Cassandra o el elogio del fracaso. TBA

FOTO: JAVIER NAVAL

Íñigo Guardamino y María Herrero codramatizan el mito y lo convierte en un espectáculo a medias entre ópera bufa de cámara contemporánea y el teatro. La composición musical y la dirección corren a cargo de María Herrero, la cual declara que

La obra plantea una pregunta: ¿Quién decide qué voces tienen garantías de ser oídas? Cassandra representa esa figura, vigente siempre, que es silenciada – en el mito Apolo, al ser rechazado, le mantiene el don profético, pero le escupe en la boca y le quita la credibilidad – por no encajar en lo establecido. María Herrero precisa:

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La puesta en escena transita por la mezcla de diversos estilos: lo clásico + lo contemporáneo, lo trágico + lo bufonesco, lo visual + lo sonoro, todo ello en un espacio mutable y onírico. El mito griego habita en el inframundo y el mundo real. El inframundo funciona como metáfora de nuestro mundo y nuestro inconsciente colectivo. Los personajes tendrán que enfrentarse a pruebas, dioses, y monstruos mitológicos, mientras reflexionan sobre su propia existencia desde múltiples ópticas como la educación, el pensamiento crítico o la emocionalidad. Todo ello tratado a través de un tono bufonesco de los personajes con el fin de desdramatizar el fracaso, transformándolo en un lugar fértil para la resistencia y la transformación.

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JOSÉ RAMÓN DÍAZ SANDE
Copyrigth diazsande