Esta versión de No hay burla con el amor, Fernando Gil la describe como una «función gamberra»(CLIKEAR). Con ella se inicia la IV Fiesta Corral Cervantes (CLIKEAR)y se ha definido como Una comedia para todos los públicos en la que el verso de Calderón se introduce en una centrifugadora del Rock & Roll. La sensibilidad del músico con alma de poeta para escuchar estos atinados versos sobre los acordes de una cuidada selección de temas. El noble galán Don Juan Mendoza, se ha enamorado perdidamente de Doña Leonor Enríquez, pero no puede casarse con ella porque es la menor de las dos hijas de Don Pedro Enríquez, por lo que acude a solicitar la ayuda de su buen amigo Don Alonso de Luna para llevar a cabo un plan con el fin de conseguir el permiso del severo padre de la chica. La hermana mayor, Beatriz, se empeña en custodiar y censurar toda acción de doña Leonor. Don Alonso intentará terciar en favor de su amigo, enamorando, falsamente, a Doña Beatriz con sus dotes de seductor, pero, como cazador cazado, acabará enfrentándose a las ansias del amor por ésta. Asistidos por la criada Inés de las chicas y el criado Moscatel de Don Alonso, damas y caballeros se involucran en una serie de enredos de los que todos aprenden que al Amor no se le puede burlar. Ignasi Vidal se encarga de la dirección escénica de esta obra que al leerla hace unos años, le suscitó
la imperiosa necesidad de ponerlo en pie usando mi sensibilidad de músico de Rock&Roll. Pensé que si Calderón hubiera conocido a los Stones, a Nick Cave, los Doors o la Velvet Underground, se habría sorprendido de lo cerca que estaba el flow de su escritura, del Rock, y sobre todo del Roll, que trescientos y pico años después generaría la mayor revolución cultural del siglo XX. Teniendo en cuenta esta premisa le surgió la idea de meter el verso de Calderón en una centrifugadora del Rock&Roll, para escuchar sus atinados versos sobre los acordes de una selección de temas que, siendo un adolescente, me impactaron tanto como los versos del poeta siendo ya un adulto. Y es que así es como leo esta obra de Calderón: con un hilo musical constante, que me sorprende y me admira, pues la mezcla de los factores me divierte y quiero comprobar si soy el único al que le sucede esto o si alguien más lo recibe como yo. MÁS ALLÁ DE UNA ÉPOCA CONCRETA Respecto a la estética, huiré de todo clasicismo. Huiré de una época concreta, pues es increíble lo bien que este texto se adapta a cualquier momento, a cualquier espacio… tan solo la palabra importa, pero no para sacar un lenguaje ya perdido del baúl de las reliquias, sino para mantenerlo vivo, pues respirado de una forma natural, apenas si se distingue el paso de los siglos. Tampoco nos engañemos, en el siglo XVII, la gente no hablaba de manera poética. Sin embargo, en el teatro se aceptaba, e incluso se exigía, un lenguaje bello sin renunciar por ello al implacable escrutinio de la sociedad y los usos de la época por partes de los autores. Mi intención no es otra, en definitiva, que tratar con el respeto debido la magnífica comedia que Calderón nos dejó. Con humildad y pasión (Información Departamento de Prensa Corral Cervantes) FUNCIÓN PRECIO
Título: No hay burla con el amor
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