El joven empresario Pistetero y su compañera Evélpides no pueden volver a casa. Tampoco se les ocurre otro lugar donde poder ir a vivir la vida cómoda, relajada y libre de impuestos que ellos anhelan. El encuentro accidental con una inocente abubilla en mitad del bosque les hará plantearse un cambio de estrategia: ¿y si renunciaran a su condición humana y se convirtieran en aves? O todavía mejor: ¿y si convenciesen a las aves del mundo para crear una nueva sociedad basada en los principios fundamentales del Individuo, la Propiedad y la Competencia? La empresa no será sencilla. Tendrán que convencer a las masas con un relato sólido y apasionado, tendrán que negociar con viejos poderes que habitan en el mundo desde los albores – y que quizás no estén dispuestos a aceptar ningún cambio -, tendrán que combatir con mano de hierro la disidencia y, hasta tener una conversación cara a cara con la Democracia y el Capitalismo. Las Aves es una creación de la Compañía La Calórica fundada en 2010, cuyo primer espectáculo fue la Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I, obtuvo un éxito extraordinario. Tras otros espectáculos vino otro éxito Fairfly, premios Max espectáculo revelación de 2018. Después vino Las Aves y el último es De què parlem mentre non parlem tota aquesta merda (2021), que en opinión de Alfredo Sanzol, director artístico del CDN (Centro Dramático Nacional). «es un gran espectáculo«. La Calórica se ha consolidado como una compañía ligada a la sátira política y su compromiso con la realidad, que profundiza en las estructuras sociales que nos dan como soluciones a nuestra vida, cuando, en realidad, son nuestros problemas. La compañía mete la mano en esas llagas – sintetiza Alfredo. Con motivo de esta Compañía que perdura, Alfredo siente la necesidad de manifestar su parabién y denunciar que las estructuras culturales no están hechas para fomentar las Compañías que es lo que se debería hacer, ya que «forman parte de lo mejor del teatro que es la capacidad colectiva y que las sociedades no se estructuran sobe individuos, sino sobre las relaciones que se establecen entre ellos». ISRAEL SOLÀ, director Israel Solà es el director de Las Aves y manifiesta su filosofía de trabajo: a través de ideas y de una manera bastante colectiva y asamblearia. Ello no supone que sea exclusivamente a base de improvisaciones
Como equipo estable de trabajo nos gusta trabajar a partir de una idea que desarrollamos y luego cada uno se encarga de darle forma a su parcela, de la manera más precisa y con todo su oficio. Esto nos ayuda a que todos los elementos de una obra funcionen de una forma muy unitaria y conseguir que los actores y actrices sepan tanto del proyecto como el director y el dramaturgo. Eso es fomentar mucho la inteligencia colectiva. LAS AVES, UNA EXTRAÑA COINCIDENCIA Las aves parte del texto de Aristófanes porque al grupo le llamó atención por su comicidad, su irreverencia y su estructura, pero sobre todo por una extraña coincidencia con el imaginario de La Calórica Un dramaturgo que estaba creando una comedia en un contexto donde se estaba creando la democracia. A nosotros que nos gusta hacer mucha comedia y estamos criticando continuamente lo contemporáneo, la política nos parecía que había algo curioso de que surgiera en ese momento. A partir de ahí creamos una obra completamente original, salvo la referencia a la propia estructura o fábula que Aristófanes está dibujando. Las aves de La Calórica es un texto original de Joan Yago. POPULISMO Y NEOLIBERALISMO De Aristófanes hay un solo verso, precisa Joan Yago, que viene a ser como el pilar justo en el centro de la obra, y todo lo demás es original de La Calórica. Vieron que había elementos de gramática, de tono y pareció que se podía acercarse a Aristófanes.
A diferencia de otros procesos creativos nos permitimos estar tres semanas jugando con el texto, jugando con los temas de la obra, sin tener ni idea de lo que queríamos hacer concretamente. Esa experimentación fue muy interesante. La primera parte fue la pregunta «¿Qué nos dice a nosotros?» Evidentemente la primera palabra que salió fue «Populismo«, porque la obra de Aristófanes va de un señor ateniense que utiliza su retórica y su «mandar» para engañar a unas pobres aves y crear un sistema bajo una promesa de libertad y seguridad para crear un sistema en su propio beneficio. En la época en la que lo concebimos se estaba atentando contra la libertad de expresarse y se metía a gente en la cárcel por decir cosas, VOX pasaba por primera vez al Parlamento Andaluz, …Pusimos todo esto en la batidora de la obra para, al final, acercarnos mucho a una gramática aristofánica, probablemente sin pretenderlo, con esta mezcla de referentes a personajes reales contemporáneos, elementos míticos, animales que hablan,… para acabar componiendo una obra que nos resuena constantemente lo que se está diciendo, a pesar de que en ningún momento se habla de nada ni nadie específicamente. Joan Yago precisa mediante la negación y la afirmación que La obra no va del auge de la extrema derecha, pero sí que va del auge de la extrema derecha. No va de Donald Trump y evidentemente no va de lo que está pasando ahora mismo en Europa, porque la escribimos hace años, pero sí queda esto, de alguna manera, porque finalmente nos dimos cuenta de que no se puede hablar del «populismo» sin hablar de la idea del neoliberalismo en su rama política, como es la idea de «Voy a utilizaros para mi beneficio, para colocarme lo más arriba que yo pueda y velar por mi beneficio y mi seguridad». Lo bonito de todos estos elementos es ver cómo en estos cuatro años se han ido resignificando: Las Aves cada día, en cada lugar, gana sentidos nuevos.
Israel añade que lo curioso es que se parte de una idea, pero al final aparece el sitio desde se quiere acabar contando esa idea. El gran descubrimiento para La Calórica fue darnos cuenta de que el «populismo» no está asociado a unas siglas políticas sino que es un peligro de la propia política, y que hay grupos políticos que lo tienen en su ideario, y otros «a priori» no, pero es muy fácil caer en ese tipo de funcionamiento. Por eso es «way» que la obra hable más de un mecanismo que no tanto de identificaciones porque tal personaje va vestido de rojo y es socialista o de verde y es … No hay que buscar ese tipo de significados en el espectáculo porque no lo tiene. ANTES DE EMPEZAR A ESCRIBIR NECESITAMOS El modo concreto de trabajar Joan Yago como autor en este contexto del proceso creativo, el elemento colectivo está al principio. Antes de que me pongo a escribir palabras sobre una página, hemos hecho cantidad de reuniones, hemos discutido sobre lo que queremos hablar, cómo queremos hablarlo. Normalmente hay unas tres o cuatro cosas que necesitamos antes de empezar: una idea, a veces trabajamos desde el tema, un tono y un referente para ponernos de acuerdo todos de los que estamos jugando todos, más o menos a lo mismo. Por ejemplo es como un teatro documento…A partir de aquí nos ponemos de acuerdo. La mayoría de las veces el proceso de escritura del texto ha empezado en paralelo a la concepción del espacio escénico, del vestuario, de lo interpretativo… En el caso de Las Aves hubo un salto. nos atrevimos a ir un poquito más allá. Hicimos unas sesiones de pura improvisación. Nos dimos cuenta de que los procesos de creación colectiva, entendiendo como improvisación desde la escena, es algo que se entrena. Nosotros llegamos allí con el chandal puesto y dijimos «Vamos a crear», y no es tan fácil. Compañías que trabajan así se han entrenado, y han pasado décadas creando y accionando sus procesos de trabajo. Para nosotros fue una primera aproximación, que en algunos momentos fue frustrante. No nos salía material aprovechable para una escena. Lo que sí apareció fue un tono, una libertad que condicionó la escritura. Para mí, que soy un dramaturgo superestructurado y encasillador, fue infernal. En esta obra se puede hacer todo. En Las Aves, después de abrir todos los cajones y dejar la casa hecha un desastre, hicimos un parón y nos reunimos unos días Israel, Albert y yo, y fue sorprendentemente fácil. Hacemos esto y apareció una escaleta en la que estuvimos, sorprendentemente, de acuerdo. Hubiera parecido que esos días de creación a lo bruto habían sido en balde y no lo fueron. UN TEXTO QUE SÓLO SE PUDO HACER Joan reconoce que como dramaturgo que escribe otros textos, jamás hubiera podido escribir este texto. Atenta contra todas mis estructuras. Por ejemplo Las Aves no tiene segundo acto. Nadie en su sano juicio hubiera podido hacer este texto. Es lo que hace que sea única y ha suscitado el mayor interés del público. Es la que queremos más y solamente se ha podido hacer desde el proceso caótico, errático Esta experiencia dramatúrgica está lejos de las dramaturgias habituales que escribe Joan, en las que no está presente La Calórica. Israel Solà precisa que esta es una de las grandes diferencias con los escritos de otras Compañías, donde se trabajaba en comunidad y no se salía de esa comunidad. Tenemos la suerte y lo hemos decidido, como sucede en los pactos amorosos de una pareja, tener esa libertad. Joan escribe para otros, yo dirijo para otros y nuestros actores están trabajando para grandes producciones de otros teatro; Albert también trabaja para otras producciones; Guillem hace espacios sonoros en otros sitios… y esa riqueza y aprendizaje del oficio que tienes en otros espacios revierten cuando vuelve a la Compañía porque traes una perspectiva y hace que entiendas que en La Calórica tenemos un espíritu, pero que hay toda una serie de herramientas que adquieres trabajando con otra gente. Por tanto La Calórica es algo que tiene que ver con la suma de las individualidades de sus componentes. ANIMALES QUE HABLAN CON PERSONAS
Al ser una comedia posee elementos visuales bastante explosivos o retos como que animales hablasen con personas. De todo esto se ocupa Albert Pascual que se encarga de la escenografía, el vestuario y la iluminación. Aparte de tener que coexistir pájaros con humanos y deidades, se puso sobre la mesa el que la escenificación tuviera algo de populista. Por eso tiene gran colorismo y elementos muy teatrales clásicos, pero que sorprenden, entusiasman, lo cual hace que la representación sea como muy acrítica, de modo que todo entre de una forma muy directa, y , poco a poco, te das cuenta de que estás comulgando con lo que te van contando, a través del humo y los petardos. Es una idea de divertimento y de lo que hay detrás de la fachada. TENÍAMOS LA NECESIDAD DE LANZARNOS Las Aves se hizo en 2017. Hasta entonces La Calórica tenía espectáculos muy pequeñitos y teníamos la necesidad de lanzarnos hacia otra dirección: que cada espectáculo no se pareciese al anterior en cuanto a la visualización de la escena, aunque tuviera una continuidad en el fondo de lo que se cuenta. También se buscaba una dimensión de espectacularidad. En este terreno visual La Calórica sigue la filosofía apuntada de trabajar como Compañía: las telas son teñidas por los miembros de la Compañía, y colaborar en todo. DAR VIDA A LOS PÁJAROS Xavi Francés, como el resto de los actores, interpreta múltiples personajes, advierte que ello obliga a muchos cambios de vestuario, lo cual lleva a otra función detrás del escenario, en la cual hay pocos segundos para cambiarse, lo cual es también un espectáculo. Uno de nuestros trabajos como actores ha sido darle vida a estos pájaros. Cómo interpretarlos. Le dimos muchas vueltas: movimientos de brazos, intentar imitar la voz del pájaro… Al final decidimos humanizarlos mucho. Son pájaros que hablan y van con sus ropas, sus plumas… Hay también un ritmo muy frenético para trabajar la comedia. Este trepidante cambio es también uno de los identificadores de la Compañía a lo largo de los años. Ha sido un aprendizaje, pues, la mayoría de las veces, no se tiene ayuda detrás del escenario. LAS AVES, UNO DE LOS PROCESOS Israel Solá añade que otro aspecto de La Calórica no es conseguir una fórmula de espectáculo y luego explotarla. Tampoco gusta de repetir, lo cual no significa hacerlo diferente, sino «hacer lo que nos gusta«, así como el que la estructura del público y de los teatros nos vaya imponiendo su calendario, su agenda, sus gustos. Partimos de un espectáculo muy chiquitito que gustó mucho. El público esperaba que repitiésemos la misma fórmula: cuatro actores en torno a una mesa hablando. No. Las Aves ha sido uno de los procesos más angustiosos para nosotros porque pensábamos que estábamos haciendo la basura más grande del mundo. Nos gusta enfrentarnos a ese reto, al vértigo. Al final mirándonos surge: «A mí me gusta», «A mí también, pues vamos a hacerlo y que sea lo que Dios quiera»… Así vamos haciendo: estamos en la contemporaneidad teatral, pero tenemos nuestra esencia.
En Madrid se cumplen 100 representaciones de Las Aves: Una comedia que convierte a los líderes políticos en dj’s mesiánicos y donde el humor más negro y absurdo se pone al servicio del discurso más político. Una comedia ecléctica que dinamita cualquier eje de coordenadas que pueda intentar usar el espectador para clasificarla. Taller de conciliación FUNCIÓN PRECIO
Título: Las Aves / Els Ocells (Una creación de La Calòrica inspirada en la obra de Aristófanes)
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