FLAMENCO PARA TRAVIATA
SIMBIOSIS
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Es como si estuviéramos en un tablao con sus cantaores, bailaores y guitarristas. El flamenco fluye en forma de fandangos. Los ayunos en la materia ignoramos que son interpretados al estilo de El Carbonerillo y Paco Toronjo, dos de los grandes. Lo que nos importa y satisface es que, en las voces y los pies de los artistas, hay emoción y hondura. Tanta, que se nos olvida que no asistimos a un recital, sino a una representación con argumento. Lo recordamos cuando se mete de rondón en el escenario la música romántica de La Traviata. A partir de ese momento, el cante y la ópera, géneros tan distintos y distantes, emprenden, sin extrañarse, una andadura común. El artífice del sorprende maridaje es Salvador Távora. La historia que nos cuenta es la de Violeta y Alfredo, los protagonistas de la obra verdiana, esos amantes pertenecientes a distintos estamentos sociales empeñados en un unir sus vidas contra viento y marea. Lo que sucede es que el creador andaluz ha trasladado la acción a su Sevilla natal y la ha situado en los años de posguerra, aquellos en que eran frecuentes y famosas las juegas que reunían a señoritos, cantaores y putas.
A priori, un proyecto de estas características bien hubiera podido ser considerado como una fusión artística contra natura. A la vista del resultado, cabe elogiar la intuición y sabiduría teatral de Távora. Nuevos fandangos son el hilo conductor de la tragedia, cantados, como los primeros, al estilo de famosos o poco conocidos maestros que antepusieron su arte a cualquier interés material. Cantaores como el propio Salvador Távora, quén, en la desaparecida Cuadra que regentaba Paco Lira, de la que tomaría prestado el nombre su compañía, se arrancaba solo cuando estaba en vena. Pero estos homenajes nunca distraen del objetivo perseguido. La intercalación de los más conocidos fragmentos de La Traviata nos remiten a él. Además de las musicales, hay otros elementos tomados, tanto del mundo del cante, como de la ópera, que dan lugar a curiosos juegos salpicados de anacronismos. Entre ellos, la presencia de una bailarina clásica con tutú y zapatillas de punta que representa la muerte; o el caballo blanco, presente en anteriores espectáculos de Távora, que es montado por el padre de Alfredo y que simboliza la fuerza con la que trata de convencerle de que debe apartarse de Violeta.
A la estética del baile se suma la escenográfica, que evoluciona desde la sencillez de un fondo de cortinas negras a la incorporación de una enorme y rústica escalera de tijera que algo tiene de altar en el que se consuma la tragedia. El original saludo final de los intérpretes planteado en forma de escena para el recuerdo, en cuanto que resume lo que hemos visto, es el broche de oro a una función que, además de conmover, entra por los ojos.
El excelente trabajo de los intérpretes es parte esencial del éxito. Destacan, entre los cantaores, Ana Real y Javier Allende; en el baile flamenco, Lalo Tejada, en el papel de Violeta, y El Mistela, en el de Alfredo; y en danza clásica, Raquel López.
Título: Flamenco para Traviata
Creación, realización, concepción, geometría de la coreografía, escenografía, ordenación dramática de la música y de los cantes: Salvador Távora
Coreografía:
Pasos a la coreografía de la danza clásica: Trinidad Sevillano
Coreografía en general de los bailes flamencos con arreglos musicales sobre extractos de La Traviata de Verdi: Salvador Távora
Músicas:
Extractos musicales de la Ópera de La Traviata: Giuseppe Verdi
Extractos musicales de la Ópera Russian & Ludmilla: Mikhail Glinka
Línea melódica de los coros: Salvador Távora
Escenario: Fernando Merino, Manuel Jiménez
Iluminación: José Luis Blanco
Sonido: Miriam Riggott
Sastra: Puchi Naranjo
Vestuario y complementos: Carmen de Giles
Realización de elementos mecánicos: Talleres Hermanos Vega
En escena obras pictóricas originales de Zaafra
Asistente a la Dirección y Repetidora: Inmaculada Jiménez
Coordinación General y Producción: Lilyane Drillon
Coordinación: David Rial
Intérpretes: Lalo Tejada (Violeta – bailaora), El Mistela (Alfredo – bailaor), Ana Real (Cantaora), Javier Allende (Cantaor), Manuel Berraquero/Miguel Aragón (Guitarras), Javier Prieto (Percusión), Juan Romero (Ballet rítmico en la fiesta), Raquel López (Bailarina), Manuel González (Fiesta y Máscara – bailaor), Rocío Suárez (Fiesta y Máscara – bailaora), Francisco Torres (Zancudo – actor), Jaime de la Puerta (En caballo de alta escuela), Fernando Merino/Manuel Jiménez (Extras)
Dirección: Salvador Távora
Género: Teatro Flamenco
Duración aproximada: 1 hora y 30 minutos (aprox. Sin intermedio)
Estreno en Madrid: Teatro Fernán Gómez, 6 – VI – 2011
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FOTOS: LA CUADRA DE SEVILLA |
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JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
Copyright©lópezmozo
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TEATRO FERNÁN GÓMEZ
Directora: Mora Apreda
Sala II
Aforo: 316
Pz/ de Colón, s/n
28001 – Madrid
Metro: Colón, Serrano
Bus: 5/14/27/45/21/53/150/1/9/19/51/74
RENFE: cercanías.
Entradas: Caixa Catalunya en
www.telentrada.com y
Tf. 902 10 12 12
Tel-reservas grupos: 91 480 03 33 37
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