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La larga ausencia de Albert Vidal de los escenarios madrileños, que, por otra parte, ha visitado con cuentagotas, es, para muchos, la primera ocasión de asistir a uno de sus espectáculos unipersonales y de conocer a un creador que se inspira en el arte de los mimos Jacques Lecoq y Marcel Marçeau; en el del histrión heredero de la Comedia del Arte Dario Fo; y, como tantos vanguardistas de la primera mitad del siglo pasado, en el de raíces orientales. |
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