La liberazione di Ruggiero dalla’isola d’Alcina de Francesca Caccini es una colaboración más entre los Teatros del Canal y el Teatro Real, fórmula comenzada años ha, y que continuará en años sucesivos. Es la primera vez que se representa en España, y Joan Matabosch, director artístico dl Teatro Real, sólo tiene elogios para con ella: excelente y es la primera ópera, que se conoce, compuesta por una mujer, La Caccini. Era una músico colosal, y en su momento tuvo la suerte de caer en determinadas Cortes, que promocionaron su capacidad compositiva y su creatividad. También era cantante y una persona muy ilustrada. Compuso bastantes óperas, pero se han perdido, salvo La liberazione di Ruggiero dalla’isola d’Alcina.
El tema La liberazione di Ruggiero… es el mismo de Orlando Furioso de Ludovico Ariosto, con otro tratamiento y perspectiva diferente en el que predomina el aspecto feminista. En el Teatro Real ya se han representado otras 2 obras, basadas en este texto de Ariosto: el Orlando de Händel (CLICK), y el Orlando Paladino de Haydin. Este Commedia balletto in musica basado en los cantos 6 a 8 del Orlando furioso de Ariosto. El libreto demanda un fastuoso surtido de efectos teatrales – hipogrifos, una embarcación construida con huesos de ballena, un monstruo marino alado y un ballet ecuestre– e incluye una variada gama de ritornelli, balletti, coros y tríos vocales femeninos, a la manera de los célebres concerti delle donne de las damas de Ferrara. BLANCA LI,
Si La liberazione di Ruggiero dalla’isola d’Alcina ha sido compuesta por una mujer, la presencia femenina sigue en primera línea al ser Blanca Li, la directora y coreógrafa de este montaje en el que el ballet tiene su protagonismo, una vez que la obra pertenece a un tipo de ópera que subtitulan Commedia balleto. Todo empezó hace unos 4 años, y «¡por fin» se ha podido llevar a cabo. A Blanca le atrajo el que la hubiera compuesto un mujer, porque no es frecuente y menos en el mundo de la ópera, donde las mujeres no brillan por su presencia a ningún nivel, ni en dirección de orquesta, hay pocas, ni directoras de escena, pero aun menos mujeres compositoras. Además de esta razones, me gusta mucho el barroco, y siempre está la danza en el barroco y no la he metido con calzador. Son proyectos perfectos para meter bailarines. Blanca Li recuerda que en la historia del Arte, curiosamente, la mayoría de las obra de las mujeres han desparecido. Tengo la suerte de que ésta ha sobrevivido. Puede ser que haya otras mujeres que han compuesto, pero no lo sabemos. Ésta, por lo menos, está, lo que queda de la obra, pues muchas partes se perdieron. La hemos reconstruido con fragmentos de otras obras. LA PRODUCCIÓN MINIMALISTA La puesta en escena ha venido guiada por los medios de producción que Blanca califica de «mínimos«, que aquí obliga a forzar la imaginación que se trata de una ópera barroca. El barroco siempre es grandioso, y este el texto indica una isla, el mar, las ballenas…Todo eso el público no lo va a poder ver. He tenido que crear esta obra muy minimal, y para ello hemos utilizado dos elementos: uno es la iluminación, y el otro una tela como decorado. La idea es que a partir de este lienzo blanco, que en realidad es una tela negra, creamos y reinventamos el espacio escénico con la luz.
LA LUZ, CREADORA DEL ESPACIO Pascal Laajili es el creador de los fantasiosos mundos escénicos barrocos de este montaje. Blanca me habló de que, aquí, la luz tenía una papel principal y un plus. Se añadía el lado mitológico que te da mucha libertad. Hemos trabajado sobre la profundidad del negro, y las sombras. La luz va narrando y acompañando el canto, el baile y toda la historia. VESTUARIO A PARTIR DEL MINIMALISMO El vestuario tiene también su punto de originalidad, obligado por ese minimalismo nacido de la discreción presupuestaria. Hablé con Juana Martin, y ha colaborado con nosotros diseñando unos modelos increíbles que corresponden perfectamente con el universo con el que estaba trabajando esta ópera. LOS BAILARINES INUNDAN LA ESCENA La disciplina artística por antonomasia de Blanca Li es la danza, con lo cual los bailarines no podían faltar, aunque precisa: la razón no es sólo porque me encanta que haya bailarines en todo lo que hago, sino porque el barroco siempre contaba con el baile. De hecho el barroco es el que inventó la Ópera Ballet, y en la mayoría de las obras en las que he trabajado, como en la ópera barroca Las Indias Galantes (1999, Ópera de París), en la que había una hora de ballet en la propia obra; Dido y Eneas, y muchas otras. El ballet es algo que en el barroco existe y se escriben partes que son el ballet. Esto es maravilloso porque en las óperas posteriores se olvidaron del ballet. Ya no les interesa tanto. A mí me encanta el barroco, por eso. En esta ocasión las partes del ballet no sigue lo código de una ballet barroco, sino que El estilo no sigue las líneas de la danza barroca, son bailarines contemporáneos. Es otra manera de traer la danza y contar la historia con los bailarines, pero de una manera muy sutil, y un poco entre sombras. Tampoco se puede decir que sea danza contemporánea o flamenco, es un elemento más en la narración de la obra. Hay muchas intervenciones de los bailarines de muchas maneras diferentes. La danza aquí se transforma como se transforma la tela negra que hemos puesto como elemento único, y la danza también es un elemento que está constantemente alimentando la narración y a veces ves y otras veces no ves. Tiene elementos barrocos, accesorios, utilizan el decorado, otras veces es puro baile, pero está completamente integrado en la narración y forma parte de ella. AARÓN ZAPICO, director musical Aarón Zapico no solamente dirige la orquesta, sino que ha tenido que zurcir y rematar la partitura original, inexistente en algunos fragmentos. Todo ese trabajo previo y posterior lo define como
un locura maravillosa. Quisiera incidir en un par de detalles: Dentro de un año será el aniversario de los cuatrocientos años del estreno de esta obra, pero, realmente, es muy actual. Objetivamente es una obra de una calidad musical superior, y además es un obra muy osada en el sentido musical: hay intervalos, rítmicas, armonías muy avanzadas para esa época, el siglo XVII italiano. Además es la primera obra escrita por una mujer, como se ha dicho, la primera obra que conocemos, porque yo estoy convencido de que hubo otras obras contemporáneas e incluso anteriores, escritas por mujeres, aunque aparecieron con autorías masculinas o anónimas. Francesca Caccini era de las pocas autoras en esa época, que firmaba sus obras, con lo cual esto nos da idea del contexto en el que se movía esta mujer. Otra aspecto a destacar por Aarón es el poderío femenino que hay en la obra es apabullante Las protagonistas son dos mujeres, Alcina y Melisa, y nuestro héroe Ruggiero, aparece retratado, tanto musical como escénicamente como un bobalicón. Siempre superafectado por el amor que arrastra, de una manera un tanto desesperada, Hay una clara referencia de poner por encima el sexo femenino sobre el masculino. La naturaleza femenina de la obra está presente desde el mismo momento de su creación con Francesca Caccini, la Cecchina, mujer de exquisita educación, espíritu inquieto y numerosas y variadas responsabilidades. Un encargo de la obra, también en femenino, de la Gran Duquesa Maria Maddalena d’Austria para festejar la llegada a Florencia en 1625 del príncipe de Polonia y Suecia Ladislao Sigismondo. Además, el tratamiento de los personajes inclina de manera valiente y, en cierta manera, inaudita, la balanza hacia el lado femenino: Melissa y Alcina ejercen el poder y la seducción mientras que Ruggiero no acaba de salir de su ensimismamiento un punto afectado y bobalicón. LA PARTITURA, UN GUIÓN A COMPLETAR Nos encontramos con una obra incompleta, pero Aarón le resta cierta importancia porque
las obras en este período, aunque estén completas, son guiones que tenemos que completar los artistas que estamos implicados en ella. A veces la participación es muy activa buscando música instrumental que añadir a la ópera, e incluso la propia instrumentación. En la época se tocaba la música muy contemporánea, ello suponía que anotaciones como «forte», «piano» «legagto», «crescendo /decrescendo», «que lo toque la flauta o los violines…», no se anotaban porque se daban por sabidas por los intérpretes. Entonces estas partituras nos llegan tres siglos después sin ningún tipo de anotación. Tuvimos que recurrir al movimiento historicista de los años sesenta, para bucear y saber leer entre líneas y mediante tratados, prefacios, caras e instrucciones poder reconstruir esta música. No es que tengamos que completar con notas el pentagrama, pero si tomar decisiones muy importantes. Por ejemplo la partitura indica qué colores, pero es el intérprete quien decide el grado de intensidad. Esto da mucha libertad, pero también hace que esta Liberazione de Madrid, va a ser diferente a todas las Liberazione de las anteriores y posteriores. No mejor, ni peor. Incluso de función en función varía porque hay mucha libertad interpretativa. He tratado de homogeneizar al máximo el lenguaje musical y los variados añadidos de Cavalieri, Peri, Monteverdi o Falconieri, con una idéntica estructura formal a aquellos de la propia compositora. Además, he instrumentalizado alguno de los coros originales utilizándolos de interludios instrumentales para dotar de mayor unidad al conjunto. FORMA ANTIQVA Y SOLISTAS DE LA La orquesta está configurada por las orquestas Forma Antiqva y Solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real. El grueso de la orquesta es Forma Antiqva, pero ha sido interesante invitar a Solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real, para que la completaran. Es una orquesta típica de esa época, con unas sonoridades específicas, como los instrumentos de viento que son flautas de pico, corneto, violines, viola, violonchelo, contrabajo, viola da gamba, tiorba, guitarra y clave será el florido orgánico encargado de colorear cada palabra del texto, de reflejar la emoción de los personajes. Es una orquesta barroca en toda regla: instrumentos de viento, instrumentos de cuerda frotada, instrumentos de cuerda pulsada, intentando recrear todo es color, ese arco iris que es la obra, la cual es muy colorida, muy moderna en su mensaje, muy moderna en su ritmo y en su narrativa. Aunque tenga 400 años es espectacular lo bien que se amolda a estos tiempos que nos ha tocado vivir. Al dejar de lado el apabullante mundo escenográfico barroco, la música se encarga de evocarlo Los decorados ya ha dicho Blanca que no se pueden recrear, pero estoy seguro que si se cierran los ojos se escucharan esos monstruos, el mar, que representa la música. Incluso recreando un poco ese artificio barroco de los siglos XVII y XVIII, utilizamos instrumentos de percusión, y otro tipo de útiles para representar esas cavernas, ese coro de monstruos, ese coro de divinidades, Hacemos bastante artificio para que suene lo más fidedigno posible.
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Título: La liberazione di Ruggiero dall’isola di Alcina Intérpretes:
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