Lliuba Cid dirige a la joven Compañía Mefisto Teatro, compuesta por actores cubanos residentes en Madrid. Hace cuatro años se presentó con Fuenteovejuna y dos años después preparaba para el Festival Clásico de Cáceres, Celos y Agravios de Francisco de Rojas Zorrilla, cuyo título original es Donde han agravios no hay celos. Ahora llega a Madrid al Teatro Fígaro.
· La Compañía surge en el 2009 – declara Liuba Cid – por solicitud del Festival de Almagro, en el año de Lope de Vega. Nos unimos, y preparé una versión de Fuenteovejuna. La Compañía la forman 17 personas, todos cubanos, menos Cristina Arranz, la única española y perteneciente al Teatro de la Abadía. Este número varía a tenor de los montajes. Los actores, aunque cubanos, radican en Madrid. En Celos y Agravios está Vladimir Cruz, el protagonista de la película cubana Fresa y Chocolate (1993) junto a Jorge Perugorría. Otros actores están vinculados al mundo de la escena, de alguna manera.
Donde hay agravios no hay celosse estrenó en 1637 y se publicó en 1645.
· Francisco de Rojas Zorrilla fue uno de los autores más representados en su época – continúa Liuba – y, en concreto Donde hay agravios no hay celos. Se representó también en la corte francesa y viajó, como otras obras del siglo de Oro, de España a la colonias en la época del siglo de Oro Español. El verso, estos actores, lo dicen con gran ritmo y con una musicalidad diferente, así como con una energía diferente. Otra de ls novedades es la confección del vestuario en papel y cartón. Hay vestidos como son los de los miriñaques que pesa 8 kilos. Las empuñaduras (Casela, en el florete) son flaneras. Esto ha supuesto una gran fantasía recreadora.
La elección de este peculiar vestuario obedecen a
· una idea estética. Nos plantamos en el imaginario del Siglo de Oro, y nos cuestionamos cómo pudo ser el vestuario teatral de la época. Debido al peso, hay una dificultad de moverse con energía, con lo cual conduce los movimientos de una forma particular. Interesa también la textura como es en los miriñaques que son cubos de madera. Esta plástica significa ese tránsito entre Cuba y los Corrales de Madrid. Tanto el vestuario como el maquillaje, que se inspiran la máscara cubana colonial, aportan un aire de barroquismo tropical.
La escenografía abunda en telones siguiendo una estética muy teatral.
· Trabajamos con un telón negro, sobre el que se proyecta en líneas blanca el exterior de la Casa de Doña Inés. El interior es un telón pintado a mano al estilo de los antiguos telones de tela. Está realizado por artesanos cubanos. Tanto en el vestuario como en los telones, hemos querido recuperar lo "artesanal".
En el Clásico, de siempre, el caballo de batalla ha sido "como decir el verso", mantener el ritmo y la musicalidad. · hemos tenido especialmente cuidado de no romper la narración y por ello ha habido alguna adaptación. Di plena libertad a los actores para decir el verso, con una única condición que no fuera estático sino vivo. Que no sonara a clásico en el peor sentido de la palabra o encorsetado. Que haya movilidad.
Celos y Agravios es una comedia de enredo amoroso, en donde no falta el tema del "honor", pero sin dramatismos. Equívocos e infundadas sospechas llevan a un buen lío, cuyo final, como es propio de la época, es gozoso y todo queda en su punto.
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