Un sillón, una lámpara de pie y un montón de libros emblemáticos. Bob Pop, con su cuello alto, su traje desenfadado y sus míticas gafas de pasta, se prepara para provocar al espectador un volcán de risas y estremecimientos. Con Los Días Ajenos, el escritor tragicómico, hombre de opinión y colaborador de Late Motiv de Andreu Buenafuente, se desnuda a través de sus dos libros construidos a través de sus diarios y de los de otros que día a día le influenciaron con sus palabras.
Del 1 al 4 de septiembre Bob Pop aterriza en el Teatro de La Latina con Los Días Ajenos, una producción El Terrat (The Mediapro Studio) y Bob Pop. Después de su éxito con la serie Maricón Perdido y sus colaboraciones en varios espacios televisivos y radiofónicos como Late Motiv, El Objetivo u Hoy Por Hoy y en los podcast Si si o si no en Cadena SER o BobCast, entre otros, Bob Pop vuelve a subirse a los escenarios con un monólogo inspirado en sus dos libros, Días Ajenos, que codirige junto a Andrés Lima, Premio Nacional de Teatro y que ya ha girado por algunos puntos de la geografía con éxito de crítica y público. Sus trabajos, Primavera-Verano y Otoño-Invierno, que, durante un año entero Bob Pop escribió, plasma cómo se pierde y se vuelve a encontrar a lo largo del camino, y cómo, al igual que Tolstoi, «Sigue con vida, pero ha tenido un mal día». BOB POP,
Los días ajenos es un monólogo ideado e interpretado por Bob Pop (Roberto Enríquez Higueras), y dirigido en comandita con Andrés Lima. Una lámpara, un sillón y libros. Agradece al público el haber venido al teatro a dejarme que les cuente mis Días Ajenos. Surge en un momento de mi vida en el que yo buscaba mi talento y cuál era mi identidad. Hasta ese momento no había pensado en la pregunta «¿Quién soy?», la cual nace en el mismo hueco que las preguntas «¿Qué es hacer bien? ¿En qué soy bueno? ¿En qué soy mejor que los demás?» Mi identidad y mi talento son la misma cosa para mí. Tales interrogantes tiene que ver con su infancia el haber sido el niño marica de mi generación. Un niño que al verse diferente de los demás tenías que ser mejor. Los únicos supervivientes de la diferencia era el éxito. Los maricas que daban la cara era porque habían triunfado y lo mismo las mujeres lesbianas. De esto me di cuenta hablando con una amiga periodista, Mariola Cubells– periodista y analista de televisión -, cuando en una entrevista me preguntó cuáles habían sido mis primeros referentes gay en la televisión. Mi primer marica televisivo. STEVE HARRINGTON ERA MARICA, Tras darle varias vueltas concluyó que fue Steve Harrington. Era un culebrón maravillosode grandes señores que llevaban grandes multinacionales, familias de mucho dinero desestructuradas, odio, poder, y el gran protagonista eraSteve Harrington, que era el hijo primogénito del señor Harrington y de su exmujer interpretado por Joan Collins maravillosamente. Steve – interpretado por Joe Keery – era marica, era rubio, era rico heredero. Pese a eso, como era marica, todo le iba muy mal. Le pegaban, le tiraban de las escaleras, le insultaban, le escupían…Yo siendo adolescente, pensaba si a este Harrington rubio, ario, rico heredero, le va tan mal por ser marica, qué no me espera a mí que soy de la clase trabajadora. Días ajenossurge en esos momentos en que Bob busca su identidad y talento, mientras trabaja en televisión con el equipo de Buenafuente. Constata que no triunfo, no soy más que los demás. De hecho ni siquiera soy yo. Soy parte de mí que lo intenta pero no lo consigue. Al volver y meterme en la cama, vuelvo a hacerme la misma pregunta: «¿En qué soy bueno? ¿En qué soy mejor que los demás? ¿Qué sé hacer bien?» Al levantarse por la mañana escribe la pieza para el programa con la idea de demostrar que soy mejor que los demás. No lo consigo, y después de escribir la pieza, sigo pensando en las mismas preguntas. Llego a la conclusión de que lo que se me da bien realmente es leyendo y aunque se me da bien escribiendo, pienso que lo describir es mentira pero leer es verdad. Yo quería hacer algo que fuera verdad. Entonces tras escribir la pieza televisiva cogía todos los Diarios de muchos personajes importantes que tenía, pues es un gran coleccionista, y buscaba lo que ellos había escrito en sus diarios, los días concretos en que Bob estaba viviendo. De todo eso elegía píldoras que iba copiando, y que iba enlazando con mis propios diarios, porque yo que soy una bloguera ye-yé, tenía un blog a finales de los noventa que se llamaba Qué trabajos nos manda el señor. Entonces además de las palabras de los otros personajes que había escrito, también copilaba las palabras que yo había escrito o quién era yo. Con eso trazaba una especie de mapa haciendo un dibujo de lo que iba a ser de mí ese día. Así surgen esos Días Ajenos, en un momento en que he encontrado cuál es mi talento y cuál es mi identidad. Mi identidad no está sólo en mis palabras del pasado, sino que está también en las palabras de los otros. NO SOY NADIE Y A LA VEZ El libro tiene un prólogo en el que Bob afirma que Me inventé Días Ajenos para demostrar que no soy nadie, y , a la vez, que soy como todo el mundo. Lo único que me distingue es el relleno, las palabras de los otros que fui leyendo, procesando, apropiándome día a día con el tiempo. Sin guión y dando rienda suelta a la improvisación, un Bob Pop en estado puro repasa su vida a través de diarios propios y ajenos. Cuatro de mis Días Ajenos en el Teatro La Latina son cuatro entradas más de un diario que sigo escribiendo en cada representación de este monólogo que va creciendo en cada función y que cada vez nos contiene a más. Ojalá que el público quiera compartirlo conmigo, querer formar parte; ayudarme a escribirlo y a leeros. Ojalá. A Bob Pop se le ha calificado de carismático, divertido, inteligente, popular, locuaz, y uno de los opinadores más mordaces y acertados del panorama actual. ANDRÉS LIMA, co-director de Los Días Ajenos Dirigir a Bob ha sido un placer. Su elegancia, su ironía, su honestidad, su comicidad, su tristeza y su sensibilidad para la belleza y la verdad, hacen de Bob un cómico grande. Bob sabe comentar, y casi diría yo diseccionar, el tiempo que vive desde su sentido trágico del humor. Bob es un mitómano, pero sus mitos no son los habituales. Bob es pariente de Pasolini, de Oscar Wilde, de Lou Reed, de Amy Winehouse, de Eugenio, de Luigi Tenco. Bob es más Bob que Bob el Malo de David Lynch y que Bobby Maggie de Janis Joplin. Bob baila tan bien con las palabras como Bob Fosse con los pies. Y además es una persona francamente culta y muy agradable
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Título: Los Días Ajenos
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