¡Nápoles millonaria! es una de las mejores obras de Eduardo de Filippo en la que se plantea la necesidad de recuperar los valores humanos. De ella el prestigioso director teatral Eduardo Strehler la ha considerado como «un homenaje a la ejemplaridad de las personas sencillas, normales, que con sus actos señalan la dirección de las buenas costumbres democráticas». La obra se escribió casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Nápoles, 1942, una ciudad como tantas otras en donde también se libra la guerra entre la dignidad y la miseria. Mantener una familia rota unida, un barrio, una comunidad, un país, un continente. De esto y más nos habla Eduardo de Filippo. ANTONIO SIMÓN
Antonio Simón se ha encargado de dirigir este montaje, y manifiesta su ilusión por trabajar en el Teatro Español y compartir «mi contento» con todo este equipo maravilloso. Es un lujo trabajar con ellos. Eduardo de Filippo decía que «Cualquier idea que se ocurría, si él veía que tenía una utilidad social no le interesaba». Esta obra se escribe cuando está acabando la Segunda Guerra Mundial, pero todavía no se ha acabado y éste será un «leiv motiv». La escribe para dignificar la situación que están viviendo, sobre todo Nápoles. Nápoles ha pasado por el régimen fascista, la guerra, los bombardeos de los aliados, posteriormente la ocupación del ejército nazi, luego los bombardeos nazis, las postguerra, el hambre, la miseria, la pandemia del tifus. De Fillipo se dirige a toda la ciudad a través de la metáfora de unas familias y de sus vecinos que para sobrevivir de alguna manera se dedican al trapicheo, al mercado negro y en parte se profesionalizan en esto. Este es el argumento de la fábula y la escribe para hacer un canto a los valores humanos, a la humanidad, a la pregunta, siempre de carácter ético, que hace, porque su obra es siempre de carácter ético, sobre la bondad humana, sobre la honestidad, sobre la dignidad, desee la comprensión y la empatía hacia todas las posiciones humanas de todos los personajes en la terrible situación de penuria en que se van encontrando. Siempre hay una mirada comprensiva, aunque, a veces, no le gustan algunas actitudes de los personajes. Frente al protagonista Genaro, el alter ego de Eduardo, se enfrenta su antagonista, su mujer que representa el arrojo, la fuerza de lo maternal, de lo femenino, de intentar sacar adelante la familia como sea y eso también le ciega un poco. Es una de las epifanías del final de la obra. Es una obra profundamente ética, profundamente humana y explicada desde la comedia. Aquí hace una pirueta impresionante, porque está tratando temas trágicos desde la comedia y eso es muy, muy difícil. Sólo un gran hombre como él es capaz de hacer algo así. UN GRAN VIAJE
Antonio Simón etiqueta la obra como «un gran viaje« El primer acto se acerca a la farsa; el segundo acto no pierde el humor y un tercer acto en el que la hija pequeña se está muriendo por la pandemia y todo viene teñido por esta muerte. Es pues un viaje que condiciona la puesta en escena. El primer acto sigue un estilo más realista con una escenografía casi desnuda y luego dicha escenografía hace un viaje hacia un tercer acto que es mucho más conceptual con un lenguaje más contemporáneo. La escenografía va adquiriendo espacios más poéticos y más esenciales, porque una de las cosas que queríamos es huir del costumbrismo, ya que, para mí, el interés de la obra supera con creces el costumbrismo napolitano. Es un homenaje a alguien que dominaba también la carpintería teatral como Eduardo de Filippo, que era un maestro en eso. En la obra el público se va a reflejar mucho en ella, no sólo porque la va a disfrutar mucho, sino porque la situación de la pandemia que estamos viviendo de incertidumbre y de miedo, no difiere mucho de la situación en la que están todos los personajes. Antonio recoge el sentir general de todos los participantes en este traje en cuanto que formula unas peguntas ¿Qué actitud ante la vida desprende la obra? y ¿Qué actitud va desprendiendo cada personaje en una situación así? Cuando elegimos la obra no había salido la pandemia, y cuando salió la pandemia, vimos que era el momento perfecto para hacerla. Nápoles millonaria es un canto a la vida, agrio-dulce, y con unas preguntas éticas profundas, una de las cuales que no está de moda pero que a mí me encanta: «el lugar de la bondad humana». Eduardo de Filippo como Brecht, salvando las distancias, habla de que las relaciones humana se basan en la ternura, en la comprensión y no en la explotación, sea por el dinero, sea por la explotación personal. UN CANTO A LA SOLIDARIDAD HUMANA
La obra es también un canto a la solidaridad humana en cuanto que la cercanía del vecindario en un barrios de calles estrechas y ropa tendida, cuyos tendederos comparten lleva a soportar mejor esa miseria, por estar todos juntos, aunque surjan desavenencias. A pesar de que la obra abarca una situación que puede tener un parangón con la situación actual de la Pandemia, su elección fue antes de que el COVID19 se pasease por el mundo. Elegí la obra porque resuena muchísimo con o sin Pandemia. La Pandemia le da un elemento más. Resuena muchísimo porque ante una situación de incertidumbre de miedo, para mí, este tipo de obrasque lo que hacen es exteriorizar la impotencia y por lo tanto tienen un efecto un poco catártico, me entusiasman, porque ahí están la auténtica comedia. Vamos a exteriorizar la impotencia y la incertidumbre y encima nos lo vamos a pasar bien. POCO REPRESENTADA Nápoles millonaria no se ha representado mucho en España. Una de las causas que ve Antonio Simón es que son muchos actores y eso afecta a la producción. Eduardo escribía para su compañía y era otra época. Aunque parezca una razón muy pragmática, es así. Los personajes que se nombran en la obra son 19, no todos en escena, pues lo que salen en escena son 16. Por ejemplo la hija pequeña no sale. En nuestra versión hemos reducido algunos personajes y nos quedamos con 13, pues lo suprimidos son muy episódicos. Dos actores doblan: Lourdes García interpreta a Asunción y Teresa y Fernando Tielve al Doctor y a El Ratillas. Antonio lamenta que en España no se conozca tanto como se debería conocer y ello a pesar de resuena muchísimo en nuestro España porque nos une el que somos mediterráneos, hemos sufrido una guerra civil, y nuestros abuelos han vivido la guerra, la postguerra, con todo lo que esto significa. Además es un autor que en otras obras analiza muy bien el cambio del abandono de la cultura popular propia, italiana, sobre todo napolitana hacia el consumismo. También lo explicó Pasolini, lo que pasa es que Pasolini lo explicaba desde otro lugar. ¿TRADUCIR EL COSTUMBRISMO NAPOLITANO? Las obras de Eduardo de Filippo tienen un costumbrismo italiano y en concreto napolitano que en el habla y el acento no es fácil de trasladar al español. En esto Antonio es muy claro Es imposible por toda la riqueza idiomática y la cadencia de las obras de Eduardo. Un personaje en una misma frase habla con un italiano normativo, el italiano a lo napolitano, el dialecto napolitano y el dialecto popular del napolitano. Todo esto puede estar en dos frases. Juan Asperilla ha hecho una traducción extraordinaria y ha optado por ir a la esencia del lenguaje que da una comunicación directa con el público al ser un lenguaje popular, y luego con la colaboración de toda la Compañía cada actor ha ido encontrado su pequeña manera de darle una diferencia a ese modo de expresarse, pero toda esa riqueza idiomática solamente se da en Nápoles. Roberto Enríquez, el Genaro de ¡Nápoles millonaria!, añade Es como en Valle Inclán. En algunas obras hablan en gallego, medio castellano. Por encima de todos esos coloridos que tiene Eduardo de Filippo, en la pieza hay algo troncal que es fácil de traducir y llega a cualquiera.
Juan Asperilla, escenógrafo de ¡Nápoles millonaria!, concluye: ¡Nápoles millonaria! es una de las mejores creaciones de Eduardo de Filippo. Para él sólo «hacer el bien» salva al ser humano. Todos estamos en el mismo barco; y, antes o después – nadie sabe cuándo -, precisaremos de la ayuda de los otros. Eduardo no deja de ser, en su comicidad y su tragedia, un humanista laico. Busca, en medio de la oscuridad, el perdón, la esperanza y la luz… Busca la redención y la paz; porque, como bien dice: «La guerra no ha terminado».
FUNCIÓN PRECIO
Título: Nápoles millonaria
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