«Canción del primer deseo» se desarrolla a lo largo de tres momentos de la historia de España: 1942, 1968, y el presente. La historia es la de un joven colombiano que se marchó de Madrid en 1968, durante el régimen de Franco. Regresa para ver si todavía pertenece a España. Viene con las historias de su abuela, y tiene una idea de lo que significa España a través de las experiencias de su abuela. Cuando regresa a Madrid se encuentra con una familia que ha sido fraccionada por los hechos del pasado y hay secretos por descubrir. Hay muchas capas por las que tiene que navegar este joven Alejandro para encontrar la verdad.
ANDREW BOVELL, dramaturgo
Andrew Bovell (Australia) es uno de los escritores australianos más respetados, tanto en el panorama teatral como cinematográfico; sus obras se han producido en todo el mundo. En estos momentos, sus estrenos más recientes en Australia han sido Coral, co-escrita con otros autores, Anthem y The Secret River, ganadora de seis Premios Helpmann, incluido el de Mejor Obra Teatral. Como guionista de cine, destacan largometrajes multipremiados como Lantana, In the Shadow of Iris, Blessed, Head On, A Most Wanted Man, Edge of Darkness y Strictly Ballroom. Recientemente, Amazon Studios ha anunciado la adaptación televisiva, en seis episodios, de Las Cosas que sé que son Verdad (CLICK), que estará protagonizada por Nicole Kidman. Andrew Bowell considera un privilegio ser invitado por un País, ajeno al «tuyo», a una Compañía para crear una historia, por lo que lo toma con mucha responsabilidad. Mi trabajo surge de una colaboración con directores y actores, y eso es un ejemplo de ello. Habiendo dicho esto, estoy bastante nervioso porque al ser alguien de fuera hago observaciones sobre una historia española. La metáfora fundamental de la obra es el hecho de recordar. Cuando estaba investigando estaba muy interesado en el Pacto del Olvido de la Transición. Me fascinaba que un País para olvidar su trauma entró en este Pacto para olvidar su historia. Estoy interesado en esto en las consecuencias de la España contemporánea. Creo que esto es lo que la obra intenta investigar. Ese Pacto del Olvido llevó a Andrew a formular al grupo una pregunta: «¿Qué más miedo sobre lo que hablar?» La respuesta fue «el pasado». Esa fue la primera pista. Las fechas de la historia recorre el 1942, 1968, y el presente. La fecha de 1968 se eligió porque es un momento en el mundo en que se estaban cuestionando las ortodoxias. También era el momento en que el régimen de Franco se empezaba a fracturar, y era el momento en que los jóvenes cuestionaban el mundo en el que sus padres habían crecido, no solamente en España, sino en el resto del mundo. Era un florecimiento de retos políticos. JULIÁN FUENTES RETA, director
Julián Fuentes Reta, director de este texto y de los dos anteriores de la Trilogía, desvela que ha sido un trabajo largo y «ad hoc» para la Compañía, debido a las improvisaciones y encuentros. Además el proyecto fue creciendo junto al equipo artístico y el resultado final es para todos de una gran emoción. Para nosotros es un trabajo personal hablar de nosotros y nosotras, de vosotros y vosotras, de todos y todas, y esperamos que así se reciba. Queremos que es el momento de contar esta historia. Aunque Andrew Bowell es un autor extranjero y manifiesta ese reparo, la obra se ha creado en colaboración, con un tanto por ciento alto de observación por parte de él, de su generosidad y sobre todo de su artesanía, que es incalculable. Para nosotros eso ha marcado una diferencia. Todas la decisiones que hay en la obra no son sólo de Andrew, son de todos nosotros. Formamos parte de esto, y cada palabra, cada punto, cada coma, están sostenidos por cada miembro del equipo y junto al equipo técnico. Nosotros trabajamos así. La historia que nos cuenta Andrew está centrada en España, no obstante, según Julián Fuentes Reta tal concreción tiene su razón de ser porque Para hablar de lo universal, hay que hablar de lo concreto, y también lo que quiero precisar es que se trata de una fábula, una historia ficticia que bebe de muchas otras historias, para las que hemos hablado entre nosotros porque pertenecen a nuestra memoria, nuestro abuelos y nuestras abuelas y que hemos contratado con historiadores e historiadoras, en detalles que pudieran ser válidos. No es una obra documental, es una fábula, igual que hicimos con la anteriores. Esto es importante y esta es la apuesta para hablar de nuestro país, que se podría situar en cualquier otro, pero luego los conflictos y las heridas son similares. Desgraciadamente el dolor en los seres humanos, eso sí va mucho más allá. Eso queda claro y es uno de los personajes que interpreta Borja Maestre, que es más internacional. Andrew Bowel, por su parte precisa que los temas de la obra son universales como es el impacto del pasado que no ha sido resuelto y el otro tema mío recurrente es la fracturación de las familias. Ese ha sido un tema que ha recorrido muchas de mis obras, como es el legado del pasado y cómo ha pasado por muchas generaciones. Las dos primeras colaboraciones eran dos historia que pasaban en Australia, y cuando empezamos a hablar de esta tercera colaboración quedó muy claro que tenía que ser sobre España, pero eso sólo se podía hacer en colaboración con españoles y españolas porque el tema es muy profundo en las particularidades del País. VOLVER A CASA, A NUESTRAS COSAS
Los comienzos de este proyecto tienen que ver con el «volver a casa» y contactar con su entorno actual y anterior. En el caso de Julián Fuentes Soy de Aragón y cuando vuelvo es inevitable el hilo que me une con Goya, Buñuel y Saura. Por supuesto son solo referentes como inspiración, ya que no puedo estar a su altura, ya me gustaría. Hay una referencia desde lo plástico. Todos hemos tenido que volver a casa, a nuestras cosas. Para mí volver a casa ha sido volver a ver qué tenía yo en la piel de estos artistas que pertenecen a mi tierra. La obra se desarrolla principalmente en 1968 y se hacen referencias a historias contadas anteriormente. No nos retrotraemos al inmediato después de la guerra. La historia se cuenta con el color de Saura, con el erotismo de Buñuel y sobre todo con las pinturas negras de Goya. Son referentes de la puesta en escena. Es hablar de esta familia, una familia fracturada, pero ¿qué familia no tiene una fractura? y cómo esta familia se va implicando que no voy a desvelar. Está contada desde el gozo y de contarla bien. El tema de la guerra no estaba en la mente, al inicio, sino que surgió, según Juan. Yo nací en 1968 y para mí la guerra son mis abuelos, mis abuelas. Al principio pasas de todo, pero cuando te vas haciendo mayor te preguntas «¿De dónde vengo?» Es fundamental. Entonces la guerra estaba implícita, es una parte de nuestra historia, pero hay que relajarse un poco y decir: «Esto nos ha sucedido a todos y a todas», y tenemos que empezar a desatar ese nudo, pero no con el aspecto político – social, sino de saber quiénes somos y quiénes son nuestras familias. UN TRAUMA COMÚN HAY QUE DESMENUZARLO Las familias con las que se encuentra el colombiano están fraccionadas, lo cual es fruto, según Julián porque hemos vivido un hecho traumático como País, como Nación, como Pueblo, y un de las cosas bonitas del trabajo que ha hecho Andrew ha sido verlo a través de los ojos de este joven colombiano que vuelve para mirarnos. A través de esa mirada, también cargada de historia y cultura, nos permite mirarnos. Nosotros creemos que somos un pueblo, está claro. Hay gente que piensa que de la memoria no se puede hablar, porque realmente está muy alterada, todavía, por todo lo que sucedió y esto pasa tanto en este país como en otros. Entonces un trauma común hay que desmenuzarlo hablando, apoyándose, escuchando. No se cura con pastillas ni con formulas, sino estando hombro con hombro y teniendo la capacidad de charlar y de respirar. PODER MIRAR MI HISTORIA CON UNA MIRADA EXTERNA,
Pilar Gómez destaca lo benefactora que es una mirada ajena, ya que ella nunca hubiera contado así la Historia Española En cómo contamos nuestra historia hay un prejuicio. La gente que venga a ver nuestra historia va a decir «¿De qué hablan?» El poder mirar mi historia y mi familia con una mirada externa, me ha hecho permitir la entrada de otras cosas que hubiese sido incapaz de entrar en ellas. Es verdad que es un trabajo colectivo, pero la mirada desapasionada con preguntas muy concretas te ponen en un sitio que ni te habías cuestionado. Esta mirada desde fuera aporta algo nuevo y distinto que a alguna gente le perturbará y a otra gente le aliviará. Además de prejuicio también nuestra mirada está llena de dolor y por eso me enerva el que se hay contado desde un sitio. En mucha conversaciones con Andrew he intentado asumir su mirada distinta que pueda tener cabida dentro de mí y que mi mirada impregne la suya. Ha sido una herida muy profunda y no ha habido tiempo para la reparación. UNA HISTORIA SOBRE EL DOLOR Jorge Muriel, traductor y versionador del texto añade que nos da mucho vértigo contar esto, lo hemos sentido desde el principio y, a mí, me apetece compartirlo con el público, porque es muy arriesgado y, al mismo tiempo, un privilegio. Lo que siento, como actor, es que tener la mirada de Andrew como para empujarme a mirar esto y atreverme a contarlo en mi País, es una maravilla. No sabemos a dónde nos va a llevar, y al no estar curado quizá va a provocar controversia u opiniones muy dispares y pasionales. Es un honor hacer teatro que genere esto de modo que sea punto de contraste, para mí, con el fin único de unirnos. Es lo bonito de este texto. El dolor de mis personajes en el presente, me une con el dolor de mis abuelos. Entonces hay algo en la obra más allá de lo político, que es lo humano y esto es lo que nos emociona, como grupo, al contar esto. Lo que pretende la obra es un pelín de reparación o de diálogo en la comunidad más allá delo que cuenta. Por eso, para mí, el contexto político es nuestro marco en el que nos apoyamos para contar una historia sobre el dolor de los seres humanos ahora y en el pasado. ANDREW FUE TIRANDO DE UN HILO QUE ESTABA Consuelo Trujillo es la primera vez que actúa en el Teatro de la Abadía, espacio que valora mucho y le supone una gran emoción. Del proceso de trabajo de esta obra, como intérprete destaca el haber tenido la oportunidad de formar parte de lo que se ha creado durante este tiempo. No estuvimos tanto tiempo juntos creando, lo que pasa es que fue hace mucho y luego se interrumpió. Andrew con ese material se fue a Australia, a su cabaña donde escribe, y, poco a poco, nos trajo esta historia, que salió de nosotros. Esta experiencia ha sido muy potente y muy significativa en mí, porque empezamos por «¿Qué contamos?». Julián tenía ideas: «Vamos a hablar de las plantas, vamos a hablar de la Inquisición…» Había muchas ideas, pero, de pronto, el gran regalo y gran trabajo que nos trajo Andrew, fue la pregunta: «¿Qué queréis contar?», cuya respuesta no está en la mente racional. La respuesta está en algo más ancestral. «Dejad que vuestros ancestros hablen». Esa fuerza poderosa en nosotros, algo instintivo, algo de la sangre que no podíamos explicar, era algo que nos daba miedo, que nos causaba dolor hablar de ello. Andrew decía «Precisamente por ello, tenemos que hablar de eso». No sabíamos de qué íbamos a hablar y hacia dónde íbamos. Él, que era extranjero, y que venía de fuera, pero estaba profundamente conectado con nosotros y tenía mucho respeto y amor hacia la historia de nuestro País y hacia España, fue tirando de un hilo que estaba en cada una de nosotras y de nosotros. Eso fue lo que trajo: una historia de esta Canción del primer deseo, que nunca pensamos que se iba a llamar así, ni pensábamos que íbamos a contar una historia que ya estaba dentro de nosotros y que tenía que ser contada. Esto es, para mí, lo más emocionante porque, como actriz, nunca había tenido esta experiencia. Todo esto ha sido posible gracias a mucha gente que lo ha apoyado.
FUNCIÓN PRECIO
Título: Canción del primer deseo
|
Canción del primer deseo. Bowell. Muriel. Reta. TAB
