En la presentación del espectáculo Julio Prudencio autor del texto invitaba a un vuelo dentro de Europa desde Bruselas a Madrid en el que queremos preguntarnos y experimentar ¿qué significa eso del fanatismo en nuestra sociedad contemporánea, y cómo se nos quedan los cuerpos después de vivir situaciones tan traumáticas como los atentados terroristas que hemos vivido en los últimos años en Europa. Animo al público a venir a ver este monólogo, pues queremos convocar a todos a una reflexión y a una , ¿por qué no? a experiencia emocional conjunta. El mismo Julio Provencio es el director e intérprete de …y respiren con normalidad. París-Madrid vuelo CDG-MAD en sustitución del vuelo BXLMAD, reventado en el aeropuerto de Bruselas. Se vuelve a casa. Asiento 7D: el ocupante mira en derredor: viajeros solitarios, silenciados quizá por la onda expansiva de las bombas. En el móvil, Google, Facebook y Spotify dejan de funcionar en ‘modo avión’. El despegue es inminente, pero algo va mal, algo no acaba de encajar. Las miradas se vuelven más desconfiadas que de costumbre, la necesidad de hablar brota más urgente que nunca. Y la amenaza de que se repita la masacre va convirtiendo un sencillo regreso en un camino desconocido donde todos tenemos algo que decir. El …y respiren con normalidad, es el punto de arranque de este espectáculo. Es conocido el aviso:
Son frases a las que, tras viajar mucho en avión, no se les presta mucha atención, pero cobran la fuerza de un tsunami cuando los viajeros acaban de vivir una situación traumática para la ciudad que dejan atrás. Esta es la situación del viajero que ocupa el asiento 7D MÁS ALLÁ DE LA FICCIÓN
Estamos acostumbrados a consumir estas historias sabiendo que es ficción y al cine le ha proporcionado la recurrencia a espectaculares efectos escénicos. No obstante los atentados de Bruselas (marzo 2016), París (2015) y Niza cambiaron la ficción por la realidad, la cual, según los creadores de …y respiren con normalidad, sirven así de detonante para este espectáculo: la experiencia cercana al epicentro de la violencia, tras la cual es inevitable la huida y la expansión de la mirada. El contexto de aislamiento que inducen los aeropuertos permite la puesta en paréntesis de la realidad aún latente para aplicar sobre ella el análisis que la lucidez y la emoción del tránsito aéreo provoca. El espacio que pueden aunar las emociones que surgen ante situaciones como éstas es el avión el avión (vehículo de escape unas veces, vehículo de unión otras, pero también vehículo para el horror en los atentados que marcaron el inicio de la época actual) el espectáculo. Ese avión se convierte en un terreno de incertidumbre: aquel en el que necesariamente se sitúa un cuerpo cuando la onda expansiva del dolor le alcanza, impidiéndole adoptar con facilidad una posición. Un espacio en el que la conciencia del presente adquiere matices inesperados, en el que lo moralmente correcto se tuerce y se complica… un terreno de precariedad y ciega confianza. Como esa recomendación que nos lanza el azafato antes de partir: que en caso de que todo se vaya a pique y la amenaza de un final inmediato aparezca, mantengamos la calma y respiremos con normalidad. ANTE EL DESASTRE, EL ACUERDO Hasta ahora el desastre que inmovilizaba la vida de una persona o de un grupo eran los accidentes y en ellos la sociedad se unía en un sentimiento común. En estos dos años la Pandemia ha producido el mismo efecto. Sin embargo antes de ella los atentados terroristas en nuestras ciudades han sacado de nosotros el dolor colectivo. Según los creadores de este espectáculo Cuando se producen, desencadenan siempre de una situación paradójica: por un lado, no podemos evitar el pánico, el trauma ante el sinsentido de la violencia, la consternación ante la cercanía de los espacios donde se ha producido la masacre. Por otro, representan los únicos momentos en que todos parecemos ponernos de acuerdo, levantar la vista hacia el mismo punto y compartir un tipo de reacción ante lo sucedido. Esto último – suena mal decirlo – genera un cierto atractivo, una fascinación inconfesable: tras la masacre, durante unas horas, se diría que todo es posible. “De una contradicción, se puede seguir cualquier cosa”, que dicen en Lógica. Todo es posible porque todos hemos presionado el botón de ‘pausa’ en nuestras vidas, y al mirar hacia el mismo lugar (compartiendo también un discurso forzado y hegemónico), resulta más fácil que nunca analizarnos, ver dónde están nuestras fallas y generar un impulso que revierta el statu quo reinante. …and breathe normally (…y respiren con normalidad) se sitúa exactamente en ese punto, en el momento en que se hace urgente descubrir quiénes somos antes de que la pausa colectiva acabe y volvamos al complejo maremagnum que compone el modo de vida occidental en la actualidad. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Quiénes son los asesinos? ¿Quiénes son las víctimas? ¿Quiénes los supervivientes? ¿Qué nos toca hacer en este momento, antes de que se evapore el miedo y volvamos a la rutina olvidadiza? Si la sangrante realidad nos lleva a la reflexión purificadora, cuando dicha realidad no ocurre, la escena teatral puede invitarnos a revivir un instante que una y otra vez se nos escapa: ese momento excepcional en el que quedan en suspenso tiempo, moral y emoción. Confundidos aún por la vibración latente de la explosión, en …and breathe normally (… y respiren con normalidad) nos lanzamos a la exploración de nuestras propias pulsiones, a la puesta en cuestión de nuestras certidumbres y a la experiencia de un desarrollo alternativo para los acontecimientos.
El proyecto ha recibido el apoyo de la Comunidad de Madrid, y de las Ayudas a la Creación del Ayuntamiento de Madrid 2020. CO-DIRECCIÓN JULIO PROVENCIO, dramaturgo, director de escena, productor y gestor cultural. Prudencio, licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, y Máster Europeo en Artes Escénicas por las Universidades Libre de Bruselas y de Bolonia, gracias a una Beca de la Fundación La Caixa. Como formación complementaria, ha participado en diversos talleres con autores de renombre tanto en España como en el extranjero. JOSETE CORRAL, director de escena Josete Corral es director de escena. Graduado en Dirección Escénica y Dramaturgia por la RESAD en 2018 con Matrícula de Honor. Completa su formación en el Thomas Bernhard Institute de la Universidad Mozarteum de Salzburgo y en la Academia Lituana de Música y Teatro (LMTA) de Vilna, donde se incorpora al curso del prestigioso director Oskaras Koršunovas.
FUNCIÓN PRECIO Título: …and breathe normally (…y respiren con normalidad)
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