
Música: ISAAC ALBÉNIZ
Libreto: FRANCIS BURDETT MONEY-COUTTS, basado en la novela de Juan Valera.
Versión del libreto y de la música de Pablo Sorozábal
Director del coro: ANTONIO FAURÓ
Dirección musical: GUILLERMO GARCÍA CALVO
Dirección de escena: GIANCARLO DEL MONACO
en el
TEATRO DE LA ZARZUELA
(SALA PRINCIPAL)
de
MADRID
Del 1 al 19 de octubre de 2015
– La ópera “Pepita Jiménez” de Isaac Albéniz en versión de Pablo Sorozábal, vuelve al Teatro de la Zarzuela con un poderoso montaje de Giancarlo del Mónaco
– Es la primera vez que se verá en escena la versión definitiva de Pablo Sorozábal.
– De la dirección musical se ocupa Guillermo García Calvo, quien considera la obra como “esencial para comprender la evolución de la ópera en España”.
– La escenografía, sorprendente y eficaz, está firmada por Daniel Bianco, y el hermoso y oportuno vestuario es de Jesús Ruiz, ambos, equipo habitual del director de escena italiano. La iluminación, mágica, está creada por Albert Faura.
– Los protagonistas son Ángeles Blancas, Carmen Romeu, Maite Alberola, Leonardo Caimi, Antoni Lliteres, Ana Ibarra, Cristina Faus, Rodrigo Esteves, Rubén Amoretti, Pablo López, Josep Fadó y Iago García Rojas.

FOTO: JAVIER DEL REAL
Don Luis de Vargas, joven seminarista, regresa a su pueblo en Andalucía. Un pueblo con las virtudes y sinsabores de la época, el siglo XIX. Allí habita el caballero Don Pedro de Vargas, padre de Luis, que está interesado por Pepita Jiménez, una viudita joven y heredera de una fortuna. Luis cae rendido ante los encantos de la viudita que va a ser su madrastra. Ello le lleva a una crisis interna, que le pone en el brete de ser fiel a su primera vocación o al amor que siente por Pepita Jiménez, la cual también siente la pasión por el seminarista. De este conflicto participan Don Pedro y la criada Antoñana, que intentan buscar una solución. Por parte de Luis, la decisión que ronda en su mente es abandonar a Pepita. Antes de llegar a la decisión final surgirá el compromiso de batirse en duelo. Este toque romántico se completará con la irrupción de un veneno en la historia…
La ópera de “Pepita Jiménez” de Isaac Albéniz, basada en la novela homónima de Juan Valera, llega al Teatro de la Zarzuela en versión, de música y libreto, de Pablo Sorozábal. El libreto original (1895) está escrito en inglés por Francis Money-Coutts – colaborador británico de Albéniz -, aunque en años sucesivos fue revisada por Albéniz. La primera era una ópera en un acto y se estrenó en italiano en el Liceu de Barcelona en enero de 1896. Durante ese año se amplió a dos actos y en 1905 pasó a tener tres actos en una última revisión. Albéniz fallecía en 1909. En mayo de 2013 los Teatros del Canal presentaba la versión original en inglés, dirigida escénicamente por Calixto Bieito. Era una coproducción con el Teatro Argentino de La Plata.
ISAMAY BENAVENTE
QUERÍA TENER UNA PRODUCCIÓN FIRMADA
POR EL MAESTRO GIANCARLO DEL MONACO
La elección de este título para abrir la temporada 205/26 se remonta a noviembre de 2023 cuando Isamay Benavente, llegó al Teatro de la Zarzuela como directora artística.
Se estaba reponiendo “Las Golondrinas” (click) dirigida por Giancarlo del Monaco quedé fascinada por la producción. Dije al elenco que quería tener una producción firmada por el maestro Giancarlo. De ahí empieza a nacer la idea del proyecto. Estuvimos barajando varios títulos, pero en este año iba la relación con la cultura española, la novela, los grandes compositores y pensamos que “Pepita Jiménez” era el título adecuado. Lo que no sabíamos era que iba a ser tan complicado. Ha sido muy difícil.

FOTOS: JAVIER DEL REAL
Por lo general, en las ruedas de prensa las compañías manifiestan el buen entendimiento de todos y siempre surge el término “familia”, cuando están a punto de estrenar. En esta ocasión Isamay, desmiente esa atmósfera idílica.
Ha habido muchísimas tensiones porque la obra en sí, es muy difícil de abordar musicalmente y dramatúrgicamente. Lo hemos pasado realmente mal. Ha sido muy complicado. Cuando hemos asistido al doble ensayo general, todos hemos quedado muy emocionados por el trabajo realizado gracias a los dos directores. Jesús Ruiz (vestuario) y Daniel Bianco(escenografía) han trabajado como uña y carne, y forman un equipo muy completo con Giancarlo. Era lo que yo había pedido a Giancarlo, el cual ha conseguido una mirada muy singular de la historia. Yo la defino como “si Hitchcok hubiera hecho Lorca”. Es una obra española. Tiene todos los componentes: vestuario, una historia muy española, pero con una atmósfera de película de Hitchcok.
GUILLERMO GARCÍA CALVO, director musical
Guillermo García Calvo (Madrid), antiguo director del Teatro de la Zarzuela en la temporada 2020/2023, posee una nutrida y éxitosa carrera internacional. Además de «Pepita Jiménez», en esta temporada destacan títulos operísticos como Ariadne auf Naxos (Sevilla), La traviata (Las Palmas), L’elisir d’amore (La Coruña), I Pagliacci (Festival de Granada). Referente a los conciertos cuenta con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Orquesta de Valencia, Bruckner Orchester Linz y en el Volkstheater Rostock (Teatro municipal de la ciudad hanseática de Rostock). Feliz de volver al Teatro de la Zarzuela, agradece a Isamay haberle llamado, y subraya el trabajar con Giancarlo del Monaco, porque
para mí ha sido un descubrimiento. Han sido semanas muy intensas, pero muy operísticas, pues estábamos todos llenos de emoción, temperamento y pasión. Eso demuestra que nos importa muchísimo lo que hacemos. Eso se va a notar en el resultado.

FOTOS: JAVIER DEL REAL
La versión, tanto del libreto como de la partitura, se debe a Pablo Sorozábal. En 1964 el compositor añadió arreglos y modificó la estructura del final. El libreto del inglés Francis Money-Coutts, lo adaptó al español y compuso una nueva orquestación. En su momento, Sorozábal se negó a que se estrenase, a pesar de haber iniciado los ensayos, por diferencias con el régimen franquista.
Hemos elegido la versión de Sorozábal. “Pepita Jiménez” tuvo una vida muy ajetreada como partitura, y esto más que una versión es una adaptación de la partitura. Hay muchos cambios con respecto la versión original de Albéniz. Se canta en castellano y la hacemos sin descanso, lo cual va a funcionar muy bien porque no vamos a tener ninguna interrupción. Esta versión de Sorozábal es mas verista que la de Albéniz, y funciona muy bien con la idea de Giancarlo del Monaco. También vocalmente es más compacta. El comienzo y el final son distintos. Es más sinfónico. Tiene cambios en la instrumentación muy inteligentes, pues Sorozábal tenía una grandísima experiencia en el teatro, y más instinto que Albéniz a la hora de escribir una ópera. Por eso es un acierto retomar esta versión.
García Calvo deja claro que haber elegido la versión de Sorozábal no supone un desmérito por la versión original de Albéniz. Además del valor de la partitura de Sorozábal, otra razón ha sido su carácter.
Giancarlo estuvo escuchando la versión original en sus distintas versiones y la de Sorozábal era la más adecuada para el concepto de su producción. No la consideramos superior, sino más teatral.

FOTOS: JAVIER DEL REAL
Pepita viene interpretada por tres sopranos de diferente matiz: Ángeles Blancas, más dramática; Maite Alberola, más lírica y Carmen Romeu, más lírica pura. Para García Calvo las tres encajan bien en el personaje, ya que Pepita puede ser muy dulce, muy agresiva, muy provocadora.
El papel está escrito de una manera muy heterogénea. Hay pasajes muy graves, hay pasajes muy agudos y otros muy centrales. Las tres vocalidades funcionan muy bien en distintos pasajes. Alguna soprano tendrá más dificultades en una escena más que en otra. Es casi como “La traviata” que es casi para tres sopranos. Para mí ha sido un placer trabajar por primera vez con Ángeles Blancas. Con Maite y Carmen ya había trabajado en otras ocasiones. De todos modos, le versión de Teresa Berganza supuso una adaptación Sorozábal. Tiene algunas notas agudas que ella cambia por su tesitura de mezzosoprano. La vocalidad es irregular, hay pasajes graves y agudos. El personaje es una chica joven, una especie de Salomé. Una soprano ligera no puede cantar Salomé, evidentemente, pero la idea es la de una chica adolescente con una vocalidad no demasiado dramática, pero, a veces, necesaria. Es un reto. Por otro lado, la orquestación es muy densa y necesita una voz grande. Creo que las tres Pepitas que tenemos son ideales por su vocalidad, precisamente.
GIANCARLO del MONACO, director de escena
Giancarlo del Monaco (Treviso, Véneto, Italia) estudió en Suiza. Siendo muy joven realizó su primer trabajo como director de escena con “Samson et Dalila” (1965), protagonizada por su padre, el mítico tenor Mario del Monaco. Continuó su carrera en Alemania como asistente de Wieland Wagner, Günther Rennert y Walter Felsenstein, antes de asumir el cargo de principal director de escena en Ulm, donde representó unas quince producciones. También fue director general del Festival de Montepulciano, del Festival de Macerata, de la Ópera de Bonn, de la Ópera de Niza y director artístico del Festival de Ópera de Tenerife. Giancarlo del Monaco se convirtió en uno de los directores de escena más importantes de su generación. Fue galardonado por el Instituto Americano de Estudios Verdi de Nueva York. Ha recibido numerosos premios y títulos en diversos países. En la temporada 2025-2026, dirigirá “Andrea Chénier” y “Guillaume Tell” en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, Otello, con motivo del 250.º aniversario del Teatro Bolshói de Moscú. Las tres producciones representan un hito en la carrera de Del Monaco como uno de los directores de escena más destacados de su generación. En el Teatro de la Zarzuela, Giancarlo del Monaco ha dirigido “Granada” (La tempranica de Jiménez y La vida breve de Falla) (click), así como “Las golondrinas” (click) de Usandizaga.

FOTOS: JAVIER DEL REAL
Ante la pregunta de por qué elegir a Sorozábal antes que el propio Albéniz, Giancarlo corrobora la idea conceptual que guía esta versión, pero también alude a la parte musical
Albéniz era un gran compositor, pero era más un pianista, probablemente, que un orquestador. Hay genios como compositores que necesitan un apoyo orquestal de otros grandes músicos. No me parece una blasfemia mía hacer una edición o la otra.
Por si hubiera algún malentendido después de la descripción tensional de los ensayos por parte de Isamay, Giancarlo precisa:
A propósito de las peleas, puedo decir que tengo 82 años y el 1 de julio he cumplido 60 años de carrera, y si hago recuento, me he peleado con todos. Sólo con Plácido Domingo no me he peleado, porque es muy difícil pelearse con él, huye (risa de Giancarlo). ¿Por qué me he peleado? Porque cuando se inicia una producción, cada uno tiene que llegar con su propia idea. Yo ahora voy a dirigir en San Petersburgo “Andrea Chenier”, y, claramente, cada uno va a llegar con su idea. El trabajo del director es reunir todas las ideas, tomar lo que le sirva para su producción, y unificar todo en una idea única. Como yo tengo un carácter fuerte y Blanca también…Se llama Ángeles, pero lo es sólo en cuanto al nombre (risa), pero somos amigos y queremos lo mismo, el éxito de nuestro trabajo. Los dos somos hijos de artistas, y, al final, nos entendemos bien. Su madre – Ángeles Gulín – canto con mi padre – Mario del Monaco –, “Stifelio” de Verdi en el San Carlo de Napoli. Yo me he peleado con ella como se peleó mi padre con la Callas durante 10 años, pero, al final, son las funciones que más se recuerdan en la historia de la ópera, porque están hechas por gente de carácter diferente, de pasiones diferentes y de educación diferente, pero lo que importa es el resultado. La escena siempre la he considerado como un estudio psiquiátrico psicológico. En el caso de la Pepita, claramente, psiquiátrico. Cuando me propusieron “Pepita Jiménez”, pregunté “¿Qué es? No lo sabía, pero escuchando la obra, me planteé una pregunta, junto a Jesús (vestuario) y Daniel Bianco (escenografía), con los que llevo muchas producciones juntos y hablamos libremente y nos peleamos. La pregunta era “¿Por qué Pepita Jiménez nunca se hace?”

FOTO DIGITALIZADA
FOTO ORIGINAL: JAVIER DEL REAL
La obra, según Giancarlo, tenía unos antecedentes: la partitura, el viejo film, el originario final feliz de Albéniz, el final dramático propuesto por Sorozábal…,
Advertí que haciendo el mismo trabajo que en su momento realizamos en “Las golondrinas” (click), “La vida breve” (click) o “La tempranica” (click), era posible sacar adelante “Pepita Jiménez”. Mi padre (Mario del Monaco) me dijo algo que nunca olvidaré: ”Giancarlo, si tienes una ópera que está en el cajón durante 40 ó 50 años, puede ser una gran obra, pero tiene dos problemas: o no tiene cantantes o la obra no funciona o tenemos que hacer un trabajo sobre esta obra para darle una modernidad”. Es lo que hemos hecho nosotros. Hemos dado esa modernidad, que puede gustar o no, que puede ofender. Quiero dejar claro que si una obra no se hace es que hay un problema.
Hubo un trabajo de análisis y de escuchar grabaciones como la de Teresa Berganza y la de los Teatros del Canal.
Nos dimos cuenta que la ópera tiene un lado débil: la duración. Hay muchos recitativos y pequeñas cosas que no concentran el trabajo, sino que lo disuelven en el agua. Esta disolución le quita fuera el impacto. Entre nosotros tres hemos e Isamay, decidimos “condensar” la obra, pero para ello necesito artistas de primera, como cantantes/actores, porque ¿quién es Pepita? Pepita no es sólo una mujer joven, su marido era viejo y se murió, Pepita nunca tocó a un hombre, nunca hizo nada y después se enamora de un seminarista, como se describe en el texto. No es así, el personaje de Pepita es muy complejo. Tiene momentos de histerismo, momentos de amor pasional. Cuando ama, ama tan intensamente que, al final, en el texto original, se muere con el veneno. En mi producción se muere de amor como Isolda, como todos los grandes personajes románticos, y la pasión que tiene, explota con diferentes matices, más violento, menos violento, según su carácter que ha incubado durante unos 20 ó 30 años. Además, se habla de un pequeño pueblo, Cabra de Córdoba. No es una historia que se desarrolle en Madrid o Valencia. Es un pueblo de 120 habitantes, y como en “Cavallería Rusticana”, todos miran lo que hacen los otros. Aquí, el Conde de Genazahar, pretendiente de Pepita, siempre viaja con un monóculo como si estuviera espiando a Pepita. Este concepto está muy concentrado. Quiere decir que es psicoanalítico el espacio.
Esa línea psicoanalítica, Giancarlo la ve entretejida entre los psicoanalistas Freud y Jung, al analizar algunas escenas de Pepita que apuntan a la histeria femenina.
La chica más bonita vive en un pueblecito, donde si mira hacia un lado, dicen “¡está mirando a un hombre!”. Ella no debe mirar a ningún hombre, porque es joven, la más deseada, y alrededor de ella surgen chistes vulgarísimos: le monóculo del conde se transforma en un pene; el vicario tiene una escena importante con Pepita, donde le dice “¿Qué te pasa? Estás muy extraña. Habla conmigo” y ella le manifiesta el amor que siente, y su nombre es Luis. El vicario exclama “Es un hombre dedicado al Señor, no puede ser”. Esta escena se desarrolla en un ambiente de casi exorcismo. Pepita, al contarla de modo apasionante se vuelve loca, se tira al suelo. Este tratamiento se mueve un poquito en una dimensión freudiana. De su, a veces, tan oscura idiosincrasia, de su singularidad, de su carácter más soterrado que sale a la superficie – como alma homicida y fratricida – que surgen en el momento más inesperado. “Pepita Jiménez” se convierte en una crónica de los bajos fondos, tan complejos, del ser humano. Con sus dosis de pasión, de amor, de necesidad o cinismo, de locura, la hacen ciertamente humana.

FOTOS: JAVIER DEL REAL y ELENA DEL REAL
PEPITA JIMENEZ, ¿OBRA VERISTA?
El tratamiento así concebido parece apuntar hacia un verismo. Giancarlo piensa que es un verismo, pero hasta cierto punto.
Yo hablaría más bien de “cultura europea”. Por tanto, yo hablaría de que es un trabajo, sí español, pero hasta cierto punto. Yo no lo veo tan español, sino completamente de cultura europea. Claro que cuando llega el aria de “Noche embrujada” es español, pero es, solamente, un aria. El resto podría ser de un compositor italiano. Tiene melodías muy bonitas y situaciones psicológicas y escénicas muy agresivas y muy deslumbrantes. No tiene ningún desnudo, sólo son caracteres que se encuentran y explota lo que es la pasión entre una mujer joven y un chico joven, que ha entregado su vida a Dios y ahora se la entrega a ella. Aquí empieza una confrontación entre las convenciones sociales, la religión, la pasión, el deseo, la violencia, el amor, que no sé si es de verdad, seguramente es una pasión extrema, y ello lleva a la explosión de una pequeña bomba al final de la obra.
Giancarlo acude a una operación matemática de suma para contar la historia.
Superstición, más locura, más amor pasional, igual a muerte… Mezcla infernal de sentimientos humanos, que en este caso surgen a causa de un beso, y que llevan a los protagonistas, como reos en el patíbulo, al peor de los desenlaces
Un plus de esfuerzo para interpretar el personaje de Pepita es que mientras que en la obra original entra y sale del escenario, aquí siempre está en la escena, siempre. Giancarlo agradece al maestro García Calvo su ayuda, que ha sido enorme.
Hemos trabajado en progresión, es decir cuando se empieza a trabajar, se tiene un hilo de donde tirar, pero no se sabe cómo se va a desarrollar. Hay que estar siempre abierto, escuchar a los cantantes, de los cuales hay bastantes que han trabajado conmigo en “Las golondrinas” (click), “La vida breve” (click) y “La tempranica” (click).

Hay tres Pepitas, Ángeles Blancas, Carmen Romeu y Mayte Alberola y cada una aporta algo diferente. En cuanto al tenor que interpreta al seminarista, no es nada fácil y “se han dejado la piel”: Leonardo Caimi y Antonio Lieteres. Hay dos Atoñonas, que va más allá del papel de criada, a través de un personaje inquietante: Ana Ibarra y Cristina Faus. Don Pedro, el padre, es Rodrigo Estevez; el vicario es Rubén Amoretti, habitual en la Zarzuela; el Conde de Genazahar es Pablo López, y los dos oficiales son Josep Fadó y Iago García Rojas. El coro tiene una pequeña participación.
FUNCIÓN
1, 2, 3, 4, 8, 9, 10, 11, 15, 16, 17 y 18 de octubre de 2025: 19:30h
Domingos 5, 19: 18:00h
Teatro accesible (visita táctil)
Sábado, 18 de octubre de 2025, 18:00h
PRECIO
De 50 € a 22 €
Visibilidad reducida
De 23 € a 5 €
Descuentos
Menores de 30 años, Mayores de 65 años, Jóvenes (con Tarjeta Joven), Familias, Personas con discapacidad, Desempleados: 50%
Último minuto (una hora antes del espectáculo: 5€
Descuentos especiales
Acompañante de personas con movilidad reducida o con grado de dependencia: Gratis
Grupos
20 o más asistentes, con la posibilidad de obtener invitaciones.
Título: Pepita Jiménez (Ópera en tres actos)
Música: Isaac Albéniz
Libreto: Francis Burdett Money-Coutts, basado en la novela de Juan Valera
Versión del libreto y de la música: Pablo Sorozábal
Estrenada en el Teatro de la Zarzuela, el 6 de junio de 1964
Sociedad General de Autores y Editores, 1964
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela
Escenografía: Daniel Bianco
Vestuario: Jesús Ruiz
Iluminación: Albert Faura
Asistente de dirección musical: Jerónimo Marín
Ayudante de dirección de escena: Mario del Monaco
Ayudante de vestuario: Mónica Teijeiro
Maestra de luces: Raquel Merino
Maestros repetidores: Lilliam Castillo, Ramón Grau
Sobretitulado: Noni Gilbert (traducciones), Antonio León (edición y sincronización), Víctor Pagán (coordinación)
Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro de la Zarzuela)
Realización de escenografía: TecnoScena SRL (Roma)
Realización de vestuario: Vestir l’época, SL (Barcelona)
Coro Titular del Teatro de la ZarzuelaIntérpretes:
Bailarines-figurantes: Andrés Bernal, Rafael Delgado, Antonio Gómiz, Luis Guijarro (Marido de Pepita), Ainhoa López (Pepita niña), Isabel Lozano, Paula Moncada, Xavi Montesinos, Esther Ruiz, Lucrecia Sánchez
Cantantes:
Pepita Jiménez (Joven viuda): Ángeles Blancas (1, 3, 5, 9, 11, 15, 17 y 19 de octubre) / Carmen Romeu (2, 8 y 18 de octubre) / Maite Alberola (4, 10 y 16 de octubre)
Luis de Vargas (Joven seminarista): Leonardo Caimi (1, 3, 5, 9, 11, 16 y 18 de octubre) /Antoni Lliteres (2, 4, 8, 10, 15, 17 y 19 de octubre)
Antoñona (Nodriza de Pepita): Ana Ibarra (1, 3, 4, 8, 10, 15, 16, 18 y 19 de octubre) / Cristina Faus (2, 5, 9, 11 y 17 de octubre)
Pedro de Vargas (Padre de Luis): Rodrigo Esteves
Vicario (Confidente de la viuda): Rubén Amoretti
Conde de Genazahar (Pretendiente de la viuda): Pablo López
Primer oficial (Compañero del conde): Josep Fadó
Segundo oficial (Compañero del conde): Iago García Rojas
Director del coro: Antonio Fauró
Dirección musical: Guillermo García Calvo
Dirección de escena: Giancarlo del Monaco
Duración: 75 minutos, sin pausa
Estreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela (Sala Principal) 1 – X – 2025

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Teatro de la Zarzuela
Directora: Isamay Benavente
Aforo:1.250 (1.140, visibilidad total, 108: Visibilidad media o nula)
C/ Jovellanos, 4
28024 – Madrid
Tf.: 91 480 03 00.
Metro: Banco de España y Sevilla.
Autobuses: 5-9-10-14-15-20-27-34-37-45-51-52-53-150
Parking: Las Cortes, Sevilla, Villa y Plaza del Rey