La frágil campesina Halka a través de su popular canto unido a las conmovedoras imágenes con las que enmarcaron su frágil figura hacen de esta obra imprescindible del Romanticismo centroeuropeo. El repudio de la madre con hijos ilegítimos – que conocemos a través del mito de Medea – Moniuszko la aproxima, con más de medio siglo de antelación, al universo realista y compasivo de Jenůfa. Magdalena Majda – Directora del Instituto Polaco de Cultura – manifiesta que es una gran fortuna presentar el 11 de noviembre – fecha de la conmemoración de la Independencia de Polonia – la «gran ópera» de Stanisław Moniuszko, Halka.
Moniuszko es uno de los compositores polacos más destacados. Se asocia la música polaca a Chopin y Penderecki, y sabemos que la música de Moniuszko todavía no es muy conocida en España. STANISŁAW MONIUSZKO, director musical Stanisław Moniuszko vivió en el siglo XIX, cuando Polonia no existía como Estado, pues estaba repartida entre Prusia, Rusia y Austria. Durante este período muchos intelectuales y artistas polacos se esforzaron en mantener la cultura, la lengua y las tradiciones polacas frente a los intentos de desnacionalización. Entre ellosStanisław Moniuszko, siendo Halka su obra más conocida, donde se dan tragedias y pasiones humanas, pero sobre todo músicas enraizadas en canciones populares. Obras polacas que se han escuchado en España son el Cancionero doméstico (Teatro Real), y La Casa embrujada (Sevilla, Jardines de la Muralla). En el Teatro Real en la primavera de 2024 se estrenará La Pasajera, de Mieczysław Weinberg – (Varsovia, Polonia 1919 – Moscú, Rusia, 1996) fue un compositor soviético, de origen judeopolaco – suspendida por motivo de la Pandemia. A Moniuszko se le ha considerado el padre de la ópera polaca, como Verdi es el padre de la ópera italiana. Siendo Halka una ópera muy popular en Polonia, extraña que sea desconocida en el resto del mundo. ŁUKASZ BOROWICZ, director musical Łukasz Borowicz, director musical de esta representación de Halka, precisa:
Realmente la ópera polaca tiene dos padres: Karol Kurpiński (1785 – 1857)es el primero de ellos. Es un autor totalmente desconocido fuera de Polonia, pero fue muy importante, porque como director de orquesta, trajo a los grandes compositores italianos como Donizetti, Rossini, Bellini, y a los franceses. Introdujo en Polonia el interés por la ópera. Stanisław Moniuszko, el segundo padre de la ópera polaca, estudió en Berlín y a la vuelta pudo comenzar a realizar su sueño de construir una verdadera Escuela Nacional de música polaca, combinando la música moderna de Mejerbeer que él había oído, con el folklore polaco. En Halka vemos una mezcla muy interesante entre el romanticismo, el folklore polaco y esta Escuela Nacional de música polaca. LA LUCHA DE CLASES EN MÚSICA Lo que vemos en Halka es una lucha de clases, un conflicto social que estalló en casi todos los países europeos a mediados del siglo XIX, y, en concreto, en 1848, en Polonia, donde los campesinos se levantaron contra la nobleza, que les explotaba como esclavos y, de hecho, no pudieron conseguir su liberación hasta más tarde. Este libreto parte de este enfrentamiento social, y el estreno fue un escándalo, porque los nobles polacos querían cosas románticas y no querían volver a rememorar el conflicto social que había vivido unos años antes. Este aspecto social influye en el desarrollo musical polaco, la cual crea una mezcla perfecta entre la música romántica, el romanticismo polaco, por un lado; el preverismo, por otra, al ante verismo, la música del XIX; y vemos aparecer otro compositor polaco Karol Szymanowski (1882 – 1937), que vino después, y era un autor totalmente obsesionado con el folklore. Me encanta poder decir que tenemos una obra que mezcla el folklore, la bella música romántica con un bello «bel canto» que se expresa a través de un fantástico Coro que aparece sobre todo al final de la ópera en el cuarto acto, y en el tercer acto Piotr y Corinne cantan con el Coro, lo que parece más un concierto coral. Estoy contento de poder participar con este elenco maravilloso, en esta ópera.
MONIUSZKO PINTOR MUSICAL Podría hablar durante horas sobre este tema tan interesante, pero quiero subrayar que tiene un significado especial el que esta ópera se represente en Madrid, también el 11 de noviembre, que es el día de la Independencia de Polonia. Polonia estuvo desaparecida durante los años de la partición 123 años y sólo renació el 11 de noviembre de 1918, que es cuando alcanzó la Independencia. Durante la partición, la música desempeñó un papel fundamental y, concretamente, Halka fue un símbolo del mantenimiento de la unidad de Polonia. Moniuszko, precisamente, reúne todos los elementos que describen el alma polaca. Están las dos arias que interpreta Piotr, y la segunda, concretamente, corresponde a un himno nacional para los polacos. O sea, Halka tiene un papel importante no solamente desde el punto de vista musical, sino también desde el punto de vista histórico, y cada generación aporta su nueva visión de la ópera Halka. Estoy encantado de poder presentarla aquí, en esta magnífica atmósfera, en este lugar y con este grupo maravilloso de solistas y de Coro y Orquesta.
VÍNCULO ENTRE EL FOLKLORE
Cuando uno observa las danzas polacas folklóricas, este folklore ha llegado a incorporarse en los ballets clásicos. Algo similar sucede en el mundo de la ópera, según hemos podido escuchar. Tales incursiones ponen de relieve la importancia de la tradición folklórica, cantada o bailada, en el alma polaca. La danza Polonesa, estilizada en el s. XVIII y apropiada por la nobleza, algunos piensa que su origen está en las danzas de los campesinos. Łukasz Borowicz precisa que Es verdad que la música polaca parece tener una historia de amor permanente con el folklore, empezando por Chopin y, por supuesto, siguiendo por Moniuszko. Incluso en la música moderna con Szymanowski se mantiene este vínculo tan fuerte con el folklore. Eso es lo que da a la música polaca su gran originalidad. A lo mejor he hablado demasiado del elemento folklórico en Halka, cuando en realidad nos encontramos ante un 50%. del gran romanticismo polaco, y del folklore, pero es verdad que la música del s. XIX, parece que depende del fantasma de Wagner. Moniuszko utilizaba los leiv-motiv de Wagner, sin conocer la música de Wagner. Piotr Beczała precisa que el folklore pertenece a la música y la hace auténtica, pero no sólo en Polonia Basta pensar en Cavallería rusticana. Lo que sí es verdad, como decía el maestro, que hay un equilibrio total en el folklore y la parte romántica. De hecho, yo mismo podría cantar mi papel en el dialecto del surde Polonia, porque es de donde procedo, y sentaría muy bien, aunque el público español no notaría esa diferencia. Siempre hay esta conexión importante con el folklore. Tomasz Konieczny hace hincapié en la importancia de las danzas nacionales, siempre muy presentes y vinculadas con el folklore. Este tipo de danzas son muy importantes en otras muchas óperas, y basta citar a Bach. Especialmente hay una danza, propia de la aristocracia polaca, que es la Polonesa, y aparece en esta ópera. Moniuszko sabía que pertenecen a la aristocracia, y es normal que Moniuszko utilice polonesas. La Polonesa está presente también en Wagner, que no era polaco. EL DIFÍCIL CAMINO La opera polaca apenas si ha salido fuera de sus fronteras. Las razones de tal ausencia en el mundo internacional son complejas en opinión de Łukasz Borowicz. Puede que haya habido un factor histórico, porque Polonia no era un país independiente, tenía un sentido patriótico y para los países de habla alemana, la música Chequia era mucho más cercana, en cambio Polonia parecía un sitio remoto. Lo que sí es verdad es que el interés se ha despertado con la música moderna, la vanguardia,Pendereski…, y ha llegado a todas partes. No tanto la música romántica polaca, aunque ahora sí porque tenemos excelentes embajadores como estos cantantes que introducen arias en todos sus recitales y hacen lo que pueden por promoverla. Entre tales embajadores uno de los más colaboradores en este aspecto es Piotr Beczała, que corrobora lo dicho por Łukasz Borowicz, pero advierte que la presentación de una ópera es un proceso muy largo. Me llevó 7 años convencer a la gente de que Halka debía presentarse en Viena. Es muy importante que sean los artistas internacionales quienes lo hagan. No solamente bastan los grupos polacos interesados, las orquestas polacas y cantantes polacos en trajes tradicionales, que interpreten la ópera, sino que sea impulsada por artistas internacional, como por ejemplo Corinne, la cual ha creído en esta ópera y la ha estudiado y sabe que la tiene la calidad suficiente para poderla presentar. Esto pasa con todos los compositores, Verdi, Puccini, Wagner… Hace falta un empuje internacional y suscite un interés internacional. Espero que cuando me jubile podré ir a ver Halka en el extranjero. Por su parte Tomasz Konieczny, considera que otra dificultad para este absentismo internacional es el tema. En este caso puede que el tema nacional no se entienda. Aquí este tema no se entiende posiblemente, pero esto ocurre con otras muchas óperas. Ocurre con dos obras del compositor checo Bedřich Smetana: La novia vendida no refleja un tema nacional, es un melodrama que puede ser más fácil de entender, y en cambio la segunda, Dalibor, que es muy famosa en Polonia, realmente no se entiende, pero tiene un carácter muy nacional, que hace que fuera de Chequia no se entienda. De Moniuszko hay una segunda ópera, La casa embrujada, que es más conocida, pero no ha salido mucho porque tiene también este carácter nacionalista. Aunque sean óperas maravillosas, con arias fantásticas como las de Halka, este carácter nacionalista puede explicar el que no salgan fuera. Halka es una ópera muy representada en Polonia. En el Teatro Real, y en España entra por primera vez, aunque en versión de concierto, y en polaco, su idioma original, y no en otro idioma como le sucedió a las óperas checas que sus primeras representaciones en el extranjero fueron en alemán.
FUNCIÓN PRECIO
Título : Halka (Ópera en cuatro actos) en versión de concierto Intérpretes:
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Halka. Moniuszko. Ópera polaca. TR
