TOSCA Floria Tosca Mario Cavaradossi Barón Scarpia
SONDRA RADVANOVSKY, soprano, Floria Tosca
Sondra Radvanovsky (EEUU) interpreta a Floria Tosca. Cursó estudios de canto en Richmond (Indiana), donde debutó a los 21 años como Mimi de La boheme. Fue miembro del programa Lindemann para jóvenes cantantes de la Metropolitan Opera House de Nueva York, donde pronto destacó como Antonia de Les contes d’Hoffmanny donde ha cantado posteriormente Leonora de Il trovatore, Amelia de Un ballo in maschera, Minnie de La fanciulla del West, Desdemona de Otelloy el rol titular de Francesca da Rimini. Ha actuado en los principales teatros de ópera junto a destacados directores de orquesta. Recientemente ha cantado un programa especial en el que protagonizó los actos finales de Anna Bolena, Maria Stuarda y Roberto Devereuxen la Lyric Opera de Chicago, un recital con Piotr Beczała en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el rol titular de Aidaen la Opéra Bastille de París. En el Teatro Real ha participado en Tosca (CLICK) (2011) y Un ballo in maschera (CLICK) (2020). Sondra manifiesta su contento de cantar Tosca en el Teatro Real y advierte que curiosamente abrió temporada con Un ballo in maschera (CLICK) y cierra temporada con Tosca, ambas con Luisotti como director musical. En el 2011 había cantado Tosca (CLICK) en el Real en laversión de Nuria Espert Agradezco el mantener viva la ópera durante la Pandemia. En este momento en que estamos trabajando me acuerdo de todos los artistas y les mando mis deseos de apoyo, porque los artistas hemos sufrido muchísimo. Referente a Tosca, recuerda que estuve en esta producción en el 2008 y debo resaltar el crecimiento de cambio de Paco como director. Cómo ha encontrado su propia voz ha sido impresionante. Centrándonos en Tosca cada vez que canto este personaje aprendo un poco más sobre Tosca: ¿quién es? ¿cómo piensa? ¿cómo siente? Cada producción es distinta. Aunque cada uno de nosotros tengamos nuestra propia idea de quién es esta «prima donna», creo que es una mujer sencilla, que tiene ese don de la voz. Yo siempre digo a mi marido que si me voy demasiado arriba y me pongo muy «prima donna», que me lo advierta, porque yo tengo este don, que es mi voz. Un don que quiero compartir con todo el público, y tengo una gran simpatía y cercanía hacia este personaje de Tosca. Paco ha enfocado muy bien lo que es realmente Tosca: un ser humano. De hecho todos los personajes lo son. Creo que Puccini buscaba gente normal, sencilla. Caravadossi es un pintor, no un cirujano. Scarpia es muy humano también, pues dice que «daría toda una vida por una noche con Tosca». Para terminar quiero decir que ha sido mi sueño cantar Tosca con estas dos personas: el mejor tenor (Joseph Calleja) y el mejor barítono (Carlos Álvarez) para estos papeles y estoy encantada de volver muchas veces. JOSEPH CALLEJA, tenor, Caravadossi
Joseph Calleja (Malta)debutó con solo 19 años como Macduff de Macbeth en el Teatro Astra de Malta, poco antes de recibir el premio en el Concurso Hans Gabor Belvedere que impulsó su carrera internacional. Se consolidó al ganar el Concurso Caruso de Milán en 1998 y ser galardonado en Operalia 1999. Ha cantado los roles titulares de Faust y Les contes d’Hoffmann en la Metropolitan Opera House de Nueva York, Alfredo de La traviata junto a Renée Fleming y Adorno de Simon Boccanegra junto a Plácido Domingo en la Royal Opera House de Londres, Rodolfo de La boheme junto a Anna Netrebko en la Lyric Opera de Chicago, Leicester de Maria Stuarda junto a Joyce DiDonato en la Deutsche Oper de Berlín y Cavaradossi de Tosca junto a Bryn Terfel en la Staatsoper de Viena, título que también ha cantado en la Bayerische Staatsoper de Múnich. Recientemente ha cantado Enzo Grimaldo de La Gioconda en la Deutsche Oper y ha participado en el espectáculo Met Stars Live in Concert junto a Diana Damrau en el Palacio Real de Caserta. Joseph Calleja lleva 25 años de profesión y al llegar a España entendió la frase que le decían los directores y los cantantes: «Tienes más cuento que Calleja». Quiero felicitar a este Teatro por la inmensa resiliencia que ha mostrado programando toda la temporada un éxito tras otro. No lo digo por quedar bien, sino de corazón. Es emocionante ver que en una época en que tantos teatros han estado cerrados, el Teatro Real haya tenido esa capacidad de seguir adelante. Joseph ha interpretado Tosca en muchas ocasiones, pero confiesa que
es la primera vez que tanto el director de escena como el director musical se conocen cada palabra y cada línea de la partitura de todos los papeles y el señor Luisotti incluso los puede cantar. Acerca de mi personaje Cavaradossi, parece como si estuviera, al pincipio, compuesto por alguien que odia a los tenores, porque el aria Recondita Armonía tiene una tesitura de gran dificultad, que requiere mucho esfuerzo del cantante. La obra es de un increíble lirismo y Paco sabe cuándo los cantantes tenemos que respirar. Esto es algo que nos ha ayudado muchísimo, y, sobre todo, la dirección musical hace que no tenga que ir después al médico por quedar totalmente quemado. Es decir estamos ante dos expertos puccinianos, y esto lo hemos visto desde el primer momento con el maestro Luisotti. Nada más empezar me dijo «Relax», y es verdad porque yo entraba con un fraseo rígido como en otras producciones. El maestro Luisotti tiene un master en Puccini. Paco Azorín considera que Tosca es la ópera perfecta (CLICK) y, en opinión de Joseph, tiene razón ya que en ella nos encontramos pasión, romance, política…Atraviesa todas las emociones, humanas desde el humor hasta la vida, muerte, nacimiento y hay una idea fantástica del director de escena que no me deja desvelar. Quiero recalcar que Puccini no permite el recorte de una sola nota. Donizetti, Bellini, Mozart se pueden recortar. Tosca es la ópera perfecta. Ayuda mucho el tener cerca de mí a esta artista que es Sondra. Cantó hace poco en Malta, y siempre digo que su voz es como las cataratas del Niágara. Lo mismo tener a Carlos. Cuando lo leí en el elenco, pensé que no podía ser porque es un tío demasiado majo para hacer a Scarpia, pero cuando sube al escenario es tan buen actor que, realmente, es un Scarpia muy malo. Como despedida Joseph insiste en que Tosca es la vida misma y cuando en el segundo acto Cavaradossi grita «¡Victoria, victoria!», quiero expresar que esto también sea cierto en nuestra lucha contra la Pandemia y podamos ver cultura en directo. CARLOS ÁLVAREZ, barítono, Scarpia
Carlos Álvarez (Málaga) ha visto reconocida su carrera artística con numerosas condecoraciones: nombrado Kammersanger de la Staatsoper de Viena en 2007 y galardonado con la medalla de oro del Gran Teatre del Liceu de Barcelona en 2013, es también doctor honoris causa por la Universidad de Málaga. Ha cantado Rodrigo de Don Carlo en el Festival de Salzburgo con Lorin Maazel, Iago de Otello con la Orquesta Sinfónica de Londres y Colin Davis, Tonio de Pagliacci en Het Muziektheater de Ámsterdam con Riccardo Chailly y el titular de Don Giovanni en el Teatro alla Scala de Milán con Riccardo Muti, así como Renato de Un ballo in maschera y el titular de Rigoletto en la Metropolitan Opera House de Nueva York. Recientemente ha cantado el titular de Simon Boccanegra en el Teatro Cervantes de Málaga, Joaquín de La del manojo de rosas en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y Otello en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. En el Teatro Real ha actuado en Le nozze di Figaro (1998), Ernani (2000), Rigoletto (2001), La favorite (2003), Ildegonda (2004), Don Giovanni (2005) y Viva la Mamma! (CLICK) (2021). En un breve lapso de tiempo Carlos ha pasado de interpretar a la Mamma en Viva la mamma!, al malvado Scarpia. Dos personajes muy distintos pero que Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, encuentro un punto en común ya que «es el personaje sobre el que pivotan todos los demás» Esta Mamma y este Scarpia, como si fuera un programa doble ha hecho que se «enganchara» en el Teatro Real. Continuo, no me he ido. Soy como una lamprea que tiene la capacidad de engancharse. La Mamma y Scarpia son dos personajes distintos, pero catalizadores ante los que se produce una reacción, como en catalizador químico. Si bien es cierto que no son protagonistas principales, en el caso de Scarpia se da esa necesidad de encontrar su deseo y eliminar al enemigo político, nos lleva a esta tragedia en la que todo el mundo termina mal. El trabajo con Luisotti y Paco ha sido muy intenso y de una búsqueda interior, tanto en lo vocal como lo escénico. Me están obligando ambos ir más allá de lo que se puede pensar que es el tópico del personaje de Scarpia. Como intérprete eso me entusiasma y les estoy muy agradecido, porque llegado a un momento de nuestra carrera tenemos la obligación de ahondar, incluso aún más, en nuestras capacidades. No basta nuestra trayectoria, sino lo que cuenta es la función de ayer y, quizá, la de mañana como objetivo principal de nuestro trabajo.
En varias ocasiones le han peguntado que le parecía interpretar a un malvado y su respuesta es la de «ser un placer» ya que el escenario es una espacio libre y una especie de de catarsis constante en la que se ha de producir para poder empatizar con los personajes, y no dejarte influir por tu punto de vista ético, sino convertirte en una especie de medium a través del cual el personaje se expresa libremente. Para valorar un reparto hay que ir a los elementos débiles y en este caso no hay ningún elemento débil. Los actores, el resto del Coro, los niños de la Cantoría a los que les cuento que en el año 1977 yo formaba parte de la Cantoría en la producción de Tosca que se realizó en Málaga, mi ciudad, en el Teatro Cervantes, cuando no pensaba que nunca iba a ser un cantante de ópera, y ha ocupado más de la mitad de mi vida hasta ahora. Así que se puede imaginar lo que supone hacer Tosca en estas condiciones. Recuerdo que el Scarpia que había en aquel momento, era un barítono malagueño al que le pusieron una cicatriz que le cruzaba la cara para hacer que fuera mucho más tópico el hecho de que fuera malo. En este caso no, sino que es un malo psicológico interno, pero cuya casi, casi penúltima frase «mi bemol, mi natural», decía así: «To’ca, finarmente mía» (risas). En este caso ni va a ser «finalmente mía«, ni nada que se le parezca. El público que se acerque a esta producción sería magnífico que la vieran con los ojos de la primera vez. Cuando nuestro umbral del asombro es tan grande que nada nos puede epatar, nos perdemos muchas cosas porque damos ya por hecho que algunos actos culturales tienen que ser de una determinada manera. Esta Tosca va a derribar ese tipo de prejuicios. SCARPIA UN MALVADO ENAMORADO A Carlos Álvarez interpretar, en esta versión, al malvado Scarpia le ha supuesto descubrir en él un ser humano. Cuando vemos a determinados personajes como tópicos, casi siempre nos olvidamos de la faceta humana. En estos días ha sido impresionante el trabajo compartido con los dos directores. He de hacer una observación: cuando alguien monta una ópera o yo la estoy aprendiendo, tengo una información que está en la partitura, en Sardou, en mi propia experiencia y hago un personaje que tiene una determinada característica o unas capacidades determinadas, fundamentalmente basándome en lo vocal. Luego llega el momento de confrontar nuestros tres pareceres que, además, tienen que ser compartidos con el resto de las personas que están en escena. La primera indicación que hizo Paco fue: «Acuérdate que es un hombre enamorado, no es un hombre que tiene deseos, sino que puede ser un hombre enamorado también». A partir de ahí el cambio es radical. Entonces toda la vocalidad, toda la parte interpretativa actoral, cambia de tal manera que el personaje se convierte en otro, y precisamente por eso puedo decir el Scarpia que yo hacía ha evolucionado hasta otro sitio. A partir de ahora no podré hacerlo de otra manera. Nos encontraremos en la obligación, en otra ocasión, de confrontar de nuevo pareceres en la próxima producción de Tosca, pero podrá aportar elementos que hasta ahora no tenía. Esto hace que mi trabajo esté en continuo proceso de evolución y ser parte de los protagonistas me permite disfrutar mucho.
Título: Tosca (Melodramma en tres actos)
Intérpretes:
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