Es una Giselle superespecial, y tengo que agradecer al equipo artístico que me ha llevado al abismo y me ha sacado de mi zona de confort más calentita. Quería contar con un equipo que no hubiera hecho ballet, más teatral, más real, para contar la historias de la forma que la contamos, y en ello una pieza ha sido Borja, que también ha salido de la zona de confort, pues es la primera vez que hace una dramaturgia sobre danza. Ha estado trabajando en el Estudio con los bailarines y ha sido un verdadero honor tenerlo en Estudio, lo mismo que al resto del equipo.
Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, alaba la agilidad con la cual la Compañía Nacional de Danza ha sido capaz de integrarse al Teatro Real. En cuanto a Joaquín de Luz el reestrenar en el Teatro Real es un motivo de contento, a lo cual se añade la satisfacción de poder contar con bailarinas ukranianas
A partir de un matrimonio ukraniano con el cual yo había compartido escena, contactaron conmigo diciendo que había un grupo de bailarinas ukranianas escapando de Ukrania y que venían para España. Me puse en contacto con ellas. Simplemente les abrimos las puertas. Hicimos la consulta arriba y, en la medida que hemos podido, las hemos integrado. Tres de ellas van a estar en la función de Giselle: Una de ellas, Anastasiia Hurska, va interpretar los roles Myrtha y el «Pas de paysans» en el primer acto. Las otras dos, formarán el cuerpo de baile en el segundo acto. Tengo que decir que les estamos muy agradecidos porque nos han enseñado la resilencia, la humildad y la gratitud. Son magníficas artistas y no hemos hecho una obra de caridad. Tengo una responsabilidad con lo que se pone en escena y tienen una calidad excelente. Han hecho Giselle en numerosas ocasiones y estamos muy contentos de poder contar con ellas.
La bailarina Katja Khaniukova, Primera Solista del English National Ballet, es artista invitada e interpreta el papel de Giselle los días 20 y 21, está contentísima con la producción, con Trinidad ha trabajado en tres producciones internacionales y le gusta mucho el reenfoque que se ha hecho de esta versión. Muchas gracias al Teatro por acogernos y esperamos que su público lo disfrute. BORJA ORTIZ DE GONDRA, nueva dramaturgia LAS «WILLIS» ALEMANAS SUSTITUIDAS POR LAS «WILLIS» DEL MONCAYO DE ZARAZGOZA
A partir del original de Jules Henry Vernoy y Theóphile Gautier, Borja Ortiz de Gondra y Joaquín De Luz han escrito un nuevo libreto, trasladando el original al romanticismo español, por deseo de Joaquín de Luz: «un sueño que tenía hace muchos años». Borja aclara que en esta versión
Theóphile Gautier recuperó todas estas leyendas alemanas donde aparecía este mundo de la «willis». Después de esto Gauthier hizo un viaje por España y escribió un libro titulado Le voyage en Espagne que abre en el mundo europeo esa moda de los viajeros románticos que descubren España como ese país exótico. De ahí nace el romanticismo europeo y el romanticismo español que es posterior, a través de Bécquer, cinco años más tarde pone de moda este mundo también de mujeres aparecidas de leyendas que ocurre en los bosques en el Moncayo -montaña del sistema ibérico ente las provincias de Zaragoza y Soria en España – y ahí está la famosísima leyenda del Moncayo de Béquer, El monte de las ánimas. Nuestra idea es llevar a ese mundo que en el original ocurría en un bosque germánico a la cumbres del Moncayo y cruzarla con esa poesía maravillosa del movimiento romántico de Bécquer. En esa traslación no sólo hemos creado el universo estético sino también un universo dramatúrgico en el que por primera vez en el ballet escuchamos las voces: la voz de ese Bécquer, que puede ser o no Albrecht, cuyos poemas recitados van mezclándose en off con la voz de ese hombre que descubre a esa chica que baila en un pueblo perdido, y hacemos algo bastante innovador: al final de la función escuchamos por primera vez la voz de Giselle. El original termina con el espíritu de Giselle que desaparece entre las sombras. Nosotros hemos querido darle voz a esta mujer. Hemos querido saber qué puede pensar esta mujer convertida en ese espíritu por haber amado demasiado. Le hemos dado la voz a través de los versos maravillosos de Bécquer con los que termina nuestro espectáculo de Giselle.
Borja hace hincapié en un tema de la obra que viene formulado con una pregunta: ¿Por qué una mujer puede darlo todo por amor, y qué consecuencias paga por eso? También ¿Qué consecuencias paga el hombre que le hace abandonarlo todo por amor, y no es capaz después de asumir ese amor? Creo que esta obra en nuestra concepción, y, desde luego en el original, es absolutamente intemporal porque habla de algo que nos atañe a todos: «¿Estamos dispuestos a pagar el precio que nos exige el amor e ir hasta donde nos lleve?» Por eso viene el darle la voz a Giselle al final que nunca se ha escuchado, para que diga lo que ella piensa de ese hombre que no la supo querer bien. Eso creo que, ahora mismo, es bastante contemporáneo.
Los intérpretes de la voz en off son Ángela del Monte y Pedro Alonso (La casa de Papel). Pedro Alonso vino a grabar con una serie de paisajes que a él le ponían en un lugar emocional para leer esos versos. Grabamos mucho más de lo que ha quedado en el espectáculo. El problema fue seleccionarlo. Necesitábamos que una voz en off, que no se ve, cuente el dolor, la nostalgia, el amor juvenil…Todo lo que está en Giselle. Todo lo que está en la danza, pero nunca ha estado en la voz. Creo que lo hemos conseguido. Ha sido un trabajo muy mano a mano con el coreógrafo y el dramaturgo. Era que todo el universo de Giselle estuviera contado desde la danza, desde las imágenes que se proyectan, pues se comienza con una pequeña película. Hemos trabajado en conjunto para que esa historia de amor imposible se cuente no sólo desde los pasos de los bailarines, sino desde todo el universo de la escena. Aparte de esta traslación geográfica esta versión, según Joaquín de Luz se le ha quitado un poco el polvo del ballet clásico, y musicalmente hemos añadido cambios que hacen que vaya en otra dirección. Las obras clásicas tienen que transcender y tener un poco más de relevancia, respetando las normas del clásico, y eso es lo que hemos hecho, a diferencia de las versiones tradicionales. En concreto hemos investigado con Borja cuáles eran la labores de un pueblo que vivía en el Moncayo en la época romántica; cuáles eran las danzas. Al estar en Aragón, la jota está bastante presente en la producción, y luego la pareja que tradicionalmente hace un «paso a dos» clásico lo hemos metido en el filtro de la Escuela Bolera, esa pareja artística que iba de pueblo en pueblo haciendo bolos para la gente un poco más adinerada. Creo que está bastante presente las costumbres de esas gente y sus danzas, sobre todo en el primer acto.
PARTITURA PARA 65 MÚSICOS UN GRAN CAMBIO SONORO Otro de los cambios es referente a la interpretación de la partitura que dirige Oliver Díaz. La partitura está escrita para 65 músicos y en el Teatro de la Zarzuela contábamos con 22, por motivos de la Pandemia. Entonces hay un gran cambio sonoro y eso acompaña al baile, con lo cual toda la producción ha mejorado, junto con la capacidad artística que tiene la Compañía en estos momentos. Estoy muy satisfecho en estos momentos, y no hace falta preparar una producción durante tres meses. Los bailarines lo tienen bastante en la piel y, de hecho, ha pasado bastante rápido. Hemos integrado a las bailarines ukranianas que conocían una versión diferente. Todo ha pasado muy naturalmente.
DESDE EL ESTRENO HAN HABIDO AJUSTES PERO NO MOTIVADOS POR LA CRÍTICA SINO PORQUE TODA PRODUCCIÓN NECESITA SU POSO Desde el estreno del Teatro de la Zarzuela al reestreno en el Teatro Real, además de la partitura, han trascendido críticas positivas y negativas con respecto a esa nueva dramaturgia del primer acto y su repercusión en las danzas. Lo que ha habido son ajustes, como siempre sucede en el día a día de las producciones de ballets. Siempre aspiras a más. Hay que dar un poco de tiempo a una producción para que tome poso, pero nunca por una crítica. Las críticas las abrazamos porque es parte de. Si te quedas en el sofá y no haces ningún cambio, ni ningún movimiento no te critican. A mí no me gusta estar en el sofá. Me gusta que la producción siga activa, viva, como tiene que ser el arte bajo mi punto de vista. Sí hay pequeños ajustes, y sigue evolucionando en una dirección muy positiva y estamos deseos de compartirlo con el público de Madrid en el Real.
TRINIDAD VIVES, bailarina y maestra HACER QUE TODOS LOS BAILARINES APAREZCAN COMO UN PERSONAJE RESPIRANDO JUNTOS Trinidad Vives lleva muchos años fuera bailando y trabajando con Compañías y considera una placer que Joaquín de Luz le haya llamado para trabajar con la Compañía Nacional de Danza, sobre todo con las «willi» del segundo acto.
Tienen que tener una unidad total y mi trabajo está en los detalles, para unificar a todas las bailarinas que vienen de escuelas distintas y estilos diferentes, de modo que en escena aparezcan como un personaje respirando juntos. Son los pequeños detalles, de las cabezas, las inclinaciones…, todas estas cosas tan bonitas del ballet romántico. Esto hay que hacerlo en todas las compañías, pues los bailarines vienen de distintos sitios. Aquí no es complicado porque tenemos una clase diaria en la que se trabaja la técnica. Entonces en la clase ya puedes empezar a unificar un poquito los bailarines para que todos tengan la forma en el brazo o el mismo «port de Bras» – un movimiento o una serie de movimientos pasando el brazo o los brazos con varias posiciones -; cómo hacer el movimiento y la cabeza juntos… Eso ya unifica a los bailarines en la clase, luego en los ensayos repitiendo y repitiendo y corrigiendo a las chicas la inclinación de cabeza, la altura de la mano por delante…Es un trabajo que se tiene que hacer en todas las compañías. En eta compañía se ve que están acostumbrados a trabajar en diferentes estilos y se acoplan muy bien al contemporáneo, al clásico. Siempre hay gente es mejor en el clásico y otros en el contemporáneo, y Joaquín está haciendo un trabajo fantástico en intentar integrar esas dos técnicas y crear una Compañía que pueda hacerlo todo bien. Además del cuerpo de baile, otro trabajo para Trinidad es el de los personajes principales de la historia. También el trabajo con los principales para contar la historia y que tengan el alma de Giselle además de la técnica. Es la Giselle clásica de siempre, pero con un toque español mediante las danzas del primer acto que Joaquín las ha puesto con Goyescas y cosas muy bonitas de España. Es una maravilla. Estamos contentísimos de poderla hacer en el Teatro Real.
QUE LA DANZA Y LA CULTURA EN GENERAL ESTÉN MÁS EN EL TEJIDO SOCIAL DESDE EL PRINCIPIO DE LA EDUCACIÓN Tanto en el mundo de la ópera como en el de la danza clásica el interrogante siempre es si este mundo puede interesar a los jóvenes, y en concreto Giselle. Por lo que le concierne a Joaquín:
Me parece un reto que esta obra tenga un impacto en los jóvenes acostumbrados ahora al «mami chulo», papi chulo» (chulo = objeto de deseo o bonito, lindo). Desde la Compañía y en el Teatro estamos haciendo que la danza y la cultura en general esté más en el tejido social desde el principio de la educación, en los hogares, en la televisión y en la educación. Tenemos guías audiovisuales; hemos hecho dos cuentos y versiones en braille.
ACABO DE SER PAPÁ HACE 8 MESES Y HA VENIDO CON UN PAN DEBAJO DEL BRAZO ME HACE MUCHA ILUSIÓN PODER BAILAR Otro deseo, que en la ópera del Teatro Real se ha conseguido con la creación de My opera player, es la posibilidad de grabación en video esta peculiar Giselle Grabar el ballet – aclara Joaquín – requiere mucho esfuerzo y mucha burocracia en todo el mundo. ¡Ojala! este ballet pueda llegar al máximo de público. En eso estamos. Vamos a ir a Bogotá en enero, ahora al Kursaal. Mi estado anímico es maravilloso. Acabo de ser papá hace 8 meses y ha venido con un pan debajo del brazo. De verdad. A pesar de no dormir, tengo una energía que parece que tengo 20 años. Mi idea es bailar y vamos a por ello. Me hace mucha ilusión poder bailar y acompañar en esta producción que es tan especial para mí, y solamente ser un miembro más de esta gran Compañía.
18 y 19 de mayo de 2022: 19:30h. 21 de mayo de 2022: 17:00 h. y 21:00 h. PRECIO De 159 € a 16 €
Título: Giselle (Ballet en dos actos) Versión musical: Joaquín De Luz y Óliver Díaz, a partir del original de Adolphe-Charles Adam Libreto: Borja Ortiz de Gondra y Joaquín De Luz, a partir del original de Jules Henry Vernoy y Theóphile Gautier Estrenado por la Compañía Nacional de Danza en el Teatro de la Zarzuela de Madrid (España), el 9 de diciembre de 2020 Dramaturgia: Borja Ortiz de Gondra Escenografía: Ana Garay Figurinista: Rosa García Andújar Diseño de iluminación y creador de vídeo: Pedro CHamizo Espacio sonoro: Víctor Tomé Asistentes al coreógrafo: Pino Alosa, Joan Boada, Yoko Taira Ayudante de escenografía: Isi López-Puget Ayudante de vestuario: Lucía Celis Construcción de escenografía: Proescen Confección de vestuario: D’Inzillo Sweet Mode Peluquería: Mª Jesús Reina Taller de utilería: Carlos del Tronco y Paloma Bravo Producción de la grabación fonográfica: Fernando Arias (Aria Classica) Edición musical: Boosey & Hawkes Music Publishers Ltd. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real Voces en off: Pedro Alonso y Ángela Cremonte Intérpretes: Giselle: Giada Rossi (18 de mayo), Katja Khaniukova (20 de mayo y 21 de mayo 21.00 h), Cristina Casa (21 de mayo 17.00) Albrecht: Yanier Gómez (18 de mayo), Joaquín De Luz (20 de mayo), Mario Galindo (21 de mayo 17.00h), Alessandro Riga (21 de mayo 21.00h) Hilarión: Isaac Montllor (18 y 20 de mayo), Ion Agirretxe (21 de mayo 17.00h), Toby William Mallitt (21 de mayo 21.00h) Wilfred: Álvaro Madrigal (18 y 21 de mayo 17.00h) , Juan José Carazo (20 y 21 de mayo 21.00h) Myrtha: Clara Maroto (18 de mayo), Anastasiia Hurska (20 de mayo), Laura Pérez Hierro (21 de mayo 17.00h), Natalia Muñoz (21 de mayo 21.00h), Berthe Yoko Taira (18 de mayo), Eva Pérez (20 y 21 de mayo 21.00h), Aída Pérez (21 de mayo 17.00h) Duque de Courland: Toby William Mallitt (18 y 21 de mayo 17.00h), Ion Agirretxe (20 y 21 de mayo 21.00h) Bathilde: Elisabet Biosca (18, 20 y 21 de mayo) Pas de Paysans: Cristina Casa y Anthony Pina (18 de mayo), Ana María Calderón y Mario Galindo (20 de mayo), Anastasiia Hurska y Juan José Carazo (21 de mayo 17.00h), Anastasiia Hurska y Anthony Pina (21 de mayo 21.00h) Coreografía y dirección escénica: Joaquín De Luz Director musical: Óliver Díaz Duración aproximada: 2 horas y 20 minutos / Acto I: 60 minutos / Pausa de 25 minutos / Acto II: 55 minutos Reestreno en Madrid: Teatro Real, 18 – V – 2022
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