Mónica, Ramón y su hijo de cinco años, Martín, han viajado a Finlandia para pasar las fiestas de Navidad con la hermana de Mónica, Nuria, su compañero finés y la hija de los dos, Aina, de cuatro años. El pequeño Martín está ilusionado, en Finlandia podrá ver al Papá Noel de verdad. La velada entre dos familias se presenta idílica, una casita en medio de abetos nevados, hogar de fuego, trineos en la puerta, entorno familiar plácido… Pero todo se estropea…
Laponia llega al Teatro Maravillas de Madrid bajo la dirección de Tamzin Townsend y con un reparto notable: Amparo Larrañaga (Mónica), Iñaki Miramón (Ramón), Mar Abascal (Nuria) y Juli Fábregas (Olavi). Los cuatro forman dos parejas relacionadas familiarmente, aunque la residencia en distintas naciones ha llevado a distintos puntos de vista sobre las costumbres y concepción de la vida. Ello lleva a un choque de culturas. IÑAKI MIRAMÓN La obra se estrenó en Barcelona en catalán, por los propios autores, – Cristina Clemente y Marc Angelet – y también en Argentina. La directora de la versión catalana fue Cristina Clemente. Iñaki Miramón que interpreta a Ramón y está casado con Mónica (Amparo Larrañaga), afirma que
Cristina que ha venido al estreno. Nos ha felicitado. Ha dicho que «le ha encantado nuestro trabajo». Lo que no sabría es comparar nuestro montaje con el de Barcelona, y Argentina, pues nos los he visto. Además, cuando estoy ensayando, no me gusta ver otros montajes. Prefieres centrarte en la manera que tienes tú de verlo con tu directora Tamzin Townsend, con tus compañeros, y luego sí, ver cómo lo han hecho otros, porque puedes fijarte en detalles que no habías tenido en cuenta. Lo que no quiero anticiparme a la hora de hacerlo otros, a la hora de hacerlo yo. Prefiero hacerlo yo y los compañeros como nos venga en ese momento. La razón de haber elegido esta obra es, en opinión de Iñaki, porque «está muy bien escrita». De esto y de su puesta en escena es testigo el público que ya ha venido a verla. Estamos muy sorprendidos, porque todavía no es la temporada fuerte del teatro, y la acogida y reacción del público está siendo muy buena. UNAS NAVIDADES TRUNCADAS El secreto está en que, según Amparo Larrañaga, es un tipo de obra que gusta a todo el mundo. El matrimonio Mónica-Ramón (Amparo Larrañaga-Iñaki Miramón) van a Laponia a pasar las Navidades y nada más llegar se te fastidian las Navidades. Se suceden una serie de situaciones muy divertidas familiares y se empieza a generar un partido de fútbol entre España y Finlandia, donde no se sabe muy bien quién va a acabar ganando o empatando. Es muy divertida. Es una comedia clásica, no de chistes sino una comedia donde los actores y los personajes no saben que están haciendo comedia, con lo cual se generan muchas sorpresas permanentemente. Parece que va por un sitio y luego por otro. Hay un choque de culturas para ver quién es mejor. Para Iñaki se trata de una comedia inteligente, que hace que el público se sienta bien. Además consigue que el público a medida que avanza la historia se siente en sintonía más con uno que con otro, lo cual va variando.
Lo que enciende la mecha hacia la dinamita, paradójicamente, es Papá Noel. Aina explica a Martín que Papá Noel es un personaje inventado por los adultos hace tiempo para coaccionar a los niños y que se portaran bien. El disgusto de Martín es grande, pero todavía más el de sus progenitores. Bien es verdad que es imposible que un solo hombre reparta regalos a todos los niños del mundo en una sola noche. Para Mónica y Ramón mantener la ilusión de su hijo es una de las máximas de Navidad. No lo es así para la pareja Nuria-Olavi (Mar Abascal- Juli Fábregas). A partir de este hecho, las dos parejas contrapondrán dos maneras de educar a los hijos totalmente opuestas, debatirán sobre la verdad y la mentira, las tradiciones, los valores familiares, e inevitablemente saldrán a la luz secretos del pasado que nadie quería desenterrar QUÉ ES MEJOR: ¿LA VERDAD O LA MENTIRA?
Este debate familiar-personal cobra dimensión universal en lo que se refiere a dos tipos de educación: la sociedad finlandesa se basa en la verdad y la cultura española se basa en la tradición y en decir verdades a medias. Por otro lado la escuela finlandesa ocupa el nº 1 de la educación mundial occidental; nosotros ocupamos el puesto 39 de 137 en el cómputo global. ¿Entonces, qué es mejor: ¿la verdad o la mentira? ¿Cambiaríamos los españoles si aprendiéramos de la escuela finlandesa? ¿Seríamos menos dogmáticos y más analíticos? A primera vista la comedia parece que se enreda en una crítica a un tipo u otro de sociedad. Iñaki, piensa que no. Más que crítica, es que cada uno defiende lo suyo. Lo que pasa es que para defender lo de uno, parece que estás menospreciando lo del otro. Esa es un poco la contradicción. Por ejemplo «Hay que decir la verdad». «Sí, hay que decir la verdad», pero si me caes mal ¿Tengo que decir la verdad? Y si no dices la verdad «Eres un mentiroso. ¿Cómo que soy un mentiroso?». Yo no tengo por qué decir siempre la verdad. Dentro de las formas de pensar de las dos idiosincrasias, muchas veces, uno para decir lo bueno de las suyas está menospreciando lo de la otra. Eso da la posibilidad del equívoco, del enfrentamiento, que se va generando y aumentando. Esa progresión de ir creciendo el enfrentamiento hace que la función no decaiga. El público nos lo ha comentado. No es una función que, de repente, da una subida de bronca y después decae, sino que se mantiene con un interés constante. Eso en una función es muy importante. Mantener el interés hasta el final, hasta la resolución hace que mires el reloj y te sorprende lo rápido que ha pasado el tiempo: «¿Hora y media ya?» Para nosotros, como actores, es muy bonito. RAMÓN, MEDIADOR EN ESE ENFRENTAMIENTO En medio de ese conflicto el talante de Ramón, personaje, parece coincidir con el propio talante Iñaki Miramón, actor. Basta mirar sus interpretaciones y se constata que frecuentemente aborda personajes bondadosos. Ramón es pacificador, y también es cierto que normalmente hago personajes más bien bondadosos. No sé porqué, será porque tengo cara más de bueno (ríe). No lo sé, pero también he hecho personajes de malo. Además a los actores lo que nos gusta es hacer desde el mayor adorable hasta el mayor odioso de este mundo. Pienso que todos tenemos un abanico de posibilidades: hasta al más bondadoso, le pones unas circunstancias que le hacen ser un tipo odioso y es creíble por mucha cara de buena persona que tenga, y llega a ser muy odiado por el resto. Todos tenemos ese abanico de sentimientos internamente también. Uno por muy bueno o malo que sea puede tener muy buenos sentimientos y muy malos sentimientos. Ese abanico es lo que nos gusta a los actores, porque te da la posibilidad de hacer personajes diversos. Lo que sí es cierto que cada uno tiene sus características y le enfocan, mayoritariamente por un camino. Lo que nos gusta es hacer de todo.
TAMZIN TOWNSEND, directora
Tamzin Townsend (Liverpool, Inglaterra, 1969) dirige Laponia. Desde 1992 que se estrenó como directora con Bones Festes en Barcelona, los títulos se han prodigado casi uno al año. En una ocasión declaró que en esto de dirigir teatro se había lanzado con los ojos cerrados y sin red (no son esta sus palabras exactas, pero sí la sensación). Es directora apacible en sus montajes, con los que consigue éxito tras éxito, sobre todo para regocijo de la taquilla, ya que sus montajes duran varias temporadas y vuelven una y otra vez. Se le ha llegado a denominar: «La Reina Midas del Teatro Español». Es el tercer espectáculo que trabajo con Townsend, nos conocemos muy bien – declara Iñaki. Townsend siempre intenta encontrar la verdad de las cosas que pasan, y eso es una de las cosas que en esta comedia estamos cuidando mucho. Procuramos que la comedia no se vaya a un estado donde no haya verdad. Todo lo que va pasando, el público lo integra, porque hay mucha verdad entre nosotros. En los chistes puede que los forcemos un poquito, pero la verdad tiene que existir en este proceso de comedia para que el público se integre en ella. Eso es motivado por Townsend y por nosotros. Yo me siento mucho más a gusto haciendo una cosa realista, en el sentido de verosímil, que no lo farsesco, con todo mi respeto por la farsa, que no es fácil porque la farsa hay que saberla hacer y es otro estilo. A mí me gusta mucho la verdad. LA ESCENOGRAFÍA: NIEVE Y MADERA La escenografía de Anna Tusell y Asier Sancho, de tipo figurativo aunque no realista, reúne dos conceptos: los copos de nieve que inundan los telares laterales y superiores, a modo de rompimientos escenográficos, y el de la madera de la cabaña como fondo. Está creada para esta función. Es original para este espectáculo y nada tiene que ver con las funciones anteriores. Es una alusión a Finlandia, sin ser realista. Es la idea de la nieve. Me gusta mucho. Es más bien una idea que la realización de una habitación concreta. La misma escenografía te está dando otra serie de cosas, y no sólo una habitación.
FUNCIÓN PRECIO sábado 19h: 26 € sábado 21 h: 26:00 € domingo: 26 €
Título: Laponia
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