Lope de Vega vuelve una vez más enmascarado en el género de zarzuela: El caballero de Olmedo (CLICK) (2023), estreno absoluto, en Lope El caballero de Olmedo; Doña Francisquita (CLICK), en Lope La discreta enamorada: La Villana (CLICK) (2017), en Lope Peribañez y El Comendador de Ocaña; La rosa del azafrán (2024), en Lope El perro del hortelano La rosa del azafrán parte de El perro del hortelano de Lope de Vega, aquel que ni come ni deja comer. Aquí es la señora Ama Sagrario, que juega con el bueno de Juan Pedro, un joven forastero que llega a trabajar al pueblo, y que en principio se interesa por la criada Catalina. Sagrario ama a Juan Pedro, pero su rango social se lo impide. Cuando descubre su amor por Catalina ve el modo de manifestárselo. En derredor de este núcleo amoroso pululan otros criados, vecinos, un curandero avispado, un noble quijotesco, el antiguo dueño de la hacienda, al cual la demencia parece haberle invadido. Quien maneja todo este cotarro es Custodia, una casamentera y mucho más. Todos ellos viven de la «rosa del azafrán«. DESPUÉS DE 21 AÑOS Hacía 21 años que La rosa del azafrán no pisaba el Teatro de la Zarzuela. Isamay Benavente, la nueva directora artística del Teatro de la Zarzuela garantiza esta versión que viene de la mano de Ignacio García en la dirección escénica y de José María Moreno en la dirección musical. He estado desde el principio en los ensayos, y he visto que tanto el director de escena como el director musical como los cantantes están en la búsqueda de la verdad. La rosa del azafrán es una zarzuela que habla de Castilla, habla de un territorio, pero habla también de sus gentes, de los problemas, de la realidad. Están haciendo un trabajo precioso en sentido muy esencial, de buscar la verdad de esa gente, la verdad de esa tierra, mirándolos con ternura, cómo esa gente trabajadora se relacionaba, cómo disfrutaba, los problemas, las clases sociales, las convenciones de la época. Un trabajo muy auténtico que es lo que desde este Teatro queremos. JOSÉ MARÍA MORENO, director musical
José María Moreno (Mallorca), estudió Dirección de Orquesta en España y en el Conservatorio Rimski- Kórsakov de San Petersburgo y otros conservatorios. es Licenciado en Derecho por la Universidad de las Baleares. Bajo las enseñanzas del maestro Pedro Valencia, es pionero en la introducción de técnicas de Hun Yuan Taichi y Chi Kung aplicadas a la técnica de la dirección de orquesta. Considerado como uno de los directores españoles más apasionados, enérgicos y versátiles de su generación, ha dirigido diversas orquestas en España y en el extranjero. Ha trabajado junto a prestigiosos solistas. Público y crítica destacaron el éxito de su gestión al frente del Teatre Principal de Palma de Mallorca como director artístico y musical (2012-2015). Es titular de la Filarmónica de Málaga desde 2020. Ha dirigido zarzuelas, óperas, ballets y conciertos. En el Teatro de la Zarzuela ha dirigido el programa doble de La reina mora y Alma de Dios (CLICK), la Trilogía de los Fundadores con Catalina (CLICK), El Diablo en el poder (CLICK) y El dominó azul — en versiones semi-escenificadas—, así como el espectáculo ¡Cómo está Madriz! (CLICK) y el recital de Josep Bros, Desde el corazón. Hace un tiempo que no regresaba al Teatro de la Zarzuela, desde aquel mítico ¡Cómo está Madriz! (CLICK) de Miguel del Arco y Paco León, que fue un espectáculo precioso y muy brillante, aunque muy controvertido. Estoy muy feliz de estar aquí en esta producción tan espectacular, tan bonita. Tenemos el gusto de estar rodeados de la excelencia en todos los sentidos. Va a ser una producción extraordinaria. El elenco de solistas cantantes, actores es de primerísimo nivel. Es una Rosa de la azafrán de excelencia. Me unen muchos elementos a Guerrero y su música. Fue la primera zarzuela que yo canté, cuando en Mallorca formaba parte del Coro del Teatro de la Ópera, Gavilanes fue lo primero que hice, tan solo con 16 años. Canté como solista de tenor cómico en El Huésped del Sevillano con 20 años, canté varias zarzuelas más del maestro y la primera zarzuela que dirigí fue La Montería. Por tanto hay muchos elementos que me unen a Jacinto Guerrero, y La rosa del azafrán es una de las zarzuelas que me faltaba, la joya de la corona. Es su obra maestra en muchos sentidos. Una música bellísima que hace que sea considerada una de las obras maestras de nuestra lírica nacional, en esa época donde convivían grandísimos compositores: Amadeo Vives, Sorozábal, Moreno Torroba… UNA MÚSICA QUE LLEGA AL CORAZÓN La música de Jacinto Guerrero se la ha calificado de una música más fácil. José María precisa que
es una música que llega directamente al público, apasiona, emociona, llega directamente al corazón del espectador, y por eso es una música fascinante. Es música de pura esencia manchega. Sabemos que él ya había escrito y triunfado con El Huésped del Sevillano, ambientada en la ciudad de Toledo, y quería repetir una zarzuela de inspiración manchega, pero algo mucho más rural. Se inspira en melodías populares manchegas y ritmos manchegos, y hace un uso masivo de esas melodías y tenemos algunos de los más grandes momentos de la lírica nacional. La romanza de Sagrario, la de Juan Pedro, músicas que atrapan fácilmente al espectador, pero de difícil interpretación. Juan Pedro es un rol complejo de interpretar, del mismo modo que Sagrario. Son unas tesituras que te manejan por zonas de registros muy graves y centrales, y, de repente, te disparan a los registros más agudos. Casi, casi necesitas dos tipos de voces para manejar esos roles. SAGRARIO, VERSÁTIL VOCALIDAD El personaje de Sagrario lo estrenó Felisa Herrero, soprano spinto. En los años cincuenta (1959) del siglo XX Teresa Berganza, mezzosoprano, lo grabó. A lo largo de los años sopranos y mezzosopranos la cantaron indistintamente. Esta trasiego de voces José María Moreno la ve posible en cuanto que Teresa Berganza la defiende magistralmente. Borda el personaje. Es un rol cuyas características vocales responden a la posibilidad que una mezzosoprano con agudos sea capaz de afrontarlos con dificultades. El rol tiene dificultades para cualquier cantante, pero, sí, lo puede una soprano, casi una spinto lírica, que tiene que tener facilidad para los agudos, una zona central importante y capacidad para los graves, porque si no, por la escritura orquestal, el gran problema es que se enfrenta a la dificultad de que se la escuche. Tiene que ser una voz carnosa, una voz llena, una voz que corra por el teatro, porque si no la orquesta cubre la voz de la soprano. Es un rol musicalmente complejo: tiene que rellenar el centro, rellenar los graves, y después de estar manejando el fraseo en esa tesitura, ser capaz de afrontar los agudos con solvencia. Tenemos la suerte que, en este caso, nuestras dos Sagrarios – Yolanda Auyanet y Carmen Romeu – defienden el rol con excelencia. LA DIFICULTAD: EL SALTO DEL GRAVE Carmen Romeu precisa ese trasiego de voces
En la historia de la música estamos muy acostumbrados a clasificar las voces de una manera bastante tradicional: soprano, soprano lírico ligero, soprano dramático, dramático con coloratura… Creo que existen vocalidades variopintas y en la historia compositores como Berlioz escribieron muchísimos personajes para este tipo de vocalidad, que tano se podía interpretar por una mezzosoprano más aguda, como por una soprano que tuviera un centro carnoso. Eso en el mundo de la zarzuela ocurre con muchísimos personajes. Las sopranos o son muy ligeras o sopranos que pueden ser interpretadas por mezzosopranos ligeras, o por sopranos con un buen centro. El caso de Sagrario, la dificultad que tiene es lo que ha dicho el maestro: la mayoría de las melodías, la mayoría de los momentos en los que uno puede frasear están escritos en una zona muy central y la orquesta tiene una gran densidad, porque, normalmente, estás doblado por las maderas, la cuerda… Dependiendo del color que estás buscando puedes permitirte ciertos recursos. La dificultad está en que el salto del grave al agudo es en cuestión de milisegundos. No hay un fraseo que te lleva hasta el agudo, no te prepara el agudo. Estás cantando toda la romanza en la zona central, y, de repente, el final son tres frases arriba. Entonces hay que prepararse muy bien mentalmente, pero creo que es un tipo de vocalidad que es más habitual dentro de lo que pensamos en el mundo de la zarzuela. Pasa lo mismo con El gato montés(CLICK), papel muy dramático que, de repente, tiene dar un salto al Si natural. En este caso somos dos Sagrarios muy diferentes, y las dos hemos conseguido interiorizar muy bien el cómo gestionar el personaje. No es un personaje cómodo, como Ascensión en La del manojo de rosas (CLICK), pero es interesante y te lleva a buscar mucho en ti de cómo resolver este tipo de dificultad, y es bonito que una obra o un personaje te cree el «haber cómo me lo planteo». Es un personaje muy bonito, muy interesante, y espero que llegue y podamos pasar a la orquesta. QUEREMOS TRANSMITIR ESE Además de las voces protagonistas José María destaca
los dúos intercalados en momentos de comicidad extraordinaria: Moniquito, Carracuca, Catalina… La obra es muy refinada y la queremos transmitir desde ese refinamiento y la exquisitez. Es una obra muy bien concebida donde las melodías, la orquestación, las armonías, son extremadamente bien tratadas …Todo el tratamiento compositivo de la obra, es de gran altura. Guerrero debió inspirarse en toda la gran literatura de zarzuela, tanto del siglo XIX como de principios del siglo XX. No hay que olvidar los ¡grandes momentos para el Coro! Algunos de los fragmentos corales más queridos por el público.¡!Qué nivelazo tanto el Coro como la ORCAM! Gracias a ellos vamos a afrontar unas representaciones de primerísimo nivel. DOBLAR LA ORQUESTA, Guerrero dobla todo en la orquesta con lo cual plantea una dificultad para los cantantes. José María ha respetado esa orquestación. en mi caso es muy difícil cambiar cosas de la partitura. No lo hago jamás. Lo que hago es buscar la manera de entender por qué el compositor hizo eso e intentar transmitirlo. No he cambiado nada. El gran problema de Guerrero es que se vulgariza mucho su música porque se interpreta mal. Cuando se interpreta bien y eres escrupuloso con lo que está escrito, triunfa, y sale a relucir ese refinamiento en su música, y no solamente en las melodías en las que era un genio, sino también en la orquestación y en su trabajo armónico. José María subraya el aspecto musical y dancístico popular: seguidillas, jotas y bailes manchegos. En cuanto al texto está comprimido de una manera muy inteligente, pero nos permite también disfrutar muchísimo de los actores que tienen una altura interpretativa extraordinaria. Va a ser uno de los grandes momentos de esta temporada del Teatro de la Zarzuela. IGNACIO GARCÍA, director de escena
Ignacio García (Madrid, 1977) es licenciado en dirección de escena por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. Ha obtenido el premio para jóvenes directores, y en dos ocasiones el de Mejor Director por la Asociación de Directores de Escena de España y ha vencido el I Certamen de Creación Escénica del Teatro Real de Madrid. Su labor como director de escena es prolífica. En el campo lírico, ha realizado la puesta en escena de más de 60 títulos del repertorio universal, mostrando una especial sensibilidad por el repertorio español de todas las épocas, llevándolo a toda Europa y América. En el Teatro de la Zarzuela ha dirigido el estreno absoluto de La Celestina (CLICK) de Nin-Culmell, el programa doble de El estreno de una artista de Gaztambide y Gloria y peluca (CLICK) de Asenjo Barbieri, Marina (CLICK) de Arrieta —y su reposición— y el programa doble de Black, el payaso de Sorozábal y Pagliacci (CLICK) de Leoncavallo. Ignacio agradece el poder volver al Teatro de la Zarzuela – mi casa- y con un título tan hermoso, popular y profundo. Tanto Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, y Jacinto Guerrero decidieron ir a La Solana antes de construir la obra. En el caso de Ignacio no fue necesario porque La rosa del azafrán me toca por todas partes, por lo manchego, pues soy manchego de adopción. He sido pregonero, y tengo los azulejos en casa y el vino con mi cara. He vivido en La Mancha mucho muchas en estos últimos años. He pensado mucho en La Solana y están los paisaje, están los tipos, está el habla manchega. Están la seguidillas manchegas, y hemos intentando que todo eso aparezca todo el tiempo. De hecho la presencia de Elena Aranoa con su canto popular, un personaje que he incorporado, es porque me parecía hermoso que en este homenaje al género en este gran espectáculo el espectador pudiera escuchar en pureza los cantos populares de La Mancha que ellos escucharon, y que Fernández Shaw y Romero y Guerrero escucharon, y de los que bebieron y robaron para crear esta obra maravillosa. Queremos que el público escuche los cantos como se siguen cantando. De hecho hay una jota manchega que se canta en la última entrada de Don Generoso con esos versos maravillosos, que el grupo folclórico Tierra Roja de Alamagro, sigue cantando con la misma melodía desde hace décadas. Está tomado tal cual del folclor popular manchego. También la coreógrafa es manchega, y bailaba las seguidillas desde muy joven. La vestuarista es manchega y ha hecho un trabajo de investigación de un folclor sin folclorismo, que es La Mancha antes de que entrase el traje regional. Es un vestuario de cómo iban los gañanes al campo y cómo iban las señoras a los funerales y cómo se trabajaba en la monda de la rosa. Esa es la fuente a la que hemos querido volver. LA MANCHA PUESTA EN UN ESCENARIO
Otra de las dimensiones que atrae de La Rosa del azafrán a Ignacio es su encadenamiento al siglo de oro Me permite volver a tocar el género muy de cerca y en una obra de arte total, en el concepto wagneriano. Es una zarzuela que tiene todos los ingredientes. La zarzuela tiene una diferencia con respecto a otros géneros líricos que combinan lo hablado con lo cantado, que es el beber de las fuentes populares. La rosa del azafrán es La Mancha puesta en un escenario, y este homenaje pretende ser una declaración de amor al género. Es La Mancha en los paisajes, en los molinos, en el dialecto manchego, pero sobre todo en los cantos y las danzas populares que llegan a los escenarios a través de los compositores. La zarzuela es la exaltación de lo popular. Ahora que se habla de las muchas Españas que hay en este País, hay pocas cosas que representen tan bien la diversidad de nuestros territorios, de nuestro folklore y de nuestras gentes como la zarzuela. Si uno piensa en Galicia con Maruxa (CLICK), o Cançò d’amor y da guerra , El Caserío (CLICK) en el País Vasco o La Parranda en Murcia…, debemos sentirnos tremendamente orgullosos de un género que es inclusivo, diverso, poliédrico y que nos da una panorámica en la que cabe muchas de las interpretaciones de lo que somos como País. En toda esta diversidad, Ignacio piensa que La Mancha ocupa un lugar en el corazón de este territorio. Estoy muy feliz de que haya manchegos ilustres en este montaje, Rosa García Andújar(vestuario) y Sara Cano(coreografía), que son de Toledo y Ciudad Real que conocen muy bien ese mundo folklórico porque lo han vivido desde niñas y lo están recreando desde una creación contemporánea tremendamente luminosa. Emilio Gaviria es de Alcázar de San Juan, el corazón de La Mancha… Estamos disfrutando mucho. Agradezco mucho el trabajo que está haciendo el maestro José María con la música, con cada matiz. Decía Lopede Vega en el final de su Arte Nuevo de hacer comedias: «Oye atento y del Arte no disputes / que en la comedia se hallará de modo que oyéndola se pueda saber todo». Oyendo esta Rosa del Azafrán se puede saber todo. Hablo de la orquesta, del coro, de los números cómicos y de los actores, escuchado a Vicky Peña, a Mario Gas, a Juan Jesús, a Rodrigo, a Yolanda, a Carmen…, podemos cerrar los ojos y ver «todo» en el sentido que dice Lope. ¿Quiénes son, cómo son, dónde están…? Si es día o de noche, si están tristes o felices, si son ricos o pobres…El sonido nos transmite una cantidad de información formidable, porque está cuidada por cada uno de ellos de una manera excepcional. Ignacio agradece al equipo el esfuerzo y paciencia por soportar las pausas para matizar el acento de la Mancha,que es lo que ha permitido «crear esta estructura virtuosa y hermosa.» UN HOMENAJE A LA MANCHA COMO A nivel textual, según Ignacio, la obra bebe mucho del clásico: de Lope y de El Quijote, en el personaje de Don Generoso (Mario Gas) Ahí hay un homenaje a La Mancha como territorio rural, pero también como territorio referencial, a nuestra gran literatura y en esto hemos querido hacer homenaje en este montaje. Pretende ser una declaración profunda de amor al género. La obra está ambientada en su contexto (1860), esa Castilla rural con sus diferencias sociales, con el qué dirán. Esa Mancha que conoce tan bien el compositor por haber nacido allí, pero también los libretistas conocen de primera mano, y la homenajean de manera maravillosa: los versos de Fernández Shaw puestos en boca de Don Generoso es una de las más grandes cimas líricas de nuestros versos de zarzuela, de la historia del género. Tener a Mario Gas es un lujo absoluto. Mario Gas, para Ignacio, no es uno más. Ignacio está lleno de un sentimiento emotivo hacia él. Yo este año cumplo 20 años desde que hice mi primera zarzuela, y fueron Mario Y Manuel Gas, su hermano, que hizo la dirección musical, quienes me apadrinaron con mi llegada a este género tan hermoso y que tantas felicidades me ha dado y me da, en mi vida aquí y en el mundo entero. Tengo la suerte de poder hacer zarzuela en muchos sitios. Gracias Mario por aquello, y sin aquello no estaríamos aquí. Gracias por estar en el elenco y por estar seguir haciendo este hermosísimo camino. Gracias a Vicky (Custodia) por estar también con nosotros. Un director de escena sueña con un reparto y luego se hace lo que se puede. En este caso estamos muy henchidos de orgullo, y en mi caso muy profundamente agradecido a un reparto que no solamente cumple con lo que yo podía soñar, sino que en cada ensayo me sorprende, me descubre, y me hace aprender de lo que es esta maravilla, que es uno de los grandes patrimonios, que se llama zarzuela, y en esta caso La rosa del azafrán. LA PUESTA EN ESCENA La versión escénica que hemos elaborado parte de una adaptación de los diálogos en la que se destilan las partes habladas para potenciar los espléndidos números musicales de la obra. La idea es invertir la proporción entre lo hablado y lo cantado, de manera que los breves diálogos sirvan para informar de lo fundamental de la trama, el estilo, los personajes y las situaciones, pero filtrando elementos coyunturales del humor y el estilo de la época. De esta manera queremos potenciar la vertiente dramática de la historia, el esfuerzo, la labor y la dignidad de las gentes del campo, que rezuma en cada línea de los cantables de la zarzuela.
Una de las características La Mancha es la propia tierra, gélida en invierno y ardiente en verano. La tierra está presente todo el tiempo desde que empieza hasta que acaba. A veces demasiado. Es muy matérico el espacio. Está el terruño manchego, está el trigo, está la rosa. Todo lo que está en el libreto, aparece en escena de una manera explícita. El bochorno parece en algún momento de una manera explícita, pero no siempre está presente lo que se llama la «La Plancha» en los veranos de La Mancha. Para mí era más importante la tierra, la dignidad y el esfuerzo de las personas que trabajan la tierra. Hemos querido que eso fuera verdadero y no una ilustración evocadora, excesivamente poetizada de lo que es el campo, sino que se vea, que las espigadoras se tienen que agachar a recoger lo que han dejado los segadores. También que hay ese contacto con la tierra, que los barítonos en su romanza describen «Pisan mis abarcas la llanura», la pisan con peso, como alguien que tiene un contacto con la tierra. Toca el grano Juan Pedro en la romanza y después Sagrario también. La madre tierra de la que habla Don Generoso… El campo como ecosistema, como habitat necesario para esa historia se produzca está presente desde el inicio hasta el final. Ignacio hace mención especial de la música y la danza popular, Están omnipresentes en la jota y la seguidilla manchega, médula de una fuerte identidad que ha pasado de generación en generación, que les llega de la eterna noche de los tiempos a los compositores, quienes la recogen en sus partituras y elevan con enorme respeto, y que se siguen cantando hoy en día en sus pueblos con la misma hondura y con el mismo brillo. Una apuesta por un folclore profundo sin folclorismos impuestos, buscando más la esencia de la obra que la decoración impuesta a veces por las postales regionalistas de otro tiempo. EL ESPACIO ESCÉNICO Con la escenografía de Nicolás Boni, el vestuario de Rosa García Andújar, la luz de Albert Faura y la composición escénica tratamos de desarrollar el mismo camino de estilización y búsqueda de la esencia, mostrando la piedra y la cal de los edificios manchegos, las espigas y los campos infinitos de La Mancha, la rudeza de los trajes de los labriegos y las espigadoras, y el sol y la luz abrasadora y embriagadora de los campos y los cielos manchegos. LOS PERSONAJES El montaje cuenta con dos repartos: Yolanda Auyanet, Carmen Romeu, Juan Jesús Rodríguez, Rodrigo Esteves, Carolina Moncada, Ángel Ruiz a los que se suman interpretativamente Mario Gas, Vicky Peña, Juan Carlos Talavera, Pep Molina, Emilio Gavira y Chema León
FUNCIONES PRECIO Descuentos Plus Abon.Extra: 55%
Título: La rosa del azafrán (Zarzuela en dos actos y seis cuadros) Intérpretes Director del coro: Antonio Fauró
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