Irene Gutierrez Caba encarna a la protagonista de Strindberg. Una actriz de fin de siglo, engañada por su marido, que desenmascara a su rival y la vence, porque ella es «La más fuerte». Nadie diría que el autor de este monólogo pudiera ser tachado de misógino; el parlamento de Irene es el de una mujer encantadora, inteligente, sensible y valiente. Sin duda la particular visión que Strindberg tiene de lo femenino ha sido largamente desbordada por su habilidad dramatúrgica. El monólogo es un ejemplo de construcción. A la embarazosa situación de partida (la esposa ante la amante silenciosa) se suceden la seducción, la irritación, la compasión, el desprecio … Todo un análisis de psicología femenina progresivo y coherente. Irene se conjuga con Strindberg para ofrecernos una interpretación llena de matices en la voz y creciente de ritmo y energía. Sin embargo, como espectador me sentí algo incómodo. Y es porque el silencio total de la amante en escena resulta un poco forzado. Cierto que se ha intentado llenar ese silencio con el gesto, la reacción, la escucha misma; pero no parece del todo orgánico, y el monólogo tiene cierto halo de teatralidad peyorativa. El peso de lo convencional se deja sentir. Título: La más fuerte
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