaña ante el abuso de poder; algo impensable para la sociedad de la época. Un personaje habitual en los dramas del Siglo de Oro, protagonista de uno de los géneros más populares de su tiempo: el drama de honor, concretado también como el drama “de comendadores”. En el contexto rural el labrador voluntarioso debe traspasar sus límites sociales para detener al representante del poder que, desmedido, amenaza su valor más preciado: el honor. Peribáñez me atrapa de manera especial porque es, en esencia, la historia de una respuesta imprevisible ante un abuso de poder que parecía imparable, y porque el humilde labrador nos deja un mensaje que se puede aplicar a cualquier época: si el orden de las cosas no es justo todo acaba saltando por los aires. Hablar de «drama de honor», parece que se resiste a la actualidad, pero sólo es una apariencia, según Eduardo: Estamos en una sociedad en la que vivimos siempre con un poderoso encima. En la nuestra sufrimos avasallamientos de otro tipo al de la obra, pero la proporción es, más o menos, la misma, con lo cual no es tan ajeno a nosotros. Es fácil llegar a identificarse con el personaje de Peribáñez y es fácil entender el que cuando quien garantiza las reglas no las cumple, te abre el campo a ti para dejar de cumplirlas. UNA OBRA ESCRITA Otro de los alicientes para elegir este título es que en esta obra Lope aúna las cualidades que defienden y aportan valor a su producción dramática como la ruptura de las leyes aristotélicas, un concepto del teatro como arte para entretener al espectador y una carpintería teatral que crearía escuela más allá de su tiempo. Una obra escrita en plenitud de facultades, cuando el poeta ya domina y realza su propio sistema de escritura.
Eduardo también reconoce que Soy lopesco; fan total del bardo madrileño. Adoro su frescura, su verso ágil y bello, y su concepto del amor desmedido, poderoso y fugaz. Admiro su aprecio, su defensa de la dignidad de la persona por encima de las convenciones sociales y, como no, su producción poética tan humana e inabarcable. Su teatro aporta un tipo de vitalidad muy particular a quien lo interpreta y la maravillosa oportunidad de usar un castellano depurado y preciosista que parece brotar de los personajes sin dificultad; que está ligado a nuestra tradición lírica más emocionante. SINERGIA COMÚN PARA EL VERSO Los textos clásicos llevan en su mochila el «verso» y su exigencia de saberlo comunicar. A estas alturas no es un problema para Noviembre Compañía Teatro ya que somos gente muy versada. Al principio, es verdad, que había que estar muy encima de los actores. Todos han hecho ya varios clásicos, tienen una sinergia común; todos saben cómo moldeamos el tema del verso en escena y cómo nos gusta que se diga, así como el tema del ritmo. Todos tienen estas pautas y las desarrollan. Sólo tienes que modificar ciertas cosas. No es la dificultad de hace 30 años, ya es un tema más asumido por los actores. AIRES POPULARES Si se revisan las fichas de los espectáculos de Eduardo Vasco, es recurrente el «Espacio sonoro» o «Música: Eduardo Vasco». Aquí también. En esta ocasión se recurren a instrumento sencillos y la ficha indica «música y canciones», Eduardo Vasco. En esta ocasión no tuve que hacer gran cosa, porque es algo que llevo yo de siempre. Para mí el folklore es algo muy vinculado a mi vida, a mi infancia y a mi adolescencia, a los pueblos, a Alcalá de Henares, viajo mucho por Extremadura, y sobre todo por Castilla La Mancha. Quiere decir que lo tengo muy mano. Entonces puse música a la letras que proponía Lope, y tiene aire de música popular. Son melodías originales pero el trazo de la melodía tiene el aire de las canciones populares. TRAJES DE LA ÉPOCA CON Lorenzo Caprile se ha encargado del vestuario. Es frecuente, actualmente, el que se evite una mímesis de lo que se ha llamado «traje regional», y se lleva a fantasear sobre la época o trasladar la acción a la contemporaneidad. Este no es el caso. Caprile se acerca mucho al traje costumbrista, aunque con toques de cierta estilización. Es la ropa que llevaban en la época, aunque con ciertos toques de fantasía, pero, en esencia, es el vestuario que ellos utilizarían. Creo que estas obras en su medio se expresan muy bien, no creo que haya que llevarlas a la Estación Espacial Internacional para que tengan sentido. Todos los discursos y lógica de estos personajes responde a la indumentaria también. El equipo artístico está compuesto por Lorenzo Caprile quien firma el vestuario, José Luis Massó como asesor de movimiento, Iluminación Miguel Ángel Camacho, la escenografía y el atrezo lo firma Carolina González, y Emilia Yagüe se encarga de la distribución y la producción ejecutiva. TRABAJAMOS COMO COMPAÑÍA Y Llama la atención el poder contar con un número de actores, que con los tiempos que corren no es fácil de mantener. Los años de prestigio han logrado el crédito para ser contratados y el contar con un grupo de actores my comprometido y eso se agradece. Nosotros trabajamos como Compañía y no como un grupo de mercenarios que se reúnen para la ocasión. Obviamente sale y entra la gente, porque el trabajo es así, pero trabajamos de modo muy grupal. Eso marca un hacer y un estilo El estilo de Noviembre Compañía de Teatro, pone al actor y la palabra en primer plano, la música en directo, el trabajo de elenco y una manera de entender el teatro sin artificios ni inventos epatantes. Entendemos que ofrecer los clásicos al espectador es una responsabilidad, pero también una cuestión de disfrute artístico. La consideración de los dramaturgos del Siglo de Oro, en este caso Lope de Vega, como autores para eruditos nos parece un despropósito cultural. No hay que olvidar que nuestros autores áureos escriben teatro para contar historias a la gente sencilla, entretenerla, enriquecer su espíritu y, en ocasiones, producir una reflexión. Creemos que el teatro debe ser, sin perder sus calidades ni sus virtudes, accesible; y para ello trabajamos. Este buen entendimiento entre los actores actuales ante un montaje es proverbial y se suele expresar bajo el concepto de «familia». Ha habido un cambio de actitud si se compara con épocas anteriores. El cine y el teatro se encargó de narrarnos las zancadillas y rencores entre unos y otros. Hay de todo como en todas partes, pero ahora es menos duro el trabajo de los cómicos de los años cuarenta, sesenta, setenta. Era gente que siempre estaba sobreviviendo. Ahora eso es más amable y eso favorece las relaciones humanas.
Peribáñez y el Comendado de Ocaña se estrenó en enero de 2021 Valladolid y ha ido muy bien, porque este tipo de teatro conecta mucho con la gente. Es un teatro muy sencillo, sin grandes inventos, no pretendemos epatar a nadie, pretendemos poner en escena la obra de Lope y somos más artesanos que artistas.
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Título: Peribáñez y el Comendador de Ocaña
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