Un grupo de jóvenes se vuelve a encontrar después de un tiempo sin trabajar juntos. ¿Qué sucede cuando alguien muere antes de tiempo? ¿Cómo continúa la vida? ¿Y la noche? ¿Cómo continúa la conversación? Ahora, los que se han quedado, tienen tres días para retomar un disco que dejaron por terminar. ¿Pero qué sentido tiene todo esto ya? ¿Cómo asumir que la vida cambia en un instante? Así hablaban. Así hablábamos. En una larga conversación a través del tiempo que no acaba nunca. Y que no acabe. Así hablábamos, nace con la idea de dialogar con la obra literaria de Carmen Martín Gaite, y se encardina en el proyecto de trabajar con el repertorio de grandes autoras españolas del silo XX. LaTristura se subió a esta idea y lo ha llevado a cabo a través de intérpretes menores de 30 años. Itsaso Arana, Violeta Gil y Celso Giménez, son los responsables de la dramaturgia y de la dirección. La Tristura lleva 20 años peregrinando por las tablas, pero esta es la primera vez que ponen un pie en el Centro Dramático Nacional.
Celso Giménez recuerda los comienzos de La Tristura entre el 2005 y 2008, estuvieron en muchas ocasiones en Madrid en temporadas. Han cambiado mucho las formas de exhibir y lo tiempos del teatro contemporáneo. Estábamos acostumbrados a dos ó tres funciones. Esta sensación de estar aquí tanto tiempo, volver a Madrid y estar por primera vez en el Centro Dramático Nacional, con 41 funciones y una producción grande, lo valoramos mucho. En este montaje La tristura se enfrenta a varias novedades: el tamaño de la producción; trabajar sobre una producción que no es de La Tristura; un modo de trabajo muy particular pues nunca han tenido un apoyo nacional que supone una complejidad; unos medios y unas cantidades económicas muy buenas. Por todo ello estamos muy agradecidos. Ante el montaje, como siempre, sentimos mucha incertidumbre hasta que no lo vea el público. Tenemos muchas ganas, pero también mucha curiosidad sana de cómo se va a relacionar el trabajo que hemos hecho de estos 45 días, cuando solemos estar dos o tres años cuando hacemos una producción nuestra, con la ciudad, con el público. VIOLETA GIL, Creadora escénica y escritora Violeta Gil co-funda La Tristura en 2004 junto a Celso Giménez e Itsaso Arana. Escribe, dirige y produce piezas que se muestran en el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, el Thèâtre de la Ville de París, el Festival TEMPO de Río de Janeiro, Cena Contemporânea de Brasilia o el Kampnagel Summer International Festival de Hamburgo, entre otros. Imparte talleres de teatro y escritura en instituciones como La Casa Encendida, La Escuela de Escritores, Centro de Creación Contemporánea Conde Duque o Teatros del Canal.
Para Violeta es muy placentero poder trabajar en estas condiciones de producción y con el equipo de intérpretes tan jóvenes Es un equipo genial a nivel energético, vital y a nivel interpretativo. Es un placer, a pesar de estamos trabajando con un ritmo que no se parece a nuestras otras producciones, pero eso te pone en otro estado. Tener 40 años y sentir que estás haciendo cosas por primera vez, para mí, es un gran regalo, porque la vida te arrastra y acabas con una dinámica muy parecida siempre. Que se te permita recolocarte y aprender cosas está muy bien. Sacarte de tu zona de confort no lo puedes hacer sola, y alguien te lo tiene que proponer. El texto nace de la propia Tristura y por ello hay muchas cosas que resuenan de su poética. Algo nuevo es utilizar textos de otra autora – Carmen Marín Gaite – y trabajar por encargo. Ahí hemos encontrado cosas muy bonitas de ese enlace con Carmen Martín Gaite, que es una autora que ahora se está recuperando un poco, pero sigue siendo una escritora que mucha gente de mi entorno no había leído y tampoco la generación de los intérpretes, que son más jóvenes. Quizás, de primeras, puedes encontrar cierta dificultad para entrar en su lenguaje, porque es un lenguaje muy del siglo XX. Es más alambicado, tiene una poética diferente a la nuestra, en el sentido de un lenguaje más puro, pero su universo y el nuestro tiene muchas cosas en común, y eso ha sido lo más bonito de encontrar. Sobre todo puede interpelar a muchas otras generaciones, para entender la idea de muchos de los cambios que han ocurrido en este país en los últimos años que han sido muy fuertes, en la relación con la política, en la forma de encuentro, en la forma de amar, en la forma de hablar, pues era algo que a Carmen le obsesionaba, y para nosotros también es una obsesión muy clara, y cuando la lees te das cuenta de cuántas cosas han cambiado de forma muy rápida, para las mujeres especialmente, en relación a la creación, al amor, a los lugares de poder. ENTENDER A QUIÉN ESTÁ FRENTE A MÍ El desafío ha sido entrar en el universo de Carmen y hacerlo propiedad de La Tristura.
Creo que es superimportante poner a Carmen en el centro y ver lo que se podía destilar de su idea de la creación, de su idea de la literatura, del encuentro con la otra personas, de las conversaciones, de cuán importante es sentarte frente a frente y hablaren profundidad y poder entender a quién está al otro lado, que es el problema fundamental que estamos viviendo ahora por una falta de comprensión porque no hay tiempo, no hay espacio, y hemos ido deshilando eso, y todas las cosas que rodean a su obra, más allá de que nos hayamos fijado más en unos textos que otros. Nos hemos acercado a sus textos en general, y vemos que sus obsesiones se van transformando en diferentes ficciones o trabajos ensayísticos, pero que son las mismas. Tienen que ver, casi siempre, con el hecho de hablar y conversar con el otro en profundidad, encontrar comprensión por parte del otro ya sea en relación de amistad o de amor, de poder generar comunidad con vínculos. La documentación consultada ha sido los libros, ensayos y artículos periodísticos de Carmen Martín Gaite. Un texto sobre la muerte de su amigo Ignacio Aldecoa, es puntal en ese material, ya que esa muerte le marcó mucho. Es un texto bastante emocionante que nos ha movido un montón para la creación de esta pieza. También muchas de sus obras se nos han ido colando como Retahilas, que es una conversación de dos personajes durante toda una noche en relación a la pérdida, o El cuarto de atrás, que tiene mucho que ver con el enfrentamiento a la creación y los fantasma que te van asaltando cuando estás en ese momento de crear una obra nueva. Por ahí es por donde hemos intentando tratando de encontrar las coas que nos mueven a nosotras, como es a qué te enfrentas cuando creas. En nuestro caso es este grupo de jóvenes músicos que se están enfrentando a la creación de un nuevo álbum musical, en relación a una pérdida que han sufrido y ha marcado absolutamente tanto sus vidas como ese momento creativo. Celso Giménez precisa que no se trata de ninguna adaptación de un texto concreto de Carmen, con lo cual el espectáculo lo encuadran en un «A partir de…» ya que tras haber leído mucho de su producción ver con qué conectábamos. Nuestra de decisión de hace 20 años era no coger ningún encargo, cuando Alfredo nos llamó, en seguida, dijimos, «Sí, sí, lo vamos a hacer». El problema era la manera de cómo lo hacemos para cuando nuestro Yo de hace 20 años nos preguntase «¿Qué estáis haciendo?»(risas) Creo que hay algo de búsqueda de nexos reales, profundos con Carmen. Es verdad que ella repite muchas de sus obsesiones, y ahí es donde nos hemos encontrado. «Esto que a ti te obsesionaba hace 50 años, se parece mucho a lo que nos ha obsesionado en La Tristura: poner al ser humano en el centro, poner el diálogo en el centro, buscar un interlocutor…» Entonces a partir de algunos pasajes, a partir de algunas ideas hemos sacado, lo que nos gusta llamar, los principales paisajes de nuestra obra. La obra son tres o cuatro paisajes a partir de haber leído qué tipos de situaciones le importaban a Carmen. ¿Cuánto se destila esto de alguien que haya leído muy poco de ella o nada? Creo que muy poquito. Nos va a suceder eso. CARMEN TENÍA UNA NECESIDAD DE HABLAR De todos modos Violeta Gil desea que se genere un tipo de curiosidad, de quién es Carmen Martín Gaite, a la que se menciona y aparece de diferentes manera a lo largo de la obra. Lo que sí se va entendiendo es que es alguien que tiene una fuerza vital muy grande, a lo largo de toda su vida. Incluso en los últimos años de su vida estaba con mucha vitalidad y con mucho deseo de encontrarse con otras personas; tenía una necesidad de hablar y de comprenderse con los demás y eso si se va a entender. Quien no sepa nada, va a salir del teatro pensado: «Voy a investigar sobre esta persona». Eso me interesa, porque es como abrir puertas y no dar las cosas muy masticadas.
Itsaso Arana piensa que la voz de Carmen todavía nos apela. Le ocupaban cuestiones que todavía nos a ocupan. Alrededor de su voz, no literal, que también, porque es una obra muy musical, y de la voz de los que no están, que se nos queda, tienes la sensación de que, a lo mejor, podría ser tu amiga. Por su parte Celso considera que es bonito pensar que hace 25 años que Carmen ha muerto, y ya había voces que nos hablaban. En la obra hay pequeños fragmentos de su obra y eso suscitará la curiosidad. ¿HOMENAJE O TEXTO AUTÓNOMO? Una vez que una generación como la actual es desconocedora de la obra de Carmen Martín Gaite, tal vez lo menos importante es que se especule con las relaciones de este espectáculo con su obra, y más bien se vea como un texto autónomo, a no ser que el espectáculo pretenda ser un Homenaje a la autora. Celso es rotundo: La dos cosas. La obra tiene autonomía completa, pero también es un homenaje, aunque hay que saber leerlo. En ese sentido la autonomía es completa. La propia ficción que hemos generado a partir de Martín Gaite, hay relación con Martín Gaite. Por ejemplo, es un grupo de jóvenes que han sacado un álbum musical. Es el segundo álbum y están trabajando en él. Todas las canciones que tienen hasta el momento, se titula como las obras de Carmen Martín Gaite, todos los textos del grupo tiene relación con ella, o sea el encargo que nos ha hecho el CDN, lo está viviendo el grupo que estamos retratando. El homenaje está por debajo, pero también explícito. Pero es un texto autónomo, quien haya leído a Carmen Martín Gaite, podrá oír los ecos.
HAY QUE HUMANIZAR La presencia del interlocutor, Celso la ve fundamental, cuando surge un pensamiento distinto al tuyo. Hay que humanizar al que piensa distinto, que es clave en estos tiempos. La realidad que estamos viviendo se entiende en clave de deshumanizar: deshumanicemos a los malos, vayamos a su casa, matémosle y arreglamos el problema. A partir de ahí como son un poquito más bajo que la persona, porque son malos es más fácil que todo pase. Cuando humanizas al otro hasta las últimas consecuencias, es imposible matar al otro. Si miras bien el rostro del otro, te impide matarlo. O sea la otredad es clave. Carmen tenía ideas muy fijas, pero le gustaba ser desplazada de su pensamiento por el otro. Espero que esto esté también en el espíritu de la pieza.
FUNCIÓN PRECIO
Título: Así Hablábamos
|