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NOCHE FRANCESA EN EL TEATRO REAL
MARÍA BAYO |
En la primera parte se escucharán obras de Hector Berlioz, Gabriel Fauré y César Franck . En la segunda, una selección de canciones de Chants d’Auvergne, de Joseph Canteloube.
La soprano María Bayo será su intérprete y la dirección musical corre a cargo de Titus Engel, que en el Real dirigió el estreno mundial de La página en blanco, de Pilar Jurado.
PROGRAMA
LE CARNAVAL ROMAIN
BERLIOZ
Es la más conocida de las oberturas de Berlioz; también es la más virtuosística. Compuesta como pieza independiente de concierto en 1843, está construida con materiales y temas musicales de la ópera Benvenuto Cellini del propio Berlioz, especialmente –de ahí su nombre– los de la escena del carnaval en Roma. El éxito del estreno en París, extraordinario, animó a su autor a incorporarla como preludio del segundo acto de la citada Benvenuto Cellini, y al compositor Johann Peter Pixis a elaborar un arreglo para dos pianos.
PELLÉAS ET MÉLISANDE
FAURÉ
El drama de Maurice Maeterlinck, publicado en 1892, impactó con tanta fuerza en los escenarios europeos que influyó inmediatamente en el mundo musical, muy sensible entonces al movimiento simbolista. Fauré fue el primero de los grandes compositores que le pusieron música; le siguieron Debussy en 1902, Schönberg en 1903 y Sibelius en 1905. Unos años más tarde, y utilizando parte de la música escénica que compuso en 1898, Fauré reorquestó la obra y la convirtió en una suite de concierto en cuatro movimientos. De instrumentación exquisita, es música etérea, de texturas límpidas y de sutil pero inquietante ambigüedad.
LE CHASSEUR MAUDIT, FWV 44
CÉSAR FRANK
Inspirada en la balada El Cazador Salvaje (Der Wilde Jäger) del poeta alemán Gottfried August Bürger (1747-1794), relata la historia de un conde que, desafiando la prohibición de salir de caza durante el sabbat, es condenado a ser perseguido eternamente por jaurías endemoniadas. Poema sinfónico de marcado carácter descriptivo y clara inspiración lisztiana, evoca con gran eficacia la atmósfera oscura y terrible de una caza infernal. Fue estrenada con gran éxito el 31 de marzo de 1883 en la Salle Érard de París.
CHANTS D’AUVERGNE
JOSEPH CANTELOUBE
La mayoría de los aficionados conocen a Canteloube por sus Chants d’Auvergne, la antología de canciones populares que, siguiendo el ejemplo de Bartók en Hungría, fue recopilando, armonizando y orquestando a lo largo de numerosos viajes por su región natal, Auvernia. Aunque compuso numerosas obras sinfónicas, música de cámara y varias óperas, como Le mas y Vercingétorix, su nombre está indeleblemente unido al repertorio popular y a colecciones de canciones como Chants d’Auvergne, formada por cinco series publicadas entre 1923 y 1925. Esencialmente naturalistas, su estilo musical puede parecer reaccionario por comparación con el de sus contemporáneos, pero la calidad y la inventiva paisajística de sus orquestaciones son de primer orden. Canteloube las justificaba así: “Aunque los campesinos cantan a solo, su canto está acompañado por algo que se encuentra más allá de la percepción ‘científica’ y que sólo puede ser escuchado por algunos artistas y poetas. Nace de la naturaleza, de la propia tierra, y el canto de los campesinos no puede separarse de él.” (Dpto. de edición del Teatro Real)
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