TEATRO REAL
El 20 de septiembre de 2020 se producía un hecho insólito en el Teatro Real y rebobinando con la memoria el único en su historia. Los abucheos se han producido a lo largo de su existencia con motivo de la insatisfacción por algún espectáculo. Es el riesgo de cualquier teatro y los Teatros de Ópera no son una excepción. Sin embargo las protestas de ese 20 de septiembre se tradujeron en «aplausos y gritos (por) su disconformidad con el emplazamiento de sus localidades», según comunicó el Departamento de prensa del Teatro Real a los medios de comunicación a las 22:58 h. de ese mismo día.
Ante tal incidente el teatro por megafonía se ofrecía a los espectadores afectados el recolocarlos o devolverles el importe de las localidades. Una parte de los espectadores se reubicaron: Nicola Lisotti, el director musical, intentó en dos ocasiones comenzar la representación. Un reducido grupo siguió con sus protestas y a las 21:10 h. se suspendía la función. No tardaron las redes sociales en verter sus opiniones, algunas de ellas insinuado una discriminación social ya que ponían de relieve los espacios vacíos en el patio de butacas y el aglutamiento de los espectadores en el gallinero sin respetar la distancia social. No faltó la foto de rigor en la que a imagen partida se mostraba el patio de butacas con distancias de seguridad y butacas vacías y el gallinero con hileras de butacas sin la mencionada distancia. A las 10:52 horas un correo electrónico urgente del Teatro Real convocaba una rueda de prensa para dar una respuesta ante esta situación que empañaba la imagen de seguridad del Teatro Real. En la mesa Ignacio García-Belenguer, cirector general del teatro del Teatro Real; Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real; Joan Matabosch, director artístico; y Nicola Luisotti, director musical del Teatro Real. Gregorio Marañon se convertía en portavoz del Teatro Real. Comenzó por manifestar su sentimiento
LA NUEVA NORMATIVIDAD Gregorio Marañón insiste en que al ser un acto libre la asistencia al Teatro Real y cumplir la normativa vigente, no entiende cómo después se puede exigir una distancia de seguridad a la que no obliga dicha normatividad. Afirma que se cumplen esas medidas de distancia de seguridad que exige la nueva normatividad. La venta de entradas se limita al 65%, aunque la realidad de venta oscila entre el 51% y el 52%. De todos modos se está buscando una solución, «en el mejor sentido de servicio, de simpatía, de empatía, de comprensión de que estamos al servicio de nuestros espectadores (…) Si alguien tiene algunas dudas, no es cierto que no se respetaran las medidas de seguridad». Ingnacio García-Belenguer recuerda que «el ánimo del Teatro Real siempre ha sido que la gente que viniera al Teatro se sintiera cómoda, que disfrutase de la representación y que se desarrolla se con normalidad (…) Por eso mismo se decide a una serie de personas que no se sentían cómodas y lo manifestaron (…) devolver ese dinero o en su caso reubicarlas (…) En ese sentido será el que podamos trabajar en las próximas funciones». EL ESTRENO: MAYOR OCUPACIÓN EN EL PATIO DE BUTACAS
El día del estreno el aforo de un 61,2% (1.127 personas). «Ese día estaba más ocupado el patio de butacas y menos ocupada la parte de arriba porque se vendieron más entradas sabiendo que no se iba a superar ese 65%, en el patio de butacas y menos en la parte de arriba. En la Gala de los jóvenes (menores de 35 años) fue aproximadamente un 63%, y que yo tenga constancia no se produjo ningún incidente». El sábado hubo el concierto de Dudamel y tampoco hubo ningún incidente (…) con una audiencia del 62% al 64% Gregorio Marañón aclara con respecto a la distancia de seguridad, centro del conflicto, que en él va siempre con su mejor a su lugar de su abono, y el día del estreno: «tenía detrás de mí ocupada la fila, a mi derecha ocupada la fila, y por delante había dos sitios vacíos de un matrimonio que conocemos que estaban de viaje (…) No tuvimos (queja) porque sabíamos que se estaban respetando las medidas de prevención y todos teníamos mascarilla, y a todos nos tomaron la temperatura antes de entrar en el Teatro y a todos nos dieron un gel (…) y la ocupación de los sitios para la entrada y la salida había unos acomodadores que iban marcando pueden salir las primeras cinco filas (…) Es decir las medidas de seguridad han sido totales. Vamos a intentar complacer a todos, pero no quiero que se confunda querer complacer un sentimiento subjetivo de seguridad con lo que es la normativa (…) por la que hemos pasado muchísimos espectadores sin considerarla en modo alguno amenazados. Vuelvo a recordar aviones, transporte público y trenes» (…) Las medidas de seguridad son las que son, y cuando se compara La Traviata (CLIKEAR) (…) allí se olvida el tema de la mascarilla». (CLIKEAR) La compra de entrada, en la mayoría de los casos se efectúa a través de la página web del Teatro, por lo cual Ignacio García-Belenguer declara que «intuimos que el espectador ve las entradas disponibles y (…) Otros son abonados de muchos años y conocen (…) de quiénes son las butacas de al lado. Hay ligerísimos cambios de abonados y pueden intuir si las butacas de al lado está o no ocupadas. En cualquier caso (…) siempre pueden llamar y preguntar, y se han recibido llamadas y se les ha explicado (…) que la normativa era el 75% y las exigencias normativa actualmente aprobadas». Acerca de la notificación de quiénes ocuparan las localidades vecinas, Gregorio Marañón recuerda que están obligados a la «protección de datos». RECUPERAR LA FUNCIÓN DEL DOMINGO Ignacio García-Belenguer declara que es complicado recuperar la función. «Desde el punto de vista artístico es inviable. Los cantantes tienen otros compromisos, están los ensayos (de la próxima obra). Intentar reubicarlos es difícil con el aforo del 65%. Lo sentimos y lo lamentamos por esos muchos abonados a los que se les devolverá el dinero (…) » A las personas confinadas en los distritos de Madrid, se les devuelve el dinero previa presentación de DNI, ya que se utiliza como criterio de autenticidad el domicilio personal. PROTESTA POSTERIOR DE UN GRUPO MINORITARIO La insistencia de un abucheo una vez reubicados unos 200 espectadores por un grupo más reducido y el no poder iniciar la representación por tercera vez plantea el interrogante de si la protesta tiene otro origen y venía programada. La respuesta del Teatro Real en palabras de Gregorio Marañón es: » La condición humana es muy plural y no nos lleva a ningún lado iniciar esa investigación, pero es evidente que la persona que tiene la alternativa de ocupar otro espacio o de irse y le devuelvan su entrada, y sigue vociferando cuando el maestro (Nicola Luisotti) empieza a levantar la batuta, evidentemente lo que está deseando es que se suspenda. A nosotros no nos debe guiar nada más que el deseo de que podamos seguir ofreciendo a la ciudadanía una ópera de primera calidad en las condiciones de absoluta seguridad. Cada uno que lo interprete según su propio criterio. Espero que no se vuelva a producir, pero no me interesa el porqué, ni de qué manera».
Nuestra posición hoy es explicar la lectura de lo que ha sucedido. Explicar cuáles son las medidas de seguridad, explicar que hay que ir con con las mascarillas, ofrecer mascarillas, geles, hay pasillos para que la gente deambule, no salen ni entran todos al mismo tiempo. Son unas medidas de seguridad ejemplares. Hubo una protesta porque unos sitios estaban más que otros. No es que estaban mejor tratados en cuanto seguridad los de abajo que los de arriba. Ojalá hubiéramos vendido más entradas en el patio de butacas, desde el punto de vista de la taquilla, pero entendiendo que en estas circunstancias sociales tan difíciles estamos jugando con elementos de seguridad objetivos y también con prevenciones subjetivas, muchos, por el miedo y prevención, les lleva a no ver. Vamos a intentar a ser muy sensibles ante lo que sucedió ayer y echarle toda la imaginación, y este Teatro tiene capacidad de imaginación y un equipo profesional extraordinario, y nuestro mayor esfuerzo para intentar no sólo cumplir las medidas de seguridad establecidas, sino también empatizar con quienes de alguna manera sienten prevención y a ver si también conseguimos darles a ellos la tranquilidad. Eso en todas las localidades y en todos los espacios. No hay, en modo alguno, un problema de lucha de clases. Ese es el compromiso de todos. Ignacio García- Belenguer precisa: «Ellos (los que no aceptaron la reubicación o marcharse)tienen derecho como todos los abonados a la devolución del dinero. No me consta que hayamos tenido una desbandada de devolución de entradas de abonados. Esta, de siempre, es una de las ventajas del abonado, por si no pueden en esas fechas suyas etc».
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