Nocturna es un viaje insomne del ocaso al amanecer para evocar los misterios del sentimiento, la conciencia y la memoria, mediante una voz y cuerpos en movimiento. Se trata de la noche de quien vive el insomnio: la ensoñación contra la pesadilla, el subconsciente contra el pensamiento, la fiesta contra la calma… La noche también aparece como experiencia mística, como camino visionario, y su contrario: la noche como juego, como ritual lúdico de confusión de identidades
El reconocimiento unánime internacional a Nacida sombra (2017) y Ariadna Al hilo de mito (2020), llevaron nuevamente a la estrecha colaboración entre la coreógrafa y directora Rafaela Carrasco y el dramaturgo y poeta Álvaro Tato. Ellos, junto a un equipo a la medida de esta nueva propuesta, comparten este proceso creativo, Nocturna, que lleva la música y el baile flamenco a un nuevo territorio de exploración y búsqueda, y que ahora llega al Teatro de la Zarzuela de Madrid LA COREOGRAFÍA Y La coreografía de Nocturna está compuesta por piezas cortas: Noche Adentro, Duermevela, y Nace el alba, arropadas por una banda sonora que es novedosa en la trayectoria coreográfica de Rafaela Carrasco, en cuanto que explora sonidos de distinta índole con respecto al piano como instrumento. Con el punto de partida del aria y de diversos fragmentos de las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach (una pieza emblemática del Barroco, de enigmática belleza, concebida en su origen para propiciar el sueño) y el desarrollo de temas especialmente compuestos para la obra, el espacio sonoro se presenta como una entidad que cobra una personalidad y una presencia primordial en el desarrollo de la obra; un trabajo en torno a distintos planos sonoros, en busca de la calma o el desconcierto a través no solo de la creación musical sino de la propuesta de escucha para el espectador. Este paisaje sonoro se desarrolla con música grabada interpretada por Marta Estal y Pablo Suárez al piano; el guitarrista Jesús Torres; el cante de de Antonio Campos y Miguel Ortega, y la música electrónica de Juanfre Pérez y Javi Rubio. Esta música grabada se alterna con el cante flamenco en directo de Gema Caballero que interpreta poemas dedicados a la noche, cuyas letras son de Álvaro Tato y Jesús Torres, y nos guían por los diferentes estados y emociones. Los silencios adquieren una presencia fundamental en esta obra. La coreografía está compuesta por un grupo de ocho bailarinas lideradas por Rafaela Carrasco, que precisa: Las bailarinas desarrollan evoluciones conjuntas y trabajan su soledad. También comparten sus inquietudes desde la libertad de participar del otro. El grupo, como ente, está en un espacio abierto y vivo. El vacío más denso o el ruido más abrumador de la noche. La noche que vivimos… NOCTURNIDAD Y POESÍA
Álvaro Tato, dramaturgo y poeta, ha creado una dramaturgia a partir de los textos de la Insomne, un personaje simbólico que desde la voz en off de Aitana Sánchez-Gijón anota en su diario el largo viaje noche adentro: los rituales infructuosos, los ciclos de la memoria y la obsesión, el abandono a la alucinación y la pesadilla, la calma serena del alba. Las palabras, en variación constante, como el motivo recurrente de las Goldberg de Bach, van permutando los símbolos de la noche cotidiana. En contraste con esta voz, las coplas flamencas de Nocturna funcionan como diminutos poemas cantados que hunden sus raíces en los motivos populares de la representación nocturna: los espacios desiertos, las sombras, la intemperie profunda, el viaje al bosque de nuestro interior desconocido donde acechan las sombras, peligros y dilemas de la identidad. Estas coplas parten de la tradición flamenca, pero se hilvanan con la poesía, la cual ha bebido mucho de la noche y sus metáforas. Por eso se encarnan con naturalidad las letrillas barrocas de Lope de Vega o Luis de Góngora; la influencia de la poesía mística de san Juan de la Cruz y sor Juana Inés de la Cruz, entre otros, y la noche misteriosa erigida como un símbolo de los poetas románticos y modernistas desde Gustavo Adolfo Bécquer hasta Antonio Machado, desde Rosalía de Castro hasta Juan Ramón Jiménez. Álvaro aclara que esta noche cobra diversas personalidades: como deidad terrible o protectora, como dama advenediza o como vengadora tenebrosa, o bien como pasaje de la senda mística; la noche como senda vaga y ambigua entre el amor y la muerte; la noche poliédrica del delirio, el disparate y la ilusión; la noche como colisión entre insomnio, pesadilla y sueño. De este modo, los textos y versos enhebran una obra en perpetuo movimiento.
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Título: Nocturna MÚSICA GRABADA PRODUCCIÓN
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