Una juventud sin alicientes por los que luchar. De eso trata 24/7. Los autores nos la muestran a través de varios personajes que apenas superan los veinte años de edad.
A lo largo de la representación, una mujer que ocupa una butaca de la primera fila se levanta una y otra vez y se adentra en el escenario para meter y sacar objetos –sillas, micrófonos, ropa, cables…-, cambiarlos de lugar o ponerlos al alcance de los intérpretes.
Yllana e Imprebís se reúnen para emular a los Monty Python. Las dos sólidas y veteranas compañías españolas han aquilatado a lo largo de su dilatada trayectoria unas concepciones teatrales propias y de nítidos perfiles.
El espectador escucha pronto ecos en este espectáculo. Ecos de Beckett, principalmente, pero también los de los trabajos de otras compañías exhibidos en el Canto de la Cabra, por ejemplo, la compañía titular de la sala o La República o Matarile.