La obra se inspira en una leyenda persa sobre un pájaro que sueña con nadar con peces y al que le crecen branquias para poder hacerlo. Una joven pareja: un científico alemán de origen judío yace en un hospital en coma a consecuencia de un atentado cometido en la frontera entre Jordania e Israel. Su amada es una americana de origen árabe. En torno a la habitación del hospital se citan familiares, cuya presencia origina la escenificación de conflictos personales y políticos que muestran cómo en los enfrentamientos fratricidas ninguna realidad puede dominar a otra.
MARIO GAS, actor y director
Mario Gas dirige la obra, y manifiesta su bienestar por haber llegado a término gracias a Pilar y a los Teatros del Canal, pero antes es obligado un fervoroso recuerdo para con Nuria Espert que iba a interpretarla. Ha tenido que abandonar el proyecto (por motivos de salud, por lo que se le ha aconsejado mantener reposo). Referente al proceso de trabajo, Mario lo califica de «arduo». Nos hemos tirado a la piscina a pecho descubierto. Estoy contentísimo con el pedazo de Compañía que tengo, tanto por el equipo de actores como por el equipo artístico, y el equipo técnico de Ysarca y del Teatro. A Mario Gas lo que le impresionó del texto de Wajdi Mouawad, es el propio autor porque cuando lo lees te penetra, te percuta, te desarma mucho. Luego he tenido la suerte de poder dirigir un texto anteriormente, Incendios (CLICK); de haber visto todas las puestas en escena de sus textos que se han hecho en España, haber visto sus textos dirigidos por él en La Colline. Además Todos los pájaros en este momento actual, aparte de toda la estructura conceptual, poética, con reminiscencias de la tragedia griega que tiene, la temática que específicamente aborda, este texto, que es muy poliédrico, se centra en el actual conflicto palestino-israelí, como metáfora de las fagocitaciones, y de los enfrentamientos históricos entre comunidades, que aglutina gente que parece que son diferentes. Es un texto al que te impacta y te entran muchas ganas de ponerlo en escena, pero entonces era imposible. Ante la oferta de Pilar, con la queya habíamos colaborado juntos en Incendios (CLICK), no podía decir que No. Es un texto que me atrae mucho. En estos momentos Wajdi es uno de los dramaturgos más profundos comprometidos que existen en la dramaturgia mundial. DESENTENDERSE DE LO SERES HUMANOS Según Mario Gas,Wajdi Mouawad es un autor «didáctico«, en cuanto explica sus historias con un lenguaje potente, directo y, a veces, metafórico.
crea situaciones y personajes envueltas en un clima poético, y, al mismo tiempo entra muy directamente y muy duramente a partir de lo que él conoce y ha sufrido en su piel como un niño libanés nacido en la época de los conflictos de su vida errante, y luego toda la mirada que proyecta sobre ese lugar del mundo que es una metáfora terrorífica de todo el desentendimiento que hay de los seres humanos: las identidades perniciosas; las paradojas de quererse uno y despreciar al otro y no saber realmente quién eres; los conflictos del poder; las luchas ancestrales; cuchillos clavados en la garganta, individuales y colectivos a lo largo de generaciones… Todo eso genera un cuerpo que está presente en casi todas las obras de Wajdi. SOY UNO DE VOSOTROS Todos pájaros, a primera vista, se presente como una adaptación de Romeo y Julieta, la relación amorosa entre un joven judío y una joven árabe. No obstante Mario Gas corrige: Es más cosas: por una parte está el punto de partida de Romeo y Julieta en donde uno es judío y la otra es árabe; los errores a los que te puede llevar la identidad, la paradoja, el azar, y luego la visión de cada uno como árabes, judíos, como judíos del lugar, como judíos establecidos en otros lugares. Ahí se crea un entresijo de relaciones humanas, y realmente de relaciones ancestrales y de especulaciones sobre la esencia del ser humano que, en este caso, Wajdi lo resume con ese cuento de ese diplomático filósofo Juan León el Africano en el que al final dice «Todos somos pájaros», en el que el pájaro quiso entrar en el mar, pero sentía que era diferente: «No podemos estar nunca juntos», pero sentía también estar atraído por esa otredad, y un día perforó el agua y cuando estaba a punto de ahogarse porque ya no podía aguantar más la respiración, le salen branquias y se convierte en un pájaro anfibio, y les dice a los otros: «Aquí estoy, soy yo. Soy uno de vosotros«. UNA OBRA MUY POLIÉDRICA Con este cuento persa, Wajdi pretende demostrar que todas las separaciones, todas las aniquilaciones, los fundamentalismos, las identidades que se desarrollan por caminos falsos no son más que impedimentos para que todos nos entendamos y seamos lo que somos en definitiva: diferentes, pero muy iguales. Uno, el otro, el extranjero, la otra raza, la otra tribu… La obra Wajdi la escribió en 2017 que era una época muy determinante, pero ahora, con todo lo que está ocurriendo en ese pedazo de tierra – Palestina – es de una actualidad rabiosa. Lo que ocurre es que el actúa por vía metafórica y no desdeña lo doméstico, la percepción de cómo son los personajes, cuál es su entorno, cuál es su manera de pensar, cómo se enfrentan, cómo cambian y cómo no, cómo eluden, cómo evaden… por lo tanto es una obra, como todas sus obras, muy poliédrica. Cada personaje tiene su momento en que él mismo se explica y podemos ver sus afirmaciones, sus contradicciones y sus relaciones con el otro, siguiendo la tradición de escenas domésticas, propias del Teatro Yiddish. PINCELADAS DEL TEATRO YIDDISH En las obras de Wajdi un punto importante es la familia, que es el epicentro, y a partir de ahí contar sus historias. La familia entendida en un sentido sincrónico y en un sentido diacrónico, de dónde vienen las familias, cómo se transforman, qué pasa, qué ocurre. Son historias muy conmovedoras, en las que está presente el poder de la herencia familiar. Ceo que es un teatro por un lado muy bello, por otro muy terrible, que te lleva a la compasión, a la reflexión. También de placer, porque es un Gran Teatro: grandes personajes y situaciones perfectamente dibujados y establecidos, y un desarrollo de la acción muy sabia y muy llena de recovecos y de trucos lícitos, que te conducen a lo largo de la historia que está narrando, pero, al mismo tiempo que tiene una gran dificultad, también te ayuda mucho. Creo que las grandes obras nos ayudan para la puesta en escena. Las malas obras, en cambio, te ponen trampas constantemente. Las buenas obras, si te paras a escucharlas y las dejas fluir con todo el equipo – actrices, actores, equipo artístico…-, salen. Van emanando fluidos que hay que seguir por ese camino recto, que no es esquemático sino directo para que todo fluya con mucha naturalidad, limpieza, para que así lleguen todas las flechas que el autor plantea, incluso las que a alguno se le escapan, y así cada espectador complete con su visión personal. Ante todo este cúmulo de situaciones y conceptos Mario Gas piensa que no se debe alambicar mucho la puesta en escena, sino entrar de la manera más directa, más precisa, para que esas tres horas de función capten la atención del espectador y no te vayas por las ramas, ni quieras empolvarlos de alguna manera. todos pájaros TODO GRAN TEATRO ES POLÍTICO, Se ha escrito que la característica del teatro de Wajdi Mouawad es no dejar de lado la política. Mario Gas precisa que la dimensión política es una cualidad inherente a todo Gran Teatro y a la misma vida humana. Todo gran teatro es político, porque la vida es política. Vivir es político. No hablo de ideología de partido, sino estar atento a lo que ocurre a tu alrededor en el tiempo en que vas a estar en esta tierra. Quien diga que no, está haciendo política también. La vida es política, sobre todo para una persona nacida en el campo de cultivo de ese conflicto endémico, como dice un personaje de la función: «Esta guerra durará mil años y no se acabará nunca». Está claro que Wajdi es propalestino, pero su naturaleza de dramaturgo evita caer en una obra un poco panfletaria a favor de un bando. Ante el horror de estas luchas, hay un personaje que dice que no tendrá consuelo hasta que esas lenguas, esas culturas, esas naciones, estos pueblos no acaben con esta masacre, y cuando dice esto del concreto conflicto palestino-israelí, está hablando de todos los conflictos que están sucediendo en el globo terráqueo constantemente y que no se acaban. Estamos hundiéndonos y masancrándonos, y esto viene de lejos. Por ahí entronca con lo que es el concepto de la tragedia: la tragedia griega y la tragedia isabelina. Ya no están los dioses como posibles culpables, sino que nosotros mismos, la sociedad, el individuo, los poderes económicos, los poderes atávicos, las guerras de religiones, no hacen más que impedir al individuo que aspira a vivir su vida, pueda vivir esa vida. Lo mete en vorágines aterradoras y desalmadas. Además en este pequeño reducto llamado primer mundo europeo, saturado de información, de desinformación, de bulos…, cuando aparece en televisión durante una semana parece que nos importa, pero luego aparece otra cosa local o de fuera que lo eclipsa. El noticiario tiene también sus leyes de mercado y parece que ya no existe, pero allí se sigue masacrando, se siguen matando, siguen peleando por unas razones, en el fondo, incomprensibles. Entonces en este momento esta obra poniendo las razones de los dos bandos es claro por dónde van los tiros de Wajdi. LA PUESTA EN ESCENA Por parte deWajdi Mouawad no ha habido ninguna orientación, ni interferencia en la puesta en escena, lo cual es normal en un hombre de teatro como él que además es actor y director. Sabe que una vez que el texto sale de sus manos
ese texto siendo siempre el mismo tiene que volar bajo la mirada de cada equipo que lo pone en pie. Yo no conozco personalmente a Wajdi, pero lo admiro como hombre de teatro. He puesto todo lo que he creído que la obra es, desde mi punto de vista, e intentado no tergiversarla, y darle la forma más percutante, precisa, poética y directa para que todo lo que Wajdi nos quiere transmitir llegue al público. Lo que me ha preocupado ha sido no ponerme por encima de la función sino acompañarla e intentar sacar todo el jugo que tiene dentro, que es muchísimo, y sobre todo apoyarme muchísimo en el equipo interpretativo y el artístico, con el que he trabajado en muchas ocasiones. Hemos hecho un trabajo muy colectivo, pero muy individualizado. Todos se han lanzado a la piscina a pecho descubierto, y hemos podido ir matizando, puliendo, hablando, discutiendo. Yo creo que el teatro se hace entre todos y el director es el tercer ojo que marca las pautas, pero no es un ser que está colgado en el cielo omnipotente y omnipresente, que hace cumplir a rajatabla ciertas órdenes, sino que si el espectáculo tiene que destilar vida, es imprescindible contar con gente que opinen, se metan y modifiquen. Es como un tejido que se va reelaborando día a día. Cosiendo, descosiendo, cosiendo cada vez más para llegar a algo en el que todo el equipo nos podamos sentir uniformemente convencidos de lo que estamos haciendo. En este aspecto esta Compañía es ejemplar. Hay actores con los que hace tiempo no trabajaba como Pere Ponce, Nuria, Aleix, Anabel, Lucía, Pietro, Juan; con Candela y Viky he trabajado hace muy poco. Con Manuel de Blas, con el no había trabajado nunca, y es un actor impresionante y que estoy encantado de que haya aceptado el participar en esta tarea. Se va creando un lenguaje común aderezado por las novedades. Una vez aceptada esta premisa, a ver si acertamos. EL TEXTO REÚNE DOS DIMENSIONES, Wajdi escribió la obra la en francés y la estrenó en París en su Teatro La Colline con actores que hablaban 5 lenguas: Alemán, inglés, francés, árabe palestino y hebreo. En España se representa todo en un mismo idioma, pero interfiriendo con apostillas como «hable en inglés porque no entiendo el hebreo». Originalmente está ensayada en 5 idiomas y escrita en uno que es el francés. Lo bueno de Wajdi es que reúne las dos cosas fundamentales del Gran Teatro: te hace pensar, te lleva a la reflexión, y en ese aspecto es un teatro político como tal, y, al mismo tiempo, te lleva a la emoción a la catarsis porque te conmueve a aquello a lo que estás asistiendo, con lo cual es un deleite lleno de compasión en el que junto al placer de verlo te lleva a la compasión, a la emoción y al conocimiento. A mí me gustaba cuando hicimos con Incendios (CLICK) una gira muy larga y estuvimos en Barcelona, observar a los espectadores cuando salían. Nunca he visto tanta cantidad de ojos enrojecidos. Eso es algo que ocurre con las obras de Wajdi: toca directamente a nuestra sensibilidad y toca directamente a nuestro raciocinio. No nos podemos escapar. Somos partícipes de todo lo que está ocurriendo, de todo lo que no se explica. Él también utiliza técnicas brechtianas, de exposición, de teatro más emotivo, y entonces a los actores hay que exigirles esa especie de explicación de su rol social, ideológico, personal, y, al mismo tiempo, la emoción justa para que el espectador sea el que, realmente, reciba todo ese impacto.
Mario Gas define Todos pájaros como Un espectáculo con vocación de continuidad y que se vea en todo el territorio español.
FUNCIÓN PRECIO Carné Joven-menores de 25 años, mayores 65, desempleados, personas en ERTE,
Título: Todos pájaros
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Todos pájaros. Wajdi Mouawad. Gas. TC
