¿Y si volviera a la vida?, se pregunta este personaje olvidado en el fondo del espejo. Frente a él, un actor ha ido envejeciendo camerino a camerino, maquillando su íntima derrota, sus gastadas ilusiones, ese desengaño que ensombrece sus días. Tantas cosas han muerto en él que la vida no será lo suficientemente larga para olvidarlas. Pero hoy escucha esas voces dentro del azogue y es como si el alma se le devolviera al cuerpo. En este presente estéril en que el hombre no parece estar a la altura de sus sueños, con sus postreras fuerzas, saldrá a irradiar esperanza al escenario. Aliado con su personaje, removerá con su zaranda en las entrañas del teatro, topándose con sus vicios y virtudes, con su humanidad siempre. QUE NUESTRO SILENCIO, NUESTRO TROCITO La Zaranda acude una vez más, entre tantas, al Teatro Español de Madrid. Ellos llaman a su sede original De ninguna parte, pero Paco de la Zaranda, director de este montaje, traduce este
De ninguna parte como ser del Teatro Español. Es una tontería, pero me encantan las tonterías. Después de estrenar tantas veces aquí, creí que no iba a sentir nada, y sin embargo estoy en el principio, en el sentido de que el escenario del Teatro Español tiene para nosotros, y creo que para mucha gente, tiene, en las tablas pegado el amor de mucha gente que se entrega a comulgar con lo que ahí sucede. Eso se aprecia en este Teatro. El que La Zaranda esté unida a la última historia de este Teatro, no es un orgullo, es una pasión. Es algo que nos hace muy responsables. Es como si lo que estuviéramos haciendo, tuviera que desembocar aquí. Es como el salmón que va a contracorriente y ¡por fin! ha llegado al Español. Tras este elogio al Teatro Español, Paco se excusa porque siente la obligación de hablar del trabajo actual, pero hablar de lo que hago siempre me es incómodo. Me resulta fastidioso, porque mis palabras estropean la creación de La Zaranda. Es imposible que yo llegue a explicar qué hacemos, y no porque me quiera escapar de la responsabilidad de tener que explicarlo. EL ACERCAMIENTO DE LOS CLÁSICOS Eusebio Calonge es el autor de los textos durante todos estos 45 años de historias de La Zaranda, y aquí sigue fiel. Esta es la décima temporada en el Teatro Español.
Incido en lo expresado por Paco en cuanto ese gran misterio cuando uno pisa el escenario, que en tan pocos metros cuadrados haya tanta profundidad, que da un sueño compartido por todo un oficio, que es el del teatro. Eso hace que a uno el corazón le late de un modo muy especial, cuando se está ante un gran buque que es el patio de butacas, y sentirse que en esa parte irrisoria del teatro que te ha tocado, puedas ir en esa travesía inmensa de ese barco. Eusebio concreta que El teatro siempre ha sido para nosotros, pese a las pesadillas que rodean el mundo que uno cruza, todas las fricciones económicas, sociales de todo tipo, a la que estamos acostumbrados, gente de teatro y de no teatro, cuando cruzamos por la vida, lo que nos mantiene es seguir buscando ese sueño que los clásicos buscaban. Se habla mucho en este trabajo de lo clásico. La crítica habla mucho de lo que ha sido nuestro trabajo: el acercamiento de lo clásico. Creo que el único acercamiento que podemos hacer de esos grandes nombres, es seguir buscando lo que ellos buscaban. Eso es lo que le da sentido poner nuestras huellas en un mismo horizonte. Son clásicos porque el horizonte no se cierra, y abren todo un mundo escénico que es el que nosotros siempre hemos perseguido. En esta obra el acercamiento ha sido no desde el lenguaje literario, sino desde lo que generan la forma en ese lenguaje literario. De ahí que estén Calderón, Cervantes, porque es el mundo que más formas nos ha generado desde su literatura, no desde la pintura, como siempre hemos trabajado. Siempre se ha hablado de las constantes en Zaranda: la aproximación de unas formas visuales, pictóricas, a lo dramático, pero no desde el lenguaje de los autores clásicos que nos daban su literatura como forma viva, como estética. Ese era, para nosotros, el reto. Partíamos de una forma muy clásica que es el camino donde se iban abriendo puertas, donde un actor al que compaña su personaje en esa extraña dualidad, iban buscando ese camino que se abre hacia el horizonte y que se genera en el teatro cada vez que se abren las puertas de lo poético. Bajarán hasta los infiernos, cruzarán dédalos donde los burócratas almacenan su tedio, sortearán los socavones que cubren las alfombras rojas de la fama, alumbrarán las oscuras galerías donde la vulgaridad empantana todo, intentando liberar a Segismundo de una realidad alienante y prosaica, escaparán del mundo y sus chanzas, haciendo de Clavileño un Pegaso. De nuevo, desafiando a la muerte y al olvido, buscarán la alegría del reencuentro con el teatro. Ese es el sencillo camino que queríamos descubrir. Sencillo en cuanto a seguir con mucha humildad, las huellas de gente tan grande, y complicado en cuanto siempre es un reto teatral en una Compañía que atraviesa ya tantas décadas. No ha sido fácil Se empezó con un proyecto que no pudo ser y hubo que cambiar la historia donde se acumularon más problemas, como fue que un ciclón se llevara el techo de la Nave de ensayos. Seguir adelante sólo lo mantuvo el seguir soñando con esta historia. Nosotros que ya estamos cerrando puertas queríamos encontrar a los que empiezan. En esta transmisión de los que van más adelante hacia los que van a empezar a aportar la historia del teatro. Esa transmisión ya estaba en lo que sentíamos como hombres de teatro experimentados, sobre lo que podíamos aportar. ENRIQUE BUSTOS Y GASPAR CAMPUZANO, actores Enrique Bustos se reitera en que estar en el Teatro Español sigue siendo un sueño En este último sueño, al terminar la obra más que un sueño fue un milagro por todas las consecuencias que hemos tenido a la hora de trabajar. Estoy muy contento de estar en este Teatro de nuevo y poder seguir viviendo el sueño de La Zaranda. Gaspar Campuzano se suma a las mimas declaraciones Me pasa igual que a los demás, es difícil de explicar este proceso que ha sido dificultoso. Hemos estado a punto de perder el rumbo, pero hemos tratado de mantener nuestro amor por este oficio.
FUNCIÓN PRECIO
Título: Manual para armar un sueño
|