Su frenética carrera acaba provocándole una desaparición transitoria de la voz. A fin de solventar la crisis, su coach le persuade para hacer un reset en su vida y reconciliarse con el pasado. Su viejo maestro de zarzuela vive ahora recluido y enfermo en una residencia. El encuentro entre los dos provocará en ellos violentos debates artísticos, pero también incitará de nuevo la relación pasional que mantuvieron. La evocación del pasado y el retorno a la inocencia sentimental de la zarzuela despertarán en la cantante el dilema sobre si aquel mundo agónico y decadente era preferible a la vida desquiciada que le ha conducido su avidez de triunfo.
MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA Malos tiempos para la lírica es la obra que se traían entre manos Albert Boadella y Martina Cabanas y que se estrena como inicio de la celebración de estos 60 años. El título tiene su aquel en estos momentos
La gente me pregunta «¿Qué pasa con eso de los malos tiempos» Creo que la lírica y otras muchas cosas. Todas las Artes están en un momento de caída, aunque nos parezca lo contrario por la cantidad de consumo que hay. Ni la pintura, ni la música, ni el propio teatro pasan momentos tan formidables como los que han tenido históricamente. Eso no lo vamos a dudar. En la música no hay un Sebastián Bach. Hay muchas otras cosas, mucho consumo. Ni un Strauss, su música era de consumo, pero hacia unos valses absolutamente formidables. Por tanto estamos en una parte inferior. La pintura y la escultura son ocurrencias. Se han quedado en nada. La gente se va a refugiar al Hermitage, al Louvre, al Prado etc, porque no ve pintura. Cuando hablamos de música contemporánea una auténtica tortura para lo que es esto (señala sus orejas). En la música de consumo, las semana próxima ya hay otra. Es consumo constante. Desde el punto de vista artístico, decadencia absoluta, menos un arte que, curiosamente, es la danza. LA DANZA UN SUSTITUTO Albert Boadella encuentra en la danza un sustituto de las deficiencia del teatro, en parte. Muchos espectáculos de danza tienen una gran parte de teatralidad y le llevan al teatro esa parte del arte. Obviamente el mundo de la lírica, entendemos la ópera, están las reposiciones que se hacían antes. Yo trato esto en una zarzuela. UNA HISTORIA DE AMOR Y DESAMOR Toda esta decadencia artística Albert Boadella la ha vertido en un guión construido junto con Martina Cabanas Hemos construido un guión en el cual nos basamos en distintos compositores: Chapí, Chueca,…Cuento una historia de zarzuela. Es una historia de amor y desamor y, como presencial, el conflicto generacional. Una cantante española muy famosa ha utilizado algunos temas de zarzuela para el rock, pop, cualquier estilo. Se queda casi sin voz. Su «coach» le dice que debe hacer un «reset», por tanto volver otra vez a empezar en sus inicios, para reencontrarse a sí misma. Se va con su viejo maestro que está en una residencia, que la detesta porque ha prostituido los termas de la zarzuela con esas músicas de consumo. Aquí entra el conflicto. Son dos personalidades distintas. Ella se hace sus rayitas de coca tres o cuatro veces al día, y tiene su forma de comportamiento. Él es de la vieja escuela. Este argumento tiene un valor fundamental, sino no se podrá hacer, y es por un lado María-Rey Joly(soprano) y por otro Toni Comas(tenor). Sin esos dos magníficos artistas, cantantes y al mismo tiempo actores, no me vería capacitado de hacer estas obras, como no me hubiera capacitado de haber hecho Diva (CLICK), ni Scarpia (CLICK). Estamos antes unos cantantes, que además de cantar muy bien y de que Toni toca también el piano, actúan muy bien, cosa que, lamentablemente, no siempre van juntas. A los cantantes se les da siempre, en la ópera y la zarzuela, se les da una amnistía en lo que es la actuación. En este caso son cantantes que tienen una calidad de actores. Han trabajado conmigo. Toni hizo hace años en esta casa Amadeu (CLICK); María hizo El Pimiento Verdi (CLICK), Don Carlo (CLICK) también es esta casa. Voy a decir, sin ánimo de vanidad, que me los he trabajado mucho con mi forma de hacer. Esto es un valor esencial de esta obra. GUIÓN A CUATRO MANOS Martina Cabanas, ex-alumna de Albert, actriz que actualmente también escribe obras propias y las representa por su cuenta. Su colaboración para Albert importa porque tiene el valor de la juventud que yo no tengo, así como la fuerza. Yo me voy volviendo cada vez más perezoso. Sin ella me hubiera sido muy difícil haber hecho esta obra. Además la gente de mi generación como yo, está bien que tenga al lado una mirada femenina, porque, a veces, la marcha del macho sale con mucho impulso y la mirada femenina tamiza este lado. En el caso de ¿Y si nos enamoramos de Scarpia? (CLICK), fue decisivo. En este caso lo mismo. MARTINA CABANAS, actriz y guionista Martina opta por describir el modo de trabajar con Albert Boadella en este nuevo montaje y en los últimos proyectos.
Así como Els Joglars fue una utopía, esto está siendo otra utopía. Nos juntamos en el Ampurdá los dos intérpretes, Albert y yo en una sala de ensayo que es, al mismo tiempo, la sala de su casa que tiene una bóveda renacentista. Poco a poco se va haciendo todo de una forma artesanal, que creo que cada vez está menos en el oficio, y menos en las artes, porque hay algo del consumo que no te permite esto. Todo lo que aparece aquí sobre el escenario lo firmamos Bernat Jansà y yo, pero también lo podría firmar Albert, y también su mujer, la pintora Dolors Caminales, que nos asesora con las perspectivas, con las proporciones. Nos ponemos todos a coser, a comprar la ropa, si hay que hacer un arreglo musical Toni lo hace en el momento. Es un modo de trabajar casi de los Comediantes de la Legua. Al mismo tiempo cuando escribimos, que ya no se puede hacer como con Els Joglars que se escribía durante los seis meses de ensayo, ahora el consumo manda y dos meses de ensayo ya parecen excesivos, lo que hacemos es juntarnos antes con Albert y hacemos reuniones para ir escribiendo antes la función. Eso es un regalo que me ha tocado: escribir al lado de tu maestro. Hay veces que estamos de acuerdo y otras no. Hay algo terrible en esto y es que la mayoría de veces que no estoy de acuerdo con él en la sala de ensayo, cuando llegamos al teatro, el maldito tenía razón. Aparte de su talento está su experiencia y hay un montón de cosas que en una sala de ensayo alguien con 40 años como yo piensa que se puede hacer de otra forma, y el teatro manda. El oficio que tiene Albert hace que lo vea de antemano. Es un placer que, como discípula, hay muchas cosas que me ha ido traspasando, pero sigue teniendo razón. Eso jode bastante, y espero decirle algún día «¡No, no tenías razón!», pero por lo pronto así está. TONI COMAS, tenor, actor, pianista y arreglista Toni Comas además de tenor es también músico y pianista. Confirma lo dicho por Martina, y precisa que en esta obra en la que hemos ido apretando la tuerca del actor, tanto a María como a mí se nos exige una situación muy especial, muy particular, muy medida. Es una obra que creo Albert tenía en su cabeza cómo tenía que ser y, poco a poco, ha ido saliendo. Estamos muy contentos. Desde el punto de vista del canto, Albert añade que es una obra que no se ha hecho. Debido al corazón de su personaje, Toni tiene que ponerse la mascarilla de oxígeno, y por tanto el canto está afectado de esto. Toni tiene que cantar con voz de anciano, pero afinando y de cuando en cuando poniéndose el oxígeno, así como la otra se puede colocar la raya. Toni tiene que cantar en este doble juego, afinar, que la melodía tenga puntos de emoción y, al mismo tiempo, la voz cascada. Eso no creo que lo hay hecho ningún tenor. De lo tenores que conozco en ópera y zarzuela me han dicho «Sí, sí muy interesante» Al primer ensayo mantenían la tos y la voz cascada, pero al segundo ensayo cantaban con su voz de tenor pleno. En el tercer ensayo explotaba. No ha habido manera posible humana que rompieran su voz. En el caso de Toni prima tanto el actor como el cantante. Esto es un mérito especial y es una de las partes más interesantes y más emotivas de la obra. LA PARTE MUSICAL De la parte musical se ocupa Manuel Coves, y se ha grabado con orquesta. De todos modos a medida que transcurrían los ensayos se consideraba el número de fragmentos de zarzuela así como el decidir si iba con piano o con orquesta. Fundamentalmente se trata de fragmentos de zarzuela, salvo algunas piezas que canta María que van enteras. Hay también adaptaciones de temas de zarzuela pasados por el rock y pop, cuyos arreglos son de Marc Álvarez. Por ejemplo el De España vengo (El niño judío) se convierte en The hispanish woman y tiene su clip; Marinela, Marinela… (La canción del Olvido) se convierte en Perrea, perrea… y hay bailasen escena al más puro Shakira. Albert insiste en que el espectáculo muestra un mundo que se acaba.
La zarzuela fue una música enormemente popular, e incluso de consumo, más que la ópera. ¿Se puede decir ahora que la zarzuela es popular? ¡No! Se hace en el Teatro de la Zarzuela, en otros teatros, pero es un mundo que se va acabando. Un mundo musical con una dosis de sentimentalismo importante, una música melódica con una atracción poética romántica y un punto cursi, pero realmente cálida. Es un mundo que se acaba, es lo que yo llamo la Edad de la Inocencia, que va desapareciendo frente al mundo que representa en caso extremo, en mi caso la Susan King, Susana Rey, pero en americano Susana King. Es el mundo actual. Esos dos mundos están enfrentados y representan a Toni y a María. El de Toni me representa también a mí, porque yo soy también del mundo que se acaba. Tengo conciencia de ello e incluso me divierte, aunque me gusta más que el mundo que nace, pero eso forma ya parte de la naturaleza, contra eso ya no se puede hacer nada. ¿EL CANTO DEL CISNE DE LA ZARZUELA? Visto así el espectáculo parece ser el canto agónico del cisne y apunta a un cierto pesimismo. Albert piensa que no hay que ver en ello tal pesimismo. No es pesimismo, porque hay mundos que se han acabado y fueron extraordinarios. Es lógico. Yo soy un gran optimista y creo en el Renacimiento. Lo que sucedió en el siglo XV y en el siglo XVI, que fue un reto. El problema mayor de los artistas actuales es que no miran al pasado. Están sólo obsesionados en el futuro, la vanguardia. Una cosa que no existe. Existe el presente, pero nosotros sólo tenemos el pasado espléndido como es el caso del teatro, lo musical…, y esa mirada obsesiva sobre la novedad, sólo queremos la novedad compulsiva, hacer hoy algo distinto de lo que se hizo el mes pasado. Eso es el peor veneno con lo que puede encontrarse el teatro y cualquier arte, al no estar asentado sobre unas bases sólidas de nuestro oficio. El Renacimiento fue eso. ¿Qué hicieron los renacentistas? Filosóficamente, artísticamente miraron una cosa que había sucedido 1.500 años antes. Las pinturas de Rafael, cuando descubrimos mucho más tarde Pompeya, son iguales a las que pintaban los romanos. Se hacen 1.500 años más tarde. Es decir hay una vuelta, un «reset», al pasado, y ceo que eso va a suceder, ¡seguro!, en cualquier arte. Exponer en un pedestal una boñiga humana, cuando has llegado a esto ya sólo puedes ir al pasado. Hacer un «reset». Ya no es posible avanzar. Sobre ciertas músicas contemporáneas, las escuchas diez minutos y uno tiene rápidamente, tiene que ir a concentrarse o tomarse un wisky , porque te ha dejado deshecho. También sucede lo mismo. Se ha buscado todas las formas de tortura para nuestras bellas orejas. Hay que pensar que hay que hacer para volver a complacer otra vez las partes más inteligentes del espectador, no las más tribales. Esas funcionan perfectamente. Las más tribales, sin duda alguna, están a la orden del día. Las inteligentes están más atrasadas. VIVIMOS UNA ÉPOCA EXTRAORDINARIA A pesar de esta negatividad con el mundo de las artes, Albert deja claro que bajo otros aspectos vivimos una época extraordinaria desde muchos puntos de vista como es desde el punto de vista científico. Baste mencionar el telescopio James, lo que se ve con él es una cosa impresionante, inimaginable. Estamos viendo a Dios casi. Pensar que somos polvo de estrellas. Es una cosa maravillosa. Yo digo en términos de lo que tocamos nosotros que son las artes. Sí que no están en su gran momento. Eso sí que no tengo duda.
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Título: Malos tiempos para la lírica Intérpretes:
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