
Texto y dirección: PABLO REMÓN
Intérpretes: FRANCESCO CARRIL / NATALIA HERNÁNDEZ / RAÚL PRIETO / MARINA SALAS /
en el
TEATRO MARÍA GUERRERO (CDN)
(SALA GRANDE)
de
MADRID
Del 7 de noviembre al 28 de diciembre de 2025
– “El entusiasmo” es el último texto de Pablo Remón, producido por el Centro dramático y Teatro Kamikaze, que con humor e ironía aborda el tema de la pareja, los hijos y la crisis de la mediana edad.
– El propio Pablo Remón dirige a Natalia Hernández, Francesco Carril, Marina Salas, y Raúl Prieto, a los cuales califica de “cuatro bestias y estoy feliz de haber podido compartir el tiempo con ellos”.
– “El entusiasmo” es una reflexión sobre lo que podría haber sido nuestra vida, de las opciones perdidas y de la capacidad de las personas para determinar lo que somos, transmitido a través del humor.

FOTO: GERALDINE LELOUTRE
“El entusiasmo” sigue la vida de una pareja: sus conflictos personales, sus conflictos de pareja y con la maternidad/paternidad. El juego de la ficción está continuamente presente: los personajes se narran o se escriben unos a otros, alternando en sus respectivas reencarnaciones los roles de narrador/autor y personaje. Habla del paso del tiempo, de la vida, de las consecuencias de las decisiones que hemos tomado y de las que aún nos quedan por tomar. Una reflexión sobre lo que podría haber sido nuestra vida, de las opciones perdidas y de la capacidad de las personas para determinar lo que somos
LA TRAMA DE MIS OBRAS LA VOY
ENCONTRANDO MIENTRAS ESCRIBO
Pablo Remón, dramaturgo, guionista y director, es conocido fundamentalmente por el público teatral. Cuando se le pide que nos cuente la historia o el argumento de “El entusiasmo”, lanza un previo aviso:
La trama en mis obras, es complicado contarla, primero porque no la decido a priori, la voy encontrando mientras escribo, y segundo porque siempre están atravesadas de otras historias.
Intentando aterrizar en “El entusiasmo”, la presenta como la historia de una pareja que cuenta en cuatro partes y un prólogo un momento de la vida de Toni (Francesco Carril), un momento de la vida de Olivia (Natalia Hernández) y luego confluyen, pero enseguida matiza
Esta es la superficie, es la primera capa. Después esa historia está atravesada de recuerdos, de ficciones de otros personajes. Las cosas se confunden, se mezclan. Nunca te llega directamente la trama como en primer lugar. Lo que sí la obra tiene muy claro es que son como varias obras juntas. El prólogo es una obra independiente que dura unos 15 minutos, que, de alguna forma, no tiene mucho que ver con lo que viene después, sino que funciona como contrapunto. Entonces tiene una estructura de cajas chinas, abres una y viene otra, y luego otra, otra… Cada una que llega te cambia la mirada sobre lo que has visto. A veces contradiciendo lo que has visto. Después descubrimos que ese primer prólogo es una ficción, un relato que ha escrito el personaje de Toni, entonces hay mucho de la ficción dentro de la ficción, pero eso lo vas recibiendo como espectador.

FOTOS: GERALDINE LELOUTRE
COMEDIA LIGERA PARA ABORDAR
TEMAS CON LOS QUE TODOS
NOS IDENTIFICAMOS
La obra aparentemente es una comedia ligera, pero toca temas que a Pablo le interesanen este momento.
Es un reflejo generacional que está reflejando una crisis existencial de una cierta generación con la que me identifico. Trata los temas de la mediana edad, la paternidad, la maternidad, la pareja…, es decir cosas con las que todos más o menos nos podemos identificar, contado desde un humor en el que detrás hay una reflexión sobre varias cosas. Me interesa que lo que el espectador esté viendo sea un viaje teatral, que esté cerca de esos personajes, y, de alguna forma, contar un trozo de su vida.
“El entusiasmo” tiene su origen en Anton Chejóv, revela Remón.
La obra nace a partir de las experiencias que hice el año pasado de Vania y otros textos de Chéjov. Cuando trabajas mucho tiempo con un dramaturgo de la calidad de Chejov, y sobre todo de su humanidad, que es lo que más me impactó, tengo la sensación de que, como dramaturgo, aprendí mucho de él. Me llevó a ciertas reflexiones que me apasionó mucho, porque estaba trabajando “Vania” desde dentro, desde la cocina de la escritura, y vi lo que no hacía. Veía lo que podía hacer aquí y en cambio hace otra cosa. Esto me apasionó mucho. Entonces me surgió el deseo de construir una obra, que, luego no tiene nada que ver con las de Chejov, pero sí tiene ese impulso de Chejov, de que las cosas no se resuelven, de que lo que estás viendo es como un pedazo de vida, de que estás dentro de una escena, y, de repente, te pierdes en la duración de la escena, dónde estamos y hacia dónde va esto. El conflicto está más abajo y no es fácil verlo, no está tanto en la apariencia. Ese era uno de los primeros impulsos para escribir esta obra. Pretendía una obra más cercana a la vida y menos dramatizada, en algunos momentos. Otra parte de la obra se parece más a la comedia o tiene mucho juego teatral. Puertas que se abren, humor, rapidez, los personajes se narran unos a otros. Es una obra muy misteriosa en cuanto a las capas de la obra. ¿Qué está diciendo realmente? Yo escribo de una forma muy intuitiva, es decir, voy descubriendo la obra a medida que la escribe y cuando estoy en la sala de ensayos también tengo la misma sensación de ir descubriendo, descubriendo. Con esta obra me ha sorprendido decir muchas cosas de que yo creía que iban por un lado, y se han ido colocando en otro. Es un tipo de obras que he querido hacer muchas veces, porque si todas las obras van cambiando, ésta mucho más. Tiene una especie de tesoros ocultos que, a veces, voy intuyendo y otras no. Es un viaje maravilloso de estar como muy atento a lo que la obra te va contando, que, a veces, no lo había previsto o no lo sabes, y lo vas encontrando con el trabajo de los actores y de todo el resto del equipo.

FOTOS: GERALDINE LELOUTRE
“EL ENTUSIASMO” SIGUE LA MISMA RUTA
DE OTRAS OBRAS DE PABLO REMÓN,
LA MEZCLA DE VARIOS TEMAS
Una de las constantes de las obras de Pablo Remón, es la de mezclar temas. “El entusiasmo” no podía ser menos,
Un tema central es el tema de la crisis de la mediana edad que no es más que una crisis existencial, profunda de los personajes, pero también esta relacionado con la crisis de la narración, cómo seguimos contando historias y cómo nos contamos nuestra propia historia y añadimos a la ficción. ¿Somos autores o personajes de nuestras vidas? Todo esto está mezclado. La idea es que los personajes están en un momento de crisis existencial, que, de alguna forma, tiene que ver cómo se narra la historia y de cómo han llegado a ese momento. Hay un personaje, Toni, que está intentando escribir una novela, y necesita volver a ser autor y escribir esa novela, para comprender dónde está, existencialmente. Hay, pues, una relación entre el hecho de construir una narración con el hecho de ser autor de tu propia vida y, por lo tanto, tu propia vida esté en control. La idea de Toni es hasta qué punto, el espectador es capaz de imaginar otra idea posible para él, aunque no escriba nada. Es un acto de reescribir su vida. Entonces no me interesa tanto la figura de un escritor, sino la idea de alguien que siempre está revaluado y reescribiendo su vida. Para expresarlo recurro a la imagen de alguien que está escribiendo directamente algo. Yo vengo del cine, donde he trabajado mucho, y tengo una actitud ante el teatro, haciendo un tipo de obra que, a lo mejor, no es a lo que estamos acostumbrados. También me he dado cuenta de que el teatro es muy omnívoro, todo lo admite. En mis obras hay partes que están más cerca de una novela, por el tipo de escritura; hay otras partes que tienes, más, la sensación de estar en una película respecto a cómo van avanzando las escenas Me interesa ese espacio fronterizo entre la novela, el teatro y el cine, y el teatro lo admite todo pues tiene esa capacidad en cuanto que sucede en la imaginación del espectador, y en esa invitación a imaginar y con ese juego todo cabe.
ADOLESCENCIA Y MEDIANA EDAD UNIDOS
POR LOS MISMOS INTERROGANTES
Recurrir a un título como “El entusiasmo”, le vino impuesto en cuanto que evoca todo un mundo
A mí me comunica muchas cosas. No es alegría, no es felicidad. Conlleva algo relacionado con la euforia, con lo infantil y con el juego, con la adolescencia, la primera juventud. Lleva algo más activo, más vital. Los personajes han perdido eso, lo buscan, pero lo que me interesa también es que, si lo tuvieron o no lo tuvieron, han perdido esa idealización que tenemos a determinada edad, esa idealización de la juventud, que yo la pongo un poco en duda, porque si recuerdas tu adolescencia y tu juventud, es una época un poco complicada, horrible, pero cuando tienes treinta y tantos años piensas “¡Ojalá! tuviera 18 años”. Es un poco falso, porque en esos años tienes mil dudas, mil cosas. Entonces esos dos momentos, el de la mediana edad – los cuarenta, cincuenta…- y el momento de la adolescencia están muy vinculados, porque son dos momentos de crisis donde uno se plantea, cuando se es adolescente, “¿Quién voy a ser”? “¿Cómo voy a estar en el mundo?” “¿Cómo me voy a relacionar?” ¿Quién soy?”, y en ese momento de la mediana edad un poco, lo mismo, en cuanto hace repaso de lo que ha hecho y se pregunta “¿Dónde está ahora?” “Lo que me queda ¿cómo va a ser?” Esos momentos están conectados.

FOTOS: GERALDINE LELOUTRE
EL ENTUSIASMO,
EN LA ANTIGUA GRECIA
UN ACTO DE POSESIÓN
El concepto de entusiasmo tiene también una conexión con la Antigua Grecia
El entusiasmo también tiene relación con un concepto de la Antigua Grecia. Cuando un poeta estaba entusiasmado, estaba poseído por las musas. Está pues esa idea de ¿que nos posee?, ¿las musas? ¿La creación? Ese poeta entusiasmado por las musas quería decir que estaba capacitado para cantar. Entonces en la obra hay una idea clave: “¿Qué nos posee?” Si no nos posee el entusiasmo, si no nos poseen las musas, es decir la imaginación, la creación, la posibilidad, dejamos espacio a que lo que nos posea, sobre todo a determinada edad, las neurosis.
Algo que interesa a Remón por encima de todo es que las obras que escribe tengan un calado.
En esta obra se habla de temas existenciales, de filosofía, temas aparentemente elevados, pero siempre buscados desde una vivencia; desde que el espectador lo esté viendo de una manera aparentemente ligera, con mucha comedia, de modo que cuando un espectador esté viendo una obra mía, tenga la sensación de estar haciendo un viaje emocional con los personajes, y que los temas y las ideas estén como mucho más al fondo. Lo que debes percibir es una historia que te va llevando, que estés vinculado con esos personajes, y que quieras estar en ese mundo de los personajes.
Remón precisa que gusta en sus obras de mezclar la alta cultura con la baja cultura.
La obra puede estar hablando de Hegel, pero al mismo tiempo de San Chinarro, Media Mark, lo que constituye nuestra vida real, pues el teatro tiene que ser un espejo de aquel viene a verlo, no tiene que ser una cosa distinta de nuestra vida, nuestras vivencias y de lo que nos sucede. Entonces la escritura de esta obra está muy llena de referentes reales, de cosas que todos conocemos, nuestra vida real. Por eso este viaje emocional está, también, revestido de humor, ironía, sátira, diversión. Es reírnos de nosotros mismos y de distanciarnos de distintas cosas. Ello lleva a un montaje muy atractivo. La idea era que el espectador fuera bebiendo casi si darse cuenta, y luego, esas ideas van a estar al fondo.

FOTO: GERALDINE LELOUTRE
FICCIÓN Y REALIDAD
ENVUELTOS EN EL RECUERDO
Al tener como credo que el teatro no tiene que ser distinto de nuestra vida, parece que en los personajes hay mucho de autobiográfico, y menos de ficción. Remón traza una línea divisoria en cuanto escribir para el mundo audiovisual o para el teatro.
Cuando escribo un guion para televisión o películas, ahí puedo ficcionar más, pues estoy más distanciado y estoy con el oficio. Cuando escribo para el teatro, me abro en canal, aunque no soy como la Ángelica Lidell porque no es mi rollo, mi exposición y apertura es mucha. ¿Qué es lo que quiero decir? Quiero decir que todo es verdad y no lo es. La ficción es muy interesante. Hay una frase de Kafka cuando escribió su primer relato, “La condena” (1913). Al día siguiente Kafka anota en su diario, “Es maravilloso todo, lo inventado y lo real, todo arde en una misma hoguera”. Para mí esa es la ficción, esa sensación de que cuando escribes algo ya no sabes lo que es real o no. Aun siendo real, es un recuerdo mío, y está filtrado. Entonces yo recordaré eso momentos tal cual los he escrito en esta obra, no los recordaré como fueron porque la ficción engloba todo, y está sacando brillo a los momentos, y esos momentos, de repente, se condensan encima del escenario y pasan a ser mis recuerdos. Nada es totalmente real, pero están atravesados de verdad, porque no sé escribir de otra manera.

FOTO: GERALDINE LELOUTRE
”LA VIDA NO VIENE
SEPARADA EN GÉNEROS
SINO TODO MEZCLADO”
La mezcla de temáticas profundas, en combinación con el humor dificultan encasillar las obras de Pablo en un género
No me gusta encasillar la obra en un género concreto. Mezclo géneros, y eso proviene de Azcona, que es mi maestro y que decía que no escribe en géneros, porque ”La vida no viene separada en géneros, sino todo mezclado”. Yo cuando escribo eso lo tengo muy claro. No es que decida a priori, si esta escena será más comedia. Es algo que hago de manera intuitiva. Refleja un poco mi manera de mirar el mundo. Los momentos más dramáticos están atravesados por el humor y al contrario. Eso es algo que percibimos en la vida en todos los momentos. No se inclina más a un lado u otro, sino que va como oscilando pasando por distintos tonos. De repente, hay un tono más poético y otras más de comedia clásica. Esas dos cosas van conviviendo, y lo que me interesa es esa frontera entre las dos.
NO DISTINGO MUCHO
ENTRE ESCRIBIR Y DIRIGIR
Remón es autor y director de este montaje, por lo tanto, sobran preguntas acerca de si la perece bien la dirección o si le han respetado la esencia de la obra
Cuando escribo una obra estoy pensando en dirigirla, así pues, no distingo mucho entre escribir y dirigir. Es más cuando escribo para unos actores concretos, un lugar concreto, y casi una escenografía concreta, porque va apareciendo todo a la vez, el texto se va realimentando. Aquí hay una puesta en escena, por un lado, muy minimalista, muy poco realista, pues me gustaba que fuera casi en contra del texto, el cual, en algunos momentos, es casi costumbrista. A ellos se añade que la obra va cambiando de estilo, es como si fueran varias obras en una. Es como un calidoscopio que lo ves de un lado, lo ves de otro, y sólo el conjunto de dibuja la obra.

FOTO: GERALDINE LELOUTRE
LA ESCENOGRAFÍA, UNA PÁGINA EN BLANCO
DE NO REPRESENTAR NADA, A OTROS ESPACIOS
La escenografía es de Monica Boromello y, al principio, es un lienzo en blanco de caja gigante.
Es una página en blanco, donde podría suceder casi cualquier cosa, que evoca el principio de la escritura o cuando se empieza a narrar algo. De primera, no nos va a decir lo que va pasar, es decir no representa nada. La escenografía va cambiando, pues hay un viaje y una especie de vodevil de puertas que se abren y cierran y de movimiento escénico.
Las obras de Pablo Remón han sido estrenadas en teatros como el Pavón Kamikaze, el Teatro Valle-Inclán o los Teatros del Canal de Madrid, además de participar en el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, en el Grec de Barcelona o en el FIBA de Buenos Aires. Sus obras están publicadas en la editorial La uÑa RoTa
FUNCIÓN
De martes a domingo: 20:00 h
Encuentro con el equipo artístico
18 de noviembre de 2025
Funciones accesibles
27 y 28 de noviembre de 2025
PRECIO
25 €
Descuentos
Mayores 65: 12,50€
Menores 30: 12,50€
Familia Numerosa/Monoparental: 12,50€
Desempleados: 12,50€
Cert. Discapacidad Persona con discapacidad Igual o superior al 33%: 12,50€
Invitación Acomp. Discapacidad
Acompañantes de personas con movilidad reducida o con grado de discapacidad igual o superior al 65%: 0,00€
Plus Abonado
Válido solo para abonados: 22,50€
Plus Abonado Extra
Válido solo para abonados en entradas con descuentos sociales: 11,25€
Título: El entusiasmo
Texto: Pablo Remón
Escenografía: Monica Boromello
Iluminación: David Picazo
Vestuario: Ana López Cobos
Sonido: Sandra Vicente
Ayudante de dirección: Juan Ollero
Ayudante de escenografía: María Abad
Ayudante de iluminación: Daniel Aranda
Ayudante de vestuario: Sara Sánchez de la Morena
Ayudante de sonido: Pablo de Huerga
Diseño de cartel: Emilio Lorente
Tráiler: Macarena Díaz
Fotografía: Geraldine Leloutre
Equipo Kamikaze
Dirección de producción: Jordi Buxó y Aitor Tejada
Dirección técnica: Está por ver
Producción ejecutiva: Pablo Ramos
Ayudante de producción: Anastasia Shchelkanova
Realización de escenografía: Mambo Decorados
Realización de elementos escenográficos: Mambo Decorados
Producción: Centro Dramático Nacional y Teatro Kamikaze
Distribución: Caterina Muñoz Luceño
Intérpretes (por orden alfabético): Francesco Carril, Natalia Hernández, Raúl Prieto, Marina Salas
Dirección: Pablo Remón
Duración: 2 horas y 5 minutos (aprox)
Estreno en Madrid: Teatro María Guerrero (Sala Grande), 7 – XI – 2025

Copyright diazsande
Teatro María Guerrero
(Sala Grande)
Director: Alfredo Sanzol
C/ Tamayo y Baus, 4 – Centro
28004 – Madrid
Metro: L. 2, 4 y 5, (Banco de España, Colón y Chueca)
Bus:L.5, 14, 27, 37, 45, 53 y 150), el tren de Cercanías L. C1, C2, C7, C8 y C10: Estación Recoletos
Parking:Marqués de la Ensenada, Plaza de Colón, Augusto Figueroa y Plaza del Rey.
