Harakiri quiere liberar de tabús y estigmas todo lo que envuelve el suicidio para cederle espacio y escucha. El espectáculo pone en común preguntas generadas por el duelo, a través de la presencia de una madre que se explica a sí misma después de morir. ¿Es posible que una madre enseñe más muerta que viva? ¿Es posible que el suicidio de alguien nos haga más libres? Con un lenguaje propio que combina música, danza y texto, y siempre con voluntad de hacer activismo a través del arte. Les Impuxibles han hablado de los trastornos y la salud mental en Suite TOC núm. 6, de las violencias sexuales en AÜC-el so de les esquerdes y de la diversidad de cuerpos y la presión estética en FAM. Harakiri, su nueva producción, sigue en la misma línea y en esta ocasión se ocupa del suicidio que en palabras de Alfredo Sanzol, director artístico del CDN, al presentar el espectáculo: es un tema que como decís vosotras – Clara y Ariadna Peya – es bastante tabú, como es el suicidio y su efecto espejo, como dicen algunos. La manera de evitarlos, si es que se puede evitar, es haciendo espectáculos como éste. MARÍA VELASCO, autora del texto María Velasco es la autora del texto. Ha publicado más de una docena de obras de teatro, y ha recibido distinciones como el Accésit Marques de Bradomín (2010); el Premio Max Aub – Ciutat de València (2017); el Premio Internacional Heidelberger Stückemarkt (2022); y el Premio Max a la Mejor Autoría Teatral (2022). Sus textos para teatro han sido traducidos a varios idiomas (francés, italiano, inglés, alemán, turco…). El compilatorio Parte de Lesiones (La uña rota, 2022) recoge algunos de los títulos más significativos de los últimos años. Sus obras también han estado presentes en festivales internacionales tales como Con Testo (Milano), Scenes d’Europe (Reims), Rencontres des Arts de la Scène en Mediterranée (Montpellier), Il mondo è ben fatto (Turín) …
Clara y Ariadna Peya (Les impuxibles) han colaborado en varias ocasiones con María Velasco, y en el caso de Harakiri le dijeron Queremos hablar de el suicidio y desde que comenzamos con las asesorías fue un proceso a tres, María, Clara y yo. Cada una desde su área fuimos creciendo en paralelo: texto, música, coreografía…, todo crece de manera horizontal. Al principio parece que no hay nada, porque todo está como a medias y luego va apareciendo conjuntamente, de lo contrario es muy difícil no generar jerarquías entre los lenguajes. CLARA y ARIADNA PEYA Clara y Ariadna Peya, hermanas, forman la Compañía Les Impuxibles, cuya marca de fábrica es crear espectáculos con un lenguaje híbrido: danza, música en directo y en el caso de Harakiri con circo y con texto, cuya autora es María Velasco. Para ello ha precedido un trabajo amplio de documentación, según Ariadna Peya. Hemos partido de documentarnos, de asesorías expertas en el tema, y a raíz de ir dialogando con esas personas hemos empezado a tejer lo que es Harakiri. Es una historia de una madre y un hijo en la que la madre se suicida y a raíz de esto y a través de todos los lenguajes escénicos desarrollamos este tema. TENEMOS QUE HABLAR Clara Peya es la otra parte de Les Impuxibles y precisa el aspecto de documentación en el caso del suicidio. Antes de llegar al proceso artístico, trabajamos durante todo un año con asesores que vienen de distintos lugares: desde el lugar más médico al lugar más sociológico, y también con personas que lo han vivido en primera persona, bien porque han tenido intentos o han sobrevivido o tienen un familiar que se ha suicidado. A raíz de esto nace este espectáculo. Una de las cosas que, para mí, es más importante para entender es el hablar, hablar y hablar. Tenemos que hablar de las cosas incómodas. Esta es la filosofía de la Compañía: poner encima de la mesa cosas que incomodan, para que, precisamente, dejen de incomodar. Todo esto es terapéutico, porque, en cuanto a mí, viendo como he entrado y he salido en el tema del suicidio hay un abismo. Hablamos del suicidio desde la presencia y no desde la ausencia. Hablamos del suicidio desde la vida y no desde la muerte. Es verdad que todo va implícito porque existe la muerte, la ausencia, pero hacerlo desde la vida es una de las decisiones mejores que hemos tomado, porque es ponernos de la parte de las personas que se quedan. Hablamos de las que se van, pero para cuidar de las que se quedan. A través de las que se van, el duelo de las que se quedan es mucho más fácil, aunque es complejo. Esto es importante. ¿Es la historia de la madre o es la historia del hijo? Importa entender que hemos usado el suicidio, pero también para todas las personas que están aquí. Las que se han ido ya no están. Pau Vinyals, intérprete del Hijo y con su segunda colaboración en la Compañía, añade que el suicida continua vivo, porque continuamente lo estás transformando en tu relación con esa muerte, con esa persona, con esa vida, y las personas que nos quedamos no sé si hacemos revivir a esas personas que se han marchado y las mantenemos con vida o, en realidad, siguen viviendo otra realidad, porque la muerte tampoco sabemos qué es. Esa relación de lo de aquí abajo y lo de arriba, está muy presente. HARAKIRI, REPARADOR PARA LAS PERSONAS Clara destaca una de las virtudes de tratar este tema: Es también algo reparador para todas las personas que estamos haciendo el proceso creativo. Eso es lo que más amo de esta profesión. Te da la oportunidad de quien recibe la pieza lo haga desde una parte más sensorial que mental. Cuando lees un ensayo te enteras, pero cuando lo ves en un espectáculo te golpea el corazón, si te llega, porque no digo que llegue a todo el mundo. Las experiencias artísticas tienen este poder y por eso son tan transformadoras y tan necesarias. Eso es lo que más me gusta de esta profesión. LA GENTE SALE REMOVIDA, Esta impresión benefactora la han podido confirmar con el público, ya que es un espectáculo estrenado en Cataluña. Hay un sentimiento de paz saliendo de la obra que me ha impactado mucho porque no me lo esperaba para nada. Creo que remueve, pero hemos puesto tanta atención desde el amor, que creímos importante traerlo a Madrid. La gente sale removida, pero en paz. Hicimos funciones escolares yen los coloquios impresionaba cómo los adolescentes y las adolescentes se abrían a hablar de sus experiencias y cómo se sentían Pau Vinyals subraya que a veces se piensa que los jóvenes sólo se enfrentan a su problemáticas juveniles, pero en este caso se enfrentaron a un tema y vieron la relación de una madre con un hijo y son perfectamente inteligentes para empatizar con ese tema y llevarse esa función a su terrenos.
HARAKIRI y CESÁREA DE LA MANO
El título Harakiri, en primera instancia, se refiere a un ritual japonés de suicidio, llevado a cabo por motivos de honor. La persona se abre el vientre con un arma blanca de izquierda a derecha, un tipo de corte similar a la «cesárea», acciones que han relacionado las creadoras. Ariadna aclara que en el harakiri japonés hay un corte en el vientre y en la cesárea también. Nosotros estamos hablando de la muerte de una madre que ha parido a su hijo por cesárea y hay ese vínculo, porque ella tiene ese corte también como los japoneses que se suicidan. Ese es el vínculo poético. María Velasco corrobora que en este caso no se trata del suicidio por razones de honor japonés (harakiri), sino del de una madre que tiene un corte en el vientre: el de la cesárea. Tatuaje indeleble de la creadora. Un hijo que huérfano, un hijo que, sabiendo que estas conductas se producen más a menudo en la juventud, se dice a sí mismo que«esta muerte era suya» y que quizás pertenece más al mundo de su madre que al mundo de los vivos.
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ítulo: Harakiri
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