Ángela y Marcelo, por casualidad, se quedan encerrados en un ascensor. Marcelo está a punto de cometer un crimen. Ángel es una mujer extraña y desquiciada que, inexplicablemente, sabe muchas cosas de Marcelo. Las víctimas de Marcelo son su mujer y su amigo íntimo. Subirá al ático que «roza el cielo» y los acribillará a balazos. Después saltará desde la terraza y los perseguirá hasta el infierno. Todo esto tiene un precio que Marcelo tendrá que pagar. Su intención queda, de momento, frenada por el ascensor que se detiene a cientos de metros sobre el vacío. Llévame hasta el cielo es un texto con puntos de contacto con el COVID19. El COVID19 nos encerró en las casas. Aquí dos personajes se quedan encerados en un ascensor que por aquello de las generosas licencias teatrales mide 7,20 x 2,40 m. Ángela y Luis se mueven en 18 m2 de ascensor. El COVID19 llevó a las artes escénicas a expresarse a través del mundo virtual. No obstante este texto nació antes del COVID19.
Nacho A. Lorente, autor del texto, hace tres años, se lo envió a Lolita Flores. Lo leí. Le contesté: «Esto lo voy a llevar a cabo. No sé cuándo, pero me gusta». Las cosas que me gustan no lo hago ni por compromiso, ni por ganar dinero más que nadie, sino que lo hago por mi satisfacción propia de llevar adelante algo de lo que es mi profesión y de la que llevo comiendo 45 años y de la que creo que hay que darle la categoría y el estatus que debe de tener. A la cultura hay que darle de comer, hay que mimarla, hay que quererla, porque un país sin cultura es un país sin nada. Tenemos una gastronomía fabulosa, unos paisajes estupendos, pero sin cultura, seguramente, nos hubiéramos muerto en este confinamiento. NACHO A. LLORENTE Llévame hasta el cielo nació como un libro de teatro para leer. Después se convirtió en una película que Nacho califica de fascinante. en la que hay algunos elementos que no están en la historia escrita y después se ha convertido en una función de teatro en la que, además, hay algún elemento más que no están ni en la película, ni en el libro. Llévame hasta el cielo se basa en dos conceptos muy básicos. Uno de ellos es la libertad y el otro es la falta de culpa. El texto está subtitulado «quasi comedia», porque, en principio, el lenguaje que he elegido es de comedia, pero no es oro todo lo que reluce. MUCHOS TIPOS DE LIBERTADES Y Antonio precisa que se trata de una historia muy sencilla. De un personaje que es una mujer desquiciada como se ve al principio, aparece en un ascensor, y un señor, que se llama Marcelo, entra y se encuentra con una situación surrealista. María, una amiga mía, me dijo «¿Cómo te atreves a escribir realismo mágico para teatro?» Me gustó esa idea. Es una historia muy metafórica en muchos aspectos. En ese encuentro surgen una sucesión de interacciones entre los dos que hablan sobre muchos tipos de libertades. No solamente la libertad física del momento y del espacio, sino de muchas otras cosas: la identidad de género, la libertad en la situación de maltrato… Salen una serie de temas que están en la calle, hoy. Todo visto desde la comedia Dentro de la comedia está el drama, las miserias de cada personaje– añade Lolita. Todos tenemos alguna que otra miseria en nuestras vidas. Ello es un poco lo que proyectan dentro de un humor muy inteligente y negro que tiene Nacho. Así se le quita algo que es muy duro y se le quita hierro con una sonrisa, pero el hierro sigue estando. Le das una manita de pintura por delante, pero el hierro está y la miseria está. Son dos personajes con muchas miserias y con una vida, entre comillas, un poco dramática. No se puede contar más. Hay que venir, hay que pagar la entrada, tomarse un refresquito o lo que les da la gana y ver la obra, si no hacemos el spoiler y eso no se puede hacer. Sí puedo decir que Yo soy un ángel y tengo poderes. He venido a cumplir una misión en la tierra. Marcelo no confía en mí. Yo se lo digo «confía en mí». Tengo que cumplir una misión contigo. La misión no se sabe. Puede ser posible o misión imposible. COMEDIA A DOS Llévame hasta el cielo es comedia a dos: Ángela y Marcelo. Aparentemente se puede pensar que pueda resultar más fácil que una obra con varios actores, ya que se crea una cierta confabulación del uno con el otro. Para Luis Mottola lo importante como actor es que
ya pisar el escenario y trabajar es un lujo. Otra cosa es que en una obra a dos hay menos inconvenientes en el transcurso del camino y en el proceso de creación, evidentemente. En este caso con Lolita tenemos un factor añadido: el carisma y esa conexión y energía que tenemos arriba del escenario. Hay mucha verdad porque trabajamos siempre el uno para el otro. A partir de ahí avanzó. La construcción del personaje Marcelo vino muy dada en el mismo texto ya que el autor construyó ambos personajes pensando en ellos dos, aunque el perfil total ha venido muy de la mano de Juan Carlos Rubio. Allí encontramos los personajes y la unión entre ellos. Se va ganando su confianza – precisa Luis –, y evidentemente tienen que pasar cosas y para ello estamos encerrados en el ascensor. Nacho ratifica que no puede haber otra Ángela que Lolita Flores y no puede haber otro Marcelo que no sea Luis Mottola porque los dos personajes fueron escritos para ellos de una manera más o menos consciente. El conocimiento de los actores me aporta unas sensibilidades adicionales a la narrativa que le aporta más valor, sobre todo en la escena. LA PELÍCULA Aunque Nacho reitera que la película es «fascinante», en la función de teatro se ponen en juego el talento de estos increíbles actores que son de ensueño.
El audiovisual está terminado y falta escoger las imágenes más aceptables por parte de Lolita, Luis y Juan Carlos Rubio. De todos modos mientras la función de teatro esté sobre el escenario no se distribuye el audiovisual por las redes. Esta reserva de la película para más tarde, advierte Lolita, se debe a que Teniendo la oportunidad de ver a los actores en directo con un buen texto, con una buena dirección, con unas buenas luces, un buen escenario, un marco como este patio, un buen ascensor como éste, llega mucho más al corazón. Es la energía que se traspasa. La gente nos da esa energía y nosotros se la devolvemos. Muchas veces piensas que has estado más o menos, pero no es eso sino que esa energía que hemos recibido no ha sido la misma de otro día y nos creemos que hemos estado peor o mejor. Me encanta salir al escenario y extender los brazos en cruz. No sabéis lo que en ese abrazo que llevamos tanto tiempo sin darnos, lo que yo abrazo con lo chiquitita que soy. Cojo a todos. Eso no tiene precio. La televisión, el cine, el streaming son más fríos, pero al no haber teatro yo quería hacer algo y lo subo a donde sea. Tuve también la suerte, y el cielo tuvo mucho que ver, porque di muchos nombres par a la productora y entre ellos di el Lerele, Alas y un montón. ¿Cuál me dieron? pues el Lerele. Está claro que algo de allí arriba (Lola Flores en el cielo) viene también. El Ayuntamiento también ha puesto todo de su parte. Ya sabemos lo que es la burocracia y en los tiempos que estamos pasando quedarse encerrado en un ascensor no es un sueño es una pesadilla, aunque en la obra digo «¿Quién no ha fantaseado quedarse encerrado con Kevin Kostner?» TANTO LUIS COMO LOLITA SE DEJAN
Juan Carlos Rubio aclara que después de haber tenido un producto muy pensado para televisión Lolita quiso que esto se pudiese mostrar. Yo estaba ensayando Anfitrión para Mérida (CLIKEAR) que alternaba con el audiovisual. En el fondo cuentas historias aunque con formatos diferentes. Lo fundamental es el texto. Un texto que habla de emociones, de soledades, de un encuentro, de un encierro y con una trama. Estos personajes han venido a hacer algo y vamos descubriendo lo que han venido a hacer. Al final tienes más o menos tiempo para hacer una propuesta, pero lo que me fascina es lo absolutamente pegado que está al momento presente. Día a día la obra crecerá a través de los ensayos y las representaciones, y dentro de un mes la obra no será la misma cada noche. Eso sucede ensayes seis semanas, cuatro o dos. No ha habido mucho tiempo pero sí muchas ganas y mucho apoyo por parte del Galileo y el equipo. El teatro no es perfecto. El teatro es un arte imprescindible, un arte que conecta con la realidad, con el momento presente. Yo no voy al teatro buscando la perfección. Busco la emoción, la risa, la ternura… Todo eso no tiene que ver tanto con la perfección formal como con lo que aquí está sucediendo y yo sé que tanto Luis como Lolita se dejan el corazón y la piel en cada función. Eso es impagable. Son dos actores que están aquí y ahora, y eso no se tiene en las plataformas ni en otro ningún formato más que en el teatro. Lolita aludiendo al título Llévame hasta el cielo subraya que el cielo se ha conspirado con el universo para que esto se llevara a cabo. Lo que sí puedo decir es que la gente con la que estoy trabajando son todos amigos. Mi hijo ha hecho la música; mi hija ha puesto voz en off en una parte; Álex Pentaoita nos puso su local a disposición para ensayar a un precio menor de lo que se paga. Nadie ha cobrado lo que tiene que cobrar por su caché y su estatus. Todo lo hemos hecho con muchísimo cariño y con muchísima amistad. Eso es lo que yo, ahora, como productora de Lerele y, sobre todo, como Lolita Flores , Dolores González Flores que es mi nombre con el que firmo los cheques, ella es la que quiere agradecer a todos el cariño, el desinterés económico y las ganas que han puesto en esto. Eso, la amistad, es algo muy grande, pero la amistad cuando encima se quiere y se tiene amor pues es la hostia. Esta obra está hecha con muchísimo amor, y es verdad. Llévame hasta el cielo se va a llenar de todo eso, porque está impregnada desde el primero hasta el último. Así os lo quiero agradecer a todos BANDA SONORA Nacho A. Llorente subraya que esta función tiene una banda sonora creada específicamente para este proyecto por un gran músico que no sé si me dejan decirlo….
FUNCIÓNDe miércoles a domingo: 22:30 h (del 15 al 26 julio) ACCESOTerraza: de 19 h a 00:30 h. EDAD:A partir de 16 años PRECIO:Butaca: 20€
Título: Llévame hasta el cielo
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