VUELVE
1923 Y 1956 son fechas claves para este título. El estreno en el Teatro Apolo el 17 de octubre de 1923 supuso una esperanza para un género que empezaba a fenecer. El casi inesperado éxito, animó a todos los que se movían en torno a la Zarzuela. Se repuso en múltiples ocasiones y las compañías siempre, como gran lujo, ofrecían una Francisquita. A nivel discográfico, posiblemente es la obra que tiene más versiones. En 1930 se grababa la versión completa en discos de pasta, lo cual no era frecuente. En la grabación el único cantante que permanecía del día del estreno era el tenor cómico Antonio Palacios en el papel de Cardona.
Juan Casenave estrenó el Fernando, pero quien se llevó la fama como el mejor intérprete fue Emilio Vendrell, el tenor que la grabó en 1930. De Casenave poco se sabe una vez que cruzó el charco. Cora Raga, fue una espléndida Beltrana en el estreno, pero La Beltrana discográfica corrió a cargo del todo terreno Sélica Perez Carpio, una soprano que dominaba también el registro de la contralto. Beltranas posteriores ilustres fueron Ana María Iriarte, Inés Rivadeneira, Rosario Gómez, y compañera de Alfredo Kraus en las grabaciones la profunda mezzosoprano Dolores Pérez. Mary Saura, la Francisquita del estreno, grabó partes de la obra pero fue Felisa Herrero la voz que quedó para la posteridad. Después siguieron otras célebres: María de los Ángeles Morales, Lolita Torrentó, Ana María Olaria, Lina Huarte. De las últimas a incorporarse al repertorio discográfico fueron María Bayo y Ainhoa Arteta. En noviembre de 1924, la Compañía de Amadeo Vives embarca para América, representándose en Chile, Perú, Cuba, Mexico y Argentina. estrenándose la obra en el Teatro Victoria de Buenos Aires. Poco después subiría al Teatro Colón, el primer coliseo de la capital porteña.
1934 FRANCISQUITA SERÁ “MADAME FRANCISQUITA” André de Badet la traduce al francés y se estrena en el Casino de Montecarlo en enero de 1934. Éxito rotundo. Como curiosidad cabe destacar a Tina Meller, hermana de Raquel Meller, que bailó el famoso fandango del último acto. Bruselas también acogió la obra en el Teatro de la Monnai. París se rindió a sus pies y cuando estaba a punto de ofrecerle la Ópera Cómica, surgió la guerra civil de España y todo se paralizó.
1956 fue fecha clave en varios sentidos para la Francisquita. Se reabría el Teatro de la Zarzuela, tras su total transformación, con este título. Pero había algo más. José Tamayo la dirigía con nuevos aires. Se iniciaba un nuevo concepto de zarzuela.
A esas alturas casi había fenecido en su formato tradicional y adocenado. Tamayo le aplicó el tratamiento de gran espectáculo. Decorados de bulto y con cierta prestancia del entonces afamado Emilio Burgos, “ballets” integrados en la línea argumental y la masa coral como protagonista. Los preludios e intermedios se visualizaban con el cuerpo de baile. Se le aplicó una dirección escénica. Un nuevo tenor, Alfredo Kraus, estrena la obra y aporta al Gozad la primavera, una peculiar interpretación sosteniendo el “calderón”, mientras el coro ataca con el célebre Canto alegre a la juventud. Tal modalidad de Kraus tenor seguirá repitiéndose en sus grabaciones discográficas. Si Vendrell, en su época, fue el Fernando adecuado, a partir del 56 lo será Kraus. A lo largo de toda su vida grabó diversas versiones de la obra. FRAU FRANCISQUITA.
Este espectáculo tuvo su secuela en la “Volksoper” de Viena, en el festival. Las críticas la acogieron con entusiasmo y también los espectadores. De ella hababa el “Die Presse” en estos términos: “Música simple en la instrumentalización, agradable, ingeniosa, graciosa, interesante de ritmo, sin una huella de falsa sentimentalidad o cursilería”. Todo esto sirvió, no tanto para resucitar un género que ya estaba muerto, sino para buscar nuevas líneas de tratamiento del repertorio. Esta ha sido la filosofía de todos estos últimos años. 1988 : JOSÉ LUIS ALONSO:
Abordó la zarzuela como La Doña Francisquita de José Luis Alonso marcó unas líneas. En Barcelona se estrenó en el Teatro del Liceo con escándalo de los puritanos de la ópera que exclamaron :”¡Que bajo hemos caído. Zarzuela en el Liceo!!!!” De ella se conserva una grabación para Televisión Española realizada por Francisco Montolió. Dicha versión la cantó Alfredo Kraus y Enedina Lloris. En ambos hay una coincidencia. Cuando se contrata a Kraus en 1956 para cantar Francisquita, ya había cantado ópera pero la popularidad le llegó con esta obra. Lo mismo sucedió con Enedina que también había cantado ópera pero Francisquita le da el salto a la fama. Enedina Lloris, con motivo del estrenó en el Liceo declaraba sobre el personaje de Francisquita:
MRS. FRANCISQUITA EN WHASHINTONG. AÑO 2004
Vuelve ahora el espectáculo de 1996: una coproducción con el Teatro Colón de Buenos Aires y el Teatro de la Zarzuela.
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