La vida y el arte nacieron juntos, en un entorno difícil, donde se sobrevivía al hambre y a la dureza de la posguerra al compás de la seguiriya, la soleá, la cantiña o los tarantos. Aprendiendo a bailar antes que a dar sus primeros pasos, se forja la leyenda de José Losada Santiago, Carrete de Málaga, el hombre al que los más grandes apodaron “el monstruo”. Ahora, sin nostalgia y con firmeza, nos lleva De El Perchel al Teatro Real. JOSÉ LOSADA SANTIAGO,
José Losada Santiago (Antequera, 1941 ?) nace en el seno de una familia de gitanos trashumantes, en fecha imprecisa ya que sólo se conserva su partida de bautismo. Toma su nombre artístico del apodo de su madre, a la que llamaban La Carreta. De sus primeros años, marcados por el hambre, la vida en la calle y la búsqueda de los restos de las cosechas por las carreteras y los caminos, el bailaor recuerda: “Mi madre tiraba el trigo en la carretera y me decía ‘anda Carretillo baila’, y yo bailaba sobre el trigo. Yo era la era en la Carretera. Que todavía tengo clavaos en los pies las espigas y el ritmo metío en la cabeza”. El Carrete es uno de esos flamencos hecho a sí mismo DEL REFORMATORIO A LOS TABLAOS Tras su paso por el reformatorio, del que se escapa para seguir bailando, es descubierto por El Niño de Almería, que lo lleva a aquellos primeros tablaos de Torremolinos de los años 50 y 60, donde conoce a grandes artistas (Farruco, Antonio o Carmen Amaya) de los que aprende mirando, y baila para estrellas del cine (Anthony Quinn, Brigitte Bardot o Sean Connery) y en fiestas de la jet set de la Costa del Sol. Máximo exponente del baile personal, el de calle, el de una posguerra que descubrió y resaltó la necesidad. Con apenas doce años ya bailaba junto a “La Repompa” y “La Cañeta” en el cuadro flamenco Los Vargas de Málaga. En Torremolinos, la bailaora Mariquilla lo acogió durante veinte años en su tablao flamenco El Jaleo. Sus pies, su baile, su zapateado y sus gestos han recorrido todo el mundo. Pisó Madrid hace sesenta años y lo hace ahora para hacerse Real. Esta historia de novela se construye con un artista de baile intuitivo que desarrolla una técnica única, depurada, de personalidad arrolladora y un zapateado diabólico difícil de imitar, con desplantes que sorprenden y arrebatan. No en vano, grandes del flamenco como Camarón – que se desplazaba a La Línea para ver bailar «al monstruo», como le llamaba – o Paco de Lucía –que le tocaba la guitarra y le pedía “Carrete, léeme la Biblia”-, por mencionar sólo algunos, le consideran maestro de maestros. El próximo 21 de julio, a las 19.00 horas, con un espectáculo al que ha denominado De El Perchel al Teatro Real, actuará en el Salón de Baile del coliseo madrileño acompañado por Luisa Chicano en el baile, Joni Jimenez, a la guitarra, y María Mezcle, en el cante. El programa cuenta con lasSeguiriya, Soleá por bulería, Soleá, Cantiña, Taranto. (Información Departamento Prensa Teatro Real)
FUNCIÓN PRECIO Título: De “El Perchel” al Teatro Real, Carrete de Málaga, un baile de leyenda
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