TOMORROW’S PARTIES ABRE EL OJO
En su periódica y alternada programación el Festival de Otoño a Primavera de Madrid ha traído un espectáculo novedoso e interesante: Tomorrow’s Parties (Las fiestas del mañana), por la Compañía Forced Entertainment (Reino Unido), cuya actividad escénica incluye teatro, performance, medios digitales, vídeo e instalaciones, en las que vierte un especial interés por la mecánica de la interpretación, el papel del espectador y las intrigas de la vida urbana contemporánea. Según declaraciones propias, su credo oficial es: Somos un grupo de seis artistas – Robin Arthur, Tim Etchells, Richard Lowdon, Claire Marshall, Cathy Naden y Terry O’Connor –, y comenzamos a trabajar juntos en 1984. En los numerosos proyectos que hemos creado intentamos explorar el significado del teatro y la interpretación en la vida actual. Para ello hemos hecho listas, jugado a juegos, dicho sandeces, nos hemos quedado callados, hemos organizado desastres, nos hemos vestido, nos hemos desnudado, lo hemos confesado todo, hemos hecho trucos de magia, hemos contado chistes, hemos hecho el payaso, nos hemos hecho los muertos, nos hemos emborrachado, hemos contado historias, hemos actuado seis, doce e incluso 24 horas seguidas. Lo más llamativo de este espectáculo es la austeridad del espacio escénico: una ristra de bombillas de colores al estilo de las ferias, y, como tarima, dos Palé (pequeñas tarimas de madera para transportes ladrillos y otros enseres). Otro aspecto que llama la atención es el inmovilismo de los dos actores – ella y él – que, desde ese podio, filosofan y fantasean sobre el futuro y el pasado de lo que fue, puede ser y es la sociedad humana: hombres y mujeres reunidos, o bien hombres solos o mujeres solas para construir lo que hoy llamamos Sociedad. Se trata, durante 1 hora y 20 minutos que para nada pesa, de un repaso exhaustivo a las diversas posibilidades de construir un modo de entendernos o no entendernos los humanos, con toques de humor y de ironía, surgidos de la propia reflexión. Los sistemas de convivencia o de dominio en el pasado los conocemos históricamente y aparecen como nuevas posibilidades del futuro. Hay otros sistemas, no experimentados, sobre los que se fantasean a partir de incidencias actuales como son el desarrollo científico y tecnológico, la desigualdad entre sexos, la religión, el calentamiento global… Algunos de ellos nos llevan hacia la ciencia ficción. Todas estas disquisiciones nos recuerdan las diversas propuestas de los grupos sociales, concretados en partidos políticos, para intentar construir un mundo, que llaman mejor, pero que no siempre consiguen aunar igualitariamente a todos los individuos de esa Sociedad. Este repaso grupal, desvela una referencia crítica al propio presente y al proponer las diversas soluciones, lo que se barrunta es la duda, el miedo o la esperanza que tenemos en el día a día, y la incógnita hacia un futuro que, a veces, se presenta negro, y otras claro como la luz del día, pero en el que pronto aparece una grieta. El texto elaborado, con sucesivas propuestas ligadas por el «o» que es lo que da paso a cada interlocutor, es fluido y con imágenes muy evocadoras de modo que el espectador puede imaginar perfectamente el sistema o la situación descrita. Unas las conocemos por el pasado o por lo que nos han contado del pasado, otras las imaginamos humorísticamente y un tanto absurdas como la de una sociedad concebida por solo hombres que tuvieran un pecho y un solo testículo. De todo este repaso se extrae un cierto relativismo y un distanciamiento ante fórmulas predeterminadas por un grupo o un individuo. La pregunta que surge inmediatamente es: ¿Qué ventajas o inconvenientes puede aportarme tal concepción? Pregunta de lo más sana y que en esta España de 2015, con una confusión tremenda acerca de las nuevas propuestas de los partidos, se convierte en urgente. Si algo, en estas circunstancias, podemos extraer de este espectáculo es la desconfianza del amor a primera vista hacia una propuesta de la Sociedad. Si lo de la desconfianza puede sonar a negativo, llamémosle prudencia. La interpretación de los dos actores – en el programa de mano no se especifica, imagino porque los papeles pueden ser intercambiables entre los seis del grupo – es muy buena por lo que tiene de distanciamiento, ironía pautada y humor. Ambos demuestran que el teatro es el actor, algo que todos los teatreros tienen muy claro. Tomorrow’s Parties es un atractivo espectáculo que consigue el ritmo e interés en el propio texto, así como en la interpretación de los actores. Al mismo tiempo es fuente de reflexión para el ciudadano y le viene a decir algo así como «Abre el ojo«
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