Sobre el escenario, un conferencista anónimo y su doble reviven el significado de la palabra máscara llamándola, al igual que en la Antigua Grecia, persona (prósōpon), mientras enlazan historias de enmascarados célebres u olvidados en un planeta transhumano eclipsado por pantallas, líderes, esclavos, archivos, rebeliones, fantasmas, hacktivistas, sociedades secretas, astronautas, ultrafakes y mitos. Eclipse nace a raíz del descubrimiento en 2018 de un máscara de piedra de hace 9.000 años. Con este descubrimiento podemos decir que, por lo menos, el hombre gusta de enmascararse desde hace 9.000 años. MATÍAS UMPIERREZ,
Matías Umpierrez (Bueno Aires, 1980) se mueve en las fronteras de las artes escénicas, visuales y cine, activando la dialéctica público-escenario-discurso-escenaterritorio. Su característica es el indagar sobre las modalidades contemporáneas de los vínculos entre el espectador y la ficción. Sus creaciones se presentan en espacios no convencionales a nivel escénico: edificios abandonados, estaciones de tren, fábricas de alimentos, iglesias, bosques, teatros, cines, museos. Grandes figuras de las artes como Robert Lepage, Paul B. Preciado, Ángela Molina, Eyal Weizman, Elena Anaya, Ana Torrent Niño de Elche, Rocío Molina y Pedro G. Romero ha colaborado en sus proyectos. Matías comenzó con la investigación de este proyecto hace seis años, que coincide cuando en Cisjordania, cerca del asentamiento judío de Pnei Hever, se descubre un máscara de piedra. Me llamó la atención porque vengo de una familia de ceramistas. Mi padre cuando yo era muy pequeño me sentó en su taller y me dijo que me quería enseñar su oficio por si algún día emigraba, y tuviera un oficio para poder defenderme en cualquier otra realidad. Fui aprendiendo su trabajo, el de moldería en escayola, y la cerámica. La máscara de piedra pertenece al neolítico precerámico, por lo que la tecnología de la cerámica y del fuego, y cocer una cerámica no se conocía sino que estábamos tallando piedras para ponerlas ante nuestros rostros, «eclipsar» nuestros rostros, e intentar ser, tal vez, otros u otras y así construir otra relación con nuestro entorno y con nosotros mismos. Nosotros partimos del ritual del teatro, y me llama la atención que mucho anterior al teatro, ya tratábamos de anteponer materia ante nuestro rostro. Creo que, tal vez, viene desde nuestro génesis. En Eclipse partimos de esa máscara de piedra para ir pensando la historia y, a la vez, darnos cuenta que máscara es mucho más que el anteponer algo en un rostro. Máscara podría ser la misma inteligencia artificial. Es una máscara de la inteligencia, del cerebro humano, como la virtualidad es una máscara de la realidad; como también las pantallas son máscaras que se anteponen a la realidad para generar otra percepción de la realidad. La bandera es una máscara de la patria… Y así podemos empezar a darnos cuenta de los enmascaramientos en un montón de sentidos, y que, tal vez, los necesitamos para, justamente, transcender inclusive nuestro prejuicio. Por eso lo primero que produce una máscara es miedo. Cuando digo «estoy haciendo un proyecto sobre las máscara», todo el mundo dice «¡Ay qué miedo!» Como también la gente tiene miedo al eclipse, por quedar en la oscuridad, por desvelar ese espacio de lo «oscuro». ECLIPSE, UN MODO DE OCULTAR LA REALIDAD
Después de las reflexiones de Matías, el título Eclipse, expresa lo que puede ser el espectáculo, una vez que la máscara al colocarse delante del rostro «eclipsa», oculta lo que es esa realidad. Si se quiere catalogar qué tipo de espectáculo es Eclipse o en qué género se puede englobar, no es fácil. Estamos en una época en que estamos redefiniendo géneros, redefiniendo corporalidades, redefiniendo un montón de cuestiones que nos lleva a repensar nuestro diccionario. En ese sentido, yo trabajo en una frontera entre distintas disciplinas. Este proyecto como otros míos, está relacionado con las artes visuales, pero que pertenece siempre al ritual del teatro, por eso, al final, la huella que siempre deja el teatro es central, porque finalmente el teatro es un ritual que acontece, tal vez, a través de la tecnología, tal vez a través de distintas formas, pero es un ritual. Leer un libro es un ritual, en donde le decimos a una página que queremos que aparezca la ficción, y construimos todos los signos y nos abrimos a ellos para interpelarnos por medio de esa lectura y decodificar finalmente signos. UNA CONFERENCIA PERFORMANCE Teniendo en cuenta esas reflexiones Matías cataloga Eclipse como una conferencia performance. Empieza con una conferencia; se transforma en una «performance» – representación que combina artes diversas como la música, la danza, el teatro y las artes plásticas –; finamente me gusta llamarle «concierto de ficciones», porque cuando siento esa euforia cuando voy a un concierto de música y digo «¿Y el teatro?» «¿Cómo puede encarnar la euforia en un proyecto que sea entendido más musical en relación a la ficción?» Eso es algo innombrable por el momento, porque es lo que estamos probando por medio de este proyecto. Es un proyecto, que, sobre todo, habla de la identidad. Si algo pone en juego la aparición de la máscara es poner en juego nuestra identidad, nos revela otra identidad y la posibilidad de vivir con múltiples identidades, como siento que yo vivo. Por ejemplo siempre traté de aplicar la filosofía de mi vida a mi trabajo. Yo soy migrante por muchas generaciones, yo soy migrante y siento que soy la construcción de muchas generaciones, de una cantidad de identidades, y yo soy uruguayo, yo soy argentino, me siento español y tengo derecho a sentirme español. Eso incomoda al otro que dice «¡Para!, no has nacido aquí»«¡Sí, soy de aquí!», porque quiero ser de aquí!» Me quiero apropiar de una cultura que creo que me puede pertenecer y que me pertenece. En ese sentido, finalmente, la máscara habla de migrar a otra identidad o de la posibilidad o de la utopía de poder ser otro por medio de la máscara. El protagonista es un conferenciante enmascarado del que no conviene, por el momento revelar su nombre. Es anónimo. Me interesa un montón cómo ese personaje puede surgir como debería surgir la actuación en el teatro. Una erupción que aparece y desaparece, que sale de la puerta de actores es lo menos importante, porque su presencia, en este caso el enmascarado, devela algo que específico de esa área que se llama escenario. Ahí se construye una moralidad o una amoralidad, que es propia de las artes y nos permite expandir, justamente, nuestro prejuicio, enfrentando ideas de género, cuestiones que se pueden revelar por medio de la escena. En ese sentido es inquietante e incómodo, estar frente a una persona que no podemos adorar como persona, sino solamente como personaje. Esa es la intención de Eclipse con este enmascarado, que no sabemos quién es. A lo largo del desarrollo de Eclipse van apareciendo diversos enmascaramientos. Es como si fuera una máquina pensante sobre diversas perspectivas de enmascaramiento. En una de ella aparece Michel Foucault, el filósofo enmascarado. Le Monde le pidió una entrevista, pero con la condición de seguir siendo un «filósofo enmascarado». De este modo quería que sus palabras no estuvieran relacionadas con su nombre sino con el sentido propio del discurso, que no tenga una referencia que se pueda decir «piensa de esta manera porque pertenece a tal línea de pensamiento o a tal grupo político» Hay personas como yo que viven en una frontera entre un montón de líneas de pensamiento y que son parte de una sociedad que es un paradoja en su propia existencia. Para mí es fundamental el poder entender ese espacio de lo híbrido y que no es de ansiedad o de confrontación, sino de liberación y poder entender que enfrene tengo una naturaleza, que tengo que entender como lo que es, como se me presenta. No desde la catalogación de quién es, qué es, por qué lo hace, con qué sentido o para qué lo hace. Por eso el espectáculo está pensado sobre la identidad de las construcciones de las ideas, pero también sobre la identidad del teatro. A mí me obsesiona el ritual del teatro. En este aspecto me marcó mucho el libro de Peter Brook, que es El espacio vacío. El teatro es un espacio que delimitamos nosotros y nosotras y ahí sucede la ficción, y creamos la convicción de que ahí va a suceder algo. En ese sentido el teatro es totalmente libre y expansivo, y por eso en Eclipse tratamos de ver los géneros teatrales. Entonces aparece ese género complejo y extraordinario, que puede ser el Varieté, que está lleno de identidades y no se construye como una única identidad, sino que va sacando de la «galera» (sobrero de copa alta, en Argentina) una cantidad de cuestiones que nos expande la imaginación, que nos genera eroticidad, drama, comedia… como que es un género menor para el teatro, pero, para mí, es un género enormemente expansivo e importante. Entonces pienso en todos esos géneros que rodean al teatro y que no construyen la única solemnidad de que estamos viendo a alguien en un escenario y tenemos que mantener silencio. Si algo hizo las democracias, es empezar a emancipar al espectador. Entonces el espectador está cada vez más inquieto, porque cada vez tiene más capacidad de decisión. El teatro funcionaba mucho más en el estado de sometimiento, cuando había otros movimientos más autoritarios. El espectador va a ser cada vez más incontrolable. Eso no quiere decir que el teatro se tenga que amoldar al espectador. El teatro se construye como cada creador/ra quiera, pero tenemos que saber que estamos ante otro espectador, y eso es parte de mi trabajo. Yo dialogo claramente con el espectador. De hecho DE LA CERÁMICA Eclipse empezó como trabajo de investigación primero sobre la cerámica. Matías fue creando máscaras en cerámica, en resina, en látex y en distinto materiales. todas esas máscaras me miraban, sin ojos, y no sabía qué hacer con ellas. Empecé a crear un sociedad secreta de personas enmascaradas, que utilizan los enmascaramientos para hacer cosas que no se atreven con sus rostros. En realidad detrás de Eclipse hay una comunidad global, porque hay máscaras distribuidas en ciudades de Europa, de Norteamérica, de Sudamérica, y todos ellos fueron construyendo la perfomatividad que me permitió crear esa conferencia performance, y mostrar los mitos de la historia de la máscara y también los mitos que crearon ellos. ¿QUIÉN DECIDE LA MÁSCARA A USAR? Una vez que el ser humano opera con máscaras determinadas en cada uno, el interrogante es ¿quién crea esa máscara? ¿El propio individuo? ¿El entorno de la sociedad? ¿Las dos cosas? Para Matías la máscara es algo latente en el ser humano. Al ser una estructura latente por esa cuestión híbrida nos despierta, según nuestra naturaleza y nuestra cuestión cultural, distintos sentidos. Para alguien que creció con una persona enmascarada, posiblemente, no le va a tener ningún miedo a ese tipo de máscara, porque esa máscara va a construir algo que puede ser maternal, paternal o de cualquier forma de cuidado. Dependerá mucho de la cultura, pues los seres humanos somos presencias culturales. Lo que una realidad es para mí, para otro es distinto. Entonces el uso de la máscara, finalmente, tiene que ver con el uso del lenguaje. Para mí en este punto dependerá de cuál es nuestro uso y cuál sean las narrativas que nos llegaron y las narrativas que tenemos la lucidez de poder construir por nosotros mismos a partir de esas experiencias
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Título: Eclipse
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Eclipse. Matia Umpierrez. Naves. TE
