El Teatro de la Zarzuela abre la temporada 24/25 con una nueva producción de Marina con músicade Emilio Arrieta.
Marina no solamente abre temporada, sino que con este título se inicia la programación de Isamay Benavente, la nueva directora artística que vino a suceder a Daniel Bianco la temporada pasada. No puedo estar más contenta de que sea este título. Yo quería empezar con un compositor fundacional de este Teatro, y Arrieta es uno de ellos. Además quería empezar con una zarzuela que tuviera nombre de mujer. Este es un proyecto que Bárbara Lluch tenía planteado y a mí me encantó. Por suerte el maestro Pérez Sierra pudo, por fechas, arreglarlo todo para inaugurar la temporada. Se ha podido reunir un elenco de voces de primera, a pesar de que se acudió a él con cierto retraso. Isamay define este trabajo De pinceladas, muy constructivo y con un clima muy bonito. DE LA ZARZUELA A LA ÓPERA
Marina fue primero zarzuela y así se estrenó el 21 de septiembre de 1855. El argumento estaba basado en el texto de la opéra-comique La Veillée (1831), de Paul Duport y Amable Villain de Saint-Hilaire, con músca de Alexandre Paris. Se estrenó en París en el Théâtre de l’Opéra -Comique, le 14 febrero de 1831. Personajes: ÉDOUARD, capitán del Corsario El Centauro TOM-LE-LONG, su lugarteniente MISTRESS DENNISSON NANCY, su hija adoptva DICK-TINTO, joven granjero galés Aldeanos, aldeanas,niños, marineros La acción transcurre en la granja de la señora Dennisson, en las cosas de Galles. La escenografía representa el interior de una granja Francisco Camprodón se ocupó de escribir el libreto. Era un autor de éxito y de su pluma salieron otros libretos recuperados por el Teatro de la Zarzuela : El relámpago (CLICK) (temporada 2011-2012), El dominó azul y El Diablo en el poder (CLICK) (2013-2014) (CLICK) y Los diamantes de la corona (CLICK) (2014-2015). Ante el notable éxito de esta zarzuela y el ansiado deseo subconsciente de poseer en repertorio una ópera española, el afamado tenor italiano Enrico Tamberlick (Roma, 16 de marzo de 1820 – París, 13 de marzo de 1889) propuso a Arrieta transformarla en ópera. Camprodón había fallecido y se encomendó a Miguel Ramos Carrión la adaptación de los textos hablados para que fuesen cantados. El 16 de marzo de 1871 se estrenaba en el Teatro Real cantada por Enrico Tamberlick. La versión operística obtuvo gran popularidad, dejando de lado la versión de zarzuela. De todos modos ambas versiones han coexistido en los escenarios durante los siglo XIX y XX. JOSÉ MIGUEL PÉREZ-SIERRA, dirección musical
José Miguel Pérez-Sierra (Madrid) debutó en 2005 con la Sinfónica de Galicia y saltó a la fama tras convertirse en el director más joven en subir al podio del Rossini Opera Festival de Pésaro con Il viaggio a Reims. Es invitado habitual de teatros y auditorios nacionales e internacionales en ópera, zarzuela y repertorio sinfónico. En su haber muchos títulos en teatros nacionales e internacionales como París, Metz, Marsella, Italia, Cracovia, Luxemburgo, Chile… En el Teatro de la Zarzuela ha dirigido más de 100 funciones de El rey que rabió(CLICK) (2007, 2008), La bruja (2008), La tabernera del puerto (CLICK) (2009), El estreno de una artista (CLICK) y Gloria y peluca (CLICK) (2011), Los sobrinos del Capitán Grant (CLICK) (2011), Maruxa (CLICK) (2018), El barberillo de Lavapiés (CLICK) (2019, 2022), Benamor (CLICK) (2021) y La verbena de la Paloma(CLICK) (2024). Desde 2022 es principal director invitado de la Ópera de La Coruña y desde 2024 es director musical del Teatro de la Zarzuela. Recientemente ha sido nombramiento director musical y artístico del Royal Opera Festival de Cracovia José Miguel Pérez-Sierra se congratula de iniciar temporada y la programación de Isamay Benavente con Marina, un título al que le ha perseguido cierta controversia, puesto que hay comentarios sobre ella como Marina es maravillosa, pero hay cosas que me aburren un poco. Lo han pensado todos ustedes y no me digan que no. Creo que eso es por una aproximación equivocada al título. Puedo equivocarme y, desgraciadamente, no tengo la posibilidad de contrastarlo con Arrieta, pero mi manera subjetiva, y no estoy en posesión de la verdad, es abordarla a través de San Franco de Sena. Cuando la Fundación Baluarte de Pamplona me pidió, por el centenario de Arrieta, hacer San Franco de Sena, que es una zarzuela magnífica y era una recuperación. En una partitura donde no hay referencias, uno tira de la propia experiencia, y la mía es el melodrama italiano del siglo XIX. S
an Franco de Sena es la última zarzuela de Arrieta (Puente de la Reina, Navarra, 1821 – Madrid 1894) y se trata de una comedia religiosa basada en texto de Agustín Moreto (S. XVII), en tres actos. Narra la degradación y superación de Franco, un hombre pendenciero y jugador que se convierte en eremita solitario, al perder los ojos en una apuesta. El reparto estaba formado por Alejandro Roy, Beatriz Díaz, Javier Franco, Frederic Jost, Julen Jiménez e Itsaso Loinaz y el Coro Lírico de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera (AGAO). Al ser una versión de concierto el narrador fue Patricio Poncela. Pérez-Sierra cuando abre una partitura confiesa que lo primero que ve son manchas. Manchas que me suenan a Verdi, a Donizetti, a Rossini, por la orquestación, por las líneas de canto, por un montón de cosas. En San Franco de Sena vi mucho más Verdi que Donizetti y Bellini. Emprendiendo esa partitura sin ninguna referencia, con la mente virgen, lo que me salió de San Franco de Sena fue un Verdi estupendo. No me salió un Donizetti ni un Bellini, que es lo que llevamos décadas vendiendo que es Marina. Siempre se ha dicho que Arrieta es belcantista. Marina ¿es «bel canto»?, sí, porque da la prioridad absoluta a las voces y porque escribe muy bien para las voces, pero es «bel canto» como lo es Il Trovatore de Verdi, Don Carlo y como lo es casi toda la ópera italiana del siglo XIX. No tiene esta cosa ñoña y meliflua que, en muchas ocasiones, le hemos querido otorgar. Tal experiencia pensó aplicarla a Marina.
Me voy a olvidar de todo lo que se ha hecho, de ese enfoque belcantista puro, y, ya que estamos en una obra marinera, al intentar quitar las lapas del casco de la nave, básicamente, me encontré otro Verdi. Decir de Arrieta que es «belcantisla», le estamos llamando «viejuno» anticuado, porque cuando se estrena Marina como zarzuela en el año 1855, no solamente Verdi ya ha hecho Traviata, Rigoletto, Trovatore, es que Wagner, hace 10 años, ha hecho El holandés errante. Y cuando Arrieta convierte Marina en ópera, en ese momento, Verdi está haciendo Don Carlo, Requiem y Aida, con lo cual Arrieta está perfectamente dentro de la música de su tiempo, y aunque, evidentemente, bebe de esos belcantistas del primo ottocento italiano, hay que considerar que si bebe de Rossini, no es el Rossini de El barbero de Sevilla o la Italiana in Algeri, sino de Guillermo Tell, o sea del Rossini maduro. Yo en esta partitura veo eso. Aludí al Holandés errante, ¿de dónde salen sino los cantos marineros del primer acto «Oyooo..!!!»? ¿Dónde se había oído eso antes en Europa? En El Holandés errante. Pérez-Sierra admite que se puede equivocar porque no estoy en posesión de la verdad, pero el enfoque que le doy a Marina es completamente diferente. Es mucho más intenso, más juvenil y en eso Bárbara y yo tenemos la misma idea. Marina es una partitura magnífica, apabullante, que, si alguna vez nos ha parecido que no estaba rematada, aburrida, es por ese enfoque equivocado. Pretender encuadrar a Arrieta en una música europea de 50 años antes de su tiempo, no en la que él realmente vivía y componía. Es de sobras conocido que la zarzuela del siglo XIX tiene una gran influencia del belcantismo y de la ópera italiana del siglo XIX. Arrieta no podía ser menos. Lo que interesa es cuál sería la parte original del propio Arrieta y si hay algo de eso en Marina. Según Pérez Sierra, todos los compositores en sus inicios viven de cierto eclecticismo musical. Todos toman de uno y de otro. Evidentemente Arrieta bebe de Rossini, de Donizetti, de Bellini un poco menos, de Verdi bebe mucho, de Wagner bebe algo. Musicalmente es medio primo de Barbieri, pero no primo completo. También Weber, pues el germen belcantista de Wagner. Con ese inicio ecléctico, luego sí configura algo más suyo en la manera de combinar todo eso. De vez en cuando se le ve el perfume navarro, hay incluso un zorzico encubierto. En el brindis de Roque «De este sabroso jugo…». Lo escribe en 3 por 8 porque no tiene el valor de ponerlo en zorzico, 5 por 8, pero es un zorzico de libro. Arrieta, para mí, es la tradición italiana y algo de alemana de todo el siglo XIX llevado a esa ópera nacional española, a esa zarzuela, como fue Marina en su inicio, que se estaba haciendo en nuestro país como un género genuino. Marina se ha considerado la mejor partitura de Arrieta, pero Pérez-Sierra ante San Franco de Sena, tendría que verla representada para tal afirmación. También hemos visto la recuperación de La conquista di Granata y cada vez que se recupera Arrieta, sale algo excelente. Tenemos un gran tesoro para ir sacando. Nunca nos defrauda. PARTITURA ÍNTEGRA, SIN CORTES En esta versión se interpreta la partitura íntegra. Pérez-Sierra resalta la inclusión de unas Bulerías que canta Roque borracho. Todo el mundo va a pensar, Roque esta borracho y se lo ha inventado. No, eso lo ha escrito Arrieta. La partitura se hace íntegra por primera vez en tiempos modernos, pero duran menos que las versiones cortadas, debido a los «tempi». La música que se corta tradicionalmente es justamente la bonita. Si hay algo que en Marina puede ser más débil son, precisamente, los recitativos que Arrieta orquesta y pone música para sustituir a los parlamentos de la versión zarzuela. Unos le salen mejor y otros peor. ¿Qué pasa? que lo que se corta son las dobles cavalettas de las arias chulas, de las romanza… música bonita. Si haciendo Marina integral, uno tiene un 10% de música un poquito de menor nivel, si uno corta de música un 20%, de repente, ese 10% es el doble. Al cortar música buena de Marina, el porcentaje de música más débil sube. Esa música más débil no la podemos cortar porque explica la acción. Bárbara Lluch dirige esta nueva producción que promete ser cautivadora y brillante a juzgar por sus montajes anteriores. Para Pérez-Sierra trabajar con Bárbara me encanta. Es nuestra segunda producción. Lo primero fue algo muy curioso, pero ya supimos que trabajamos muy bien juntos y lo pasamos muy bien. Ahora es una ocasión maravillosa para hacer una Marina con otro enfoque y que se acerque mucho más al público moderno que ahora tenemos en esta casa. BÁRBARA LLUCH, directora de escena
Bárbara Lluch (Barcelona) procede de una familia dedicada por entero al teatro, la ópera y la danza. Con cinco años se subió a las tablas por primera vez como actriz. Estudió interpretación en la escuela de Juan Carlos Corazza en Madrid, y trabajó tanto en cine, teatro o series de televisión. En 2005 descubre su verdadera pasión dentro del mundo de la ópera y empieza su carrera como ayudante de dirección de escena en el mundo de la lírica, de renombrados directores de escena y en Teatros de ópera internacionales. En 2017 estrenó su primera dirección de escena con el montaje de Le cinesi (CLICK), ópera de salón de Manuel García; en 2019 estrenó la ópera La casa de Bernarda Alba (CLICK) que obtuvo un premio de Ópera XXI como mejor producción de ópera. En 2020 estrenó El sueño de una noche de verano (CLICK) de Shakespeare con la Compañía Nacional de Teatro Clásico; en 2021 El rey que rabió (CLICK) de Chapí en La Zarzuela, así como la recuperación de Un avvertimento ai gelosi de García en el Palau de les Arts de Valencia. En 2022 estrenó su versión de La del manojo de rosas de Sorozábal en el Teatro Solís de Montevideo en Uruguay; en 2023 dirigió la nueva producción de La sonnambula (CLICK) de Bellini en el Real y estrenó su versión del Winterreise de Schubert en una escenificación para el Liceo. Y en 2024 ha estrenado la ópera La Regenta(CLICK)de Marisa Manchado en las Naves del Español, en coproducción del Real y el Español. Entre sus futuros compromisos está La bohème de Puccini en el Festival del Tirol de Erl en Austria y el estreno de la ópera Don Juan no existe de Helena Cánovas y Alberto Iglesias en una coproducción del Festival de Perelada y el Liceo. Bárbara Lluch tiene palabras de agradecimiento hacia Isamay por este encargo, y deja claro la espectacularidad de los cantantes entre los cuales no hay primero y segundo reparto porque para ella sólo hay un reparto.
porque, para empezar, han trabajado todos juntos y revueltos, y me cuesta separarlos. Les conocía ya a casi todos. A nivel personal son maravillosos, pero lo que hacen en escena, a nivel de interpretación, es un regalo. La Marina empezó siendo mía cuando comencé a pensar lo que quería; luego paso a ser de nuestro equipo, y ahora ya es de todos, porque todos hemos pensado cómo son los personajes; todos hemos opinado y aportado, y hemos llegado a consensos por lo que nos sentíamos cómodos, pero sobre todo nos parecía que era la manera correcta de abordar la Marina hoy. Cuando se menciona un modo nuevo de abordar un título muy familiar para los espectadores, se encienden todas las alarmas, por eso Bárbara prefiere calmar los ánimos. No se asusten. Sigue pasando donde estaba escrita, en 1855, para en Lloret de Mar y no en la Luna o en ningún sitio así, y tiene un tinte tradicional pasado por la visión un poco Sorolla, pasado por la imaginación y la imaginación y el talentazo de de Clara Peluffo en el vestuario, de Daniel Bianco en la escenografía, Albert Faura en la iluminación, las manos y los pies mágicos de la coreógrafa Mercè y el talentazo de estos solistas espectaculares que tenemos. Con equipo de este calibre, Bárbara ve las posibilidades de poder jugar y crear y equivocarse. He llegado con propuestas que luego cualquiera de los chicos han dicho «Yo tiraría por aquí». Ha sido un trabajo muy, muy de equipo y no era fácil, porque cuando yo me enamoré de la Marina que mi abuelo – el actor Armando Moreno, marido de Nuria Espert –, muy fan de zarzuela y de ópera, me la ponía en el coche, yo era muy pequeña. Luego la volví a ver más adelante en un montaje en Peralada y me enamoré de la música, pero entonces yo no dirigía y no me había dado cuenta lo complicado que era el libreto. La idea que tuvimos ha sido bien acogida por los solistas, estamos contentos y partiéndonos la cara por los personajes porque son cuatro protagonistas que todos gestionan el amor de una manera un poco extraña. Un placer absoluto y un honor estar aquí. LA TRAMA DE LA MARINA La última Marina (CLICK) de Nacho García en el Teatro de la Zarzuela, estaba teñida de tonos oscuros, la de Bárbara apunta a tonos más claros, porque el mundo está muy feo, muy oscuro. Piensa que todo lo que pueda ser llevar al escenario belleza, es positivo en este tiempo. Marina no es Don Carlo, no es un tema trágico. Marina es un enredo entre cuatro personas que acaba fenomenal. Es un historia que puede suceder. Son cosas que pasan en la vida de los adolescentes día sí y día también: los portazos, los llantos… Aparte de que Marina pasa en 24 horas. No es un drama. Lo que pasó en Lloret de Mar, la dureza del trabajo de marinero, los que no volvían, la pobreza, eso sí, pero la trama de la Marina de Arrieta no es un drama. No es Los Miserables, y, para mí, en un momento en el que estamos con dos guerras en Europa, lo cual no ha pasado desde la Segunda Guerra Mundial, estamos en un momento muy oscuro. Si yo puedo llevar luz y belleza al escenario, lo prefiero, y esta ha sido mi elección con Marina. Bárbara confiesa que en muchos momentos se sintió atascada y tuvo que consultar con expertos.
Marina en la página 10 dice: «¡Ah! qué gran idea viene para saber si Jorge me ama o no. Pídele mi mano a Jorge y así sabremos si me ama o no». Marina lleva 10 minutos diciendo que está locamente enamorada de Jorge y de pronto dice esto. Me costó muchísimo entenderlo. Me enfadaba. Entonces estuve intentando traer Marina a mí durante mucho tiempo. «Yo, ¿por qué diría esto?» Bárbara nunca diría esto, pero la Bárbara de 15 o 16 años hizo cosas peores. Yo llamé tanto a un chico por teléfono que se tuvo que cambiar el teléfono, el pobre. Es la adolescencia. Es la intensidad de los sentimientos cuando estamos en los 15,16, 17, 28 años. De verdad te sientes morir si no te llama, si no te devuelve la llamada… Entonces profundizando en Marina y habiéndola excusado, no juzgarla sino justificarla…Habiendo enganchado a Marina, ya pude enganchar a Jorge, a Roque, que fue el que más me costó porque por el texto es muy misógino, pero luego encontramos la manera. Para mí son cuatro protagonistas que gestionan muy mal sus historias amorosas. Roque es un hombre al que le han partido el corazón, igual que yo tengo amigas que dicen «nunca más me vuelvo a enamorar y me meto a monja», es lo que le pasa a Roque. Está dolidísimo. Cada uno gestionamos nuestros amores de manera diferentes y con una juventud y con un impetuosidad. Una vez resuelto eso, yo fui resolviendo los problemas en casa. Era como una carrera de obstáculos. De pronto todo hizo click, click. Pascual era el que mejor gestiona todo porque es el que mejor se conoce. Es de esas personas que está enamorado, a pesar de que no lo quieran. Lo que más me gusta es dirigir cantantes. Los amo, pues me parece que son gente inteligente. Desde luego los que yo tengo aquí, sí. Son gente muy sensible, con una grandísima formación, y cuando llegan estudiando se conocen sus roles mucho mejor que yo. Entre todos hemos buscado el justificar cada frase, cada coma, cada mirada, pero ha sido un trabajo muy divertido y muy creíble de lo que pasa en escena. Por parte Isamay, la decisión de elegir a Bárbara para dirigir Marina, fue después de ver la dirección de Bárbara en La sonnambula (CLICK) del Teatro Real, y cómo había tratado y defendido el personaje protagonista de Amina. Allí tuve que defender a saco a Amina. Aquí hay que defender a los cuatro, a los ocho, a capa y espada, porque los cuatro si no se estudian y se justifican son personajes complicados de entender, pues son muy humanos.
FUNCIÓN PRECIO
Título: Marina (Ópera en tres actos) Figurantes: Intérpretes: Director de la Rondalla: Antonio Ortega
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