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En este auto de Gil Vicente, lo religioso y lo profano conviven y, merced a ello, la pieza deviene en una curiosa mezcla de cuento navideño, representado en coqueto teatrillo por títeres de varillas y coro de ángeles, e historia doméstica protagonizada por los avispados pastores Casandra y Salomón y por sus respectivas parentelas. |
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