En el apogeo de la ópera, cuando ésta reflejaba la actualidad musical y de contenido, no era extraño que la polémica sugiera, sobre todo en el aspecto musical. Los seguidores de un compositor pugnaban con improperios e incluso se llegaba a las manos contra los del otro compositor contemporáneo. Ahora estos conflictos han pasado al mundo del Fútbol o del rugby.
RIFIRRAFE MUSICAL
Tal polémica ha inspirado a Albert Boadella para enfrentar a Verdi y Wagner, de los cuales celebramos su 200 aniversario del nacimiento de ambos. Dos compositores coetáneos, pero de concepción musical bastante distante y, por lo tanto, generadores de un conflicto.
El pimiento Verdi es una taberna restaurante en la que su propietario, gran aficionado a la zarzuela y las óperas de Verdi, organiza una cena homenaje para celebrar el 200º aniversario del nacimiento del gran compositor italiano. Con el fin de amenizar la velada mediante fragmentos de sus óperas han sido invitados a la cena una soprano y un tenor que son también asiduos clientes del local. Esta intención se frustra una vez iniciado el homenaje lírico, pues otros cantantes presentes en el restaurante muestran explícitamente su desagrado ante la música de Verdi. Los disidentes wagnerianos reclaman homenajear también al compositor alemán cuyo aniversario coincide precisamente con el de Verdi. Con lo cual reivindican a Wagner como un genio más profundo y menos pachanguero que el italiano. A partir de aquí, se inicia un rifirrafe musical entre los dos bandos.
La pareja verdiana está formada por los cantantes María Rey-Joly (Leonor) y José Manuel Zapata (Roberto), y la pareja wagneriana Elvia Sánchez (Brunilda) y Antoni Comas (Sigfrido). A ellos se añade Luis Álvarez (Sito, el propietario de El Pimiento Verde).
-JOLY· Hay también un pianista, Borja Mariño que se convierte en actor y una actor Jesús Agelet (Blas), que lleva conmigo más de 30 años, desde Els Joglars – añade Albert. El problema de la ópera es la interpretación. En este caso los cantantes han sabido combinar la parte musical y la interpretación. Ha sido un resultado muy satisfactorio. Han trabajado mucho. Hemos tenido la suerte de ensayar más tiempo de lo que normalmente se ensaya, y en esta Sala Verde, la cual se ha transformado en el restaurante El Pimiento Verde con una serie de mesitas que ocuparán los espectadores, unos cuarenta. De este modo incorporamos la escenografía en la acción.
WAGNER: NAZI ANTISEMITA
VERDI: SIONISTA
En cuanto a la obra Albert la describe como…
· …muy sencilla. Está basada en la realidad. La fantasía no me gusta. Se trata de la observación de la realidad. Una es la pugna Verdi-Wagner. Ahora está muy matizada, pero los foróforos de uno y otro bando, muestran dos psicología distintas. Otra realidad la he visto, en parte, en las veladas musicales, en las cenas-restaurantes con canto y, por lo tanto, pudo suceder.
En este contencioso Verdi-Wagner, Albert se define:
· Yo soy verdiano y lo verán con la obra, pero reconozco los méritos de Wagner. La sátira abarca tanto a los cantantes verdianos como wagnerianos, pero la sátira sobre Wagner es más potente y con más chanza. El que vea con mejores ojos a Verdi, es por ser mediterráneos y, por lo tanto su música, llega más. A parte de que es un divertimento hay mucho de actual, acerca de la responsabilidad de los artistas y políticos. Responsabilidades no solamente sobre lo actual, sino sobre el futuro. En los músicos la partitura es muy precisa y puede manifestar una cultura. En el caso de la música de Wagner está inmersa en la historia del antisemitismo. Fue el caldo de cultivo aprovechado después por el Tercer Reich y por Hitler. Es cierto que Wagner ya no vivía, pero con los acordes de su música mucha gente fueron a la cámara de gas. Wagner tomó un camino que llevó a desastrosas consecuencias contemporáneas. En el caso de Verdi, es un compositor cercano al ciudadano y su música ha representado la unificación de Italia. Sólo el Don Carlo representa algo negativo para nosotros como es la leyenda negra sobre España. El tono del enfrentamiento se eleva considerablemente cuando aparece la cuestión Nazi-antisemita de Wagner en oposición al Nabucco-sionista de Verdi. Aterrado por el ardor de la pugna, el melómano propietario del restaurante induce a ambas partes a convenir una situación de consenso. De todos modos yo a Wagner no lo hubiera querido como vecino y a Verdi, sí.
Este combate musical termina…
· …en consenso. El combate acaba bien, pues son dos genios. Personalmente no tomo partido, a pesar de ser verdiano. Estoy muy orgulloso de este espectáculo.
PINCELADAS DE ZARZUELA
El melómano propietario del local (Luis Álvarez), cuando interviene canta zarzuela: Por el humo se sabe dónde está el fuego (Doña Francisquita).
· Es que el propietario del local es un gran aficionado a la zarzuela y la mezcla en algunos momentos. Así que musicalmente hay tres escuelas: zarzuela, Verdi y Wagner. Los operísticos ven la zarzuela como un género menor y, de hecho, por parte de la Zarzuela siempre ha tenido un cierto complejo con respecto a la ópera y varios de nuestros compositores de zarzuela, han deseado componer ópera. En la época dorada de la Zarzuela, ésta no entraba en el Teatro Real, sino en otro tipo de teatros. Personalmente soy un enamorado de la zarzuela.
Paux Guix es el ayudante de dirección y subraya que ese duelo Verdi-Wagner va más allá de una coincidente cronología.
· Ambos compositores sufrieron los convulsos momentos históricos que les acompañaron – recordemos las unificaciones tanto italiana como alemana – y se convirtieron en estandartes de sus respectivas áreas geográficas y esto, inevitablemente, influyó en sus estilos y composiciones. La dramaturgia de El pimiento Verdinos ha hecho reflexionar sobre esta complejidad y mezclar los discursos de Wagner y Verdi. Después de este espectáculo nos gustaría sobre todo que hubiéramos superado los prejuicios de ver a Wagner como «monótono» y a Verdi como «artificioso» y que, sin perjuicio artístico de uno ni otro, hayamos disfrutado con las grandes músicas que compusieron estos maestros.
En el vestíbulo de la Sala Verde se puede contemplar una exposición de fotografías de Jaime Villanueva, una especie de «making off» fotográfico. (CLIKEAR)
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El Pimiento Verdi. Boadella
