Estamos en los barrios populares madrileños, cercanos a la Iglesia de la Virgen de la Paloma. Es la noche del 14 de agosto de finales del siglo XIX, la víspera de la festividad de la Virgen de la Paloma. «El calor que hace esa noche es una atrocidad» y en las casas «sale fuego de la pared». Don Hilarión, el boticario, y Don Sebastián, dueño de un comercio de sedas, se lamentan del calor, mientras los vecinos están de fiesta. Julián, un cajista de imprenta, rabia de celos provocados por su novia Susana. La «señá» Rita, que le quiere como a un hijo, trata de consolarle y aconsejarle bien, pero no puede evitar que el chico descubra que la tía de Susana, Antonia, quiere emparejarla con el boticario, aunque a éste tanto le valga ella como su hermana Casta. Una rubia o una morena. El lío en la verbena de la Paloma está servido.
Desde hace 14 años La Verbena de la Paloma sube al escenario Gran Vía de Madrid, de la mano de la Compañía Luis Fernández Sevilla y la coordinación de Nieves Fernández Sevilla. Cada año al original de 1894 se le añaden otras composiciones musicales de autores diversos, pero en la línea del género chico. De ahí que de los 45 minutos de duración se pase a los 120 minutos. La versión de este año la dirige musicalmente César Belda y a nivel escénico Lorenzo Moncloa. En opinión de sus creadores No sabemos por qué La verbena de la Paloma es el título más taquillero de todo el repertorio del género lírico español. Hay muchos motivos por los que podría ser: su maravillosa música de Tomás Bretón, un libreto divertido e ingenioso de Ricardo de la Vega que tiene todo el sabor del Madrid de finales del XIX o quizás nuestra puesta en escena que siendo clásica, añade a la obra maravillosos números del género chico y algunos de nueva composición que engarzan totalmente con la obra original y que el público agradece enormemente. Otra de las razones que provoca el éxito son los cantantes Nuestros cantantes y actores son los mejores profesionales que se pueden encontrar en el panorama lírico actual; participando habitualmente en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, Campoamor de Oviedo, Maestranza de Sevilla, Euskalduna de Bilbao, Liceo de Barcelona, etc.
El Julián de este año está interpretado alternativamente por el tenor Lorenzo Moncloa, el barítono Antonio Torres y el tenor Víctor Díaz. La tesitura del personaje de Julián en el original está compuesta indistintamente para la voz de tenor o barítono. Antonio Torres, barítono, lleva varios años colaborando en los agostos madrileños en esta producción. ANTONIO TORRES, Julián, barítono y director de escena
Antonio Torres, (Málaga) encarna a Julián el novio de Susana recomido por los celos. Son muchas las zarzuelas interpretadas por él. Entres las últimas cantadas en el Teatro de la Zarzuela, están: Galanteos en Venecia(CLICK), Château Margaux (CLICK), La viejecita (CLICK), Katiuska(CLICK), Doña Francisquita… Como director de escena firma Marina, La viuda alegre y La Tabernera del puerto. Cantante lírico ha hecho sus incursiones en el Teatro musical como es La viuda alegre (CLICK) en versión de Emilio Sagi . Maestro de canto e interpretación, es invitado a seminarios y charlas sobre canto lírico y su aplicación al teatro, con especial énfasis en la zarzuela, sus características y su futuro. Antonio Torres es ya veterano en esta producción de la Compañía Luis Fernández Sevilla de La verbena de la Paloma, pues la lleva interpretando durante unos diez años. Repetir una misma producción por años puede llevar a adquirir ciertos «ticks», lo cual en el caso de Antonio no ha sucedido, pues siempre encuentras algo nuevo. Vocalmente, por ejemplo en la parte cantada el Julián ha sido uno de los personajes que más me ha costado. Es demasiado agudo para mí, aunque está escrita para tenor o barítono. En la época la partitura más habitual era la de barítenor, que es una tesitura de línea alta pero sin agudos de tenor, ni graves debajo de barítono. Entonces hace falta un barítono con una buena técnica, y yo presumo de tenerla, creo, y si el cantante no la tiene hay que recurrir a un tenor dramático o un barítono muy ligero, porque casi siempre está en el Re, Mi Fa y eso es tesitura de tenor. Para mí ha sido un grandísimo esfuerzo poder disfrutar de Julián en la parte canora – también en la hablada – porque empieza cantando con Mi natural, el bocadillo del desayuno. Que la primera nota que des sea un Mi natural no te facilita las cosas, pero he llegado a encontrar el camino. Uno va evolucionando en la técnica de canto. Ahora mismo me encuentro en un proceso feliz, al ir progresando en ciertos aspectos de la técnica. Lo estoy comprobando al ver que este personaje se me está haciendo mucho más fácil. También he ganado en potencia. Yo sé que tengo mucho volumen, la voz es muy poderosa, pero ahora más todavía. Eso es lo que he incorporado. JULIÁN, UN CHICO MUY INQUIETO Y
Además de la ambigüedad en la tesitura de Julián, se añade la psicología del personaje encabritado por los celos. En la parte dramática – escénica, Julián tiene ese monólogo que es tan rico y hay muchos momentos en que según mi opinión, tienes que demostrar lo que es Julián: alguien al que no hay que darle mucha importancia. Uno va cumpliendo años, va siendo más maduro, pero mi obligación como intérprete es desarrollar las facultades que tiene el personaje que me toca. Así como hace poco hice Los Gavilanes, y el señor Juan tiene los pies en el suelo, en Julián no me puedo permitir ese lujo. Tengo que seguir investigando y probando muchas cosas que incorporo cada año que lo hago, o en cada producción que me llaman para interpretar a Julián. Por ejemplo, mi tono grave tengo que abandonarlo, porque parezco el padre de Julián; en la expresión corporal el movimiento tiene que ser rápido, los desplazamientos tienen que ser muy dubitativos. Él es un chico muy inquieto y no hay que tomarlo muy en serio, como se demuestra ante el resto de los personajes. Es un trabajo constante a hacer, y cada palabra o frase que uno las da mecánicamente resueltas, cada oportunidad nueva es una oportunidad para que esa frase que la dejabas en piloto automático ahora cobre más vida. Eso lo hago siempre. ¿DÓNDE VAS CON MANTÓN DE MANILA? En algún escrito se ha planteado el dúo de Julián con Susana, ¿Dónde vas con mantón de Manila?, como una de las dificultades No creo que lo sea, pero puedo intuir por dónde va esa observación y es la tesitura para un barítono es que está al límite. Si quieres hacer una línea bella no puedes estar gritando. Tiene que ser más recogido. La tesitura pica un poco alto, por tanto hay que trabajarlo mucho para mostrarlo que encierra esas líneas, que es una gran intimidad pues quiero pedirte algo. No se puede decir gritando o al estilo verdiano, sino al estilo de un bolero, pero no es la máxima complicación musical de la obra, porque el concertante anterior y el posterior después de ese Mantón de Manila, es lo que es muy complicado. Sé que a un cantante popular y relevante le ofrecieron La verbena y en esta parte no pudo con ello, si lo quieres hacer como lo pide el compositor. DE 45 MINUTOS A 120 MINUTOS La Verbena de la Paloma se compuso para el recién nacido Teatro por Horas, que al aplicarse a la zarzuela se denominó «género chico». La fórmula era en palabras de Benito Pérez Galdós:
Cuando la fórmula decayó con el tiempo y nacieron las Compañías de Repertorio se encontraron con la dificultad de programarlos. Ofrecer al espectador un obra con duración menor de una hora, frente a las dos horas de la Zarzuela grande era un problema. La solución más frecuente era ofrecer dos títulos del género chico. Esta producción es ya un clásico en Madrid, y su característica en estos últimos años ha sido, manteniendo el núcleo central de la obra original, se le han ido añadiendo o quitando números musicales de otras zarzuelas e incluso composiciones de nueva hornada procurando mantener el estilo musical de la época. En esta ocasión se le ha añadido una escena inicial con Darío Moncloa, niño de siete añitos. Abre la obra y nos sitúa en el contexto. Eso es nuevo. También un nuevo número para Coro dedicado a Madrid que se une al chotis estrenado el año pasado, que suena como himno de Madrid. Se ha incorporado el famoso monólogo de los Churritos de Cándido, marido de la Gorgonia de La Revoltosa; también se mantiene la guajira del dúo de Julián y coro, que lleva varios años y está perfectamente encajada en la obra. Los añadidos anteriores y los de este año ponen al espectáculo en una duración de 120 minutos (incluido el descanso), cuando el original de Tomás Bretón duraba alrededor de una hora, por aquello del teatro por horas, ocupando la abundante música unos 45 minutos, acumulada en el primero y segundo acto, mientras que en el tercer acto la música no existe salvo la apoteosis final «Por ser la Virgen de la Paloma…» VOCES EN DIRECTO Una novedad de este año es la ausencia de la orquesta presencial, ya que la banda sonora musical está grabada, aunque dirigida por César Belda, que dirige a los cantantes desde el foso. Los tiempos cambian y las condiciones también. Nosotros, los cantantes líricos, no estamos acostumbrados a este sistema, pero es cierto que en el caso del teatro Musical, en muchos caso, se utiliza el play – back orquestal. En todo caso somos profesionales y la grabación que es de magnífica calidad, nos adaptamos a unos «tempi» y nos apoya la dirección musical de César Belda que marca las entradas y salidas, los «tempi». No vamos desnudos, y nuestras voces, por supuesto, son en directo. CÉSAR BELDA, DIRECTOR DE LA GRABACIÓN La dirección presencial de César Belda, a pesar de estar grabada la música, es necesaria porque los cantantes tenemos vida propia, una autonomía que nadie nos ha dado. Nosotros trabajamos con piano y el pianista te sigue bastante bien antela aportaciones del cantante. En las orquestas el maestro también tiene esa labor, pero también la tiene con los cantantes. Cuando vamos con una música a piñón, es difícil, aunque tengas muy estudiado cómo van esos «tempi», encajar perfectamente. El caso mío, por ejemplo: son muchas verbenas con muchos directores y ya uno sabe que hay cosas que son así, y a lo mejor en una grabación los «tempi» son así o de otra manera. Entonces es necesario que haya un director, sobre todo en ciertos momentos que son muy complicados, nos diga cuándo tenemos que entrar.
¿COMPAÑÍAS DE ZARZUELA DE REPERTORIO?
El concepto de Compañías de Zarzuela de Repertorio ha ido desapareciendo. Casi no existen Compañías en general. Quedan tres o cuatro honrosas excepciones, que hacen un gran esfuerzo por mantener el género, pero yo estoy en otra línea. Creo que el sector privado de la zarzuela debería reunirse, ensamblarse, colaborar y pensar que esas compañías o grupos que pueden aparecer no son rivales sino que pueden ser son socios. No puede ser que un género tan grande… – yo viajo todos los años a América a cantar y allí hay un amor brutal por la zarzuela, por la ópera también – no puede ser que ese género lírico sólo se pueda ver en el Teatro de la Zarzuela. ¡Bravo por el Teatro de la Zarzuela! Está claro que gracias al apoyo económico estatal que recibe, nadie puede competir con ella, pero yo animaría que esos grupos dispersos de compañías, se unieran. Nosotros tenemos la Fundación Zarzuela Colombia, y hacemos productos de mucha calidad, que los intérpretes cobren lo que tienen que cobrar, que ensayen lo que tienen que ensayar. Eso impulsa que el género se mantenga vivo o, por lo menos, que renazca un poco. Antonio Torres anima a que se programe más zarzuela en diversos teatros de la nación. Como despedida
FUNCIÓN PRECIO
Título: La verbena de la Paloma ó El boticario y las chulapas. Producción: Compañía Luis Fernández Sevilla
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La verbena de la Paloma. Breton. Belda. Moncloa.TEDP
